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Capítulo 3

Narra Madeline

Abrí los ojos poco a poco, dándome cuenta enseguida de que me había quedado dormida sobre mis libros. Me enderecé adolorida, claro que no había dormido de la mejor manera; hice tronar mis huesos y observé el desastre sobre mi escritorio, suspiré levemente antes de levantarme e ir al baño para hacer mis necesidades y asearme, pero al estar lavando mis dientes escuché mi celular sonando. Lo agarré viendo el nombre de Jen en la pantalla y respondí la videollamada.

—Ho...

—¡Madeline, alerta ojiazul! ¡Alerta ojiazul! Repito... ¡Alerta oji-azuul!

—...la... ¿Qué? —la miré sin comprender dejando mi celular a un lado mientras me deshacía del dentífrico en mi boca.

—Te lo digo yo ahora porque igualmente sé que te vas a enterar en algún momento no muy lejano y quiero ver tu reacción. Mira lo que te acabo de enviar.

Rodé los ojos y luego de limpiarme y secar mis manos tomé mi celular para revisar la foto que me ha enviado, aun creyendo que no era nada más que otra exageración rara de mi mejor amiga, sin embargo... esta vez no fue solo eso. Abrí los ojos de par en par al ver la foto que Theo le ha mandado... estaba él, también reconocí a Liam, los dos estaban con la alerta "ojiazul"... el cuál era Aspen, y abajo de la foto un mensaje de Theo: "Mira quién regresó del servicio militar".

No pude evitarlo, tuve tantas emociones encontradas. Mi corazón se aceleró de tan solo verlo en una foto... Toqué su rostro en la imagen, se veía mucho más maduro y... mejor, aunque siempre ha estado muy bien físicamente, pero su cabello corto era lo único que me molestaba, le queda bien... pero no es para él. ¿Sí me explico?
Suspiré profundo y negué con la cabeza, aparentando que eso es algo de menor importancia... como debería ser este asunto para mí.

—Supongo que Vic está feliz. Me alegro por ella —mencioné indiferente y dejando mi celular a un lado.

—No te hagas, nena. Tú también estás feliz, vi tu reacción. Tu rostro se iluminó.

Ella me manda otra foto en la que había sacado captura de pantalla en el momento en que había visto la foto.

—¡Deja de hacer eso! —resoplé—. No me he puesto como dices, yo ya no siento nada por Aspen.

—Ya... sí, claro.

Rodé los ojos mientras acomodaba el celular sobre mi escritorio mientras me ponía a ordenarlo para ir a la universidad.

—Jen, en serio, no me interesa. Ahora solo tengo que graduarme de la universidad, concentrarme en mi trabajo y aparte... ¡Tengo novio!

—Noviazgo no es compromiso...

—Dile lo mismo a Theo, a ver qué dices cuando lo veas con otra.

—No lo metas en esto, idiota —me regaña.

—Tú empezaste.

Jen rueda los ojos y yo volví a lo que hacía, aunque ahora... por su culpa no podía dejar de pensar en que Aspen ha vuelto, ha regresado al mismo lugar que yo, quizás nos encontremos por allí. ¿Vendrá a verme? ¿Cómo debo reaccionar? ¿Lo abrazo, le doy la mano, sin contacto, dos besos...? ¡Joder, no tengo ni idea!

Pero si ha vuelto ayer, ¿por qué no me lo ha dicho?

Me di una bofetada mental por creer que después de tres años él seguiría pendiente de mí. Negué con la cabeza y busqué en mi armario algo que ponerme para la universidad. Realmente no quería ir... no es el ambiente que quiero seguir teniendo en mi vida, pero al menos eso me ayudará a desconcentrarme del ojiazul. Realmente tengo que ser capaz de sentir indiferencia ante esto.

—Oye, Theo me acaba de invitar a su casa, va a ir él... ¿No quieres...?

—Jennifer, no quiero encontrarme con Aspen —solté finalmente—. Y mucho menos si tu plan es dejarme a solas con él.

—Pero... ¿por qué...?

—Ya te lo he dicho —me acerqué a mi celular—. Tengo novio y está muy mal visto encontrarme con mi ex. Además... no necesito de razones para no querer ver a alguien, simplemente no quiero hacerlo y no me interesa.

Ella dudaba y con verdadera razón, hasta yo misma dudaba en si decía la verdad, pero debía afrontar mi realidad. Aspen es mi pasado, Dante mi presente y seguramente mi futuro... No puedo crear escándalos ahora, mucho menos siendo el punto de mira de los paparazzi; si alguno me ve teniendo contacto cercano con Aspen empezarán los chismes... mi padre me regañará y... quién sabe qué cosas le harán sus abuelos a Aspen.

—Debo irme a la universidad, adiós, Jen.

—Está bien... Nos vemos en vacaciones, nena.

Asentí con una leve sonrisa antes de cortar la llamada. Resoplé frustrada, opté por ignorar mi realidad y cambiarme de ropa para finalmente salir con todas mis cosas hasta el auto, el cual se pone en marcha apenas estuve lista. Revisé mi agenda para que no se me olvidara ninguna actividad después de mis clases, e hice una leve mueca al saber que tendría una sesión de fotos con una marca de ropa que, sinceramente, eran muy intensos con respecto a mis cuidados...

Aparté aquellas quejas de mi cabeza para evitarme el mal humor, fui a mi clase y me preparé para el examen que tenía y por el cual me había desvelado a pesar de haber estudiado desde tres meses atrás. Me sabía los temas del derecho y del revés, no me hizo falta ni revisar mi examen terminado para corregir, sabía que todo estaba bien.

Salí de la clase y me mantuve mirando mi celular las novedades del día, hasta que me encontré con una noticia similar a la de Jen.

"El heredero de la compañía Donnovan, Aspen Donnovan, ha regresado luego de culminar con el servicio militar y un año de recuperación tras el accidente automovilístico de hace tres años".

"Un accidente de auto" claro...
De tan solo recordar el momento en que Aspen fue golpeado por su abuelo... me hace hervir la sangre y enfurecer.
Guardé mi celular, ya no quería saber nada sobre aquel día y eso significaría no saber nada sobre Aspen. Solo me preocupé por terminar mi día en la universidad para finalmente ir a la sesión de fotos.

—Bien, estás lista. Ponte allí y empieza —me indican al salir del probador con la ropa perfectamente preparada para mí.

Asentí colocándome en medio de las telas que combinaban con mi atuendo. Prepararon la cámara y comencé a hacer distintas poses aprovechando el movimiento para lograr mejores resultados.

—Bien, eso... Muy lindo. Sigue así —halaga el fotógrafo.

—Mm... alto —comenta la directora de la sesión—. Su piel brilla mucho, maquillaje por favor.

Le di la cartera a la asistente mientras la maquillista llega corriendo para aplicarme más polvo que hiciera mi piel menos brillosa y más opaca. La directora se me acerca con una expresión que no me agradaba, pues se parecía un poco a la de mi padre.

—Dime, Madeline... ¿estás siguiendo la dieta que te di?

—Sí, ¿por qué lo preguntas, Sheryl?

—Pues el brillo en tu rostro es por la grasa de tu piel, eso me hace dudar de si me estás diciendo la verdad.

Quizás sí, en realidad le estaba mintiendo pues no seguía al pie de la letra su estricta dieta tan complicada, que además me dejaba muerta del hambre.

—La seguiré mejor —suspiré.

—Gracias por tu cooperación. Sigamos trabajando. ¡Cambio de vestuario!

Rápidamente las asistentes me guían al probador de nuevo para cambiarme de ropa y continuar con la sesión en un outfit diferente.

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