Al tener al cuarto Hokage frente a mí comencé a sentirme molesta que he presionado mis puños.

—Manipulé el sello de manera que me permita aparecer cuando liberes la octava cola, y el sello estuviera a punto de romperse. —me decía mirándome fijamente. —Aunque en realidad esperaba que nunca llegáramos a esto.

—Cuarto Hokage... —murmuré mientras me levantaba para luego mandarle un puñetazo en su rostro. —¡¿Por qué hizo esto?! ¡¿Por qué encerró a ese monstruo en nosotros?!

—Nunca imaginé ser golpeado por ti, pero supongo que era un golpe que me merecía.

Él tocó su mejilla mientras me miraba con una sonrisa, una sonrisa cálida que por alguna razón me hacía sentir calmada.

—¡Cuarto Hokage! —exclamó el Kyuubi con rabia. —¡No te interpongas en mis planes! ¡Finalmente había logrado que ella me escuchara!

—Es algo molesto, ¿verdad? —me decía con una pequeña sonrisa causando así la molesta del Kyuubi. —Mejor conversemos en otro lado.

El Hokage hizo sonar sus dedos provocando que el lugar cambiara completamente.

—¿Por qué? —pregunté mientras miraba el suelo sin querer mirar al Hokage. —¿Por qué usted encerró a ese monstruo en nosotros? ¿Acaso sabe lo que hemos tenido que soportar? —pregunté mientras presionaba mis puños para luego verlo con ira. —¡¿Se da cuenta por lo que he pasado?! ¡Vivo con el miedo de que un día ese monstruo me controle! ¡Vivo con el miedo a que un día de estos mataré a mis amigos! ¡¿Se da cuenta de lo que me hizo?!

Sin poder evitarlo he comenzado a llorar por la frustración, había retenido estos sentimientos durante mucho tiempo.

—Soy el único responsable por hacerte pasar por malos momentos y aunque me disculpe por ello no creo que quisieras perdonarme. —decía soltando un suspiro. —Pero hay una razón por la que sellé dentro de ustedes el chakra del Kyuubi.

—¿Razón? —pregunté mientras limpiaba mis lágrimas para poder verlo directamente a los ojos. —¿Qué razón habría para encerrar a esa cosa en nosotros?

—Fue porque creí que ustedes aprenderían a utilizarlo. —me dijo formando una pequeña sonrisa. —Yo confiaba en que ustedes dos sabrían manejar esto...

—Pues se equivocó. —dije mirando el sello en mi vientre. —Quizá Naruto haya podido utilizar el chakra del Kyuubi, pero yo no. Yo soy débil y no puedo hacer nada contra ello.

—Te equivocas. —dijo con seguridad mientras daba pasos hacia a mí. —Yo sé que podrás controlar el chakra del Kyuubi. Sé que podrás con esto porque eres fuerte...yo confío en ti, ____.

Cuando me ha dicho esas palabras me quedé sorprendida, pero más sorprendida por el hecho de que sabía mi nombre.

—¿Cómo...? —dije desorientada. —¿Por qué usted sabe mi nombre?

—Bueno...he tenido que colocarle un nombre a mi propia hija.

Ante sus palabras y la sonrisa amable que me mostraba me he quedado sin habla, no podía creer lo que acababa de escuchar. Frente a mí se encontraba mi padre, la persona que había querido conocer desde que tengo uso de razón y a pesar de que debía de sentirme feliz por conocerlo; me sentí perdida.

—Imposible...todo este tiempo...odié a mi propio padre... —murmuré desorientada mientras lo miraba fijamente notando como se sorprendía por mis palabras. —Yo...lo estuve odiando...

Durante tanto tiempo estuve odiando al cuarto Hokage por ser el responsable de encerrar al Kyuubi en mi mellizo y en mí.

Todo este tiempo estuve odiando a mi propio padre.

—Sé que esto será difícil para ti. —me decía mientras me mostraba una expresión dolida, posiblemente por oír las palabras que he dicho. —Pero estoy seguro de que un día de estos podrás controlar el chakra del Kyuubi.

—¿Cómo está tan seguro de eso?

—Tengo fe en ti. Después de todo eres mi hija. —sonrió dulcemente mientras se acercaba para luego abrazarme. Al sentir su abrazo me sentí como si me fuera a quebrar, nunca imaginé que un día de estos estaría siendo abrazada por mi propio padre. —Ya es momento de que me vaya...mi chakra está desvaneciéndose.

—No, espera...

—Reconstruiré el sello; sin embargo, esta será la última vez. —me dijo mientras posicionaba su mano en mi estomago haciéndome sentir un pequeño dolor. —Saluda a Naruto de mi parte. Confío plenamente en ambos.

Mi padre había comenzado a desaparecer mostrándome una sonrisa e intenté alcanzarlo, pero fue demasiado tarde y desapareció completamente de mi vista. Solté algunas lágrimas al darme cuenta de que estuve odiando a mi padre todo este tiempo y esperaba que él no me detestara por tener aquel sentimiento.

—Si alguna vez volvemos a vernos... —comenté al aíre mientras formaba una pequeña sonrisa. —...te agradeceré por la fe que me has dado.

❀❀❀

Al abrir mis ojos me quedé sorprendida al ver todo a mi alrededor destruido, había cometido un gran desastre por dejar que la ira me consumiera y si no hubiera sido por mi padre que me ayudó a detenerme, quizá hubiera causado cosas peores.

En ese momento recordé a TenTen por lo que la busqué con mi mirada, pero no había rastro de ella y eso me hizo aterrar, ella había sido atacada por Sasuke, había que hacer algo para ayudarla y el que no estuviera por aquí cerca me asustaba.

Aunque había una posibilidad de que yo la hubiera hecho desaparecer junto con todo lo de mi alrededor al dejar al Kyuubi tener control de mí por minutos. Esa posibilidad me aterró aún más, ¿y si ya no quedó nada de ella?

—TenTen... —murmuré su nombre con un ligero temblor mientras intentaba colocarme de pie, pero me sentí tan cansada que nuevamente he caído al suelo. —¿Dónde estás?

A pesar del cansancio me coloqué de pie, pero estaba segura de que si daba un paso me volvería a caer.

—¡Ahí está! —exclamó la voz de Lee. Al dirigir mi vista hasta donde provino su voz me quedé en una especie de shock al ver a mi compañera de equipo intacta. —¡¿Te encuentras bien, ____?!

—¿Cómo...? —pregunté mientras daba un paso, pero tal como había pensado antes me iba a caer. Aunque afortunadamente Neji había llegado a tiempo para sostenerme. —Yo vi como la lastimó...

—TenTen nos contó todo. —me decía Neji mientras me incorporaba con suavidad. —Sasuke te colocó en un Genjutsu causando que te alteraras.

—¿Genjutsu? —desorientada caí de rodillas mirando el suelo. —¿Yo casi dejé al Kyuubi salir por un Genjutsu?

No podía creer lo que estuve a punto de cometer, casi dejé salir a esa bestia por un Genjutsu de parte del Uchiha y si no hubiera sido por mi padre, todos hubieran muerto.

¿Por qué me hiciste esto, Sasuke?

—En este momento debes de mantener la calma. —me dijo Neji mientras colocaba una mano en mi cabeza e incluso se agachó a mi altura. Yo lo he mirado con los ojos llorosos para luego abalanzarme a abrazarlo. —Oye...

—Lo siento. Sé que me has dicho que debía pelear para que no me controlaran. —dije mientras me aferraba a él con fuerza. —Estuve a punto de dejarlo salir...casi pierdo todo lo que me importa.

Neji correspondió a mi abrazo brindándome su apoyo, agradecía que él estuviera aquí y me estuviera consolando.

—No me gusta interrumpir momentos tan lindos como estos, pero debemos de movernos. —decía Gai-sensei provocando que con Neji nos separáramos. —Lo mejor será volver a Konoha.

—¿Y la misión? —pregunté mientras Neji me ayudaba a colocarme de pie. —Tenemos que seguir buscando a Itachi.

Aunque no estaba para nada de acuerdo en este momento de buscar a Itachi para traer a Sasuke, no después de lo que me provocó.

—Pasaste por un mal momento, ____. —me decía TenTen con preocupación. —Es mejor volver para que puedas descansar.

—En un rato estaré como nueva. —dije con seguridad mientras las palabras de mi padre pasaban por mi mente. Él confiaba en mí. —Además, no dejaré que esto vuelva a suceder.

—En ese caso... —Gai-sensei tosió un poco para luego apuntar a una dirección. —Iremos por ese camino.

Neji se encargó de llevarme en su espalda hasta que mis energías volvieran a la normalidad y pudiera caminar por mis medios.