Las clases de la tarde siempre fueron las más tediosas, es ese horario dónde te entra sueño y solo quieres dormir y más aún si la clase es aburrida, como en este momento. JungKook se encontraba dormido sobre la mesa, pero no podemos culparlo, después de los primeros quince días de adaptación en la escuela dónde sólo dejaban tareas simples, se había quedado despierto casi toda la noche realizando un ensayo para su clase de Literatura sin contar las numerosas tareas que le dejaron en las demás materias.

Sintió un pequeño golpe en su espalda que hizo que espabilara un poco.

-JungKook, el profesor te va a llamar la atención -escuchó la voz de TaeHyung.

Se giró un poco para poder verlo y vio en sus ojos preocupación.

-Gracias, trataré de estar despierto lo queda de turno -respondió con una sonrisa.

Un poco más calmado con eso TaeHyung retomó su concentración en la clase, y no despertó al azabache por molestia ni nada de eso, no señor, solamente a él no le gusta que regañen a sus amigos y si puede evitarlo lo hará.

Cuando al fin el tedioso turno de Historia terminó, JungKook agradeció mentalmente que el profesor no dejara tareas, algo bueno de la clase pensaba él.

-TaeHyung, ¿nos vamos? -preguntó JungKook saliendo del aula, y es que todo esté tiempo se han estado esperando tanto para irse a la escuela como para regresar.

-No, hoy voy a esperar a mamá aquí, me dijo que iba a pasar para ir a adoptar un perrito -dijo con los ojos brillantes de emoción.

-Que bueno TaeHyung, ahora qué dices eso, recuerdo que tengo que ir a ver cómo está Bam en el centro. Bueno ¿mañana si te espero?

-Si -respondió con un asentamiento de cabeza.

-Chao chicos.

Se despidió de TaeHyung y Jimin, y sí, al pobre Jimin lo dejaron abandonado en la conversación, ciertamente el pensaba que lo habían ignorado y eso pues no sé sintió muy bien.

-Chao JungKook -dijo Jimin notándose triste.

-Hey, Minnie, ¿qué te pasa? -preguntó el castaño preocupado

-Desde que llegó JungKook me tienes abandonado, ni siquiera notaste que ahora iba a tu lado y te concentraste en hablar sólo con él.

Jimin se notaba realmente triste y eso puso mal a TaeHyung pues su objetivo no era que su mejor amigo se sintiera así, para la próxima vez verificaría que su Jiminie estuviera presente en la charla, y es para él todo esto era realmente nuevo, de solamente tener un solo amigo, ahora tenía cuatro y eso era algo increíble.

-Jiminie, lo siento. No era mi intención hacerte sentir mal. -dijo TaeHyung con los ojos lagrimosos.

-Hey, está bien, no te pongas así, sabes que yo soy dramático -Trató de bromear.

TaeHyung asintió un poco más contento.

-Entonces te quedas aquí. ¿Quieres que me quede hasta que llegue tú mamá?

-No, no te preocupes.

-Bueno, chao, cuídate -se despidió Jimin dándole un beso en la mejilla.

-Chao, Jiminie.

Cuando se quedó solo, estuvo un tiempo pensando en todos los cambios que ha tenido desde que comenzó este curso, y es cierto que es mucho más sociable, todavía le cuesta un poco empezar las conversaciones y no ponerse nervioso, pero ha mejorado muchísimo y él está muy contento por eso.

En ese momento escuchó el claxon de un auto y vio que era su mamá. Corriendo se acercó y se subió en el asiento del copiloto.

-Hola, Tae. ¿Cómo te ha ido hoy?

-Muy bien, mamá. ¿Y a tí?

-Bien cariño, cuando lleguemos a casa quiero conversar sobre una cosa -dijo y miro de reojo al asiento contiguo notando la preocupación en la cara de TaeHyung -No te preocupes que no es nada grave.

-Ay me habías asustado, mamá.

El viaje hasta el centro de adopción fue tranquilo, escuchando laa canciones que pasaban por la radio, aunque TaeHyung seguía pensando en lo que le dijo su mamá.

-Bueno, ¿y ya tienes pensado que raza quieres? -preguntó Hyuna.

-Nop, simplemente alguno que me llame la atención -contestó con una sonrisa.

-Ah ya, entremos entonces.

Al entrar pudieron ver perros de todas las razas, de todos los tamaños y eso fascinó al castaño que observaba todo con ojos brillantes.

-Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarles? -dijo la dependiente, con una sonrisa.

-Buenas, queremos adoptar un perrito, si fuera cachorro sería mejor pues así se adapta a nosotros -respondió Hyuna.

-Vengan, les voy a enseñar todos los cachorros que tenemos.

TaeHyung miraba todo con entusiasmo, habían muchos perros ahí.

-Ow, que bonitos -No pudo evitar la emoción al ver tantos cachorritos.

Su vista recorrió todo el lugar, hasta fijarse en uno que estaba alejado de los demás que se le habían acercado para llamar su atención.

-¿Por qué ese está solo? -preguntó Tae.

-Oh, ese tiene problemas cardíacos, llegó hace poco y el mismo se queda siempre quieto, para evitar agitarse mucho.

-Mamá, quiero ese.

-¿Ese mi vida? Recuerda que tiene problemas y vas a tener que llevarlo al veterinario a cada rato.

-No importa, tiene cara de estar enfadado -dijo sonriendo -yo haré que esté un poco más feliz.

Su madre sonrió enternecida, mientras la muchacha se acercaba y lo traía en brazos.

-Es un pomeriana, ahora tienes que llenar unas planillas y te voy a dar algunas indicaciones sobre su cuidado.

Decir que TaeHyung estaba contento era poco, no cabía en su cuerpo de la felicidad, al fin podía tener un perrito. Todo el trayecto para la casa se lo pasó acariciando al perrito que observaba todo asustado.

Cuando llegaron a la casa, rápidamente se dirigió a su habitación con el cachorrito en brazos, para prepararle la camita donde dormiría y ponerle algo de comida especial que le habían dado. Y es que TaeHyung el día anterior había salido a comprar algunos juguetes, la camita y otras cosas para su nuevo acompañante.

Río enternecido viendo al pequeño can olfatear toda la habitación y cuando se cansó se acostó en la suave colcha que tenía en la cama.

Hyuna observaba todo desde la puerta y esperó el momento para llamar a TaeHyung.

-Tae, ¿podemos hablar?

Asintiendo, TaeHyung dejó el cuarto siguiendo a su mamá y muy preocupado por lo que le diría.

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Perdón por la demora, he estado complicada con la universidad.
Muchas gracias por esperar.
L@s quiero.
Besitos