Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

Mi reencuentro con Jen fue mucho más temprano de lo que hubiera imaginado, luego de la noticia de Aspen Jen no dejó de llamarme y pedir verme, quizás se preocupaba por lo que estuviera sintiendo, o quizás ya no aguantaba el querer verme, así que arreglamos un momento para nosotras, ese momento por fin ha sucedido.

—¿Soy yo o... te ves más pálida? —pregunta Jenny apoyando su mano contra mi frente.

—¿De qué hablas? Estoy perfecta —respondí quitando su mano.

—Si tú lo dices... —responde dudosa a la vez que entrecierra los ojos sin creerme—. Oye, ¿pedimos comida? Quiero una hamburguesa.

—Si quieres pídela tú, pero yo tengo que seguir con mi dieta —dije abriendo la heladera para sacar una botella de agua.

—Esa marca es de ropa no de alimentos. No saben nada, así que... ignora la dieta y come una buena hamburguesa conmigo.

—Lo siento, pero ya tengo mi cena —dije mostrándole la ensalada en la heladera.

Jennifer rueda los ojos y niega con la cabeza, sin aceptar esta tontería que me obligan a hacer. Yo lo sabía, aceptaba que esta dieta es horrible y molesta, pero ya tuve problemas con mi padre por negarme a seguirla una vez... no quiero volver a pasar por eso.

—Oye... ¿puedo preguntarte algo? —dice Jen al regresar al salón.

—Claro, ¿qué pasa?

—Tienes veintiún años... ¿por qué no te vas de aquí? ¿Por qué dejas que tu padre siga haciendo lo que quiera contigo?

Hice una mueca por su pregunta. Quería evadirla, aparté la mirada un momento pero sabía que iba a insistir hasta que le respondiera, aun así... no quiero responder a eso.

—Mira, Given. Vamos a verla —dije apuntando a la pantalla.

Jennifer no es tan tonta, se ha dado cuenta de que no quiero responder y por la paz no insistió. Pusimos la película, ella pidió su comida y yo fui a traer mi ensalada. No iba a mentir que cuando llegó la hamburguesa de Jen, estuve tentada a pedir una para mí... el olor me llegaba tan bien haciéndome sentir como si fuera una necesidad pedir una para mí. Negué con la cabeza y me conformé con la acelga, aunque la odiaba en realidad, causando así que dejara casi más de la mitad del plato si comer.

—¿Solo eso? —pregunta Jen.

—No tengo tanta hambre.

—Si quieres comer de mis papas...

—Gracias, Jen, pero no es necesario. De verdad, no tengo hambre.

Le sonreí y volví la vista al frente para dejar el tema de lado. La escuché suspirar con fuerza antes de seguir comiendo, dándome más hambre y ganas de ignorar la dieta.

Una notificación llega a mi celular, lo tomé para ver de qué se trataba y vi que era sobre una noticia más acerca de Aspen... Wau, realmente era tendencia en estos momentos. Dejé de lado también celular para olvidarlo a él sin leer la noticia, era como si mis tentaciones se juntaran para hacerme la vida imposible.

****

****

—Madeline, que bueno que llegas —habla la directora de otra marca de ropa— ¿Hm? ¿Estás bien? ¿Te ves cansada?

—Sí, estoy bien. No se preocupe, solo es la universidad... —sonreí.

—¿Segura? Además... estás un poco pálida —se veía realmente preocupada—. Así no puedes salir en las fotos, ¿estuviste comiendo bien estos días?

—He seguido una dieta al pie de la letra, así que sí —respondí.

—Pues no parece que sea una dieta muy buena... —suspira profundo.

—Estoy bien, de verdad. Puedo hacer la sesión.

—Bueno... pero si realmente te sientes mal avísame y ve a casa, ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Ella me manda a cambiarme y a maquillarme. Lo hice a mi propio ritmo, en serio estaba agotada... la universidad se quedaba con mis energías y con lo que comía o con lo poco que dormía, no podía recargarlas del todo. Esto suele pasar seguido... pero solo es cuestión de dormir antes.

La sesión de fotos continúa por más de una hora en los que tuve que aguantar de pie todo el tiempo, yendo y viniendo con distintas prendas y accesorios, cuando sentía que no daba para más, finalmente se terminó.

—Eso es todo. Gracias a todos.

—Adiós, Jessica —me despedí tomando mis cosas.

—Adiós, Madeline. Por favor, cuídate para la siguiente sesión.

—Lo haré, adiós.

Volví a despedirme y a salir del estudio, en donde enseguida vi a Dante esperándome fuera de este, a un lado de su auto.

—Hey... —él me salida con un beso corto en los labios— ¿Estás bien? Te ves cansada.

—Al parecer se nota mucho, todos me lo vinieron diciendo —suspiré—. Supongo que sí estoy cansada... pero no es nada, mañana recuperaré las horas de sueño perdidas.

—¿Por qué no duermes en la parte de atrás, aunque sea un rato? Te despertaré cuando lleguemos a tu casa.

—Pero... teníamos una cita.

—Eso puede esperar —besa mi frente y me sonríe tiernamente antes de abrir la puerta trasera del auto.

—Gracias...

Me metí allí para acostarme, Dante agarra el abrigo que estaba en el respaldo de su asiento y lo coloca sobre mí.

—Descansa.

Asentí leve y no hizo falta ni un segundo más para quedarme dormida, aunque escuché el momento en que Dante entraba al auto y lo ponía en marcha. Tal vez no sea tan malo después de todo... él en verdad parece estar enamorado de mí. Si quiero olvidar del todo a Aspen debo ser capaz de no sentir nada por él aunque haya regresado; lo mejor que podía hacer es sentir cosas buenas por Dante, olvidando mis absurdos celos porque él le cayera mejor a mi padre.

—Así mantendré contentos a todos... —sin darme cuenta lo había soltado en un murmullo apenas audible. No importa, de todos modos Dante no lo ha escuchado, y si lo ha hecho ¿qué más da? Ya nada de esto importa.

Apenas soñé por dos segundos, fue como un parpadeo cuando sentí a Dante abrir la puerta y acariciar mi cabeza para apartar el cabello y despertarme con un beso en mi mejilla.

—Princesa, despierta...

—¿Aspen...? Déjame en paz.

Me di vuelta y me cubrí hasta la cabeza con el abrigo... ¡de Dante! ¡Joder, me he confundido! Abrí los ojos de par en par y me senté de inmediato, miré a mi alrededor y confirmé de que aún estaba en el auto de Dante.

—Dante, yo...

—Está bien, hermosa. No pasa nada.

Él me sonríe tiernamente y me tiende la mano para ayudarme a salir del auto, acepté su ayuda y le devolví su abrigo apenada, mejor dicho avergonzada.

—Nos vemos mañana, ¿está bien? Te pasaré a buscar para llevarte a la universidad —comentó.

—No tienes porqué...

—No, pero me gustaría hacerlo por mi novia, a la que amo mucho.

Dante me tomo por la cintura y unió nuestros labios con algo de intensidad, mucha más de la que suele ser, no me opuse y correspondí a sus besos.

—Adiós, hermosa.

—Adiós, Dante.

Él se separa de mí aún con una sonrisa y se mete a su auto para irse de aquí, suspiré profundo, golpeándome mentalmente por haberle llamado Aspen hace rato. ¿Cuán tonta soy en verdad? Eso seguramente le ha molestado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro