23.
Sonreí victoriosa cuando coloqué un pie en Konoha, agradecía el hecho de haber dejado olvidado un Kunai en la entrada.
—¡Gané! —exclamé mientras veía como mi sensei llegaba y detrás de él los demás. —¡Yo no deberé pagar el Ramen!
—¿Cómo has logrado pasarme, ____? —me preguntó Lee impresionado. —Incluso pasaste a Gai-sensei. ¡Tú velocidad es superior a la nuestra!
—Veo que tu llama de la juventud está a flote. —me decía Gai-sensei con una gran sonrisa. —¡Bien! ¡Por eso seré yo el que pague el Ramen!
—¡Eso es genial! —exclamé mientras daba un pequeño salto de la emoción. —¡Voy a comer Ramen hasta no poder más!
—Como siempre solo sirves para comer. —comentó Neji a lo cual lo he mirado con molestia. —No has cambiado demasiado, ____.
—Yo digo lo mismo de ti. —me crucé de brazos mientras lo miraba fijamente. —Sigues siendo el mismo amargado de siempre, Hyuuga.
Él iba a hablar, pero de un momento a otro retrocedió con algo de miedo por lo que sonreí victoriosa; sin embargo, al ver a los demás también aterrados me quedé confundida por lo que he mirado hacia atrás encontrándome así con la mirada de la quinta Hokage.
—¡Uzumaki ____!
—¡Sí!
Por inercia he realizado una pose como de soldado a lo cual la Hokage me mando un golpe en mi cabeza y me quejé demasiado.
—¡¿Cómo se te ocurre irte de la aldea sin permiso?! —me gritó furiosa a lo cual yo simplemente me mantuve callada intentando que el dolor de mi cabeza se fuera. —¡La próxima vez que hagas algo sin mi permiso te irá muy mal! ¡¿Escuchaste?!
—Sí, Tsunade-sama. —dije adolorida mientras agachaba la cabeza con pena. —No volveré a salir de la aldea sin su permiso.
—¡Eso espero! —resopló molesta para luego ver a Gai-sensei. —Lleven a Kakashi al hospital. El equipo 3 tiene el día libre por hoy.
—Día libre. —murmuré formando una sonrisa y me giré a ver a mis compañeros de equipo. —¿Quién de ustedes me comprará Ramen?
—¡Oh! Olvidé que tengo cosas que hacer junto a Lee. —decía TenTen mientras se acercaba a Lee, el cual se encontraba confundido. —¡Vamos, Lee!
—¿Eh? Pero yo...
TenTen no lo dejó terminar de hablar porque se lo llevó apresurada, los demás también se habían ido para acompañar a Kakashi-san por lo que me quedé a solas con Neji.
—Entonces... —comencé a hablar mientras lo miraba con una pequeña sonrisa. —¿Me comprarás Ramen?
—¿Solo piensas en comer?
—He esperado por tanto tiempo para poder volver a comer el Ramen de Ichiraku. —dije mientras me acercaba a él con una expresión de cachorro triste. —Aunque sea un tazón, Neji.
—¿No puedes ni siquiera pedirlo con un por favor?
—Pff. Claro que puedo. —dije mientras lo miraba fijamente e iba a pronunciar las palabras, pero me quedé callada al ver a unas personas llegar a Konoha. —Nunca los había visto.
—Finalmente hemos llegado Ayumi. —le dijo el muchacho a la mujer que lo acompañaba, la cual no le quitaba la mirada de encima a Neji. —Oye, Ayumi. ¿Estás escuchándome?
—Sí. Sí. —decía la chica sin interés mientras se acercaba hasta donde nos encontrábamos con Neji. —Disculpa la molestia, pero... ¿podrías decirnos donde queda la oficina del Hokage?
—¡Yo sé! —exclamé mientras alzaba mi mano a lo cual ella chasqueó su lengua y me quedé perpleja. —Eh...
—¿Me guiarías? —le preguntó de manera algo seductora a Neji causando así mi molestia. —No me gustaría perderme.
—¿Te has olvidado de mí, Ayumi? —le preguntó el chico mientras soltaba una pequeña risa. —Yo sé dónde queda...
—No, no sabes. —lo miró agresiva causando que el muchacho retrocediera unos pasos y entonces la mujer volvió a ver a Neji. —¿Podrías guiarme?
—Supongo que hoy no habrá Ramen para mí. —murmuré mientras me daba media vuelta con las intenciones de irme, pero antes de que pudiera dar un paso me habían tomado del brazo deteniéndome. —¿Eh? ¿Neji?
—Ese chico ha mencionado que sabe dónde queda por lo que no veo el por qué deba de guiarte. —le decía de manera fría. —Además, tengo asuntos importantes que hacer en este momento.
Sin decir alguna otra palabra, Neji me ha tomado de la mano comenzando a alejarme de aquellas personas. Mientras él me arrastraba por el lugar he visto claramente como la chica me miraba furiosa por lo que no he podido evitar realizar una mueca causando que se enfureciera aún más.
❀❀❀
Caminaba sonriente por las calles de Konoha, hace un rato me había encontrado con Yoko y me regaló un montón de dulces. Yo no dudé en aceptar sus dulces, todo lo que se pudiera comer y tuviera buen sabor era bienvenido por mí.
—Me hubiera gustado pasar un poco más de tiempo con Yoko. —comenté con una sonrisa sin dejar de caminar. —Es una lástima que tuviera una misión.
—¡Te dije que no pienso hacer lo que me digas!
—¡Por favor, Ayumi! ¡No andes por ahí sola!
Me asusté rotundamente al ver como aquella chica venía en mi dirección con una expresión de ira por lo que escondí mis dulces detrás de mi espalda.
—¡Tú! ¡Dime en estos momentos donde se encuentra la mansión Hyuuga! —exigió mientras me apuntaba e iba a responderle, pero me interrumpió. —¡Apresúrate!
—¡Tú a mí no me vienes a gritar! —exclamé mientras fruncía el ceño a lo cual ella me miró irritada. —¡Menos te diré dónde queda!
—Mocosa insolente. —sin darme tiempo de reaccionar he recibido una cachetada que me dejó perpleja. —Espero que con eso aprendas a respetar a tus mayores.
Yo parpadeé varias veces asimilando lo que anteriormente había sucedido y cuando tuve uso de razón he comenzado a sentir una ira inmensa. No podía creer que una extraña viniera a gritarme para luego golpearme, ¿quién se cree que es?
—Matar. —al pronunciar esas palabras y mirarla fijamente he notado claramente cómo se aterrorizó para comenzar a retroceder. Al sentir la voz del Kyuubi en mi cabeza he tomado una gran bocanada de aire mientras presionaba mis puños y así calmarme, no podía descontrolarme en la aldea; tenía que ser fuerte. —La próxima vez que intentes colocar un dedo sobre mí no dudaré en que este monstruo te mate.
—¡A mí nadie me amenaza! —me gritó mientras iba a dar pasos hacia mí, pero su compañero la detuvo en el momento adecuado. —No te creas superior solo porque tienes un monstruo en tu interior.
—Ayumi...
—Después de todo morirás en manos de Akatsuki en el momento en que extraigan tu Biju. —sonrió victoriosa a lo cual la he visto con ira. —Ese día yo estaré riendo de alegría.
—¡Ayumi! ¡Ya basta! —le gritó su compañero a lo cual la chica simplemente bufó para comenzar a irse. Aquel chico me miró apenado para luego realizar una reverencia. —Siento mucho lo de Ayumi. Ella no sabe lo que dice.
Yo no le he dicho alguna sola palabra, simplemente me limité a alejarme intentando calmar toda la ira en mi interior.
❀❀❀
—¿Qué te sucede? —me preguntó TenTen en el momento en que íbamos caminando por entremedio de aquellos árboles; hoy teníamos una misión de busqueda. —¿Por qué estás de malhumor?
—Antes de venir hacia aquí me encontré con una mujer muy molesta. —comenté irritada mientras recordaba a aquella mujer llamada Ayumi. —Esa vieja hasta incluso me golpeó.
—¿Qué? ¡¿Cómo que te golpeó?! —exclamó en voz alta llamando la atención de los demás. —Supongo que te has defendido.
—Lo iba a hacer, pero me interrumpieron.
Antes de que TenTen pudiera seguir hablando se nos presentó un pequeño problema y era el hecho de que varios enemigos habían aparecido.
—Tenemos un día de suerte. —mencionó uno de ellos mientras dirigía su vista en TenTen y luego en mí. —¿Cuánto crees que nos den por esas chicas?
—Supongo que nos darán más dinero por la chica que tiene el cabello amarrado. —decía refiriéndose a TenTen. —La otra no llama mucho la atención que digamos por lo que no valdría mucho.
—¿Qué han dicho? —pregunté mientras me daba un ligero tic en la ceja. —¡Repite eso en mi cara, idiota!
—Tiene carácter. —sonrió con malicia. —Podría quedármela.
—Ustedes se han encontrado con las personas equivocadas. —mencionó Neji mientras miraba con frialdad a aquellos hombres para luego activar su byakugan. —No pensamos dejar que toquen a nuestras compañeras.
—Primero la mujer de la aldea y ahora estos viejos. —dije fastidiada mientras formaba un clon para luego lanzar por distintos lugares algunos Kunai que traía conmigo. —Estoy molesta.
Ellos al ver que no he acertado ningún Kunai en ellos han reído y me han llamado patética que no servía en esto de ser ninja; sin embargo, la sonrisa en sus rostros se ha borrado en el momento en que desaparecí de su vista comenzando a desplazarme por esos Kunai y dándole golpes rápidos sin dejarles contraatacar.
—No es posible... —decía aterrado uno de ellos. —¡El destello amarillo de Konoha!
—¡Eso es imposible! ¡Creí que se encontraba muerto!
—No sé a quién se están refiriendo y la verdad no me importa demasiado. —comenté detrás de uno de ellos mientras le daba un golpe en su cuello. —Nadie me hace enfadar sin salir ileso.
Ellos me miraban asustados y suplicaban que los dejara ir, pero yo no iba a hacer lo que me pidieran.
—Lee. Recuérdame no hacer enfadar a ____. —decía TenTen algo asustada. —No quiero terminar como esas personas.
—Ella da miedo cuando se enfada. —decía Lee. —Su llama de la juventud está a flote.
—Como siempre haciendo un escándalo. —mencionó Neji mientras posicionaba una mano en mi cabeza. —Te felicito por progresar en estos años.
Me sentí avergonzada al escuchar el alago de Neji, había esperado por esto durante mucho tiempo.
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