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01.

"Hace mucho tiempo, existía un Zorro de nueve colas, que cuando agitaba su cola, destruía montañas y provocaba Tsunamis. Para contrarrestarlo, se reunió a los mejores ninjas para así alejarlo de la aldea y entre esos ninjas solo hubo uno que logró sellar al monstruoso zorro en un combate de vida o muerte. El ninja era conocido como el Cuarto Hokage..."

He tenido que detener mi lectura debido a que he oído la risa de mi querido hermano, al mirar en una dirección he visto a Naruto correr con un balde de pintura mientras estaba siendo perseguido por dos ninjas.

—¡Naruto! ¡¿Qué estás haciendo?! —exclamé sobre uno de los techos llamando su atención. Mi querido hermano solamente me sonrió para seguir corriendo por lo que solté un suspiro para así seguirlo. —¡No te lleves la diversión tu solo!

Naruto me lanzó una brocha la cual sostuve firmemente y así ambos comenzamos a dirigirnos a las caras esculpidas de los Hokages. Podía oír como los ninjas que antes perseguían a Naruto, nos reclamaban de que nos detuviéramos en ese mismo momento, pero nosotros no le hemos hecho caso y pintamos aquellas caras.

Sin embargo, me he detenido en el momento en que iba a pintar la cara del cuarto Hokage. Recordé las palabras escritas en aquel libro que le quité al Hokage sin que se diera cuenta, esta persona había sido el protector de Konoha años atrás. Él dio su vida por la aldea para detener al zorro de nueve colas...

—¡¿Qué haces, ____-chan?! —me gritó Naruto mientras me sostenía de la mano para comenzar a alejarme de aquel lugar. —Si te quedas quita te atraparán. Eso no es para nada divertido.

—Lo siento. Solo me quedé pensando...

Con Naruto hemos corrido un buen rato, hasta que él tuvo la brillante idea de esconderse y así lo ninjas que nos perseguían pasaron de largo.

—¡Eso fue demasiado fácil! —exclamaba con una gran sonrisa Naruto mientras me miraba y alzaba su mano para que yo chocara mi mano con la de él. —¡Nadie puede con el poder Uzumaki!

—¡Los mellizos Uzumaki son los mejores! —exclamé con una gran sonrisa, pero mi sonrisa se borró al ver a Iruka-sensei. —Sensei...

—¡¿Qué creen que hacen durante plena lección de clases?! —nos gritó mientras nos agarraba de la oreja para comenzar a arrastrarnos de regreso a la academia. —Ustedes definitivamente son un problema.

—Iruka-sensei eso duele. —me quejé intentando que él me soltara, pero no lo hizo. Él nos llevó de regreso a la academia, dónde comenzó a regañarnos frente a toda la clase.

—Escuchen bien, ustedes han fallado en el último examen y el examen antes de eso, no deberían estar bromeando. —nosotros simplemente apartamos la mirada desinteresados. —¡Escuchen todos! ¡Aquellos que ya han pasado la transformación la tendrán que volver a hacer!

Pude escuchar claramente como toda la clase se sorprendía ante lo que el sensei había dicho, todos se han levantado de sus lugares para hacer nuevamente la transformación. Los que habían pasado lo habían hecho perfectamente recibiendo un alago de Iruka-sensei y luego fue el turno de mi mellizo.

La idea era transformase en Iruka-sensei, pero Naruto pasó de eso y se transformó en una chica demasiado sensual e hizo que a nuestro sensei le comenzara a sangrar la nariz.

—¿Qué le ha parecido eso? —preguntó con una gran risa mientras miraba a Iruka-sensei limpiarse la nariz. —¡Lo llamo Sexy no Jutsu!

—¡Idiota! ¡No haces más que inventar técnicas tontas! —le gritó Iruka-sensei muy exasperado. Naruto simplemente bufó para luego volver a su lugar y entonces el sensei me miró de manera seria. —Es tu turno, Uzumaki ____.

Por la manera en que me miraba Iruka-sensei, he supuesto que él esperaba que yo actuara de la misma forma que Naruto, pero a diferencia de él, yo si hice la transformación como se debía y eso causó la sorpresa de varios.

—Así que uno de los Uzumaki no es del todo tonto. —comentó una chica a la cual no recordaba su nombre.

Iruka-sensei me pidió que volviera a mi lugar debido a que lo había hecho bien, él hizo que los que faltaban hicieran la transformación para luego decirle a Naruto que su castigo por no realizar bien la transformación sería limpiar las caras de los Hokages y para que no tuviera chances de escaparse el sensei se encargaría de supervisarlo.

✴✴✴

Cuando las clases terminaron me iba a dirigir a mi casa, pero antes iba a hojear nuevamente el libro que había tomado del despacho del Hokage. Quería saber más sobre el cuarto Hokage y sobre aquel zorro de las nueve colas, mi intriga me estaba matando por lo que no podía esperar a volver a casa.

"El zorro de las nueve colas fue sellado en..."

Habían puesto una mano en el libro impidiendo que prosiguiera leyendo, al momento de alzar la mirada me encontré con la cara de un Jounin que tenía la mitad de su rostro cubierto. Al ver su cara intimidante me entró un terror e iba a alejarme, pero él me lo estaba impidiendo.

—En tus manos tienes un libro que no deberías de leer. —mencionó de manera seria, él iba a quitarme aquel libro, pero yo no quería dejarlo. —Sé una buena niña y devuelve el libro.

—¿Qué sucede si no quiero?

Él me miró fijamente causándome un escalofrío y entonces se acercó por lo que cerré mis ojos atemorizada para luego sentir como me golpeaban en la frente el cual me dolió. Cuando he abierto mis ojos ya no se encontraba aquel Jounin ni el libro, él se había ido sin decir nada y con él se llevó mi libro.

Solté un suspiro mientras sobaba mi frente debido al golpe de aquel Jounin, mientras caminaba he podido sentir las miradas despreciables de la gente y no me importó demasiado. He vivido con ello durante mucho tiempo por lo que terminé en acostumbrarme, no sabía exactamente porqué nos miraban a mi mellizo y a mí de esa forma.

¿Será porque somos huérfanos?

Con Naruto nunca conocimos a nuestros padres, no sabemos nada de ellos, no sabemos si nos abandonaron, si ellos nos querían o si habían muerto en alguna parte. No sabíamos nada de ellos y eso era desesperante; ambos queríamos saber sobre nuestros padres, queríamos saber si ellos nos querían o no.

Negué rápidamente intentando esfumar todo pensamiento de tristeza, no debo de verme débil, debo de ser fuerte para así volverme una gran ninja y ser reconocida. Naruto tenía el deseo de convertirse en Hokage y yo de ser su ayudante cuando eso sucediera, quería estar siempre para él.

Una sonrisa boba se me formó en mi rostro al tan solo pensar en eso, sin embargo, mi sonrisa se borró en el momento en que choqué con una persona.

—¡Lo siento! ¡No me he fijado por dónde caminaba!

Miré a la persona que había chocado, era un chico con unos ojos bastante extraños a mi parecer, pero sus ojos se me hacían conocidos solo que no recordaba de dónde los había visto.

Él me miró de manera fría para luego seguir su camino, yo lo he visto irse sin decirme una palabra por lo que me encogí de hombros y proseguí con mi regreso a casa. Cuando regresé a casa, más bien a la habitación que nos habían dado, me puse a limpiar el desastre que tenía Naruto. Luego de limpiar me acerqué al refrigerador para sacar un poco de Ramen, el cual era instantáneo.

Me gusta más comer el Ramen de Ichiraku, pero en estos momentos no tengo el dinero suficiente para ir a ese lugar por lo que me conformaba con el instantáneo. No era tan delicioso como el de Ichiraku, pero algo era algo.

—¡Ya regresé! —exclamó Naruto con una gran sonrisa mientras ingresaba al cuarto. Él al ver que estaba calentando Ramen me sonrió con orgullo. —Sabes, hoy Iruka-sensei me invitó del Ramen de Ichiraku.

—¡Traición! —exclamé mientras le lanzaba un zapato el cual él no esquivó para nada y le llegó en plena cara. —¡¿Cómo comes Ramen de Ichiraku sin mí?!

—¡Eso me dolió!

—¡Te lo mereces por traicionero!

—¡Yo no merezco esto! —me gritó enfadado mientras tomaba el zapato y me lo lanzaba, pero lo he esquivado causando que el zapato chocara contra el vidrio y se rompiera. —¡Ah! ¡Nos van a matar!

—Naruto. Creo que hay que huir.

Con Naruto hemos logrado oír unas voces por lo que nos aterramos, tomamos nuestras cosas y hemos salido de casa para que así nadie se diera cuenta de que hemos sido nosotros.

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