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22, El perdón de una bruja de vasija.

Arabella tenía la capacidad de transformar a las personas. Para bien, pero las mayorías de las veces para mal.

Le borro la sonrisa a Desdemona.

Se encargo de atemorizar a las brujas de vasijas que existían.

Dividió a los cambiantes. Estaban quienes la seguían, y aquellos que buscaban la forma de matarla.

Logro que Galaga fuera incapaz de verla sin la necesidad de meterla en la celda más oscura del mundo.

Y que Hisirdoux, se decepcionara por completo. Sabía a lo que se enfrentaba dejándolo en el altar. Sin embargo, cuando se lo cruzó meses después, y vio la furia en su mirada ámbar, ella también se decepcionada de si misma.

Después de ese día que no se suponía gris, y de esa noche en que fue por la última bruja de vasija de pie. Después de la caluroso tarde en que vio a su mejor amiga rodeada de muerte, y con las deidades dadora de la vida de cualquier bruja y hechicera, arrebatándole lo poco que le quedaba. Después de todo eso, se vio en el espejo, y odio cada aspecto que la formaba.

Su rostro estaba marcado por la tragedia y la soledad. Su cuerpo agotado por el papel que decidió seguir. El cual fue escrito a la perfección por una mujer, que hasta ese presente, no hacia más que causarle dolor, confusión, y miedo.

Amaba a Morgana, y le temia también.

New York, 1920

Cuando termino con la última bruja de vasija, su vida se volvió aburrida. De alguna forma. Trabaja en una florería, que antes de que un niño llegara a la vida de Margarita, ambas compartían. Era una fachada perfecta. Una tomaba pedidos, y la otra los llevaba a cabo.

No era cualquier pedido.

Desde pócimas, hasta ir por una joya, y usar la magia como el método ideal para sacar información, era un trabajo que oscilaba entre lo tranquilo y peligroso. Razón por la cual Margaret lo dejo, y Arabella lo continuo.

Sin embargo, con el nuevo siglo, la fachada se transformó en lo que era, una florería. Ahora que estaba sola, no tomaba tantos pedidos, menos aquello que podían dejarla a ella al descubierto.

Para 1920, era la joven de las flores, la que hacía unas riquísimas galletas, y se encargaba de perfumar la ciudad.

-Estuve llamando a Margaret, y no me ha a atendido -le dijo a White.

-Seguro tiene algún asunto con el niño -respondió la gata.

-El niño tiene muchos años como para que la madre se encargue de algún asunto -dijo Arabella.

Tomo el abrigo, y se encamino a la salida.

-Aunque Marius le pido ayuda con el anillo de compromiso -penso en voz alta-, quizás sigan ocupados en eso.

-Lo sabrás mañana -dijo White-, hoy tendrás que hacer tu propia cena.

Salió de la florería, pensado en lo que había en su casa, cuando una jovencita se acerco a ella y le dió un sobre.

-¿Urgente? -leyó-, ¿De quién es?

Al alzar la vista, estaba sola. Aquella jovencita se hizo humo tan rápido que ni lo noto. Sin dudarlo un segundo, abrió el sobre. Lo que había en su interior, era un pedido de ayuda, de Margaret.

-Maldicion -murmuro.

Vio a todos lados, buscando algo sospechoso, pero solo se encontró con la calle desierta.

-Debemos ir por ella -dijo Arabella.

-¿Tu sola?

-Si, eso dice -respondió.

-¿Qué tal si es un trampa?

Lo dudo, un segundo. El tiempo suficiente para saber que era mejor no dudar, y actuar de inmediato.

-No importa, ya lo descubriremos.

Comenzó a caminar, y la gata fue por detrás. Debía llegar a una parte oculta de Brooklyn, y para eso tenía que encontrar a una mensajera que la llevará hasta allá.

Dió vueltas por todos lados, sintiendo la desesperación crecer a su alrededor. No tenía idea de quien se trataba, quien estaba detrás de todo eso. A esa altura, llegó a molestar a todo tipo de personas, que la lista de sospechosos era muy amplia.

Cuando al fin encontró una mensajera, llegó a su destino en unos segundos. No sé detuvo a recuperarse del mareo que le daban esos viajes, y camino hasta la dirección que redactaba la carta.

Llegó a un mural bastante extraño. Tenía pintado a una mujer de larga cabellera cobriza, y armadura dorada. Un pequeño orificio en el centro de la muro, le indicó lo que debía hacer.

-Esto debe ser una broma -murmuro, y se sacó el collar.

El muro se abrió de par en par, y antes de dar un paso hacia el interior del salón, una energía oscura la invadió.

-Cambiantes -murmuro.

-¿Estás segura de esto? -pregunto White.

-No, pero si es cierto, debo averiguarlo -respondió.

Dió un paso, y fue detenida de inmediato por un par de personas encapuchadas.

-La hija de Morgana, si viniste -dijo una mujer, acercándose a ella.

-Si, no me diste muchas opciones -dijo Arabella de malas ganas-, todo esto ¿Es una jugarreta?

-Bueno, es cierto que no eres la bruja más querida, pero de tu parte quieres mucho a tus amigas -dijo la desconocida-, sabía que algo así te traería de inmediato. Póngale las esposas.

Otra vez. Arabella había perdido la cuenta de todas la veces que sus noches comenzaban así, con ella siendo esposada de alguna forma.

Atada a una silla, con White enjaulada a un lado. La magia no estaba del todo bloqueada, aún así debía pensar con cuidado como liberarse, y resistir hasta que cobre la energía necesaria para atacar a quienes la tenían presa.

-¿Por qué usan estás sogas? -pregunto la bruja-, ¿Si saben que me puedo librar con facilidad?

La misma joven que minutos atrás la esposo, se acerco a ella, con una vasija entre sus manos. Un suave vapor con brillos brotaba. Y el aroma de lo que fuera eso, llegó hasta la bruja.

-Espera, ¿Qué crees que haces? -pregunto preocupada.

La joven bruja, con una magia familiar de alguna forma, se sacó la capucha que le cubria el rostro, y le sonrió de una manera que creyó a ver visto en alguien más.

-Me reconoces, ¿Cierto? -indago.

-¿Quién eres?

-Bueno, no importa -dijo-, quizás no sepas de mi, pero se que reconociste lo que tengo aquí.

-Lo que estás por hacer, no lo hagas -dijo casi suplicante-, no creo que sepas para que se usa el té de hadas.

La muchacha dió una risilla, y se acerco un poco más, hasta quedar de frente. En su mirada avellana, en ese lunar bajo su ojo, y el cabello cobrizo. En esa sonrisa tan familiar, y su voz melódica, pudo reconocer a alguien.

-Si se, pero le daré un uso diferente, Arabella Pericles -dijo-. Con el hechizo ideal, sirve para que te rindas ante mi.

-¿Para que quieres eso? ¿De que te sirve que yo sea tu ...?

-¿Titere? ¿Te suena de algún lado, hija de Morgana? -pregunto, sin dejar de sonreír-. Ya sabrás de que habló.

Se aparto, y puso sobre su cabeza la vasija, aunque Arabella forcejeó para librarse, las sogas se ajustaron más, hasta inmovilizarla. Aquel líquido brillante, y de fuerte olor , la baño hasta llegar al suelo, llenando las ranuras dibujadas.

-Por cierto, me llamo Soledad -exclamo alegre, y se alejó de Arabella.

Se tomo de las manos del resto que estaban allí viendo el ritual, y juntos recitaron un antigua hechizo, que hizo brillar el suelo, y a la bruja empapada del té de hadas.

Arabella sintió su magia descontrolarse bajo su piel, creyendo que pronto iba a abandonarla, y con ello, convertirse en cenizas. Sin embargo, lo que sucedió, estuvo lejos de matarla.

Cayó en un sueño. Su cuerpo se hizo liviano, tanto que iba flotando en un espacio desconocido. Una voz en la lejanía, le obligó a abrir los ojos. La luz del lugar, aún siendo suave, la encandiló.

-¿Dónde estoy? -pregunto.

Unas manos, suaves, delicadas, la tomaron de las mejillas, y se obligó a ver de quién se trataba. Su fragancia, tan antigua y dulce, encendió esa parte de su memoria, que parecía estar dormida.

-¿Ma mamá? -pregunto.

A penas se movió a un lado, y vio a un hombre de rasgos suaves, y sonrisa calidad.

-¿Papá?

No quería sonar sorprendida, pero pronto comenzó a creer que estaba muerta.

-Si, son ellos -dijo alguien más-, es bueno que los tengas presentes después de tantos años.

-¿Madre? ¿Morgana, eres tú?

La hechicera se acerco a ella, y con un movimiento de mano, la dejo de pie en el suelo.

-Si eres ella, ¿Cuál de las dos?

-La humana -respondió la otra rubia-, si fuera la última Morgana que viste, no estaríamos acá.

Arabella parpadeó, tratando de contener sus lágrimas, sin embargo le fue imposible. Cayó de rodillas al suelo, y lloro todo el peso que había en su alma. No recordaba cuando fue la última vez que lo hizo, si fue por pena, rabia, o felicidad.

-Lo siento, todo esto es mi culpa -exclamo entre lágrima-, que ustedes estén muertos, que Morgana me haya llevado a la guerra, que mis amigos me odien.

-Oh, no -dijeron sus padres.

-Nada de esto es tu culpa -Victor se agachó hasta quedar a su lado.

-Hija, lo que sucedió tu no tenías nada que ver -dijo la mujer sentándose a su lado-. Morgana di algo, no puedes dejar que ella se culpe por el ataque.

La hechicera se acerco a ellos, y busco el rostro de Arabella. Bañado de lágrimas, y cubierta de dolor, le hacía recordar tanto a cuando fue esa pequeña niña perdida, a punto de rendirse.

-Tus padres hicieron todo lo posible para protegerte, tu, tan pequeña -dijo, y su voz tembló-, una bruja maravillosa, hiciste lo que estaba a tu alcance para defenderlos.

-Hija -llamo Elizabeth-, eras una niña, con mucha magia, que fue capaz de enfrentarse a algo que ningun niño tendría que afrontar.

-Estamos orgullosos de ti, porque si estás aquí, es porque diste lo mejor de ti -dijo Víctor.

-No es cierto, si estoy aquí, es porque hice todo lo malo para merecer este lugar -sollozo.

Se puso de pie, y se alejó de ellos. No sabía a qué clase de fantasía se estaba enfrentando pero estaba segura que ninguna de esas figuras habían visto nada de lo que hizo desde que salió del castillo.

Era la temible voz sobre el hombro de cualquiera.

Una seductora falta.

Alguien que no tenía miedo alzar su magia contra una mujer que le imploró de rodillas que no le hiciera nada.

Fue capaz de ganarse el odio de la última persona en la tierra que podría odiar a cualquier ser humano.

E hizo que el amor de su vida, el joven aprendiz que alguna vez le prometió lo más eterno sobre la tierra, no la quiera ver más.

-Merezco esto -murmuro.

Elizabeth y Victor de acercaron a ella, y la vieron. Sonreían como si no hubiese oído nada de lo que dijo.

-Si has hecho cosas malas -dijo Víctor-, y aunque no lo veas, tambien has hecho algo bueno.

-Hija, debes dejar de ver todo lo malo, ver la vida como una balanza -continuo Elizabeth-. Habrá momento en donde se incline más hacia un lado que hacía el otro.

-Nosotros debimos olvidarnos de todo, el día que naciste. De alguna forma, también fuimos culpables de lo que nos pasó.

-Papá, no ...

-Bella, lo que tú papá quiere decir -dijo y la tomo de las mejillas-, nosotros nos perdemos por lo que pasó. Es hora que tú también lo hagas. Se que le debes disculpas a muchas personas, por eso es mejor que empieces por ti.

-¿Por mi?

-Te has lastimado mucho mi niña, que mereces tu perdón -dijo, y le sonrió con calidez-, cuando lo hagas el mundo lo hará.

A punto de seguir llorando, los abrazo, y cuando los segundos se hicieron un minuto, sus padres se evaporaron entre sus brazos. Aún sin entender nada, sonrió con la calma de que su pecho no pesaba tanto como hacia unos instantes.

Aún susurraban un te amo en su oído, provocándole un par de lágrimas mas.

-Arabella -llamo Morgana-. Lo que está sucediendo, no debe pasar.

-Ni siquiera se que está pasando -exclamo-. ¿Ya estoy muerta?

-Sabes que yo no estoy muerta -dijo la hechicera.

-Perdon por dejarte -dijo con rapidez-. Tenía miedo. No sabes todo lo que viví después de eso, el mundo casi me come viva. Ni siquiera se cómo hice para llegar hasta acá.

Hizo una pausa, y vio detrás de ella, como si allí pudiera ver lo que alguna vez hizo.

-La última bruja de vasija, estaba embarazada. Se que las dos estan bien, aún así no borra lo que hice -conto-. Esa noche, no me quite el vestido de bodas.

Vio sus manos, y largo un soplido.

-Soy un monstruo -murmuro-. Creo que ya no queda nada bueno en mi.

-No, no lo eres cariño -dijo la hechicera, y tomo sus manos.

-Madre, no creo ser tan fuerte, ni tan asombrosa -dijo la bruja-. Soy solamente una cara bonita, llena de oscuridad.

Pronto su voz comenzo a temblar, y se detuvo para tomar aire. Quería seguir llorando, porque estaba segura que no iba a poder recuperar su cuerpo.

-Llegaste hasta acá, porque eres fuerte, y te has hecho la bruja poderosa que siempre dije que serías -dijo Morgana, y la detuvo de los hombros-. Que nadie te diga que no eres asombrosa. Si llegaste hasta acá, es porque demostraste ser más que solo una cara bonita.

Arabella sonrió, y luego dió una risilla.

-Bueno, gane mucho siendo una cara bonita -dijo.

-Lo se, eres hermosa. En tantos aspectos, que me molesta que no lo veas.

-Madre ...

-Tus padres tienen razón, has hecho cosas malas, pero también buenas. Debes ver el panorama completo, hija -dijo, y le dió un beso en la frente-. Está parte de mi perdono lo que hizo la que estaba sedienta de poder; a mi hermano, y a Merlín también los perdone.

-¿Si nadie quiere mi perdón? -pregunto dudosa.

-No te preocupes, lo van a aceptar -le sonrió.

Se abrazaron por una largo momento, y cuando Arabella comenzó a sentir debilidad, se asusto.

-¿Cómo salgo de acá? -pregunto sin soltarla.

-Solo despierta, ellos han dicho mal el hechizo -dijo, y se aparto-. Eres increíble, hermosa, y está parte de mi te dice que es mejor ser amaba, que temida. Recuérdalo hija.

-Gracias mamá -sonrió, y una vez más la abrazo.

-Y quizás él no te perdone ahora, pero nunca dejes de intentarlo -susurro-. Te ama, y se aman, y no, no es una distracción. O si la es, pero es la mejor distracción de todas.

-¿De que hablas?

-Hablo del amor.

Morgana se evaporó entre sus brazos, y el lugar se fue haciendo más claro. Con una suave brisa sobre su rostro, las lágrimas se fueron secando, arrullandola, cayendo en un cálido sueño.

Volvió a despertar del otro lado. Con todos viéndola sorprendidos.

-¡Malditos mocosos! -grito enojada-. Nunca hagan enojar a la única bruja de vasija sobre la tierra.



★★★

Hola mis soles, ¿Cómo les va? Espero que bien.

Bueno, esto es parecido a ✨Los locos años 20✨ pero sin todo ese dramon, y que si mato o no mato a una secta. Acá ella le dió sus nalgadas a los niñatos 😤

Y Margarita de fanfictioner67 está bien, en el sentido que no la han secuestrado, en otros sentidos no lo está, pero esa no es mi historia *lo llora recordando, a pesar del tiempo*

No sé, creo que después de acá nos vamos a la actualidad, y spoiler, el rumbo que la historia sigue será un poco diferente. Igual, creo que se va a entender llegado el momento 😤

Sin más que decir ✨ besitos besitos, chau chau ✨

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