Vida
Milo y Camus entraban al hospital pidiendo informes sobre Aioros.
Recibieron la llamada en plena carretera, no estaban en la ciudad por eso hicieron lo posible en llegar rápido, pero debían respetar los límites de velocidad permitidas, rezaban internamente que no fuera grave lo que tuviera el castaño.
Por eso en cuánto la chica de recepción les dio el número de habitación apresuraron sus pasos, deseaban ver con sus propios ojos que el pequeño griego se encontrara bien.
Dentro del cuarto el castaño estaba en shock, no podía creer lo que el médico le decía, él aún es joven tiene 19 años, en diciembre cumpliría los veinte y le daban la noticia que estaba esperando un hijo de Él, de Shura, sabía que al ser doncel debía cuidarse de un embarazo.
Nunca mencionó al español su condición porque no lo creyó importante por eso pidió que se usara condón en cada encuentro sexual para así evitar lo que ahora le decía Écarlate.
Jamás se esperó esa noticia que era un giro de 180° grados en su vida, estaba asimilando poco a poco la situación, pero una parte de él se alegró que no le haya pasado nada al pequeño que se gesta en su vientre.
Preguntó al pelirojo que cómo era posible, si se usó protección en el coito y éste respondió a las dudas del castaño.
Explicó que muchas veces el condón no es 100% efectivo para evitar un embarazo porque hay muchos factores de por medio tales como la fecha de caducidad, estuviera defectuoso o por la fricción el látex se rompiera en medio del acto sexual.
Todo le quedó claro y entonces los golpes a la puerta se escucharon, el médico dijo un adelante para dar el acceso.
Eran sus mejores amigos los que entraron y saludaron al doctor, ambos estrecharon en un fuerte abrazo al castaño, se sentían más aliviados al verlo tranquilo, intacto, sin ningún rasguño, varios segundos permanecieron así pero se separaron ya que recordaron la otra presencia en la habitación.
Al ver que esos dos hombres no emitieron más palabras, sólo permanecieron en silencio a un lado de su paciente, el pelirojo continuó.
- Por ahora Aioros permanecerás aquí en el hospital, una semana serás monitoreado para ver si no se presentan complicaciones, debido a tu edad pueden existir riesgos durante el embarazo. Eres muy joven, estás en la flor de tu vida, con 19 años tu cuerpo no se desarrolla por completo y más al ser doncel. Cuando se te dé de alta debes venir en cuanto cumplas los cuatro meses, se te programarán citas cada mes para ver el avance de tu embarazo, evita el estrés o estar bajo presión ya que puede ser perjudicial en tu salud y la del pequeño. Es todo por ahora, más tarde mi compañero que es ginecólogo pasará a visitarte. Aioros agradeció y el pelirojo asintió para luego salir de ahí.
Todo lo que escucharon los dejó de piedra, Milo quería armar un escándalo ahí mismo, ¿Cómo era posible que su hermanito estaba en cinta?
Se controló sólo porque las palabras del médico se quedaron grabadas en su mente, no quería poner en riesgo la salud de Aioros y del pequeñito.
Pero de algo estaba seguro, en cuanto conozca al afortunado padre lo dejará castrado por embarazar a Aioros tan joven, sigue siendo un adolescente a pesar de la madurez que demuestra, le daría una muerte lenta y dolorosa, torturarlo hasta el último aliento de su vida sería excitante.
Eso y más planeaba el escorpión, mientras Camus se sentó en un extremo de la camilla para pedir explicaciones de lo que acabó de escuchar.
El castaño relató lo sucedido en la universidad, luego la noticia del aborto que tuvo y fue controlado a tiempo, además de su avanzado embarazo, lo demás lo escucharon ellos cuando llegaron.
Camus no quiso indagar a profundidad pero todavía había una interrogativa más grande, ¿Quién es el padre de ese niño que viene en camino?
Por ahora no formularia esa pregunta porque la salud de Aioros es primero, cuando esté mejor sin duda los tres tendrían una charla.
Su estancia en el hospital no era tan aburrida como creyó, ya que Camus y Milo se la pasan todo el día con él, Aioria también lo visita por las tardes que salía de la preparatoria y le entrega las tareas que se le han acumulado en la semana que ha faltado.
Todo estaba en perfectas condiciones, no había riesgo de que se presente otra amenaza de aborto pero igual sigue siendo vigilado por el personal médico, según escuchó el domingo por la noche sería dado de alta, eso le alegraba ya que el lunes podría presentarse en la universidad para ponerse al corriente de sus estudios.
Cuando le dijeron que podía irse fue un alivio, todas sus cosas estaban en la maleta que Camus ayudó a guardar con tiempo, Écarlate firmó su salida de la clínica, antes que se retirara volvió a darle al castaño recomendaciones para evitar todo lo que podría hacerle daño a él y al bebé, además que acudiera a su cita programada en cuanto cumpliera los cuatro meses para hacerle una ecografía.
Volvió a agradecer al médico y Milo los esperaba en la salida con la camioneta encendida listo para partir a la casa de Aioros donde un Aioria eufórico los esperaba.
El menor de los Onassis reaccionó bien tras escuchar que sería tío, un bebé venía en camino, cada día que lo visitaba no hacía otra cosa más que hablar en la diminuta pancita de su hermano mayor y así hacerle saber a su sobrino que estaba ansioso por querer conocerlo, además que sería el consentido de la casa.
El castaño miraba con ternura a su hermano, también empezaba a amar ese pedacito de vida que lleva dentro, aunque no se planeó el concebirlo, el angelito no tiene la culpa de nada.
Es por eso que con determinación se planteó una meta, salir adelante él sólo con su hijo, sería su padre y madre a la vez, el pequeño será ese nuevo motor en su vida, tocó su vientre con suavidad y sintió una calidez en su corazón embargarlo, algo le decía que estaba haciendo lo correcto.
♐
Aunque deseara seguir durmiendo la molesta alarma comenzó a sonar e interrumpió su sueño, era temprano pero debía asistir a la institución, no podía darse el lujo de faltar a las clases, por lo menos sus profesores al enterarse de su estado de salud le permitieron entregar las tareas acumuladas en quince días máximo.
Fue una odisea convencer a la pareja de que lo dejarán ir a la escuela, se estaban volviendo más sobre protectores con él pero tampoco daría su brazo a torcer, así que usando sus propios métodos lo consiguió.
Los pasillos como todo lunes se veían menos abarrotados de alumnos, siempre el inicio de semana era el más odiado por todos, incluyéndose también.
Antes que iniciara la clase su profesor le dio la bienvenida pero mencionó que el director quería hablar con él de inmediato, así que con el permiso del docente se retiró para ir a la oficina principal.
La secretaria le dio el paso, giró la perilla de la puerta y entró, el hombre de mediana edad lo invitó a sentarse en la silla frente a él para ser directo con el tema.
En su condición no se haría responsable la institución si algo llegara a pasarle dentro del mismo plantel, si deseaba continuar estudiando lo haría bajo su riesgo.
Aioros fue claro también, terminaría su semestre y se daría de baja, estando en el hospital pensó muchas cosas, entre ellas dejar de estudiar porque un bebé requiere de atención y cuidados, además en la carrera que eligió era imposible no evitar el estrés, lo que sería perjudicial para su pequeño y eso no quería que sucediera, por él sacrificaría todo con tal de que esté bien, sólo serían dos meses los que faltaban para terminar, pedía a los dioses que pasara rápido el tiempo.
Después de eso se retiró para ir a su clase siguiendo todo normal hasta el término de éstas, Aioria en la salida lo esperaba pero a su lado Milo y Camus se encontraban, el menor mencionó a su hermano que iría al cine con sus amigos llegaría a eso de las 9 de la noche.
El castaño asintió y mencionó que tuviera cuidado, el griego menor se despidió de los tres desapareciendo de su campo de visión, la pareja se ofreció en llevar al embarazado joven para que no caminara sólo por las calles, se subieron a la Jeep del rubio emprendiendo el camino.
Había una conversación pendiente entre los tres y al ver que el estado de salud de Aioros estaba mucho mejor decidieron que llegó el momento de tener respuestas.
En diez minutos ya se encontraban en la entrada de la casa y luego pasar a sentarse en la sala, Milo fue el primero en hablar.
- Aioros, sabes que no me gusta darle muchas vueltas al asunto, así que seré directo contigo. En el hospital tuve que hacer un gran esfuerzo por controlarme para no armar un escándalo, pero hay una gran interrogante y es sobre el padre de ese pequeño, por los meses que tienes nos hace pensar que quedaste en cinta en nuestro viaje a Veracruz. El rubio se quedó callado para que ahora el pelirojo continuara con la charla.
- Por lo tanto te pedimos que nos des los datos de ese hombre para buscarlo y obligarlo a que se haga responsable del bebé que viene en camino, además que se case contigo. Queremos lo mejor para ti y que tengas la hermosa familia que siempre has soñado. Terminó el pelirojo sonriendo porque sabía cuál era el más grande anhelo del castaño.
Más sin embargo Aioros no estaba del todo de acuerdo, apreciaba el gesto de sus amigos y que querían su felicidad.
Sabían de su ilusión de encontrar a un buen hombre que lo ame cada día y unir sus vidas en matrimonio, formar una familia cuando llegue su primer hijo, pero entendió que lo que pasó con Shura sólo fue sexo casual, no se imaginaba compartir su vida al lado del pelinegro, ni mucho menos ser feliz con él al ser un matrimonio forzado.
Obligarlo para que cumpliera su responsabilidad paterna por el bebé que está en su vientre sería como una condena para ambos ya que no hubo amor en el acto, ni palabras dulces, sólo fue sexo, por ello debía mentir para que nadie sufriera de manera injusta.
- Milo, Camus agradezco lo que quieren hacer por mí pero estaba borracho y no recuerdo bien el nombre o rostro con la persona que tuve relaciones, se usó protección pero las cosas pasan por algo y a éste pequeño lo amo con todas mis fuerzas después de salir del shock inicial y perdonen lo que les diré, pero buscar a un tipo que ni logro recordar no vale la pena ya que tomé una decisión, sacaré adelante a mi hijo yo solo. No necesito formar una familia con un desconocido que por casualidad esa noche conocí porque seré su padre y madre, aunque la gente hable me da igual lo que piensen de mi, los perros siempre van a ladrar. Se sintió mal al mentir tan descaradamente a los que considera parte de su familia pero algo le decía que estaba haciendo lo correcto, aunque pareciera inocente en algunos temas no era tonto, lo que pasó esa noche en tierras veracruzanas fue algo más a la atracción y deseo carnal, nunca hubo algo de por medio ni promesas de amor.
Si daba los datos necesarios sobre Shura a la pareja, de inmediato irían por él para obligarlo a asumir su responsabilidad y darle a conocer la existencia de un vástago suyo.
El rubio y pelirojo no dijeron nada luego de que Aioros diera su sentencia, creían en su palabra si no recordaba al fulano ése no importa porque ellos apoyarían al menor con todos los gastos del bebé.
El tiempo siguió su curso normal, el castaño goza de buena salud al igual que su hijo, su vientre es más notorio en los dos meses que han pasado, el estar en cinta a hecho que Aioros sea diez veces más bello que cuando sólo era un joven doncel atractivo, sus ojos aguamarina irradian un brillo hermoso, su cabello castaño obtuvo un tono más oscuro y su piel dorada se volvió más tersa.
Es el sexto mes de gestación y en ésta ocasión le tocó a Milo ser su acompañante a la cita con el ginecólogo además de que le harían la ecografía para ver cómo se va desarrollando el pequeño y saber su sexo.
Tenía opciones de nombres para niña y niño pero quería un nombre español ya que sería una forma de recordar el origen y la sangre hispana que corre por las venas de su hijo.
El rubio se mostraba emocionado tal cómo un niño, quería que naciera lo más pronto posible ese bebé que espera Aioros para poder cargarlo en sus brazos y mimarlo como si fuera su propio hijo, aunque ahora que lo pensaba bien deseaba tener uno con su adorado francés, que fuera una copia exacta de su amado pelirojo y tuviera sus ojitos de rubí.
Mystoria se hizo presente en la habitación e indicó que se subiera a la camilla para hacerle la ecografía, todo iba de maravilla en el desarrollo de su hijo, si seguía al pie de la letra todas sus indicaciones el parto sería natural.
Salieron del hospital muy felices porque ya sabían que Aioros esperaba un varón, la habitación sería pintada de celeste y decorada al gusto del castaño para el nuevo integrante de la familia Onassis Leo.
Cuando Camus y Aioria reciban la noticia no dudará en burlarse de ellos porque estaban tan seguros que sería una hermosa niña, terminaron apostando porque Milo decía que era un fuerte niño el que Aioros cargaba en su vientre.
Su victoria fue declarada hoy tras revelar el sexo del bebé, ahora su pareja deberá pagar su apuesta en la cama, desnudo y su cara enterrada en la almohada siendo azotado hasta el cansancio, mientras el pequeño leo era más un reto que una apuesta, darle un beso a su amigo de cabellos rubios proveniente de la India aquel joven del que no para de hablar ni por un minuto ya que es nuevo en su salón de clases.
El séptimo mes transcurrió de maravilla para el joven doncel, cumplían cada antojo sin importar la hora que fuera, se esforzaban por complacer sus gustos raros además de soportar los pequeños cambios de humor que sufría, podía un rato reírse pero al siguiente lloraba sin razón alguna o enojarse por la mínima cosa que dijeran.
Ya en el octavo su vientre parecía un globo a punto de reventar, su pequeño no paraba de moverse y por las noches inquieto lo pateaba con fuerza sin dejarle conciliar el sueño, a veces solía hablar con el o cantarle una canción de cuna, la misma que sus padres cantaban a él y Aioria.
La noche era tranquila, Aioros envuelto en los brazos de Morfeo soñaba con un hombre pero no podía distinguir su rostro o quién era, sólo lograba ver unas hebras como la noche sin luna llena, escuchaba su voz profunda diciendo que lo ama, su corazón amenazó con salir de su pecho al escucharlo.
Su sueño se vio interrumpido por un dolor en su vientre, era tan fuerte que gritó, en el silencio de la madrugada se pudo escuchar por toda la casa, ésto hizo despertar a su hermano e invitados.
De inmediato se levantaron asustados por lo que estuviera pasándole al castaño, lo encontraron en su cama sudando a mares y aferrándose de las sábanas para tratar de aliviar un poco su malestar.
Milo y Camus fueron los que se encargaron de Aioros, no sabían lo que pasaba pero estaban seguros que algo tenía que ver con su hijo, el castaño volvió a gritar tocándose su vientre, lo ayudaron a levantarse con cuidado y ahí se dieron cuenta que se le había roto la fuente.
Le dieron indicaciones a Aioria, primero que nada ir por la maleta con todas las cosas que son para el bebé y segunda llamar a Mystoria avisando que el parto se adelantó.
Se suponía que hasta el término del embarazo nacería, ahora iban en la camioneta de Milo rumbo al hospital con un Aioros que apretaba fuertemente la mano del francés, el menor de los Onassis se quedó en casa, lo mantendrían al tanto de lo que pasara.
Su viaje fue rápido ya que las calles estaban solitarias, afuera lo esperaban con una camilla, el médico se encontraba en la sala de partos, mientras la pareja se quedaba en la sala de espera rezando porque todo saliera bien.
Fue ingresado a la espaciosa habitación, cada tres minutos venían las fuertes contracciones, estaba lo suficientemente dilatado para comenzar la labor de parto, le aplicaron la anestesia local.
El ginecólogo daba indicaciones a Aioros sobre pujar en cuanto viniera una nueva contracción, así lo hacía pero en cada esfuerzo que daba su cuerpo lo sentía débil, no sabía si eran minutos los que pasaban u horas pero ya no podía, Mystoria lo alentaba a no rendirse, cada vez faltaba poco, se podía ver la cabecita del pequeño, otra contracción y reunió la poca energía que le quedaba para pujar hasta gritar.
Un llanto se escuchó por las cuatro paredes, luego vinieron mas, una sonrisa cansada se formó en sus labios, su bebé ha nacido, las enfermeras lo acercaron a él para que pudiera verlo por breves segundos ya que debían limpiarlo de los restos de la placenta además de verificar su estado porque había nacido prematuro, faltaba un mes para que terminara su desarrollo por completo en el vientre de su madre por ello debían practicarle estudios para descartar problemas de salud a futuro.
- ¿Cuál será el nombre de ese lindo angelito joven Aioros?. Preguntó la enfermera.
- Dante, su nombre es Dante. Fue todo lo que dijo ya que exhausto por el parto cerró sus ojos para dejarse llevar por la inconsciencia.
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Abrió sus ojos de golpe pero la lámpara hizo que los cerrara nuevamente, se quejó porque la luz artificial lastimó su visión, volvió a abrirlos pero ahora de forma lenta, Camus que estaba con él en la habitación se alegró de que despertara, pero el castaño sólo pensaba en una sola cosa o mejor dicho en su amado bebé.
- Cam, ¿Dónde está mi hijo?. Vio directamente al pelirojo luego de incorporarse un poco de la camilla.
- Tu hijo está en perfectas condiciones, pero al nacer prematuro el doctor creyó conveniente que estuviera en la incubadora por un mes que es lo que faltaba para que naciera. Es fuerte el pequeño pero quieren evitar que se enferme o un virus ataque sus pulmones, por ello tampoco podrás estar con él salvo unos cinco minutos, se le dará por ahora leche de fórmula. El castaño rompió en llanto porque su mayor anhelo es que cuando despertara tendría a su preciado Dante esperando por él y lo tuviera en sus brazos, luego darle pecho pero debido a que se adelantó el parto ya no podría tenerlo cerca cómo él quisiera.
Comenzó a cuestionarse y culparse sino se cuidó lo suficiente o no siguió al pie de la letra todos los cuidados que debía tener durante su embarazo.
Camus intuyendo su pesar lo consoló:
- No llores amigo mío y tampoco te culpes porque ésto suele pasar en madres primerizas, treinta días no serán nada, verás que pasarán rápido y la espera valdrá la pena porque finalmente Dante lo tendrás contigo todo el tiempo del mundo, si antes aguantaste todos esos meses de gestación ésto pasará en un santiamén. Es un hermoso bebé tienes que verlo con tus propios ojos, tu hijo ha despertado en mí ese lado paterno que creía inexistente. Una cálida sonrisa le dedicó al griego menor y éste se la devolvió más ampliamente, las palabras de Camus pudieron tranquilizar su afligido ser.
Horas después la enfermera llegó para llevarlo a la sala neonatal.
Ahí lo vio, a través del gran ventanal transparente sólo dos pequeños estaban en primera fila.
Lo reconoció de inmediato ya que era el único en incubadora, su amigo tiene razón es el bebé más hermoso que haya visto, su hijo, su Dante, se encontraba despierto, sus manitas y piecitos los movía de un lado a otro.
Posó su mano en el cristal y sonrió de una forma única porque esperaría el tiempo que fuera necesario para poder brindarle ese amor y protección a ese pedacito suyo.
Lo primordial ahora es su salud para que a futuro sea un hombre fuerte.
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