Parte 7 Sueño Extraño
El tono dulce y frío con el que aquellas palabras fueron susurradas, despertó a Shi WuDo del trance del que estaba. Frunció las cejas y dio un paso atrás, con su abanico en manos golpeó la cabeza de Shi Qing Xuan enojado.
— ¿Qué haces aquí?
—Te he dicho que no vengas y esperaras hasta que fuera a verte.
La Calamidad se frotó la cabeza, el aura oscura que rodeaba su cuerpo se desvaneció y el brillo regresó a su ojos. Soportó en silencio el regaño de su Hermano Mayor siendo consciente que no había ira verdadera en sus palabras.
Shi WuDo no podía decir que era feliz, pero tampoco asustado. Le sorprendió la llegada de su hermano menor ya que no esperaba que se infiltrara en el cielo como el arrogante de Hua Cheng. Ese detalle le hizo percatarse de una cosa.
—¿Quién te dejó entrar— No era tonto, por sí solo una Calamidad no podría pasar las puertas del cielo, alguien debió ayudarlo. — ¿Sabe que tienes relación conmigo?
—Tranquilízate Ge. Nadie sabe que somos hermanos y quien me trago es un secreto. No te lo diré porque te enojaras, en bueno para tu salud estar todo el tiempo enfadado— Los labios de Shi Qing Xuan se curvaron. Shi WuDo arrugó aún más las cejas porque conocía ese gesto.
—¿Quién es? ¿Dónde lo conociste?
Impaciente por respuestas, Shi WuDo sujetó los hombros de su hermano y lo miró a los ojos de forma severa. — Aléjate de los oficiales celestiales. No me importa que seas un rey demonio ¡No confíes en nadie!
—Estás exagerando— Shi Qing Xuan se alejó dándole la espalda.—No todo son dobles caras como ese tal Pei Ming.—Dijo mirándolo por encima de sus hombros.— No debes confiar en el Ge
No le sorprendió a Shi WuDo que supiera quién estaba cerca suyo, intuía que reuniendo información sobre él mientras estaba en el cielo quién sabe por cuánto tiempo.
Su cultivo era alto, podía cifrarse de mortal o un oficial de la corte y nadie notaría que es un demonio.Claramente se estaba burlando de los dioses al aparecer de repente y encima cuando el Emperador estaba presente.
Su forma de actuar y ser era pretenciosa, amable e infantil rey demonio.
— Tienes razón. — Shi WuDo relajo su expresión y acarició la cabeza de Shi Qing Xuan — Iré a verte cuando tenga tiempo, ahora regresa.
Sabía que no iría a verlo, pero todavía sonrió cuando escuchó esas palabras. Su hermano solo iría cuando fuera necesario, una vez al año o tal vez debían pasar una década para que eso pasara. No había razón para ese comportamiento, sabía que lo amaba, el problema era él.
Odiaba a los oficiales celestiales y al cielo. Solo con estar frente suyo su hermano podía intuir que vino a causar problemas.
—Haré lo que digas Ge — Con los ojos brillantes y lleno de luz, Shi Qing Xuan se comportó como un niño obediente.
Shi WuDo lo conocía, sabía que no le haría caso. Apenas le apartara los ojos de encima seguramente haría alguna travesura con tal de atraerlo, siempre hacía lo mismo. Ahora mismo no le importaba ese detalle porque no estaba solo en su palacio.
—Bien, regresa.
En ese momento escuchó los pasos provenientes del interior de la casa. Shi WuDo maldijo lo inoportuno que era Pei Ming. Rápidamente se puso en alerta para evitar que Shi Qing Xuan lo viera, pero cuando volvió a mirar al frente ya no había nadie a su alrededor.
Como cuando el invierno termina y la primavera llega de forma repentina dejando solo una brisa helada como un último susurro, Aguas Negras desapareció.
El Maestro de Agua miró a su alrededor buscándolo, pero ya no estaba por ninguna parte. Vino y se fue como quiso, dejándole solo dolores de cabeza.
Pei Ming llegó por el pasillo y vio Shi WuDo tenido mitad del corredor.— ¿Qué pasa?—Preguntó y sus ojos recorrieron el jardín buscando la presencia de alguien, pero el lugar estaba desierto.
—Nada— Shi WuDo se giró al verlo ligeramente apretó su abanico en su manos, acto que fue notado por el dios marcial.
—Dices que nada, pero estás más tenso que antes. — Pei Ming acortó la distancia que los separaba y extendió su mano buscando tocar el rostro de Shi WuDo, pero el abanico de dios lo detuvo.
— Deja de jugar, si quieres recoger flores (1) ve al Reino Mortal.
Esquivando al dios marcial, Shi WuDo emprendió su camino de nuevo a su habitación para beber, pero antes de alejarse Pei Ming sujetó su brazo tirándolo hacia el acortando la distancia que los separaba.
Sus ojos se encontraron y algo cambió ante esa cercanía. Shi WuDo ignoró esa sensación y fríamente dijo—Suéltame.
—Hay miles de flores bella en el reino mortal pero yo quiero la más rara y hermosa de todas.
El verdadero significado de aquella frase era evidente. De vez en cuando Shi WuDo escuchaba derramar palabras dulces a su alrededor, pero no entendía el porqué.
Conociendo como era el General, su rostro se retorció de forma fea y se puso verde. — No estoy de humor para escucharte. Vete.
Se liberó del agarre de Pei Ming y le dio la espalda alejándose rápidamente.
Viéndolo alejarse, Pei Ming suspiró en su corazón — No te enojes, Shui-shixiong solo bromeaba. Déjame que te sirva un poco de vino.
La velocidad de los pasos del Maestro del Agua disminuyó casi deteniéndose en el umbral de entrada hacia otra habitación, permaneció en silencio un momento. En verdad necesitaba un trago y relajarse, pero no algo que pudiera conseguir estando con otra persona.
Por su postura era claro que iba a rechazar su propuesta, antes de que eso sucediera, Pei Ming apresuro sus pasos para darle alcance y habló. — Te acompañaré hasta que estés satisfecho.
En silencio Shi WuDo lo miró cubriendo parcialmente su rostro detrás de su dispositivo espiritual luego se marchó hacia el interior de sala sin decir nada.
Pie Ming lo interpretó como un sí y lo siguió.
¡Crash! La copa en las manos de Shi Qing Xuan se rompió de repente. La sangre salió como finos hilos rojos, pero no le importo. Se quedó mirando la herida con indiferencia.
He Xuan lo vio herido y reaccionó de forma inconsciente. Tomo su mano y lo presionó para detener el sangrado. Shi Qing Xuan parpadeo sorprendido luego sonrió.
Desde que llegaron La Terraza de vino de Cascada.el Señor del Viento había permanecido callado. Incluso cuando subieron a la pasada y se instalaron en una habitación bebieron en silencio.
La noche se hizo presente y la luna llena se alzó en el cielo. Su luz llegó hacia ellos a través de la ventana, aunque había velas proporcionándole luz, todavía había lugares donde las sombras eran negras.
Las palabras parecían innecesarias, pero Shi Qing Xuan no era alguien que pudiera permanecer callado demasiado tiempo, como de repente recibió atención quería más.— Duele.
He Xuan levantó sus párpados, vio la sonrisa brillante de las pequeñas cosa sintiendo algo extraño sacudir su interior, pero ignoró esa sensación presionado su mano sobre de las del contrarios.
No estaba siendo delicado, si le doliera seguramente mostraría otra expresión. Se dio cuenta que la pequeña cosa era muy simple de entender, si estaba buen humor sonría si no estaba feliz simplemente se molestaba. Cada una de sus emociones se reflejaba claramente en su cara.
Sabiendo eso, todavía hizo lo impensable. Apartó la tela con la que presionaba la herida y llevó sus dedos hacia su boca. Pasando su lengua sobre el pequeño corte.
Varios tonos rojos subieron en el rostro de Shi Qing Xuan hasta que el humo salió por su cabeza.—¿Q-Qué estás haciendo?
Quiso retirar su muñeca, pero He Xuan no lo dejó. Lo apresó con su otra dejandolo inmovil.
Incrédulo y sonrojado Shi Qing Xuan miró a He Xuan. No tenía corazón que latiera, aún sentado sus piernas se sentía débiles, tampoco sentía calor, pero estaba débil como si le estuvieran robando la energía.
He Xuan notó cada uno de esos diminutos gestos, abrió su boca y sus labios incorporaron esos dedos en su garganta sintiendo como temblaba.
— ¡H-He-Xiong! ¡Basta! —Pidió Shi Qing Xuan quiso de nuevo retractar su mano, pero He Xuan tiró de él de repente arrojándolo debajo suyo.
Apresando cada uno de sus manos a cada lado de su cabeza. El Maestro del Viento lo aprisionó usando su propio peso para impedir que el demonio se moviera.
— ¿Dónde está el Maestro de la Tierra?
"¿Había hecho todo eso solo para atraparlo con la guardia baja?" Shi Qing Xuan se encontró decepcionado más que aliviado de esa conclusión. — ¡No lo sé!— Desvió su cara hacia un costado haciendo un pecheo.
— Te llevé al cielo—Le recordó He Xuan molesto por su actitud.
— ¡Pero no jugaste conmigo! Además no era la gran cosa ¡Ming-Xiong jugaba conmigo todo el tiempo!
—Eres un demonios, ningún dios será amable contigo sin tener alguna intención oculta. Deja de jugar y dime lo que sabes.
—¡Pues Ming-Xiong no era así! Siempre venía a verme
—¿El Maestro de la Tierra estaba contigo el tiempo?
Repentinamente, He Xuan fue presionado hacia abajo. Esta vez Shi Qing Xuan se subió su abdomen y lo observó triunfante. — Si, aún después de descubrir que era un demonio era amable, aunque gruñón la mayor parte del tiempo aceptaba beber conmigo.
—¿Aún así lo mataste?
—¿Crees que lo hice?
Se miraron a los ojos buscando descubrir lo que el otro ocultaba, pero He Xuan no fue capaz de descifrar nada, Las pupilas de Shi Qing Xuan eran claros, como la superficie del agua sin perturbaciones, pero si se adentraba en ellos podría ver un mar oscuro y sin luz.
—Ese día estabas en la Mansión Paraíso cuando fuimos a rescatar a Ming Yi. El no estaba ahí por más que revisamos el lugar. Su alteza afirmó que la Lluvia Carmesí no fue, solo quedas tu.
—Para evitar que regresara al cielo lo mataste ¿No es así?
—Ming-Xiong es mi mejor amigo, aunque me odie jamás lo mataría.— Shi Qing Xuan ocultó su expresión detrás de su cabellos, una de sus manos se movió y con gentileza tocó la mejilla de He Xuan.—Si estuvieras en mi lugar, jamás perdonarías a un amigo que no te eligió ¿Verdad?
Un subido cortó la respiración de He Xuan. Sus ojos se extendieron y el latido de su corazón se aceleró produciéndole un escalofrío en todo su cuerpo. El sentimiento que lo invadía era como cuando estaba enojado, pero algo agitaba su alma haciendo temblar pequeñas partes de sus extremidades.
—Lo odiarías, lo lastimarias, harías que todo el peso de tu odio recaiga sobre él hasta deseara desaparecer de este mundo.
Como espadas perforando la carne, Aguas Negras susurraba al oído de He Xuan — Para ti no significa nada tener un mejor amigo.
— ¡Basta!
De un fuerte empujón el Maestro del Viento apartó a Shi Qing Xuan lejos suyo. Se levantó mirando a la defensiva al demonio. Todavía estaba agitado y su pecho dolía. No le gustó para nada el tono y la forma en que el fantasma comenzó a comportarse. Estaba actuando raro como si fuera una persona completamente diferente. Más oscura, más perversa y cruel.
Se quedó observando con cautela cuando Shi Qing Xuan levantó sus pestañas, el interior de sus ojos brillaron con tristeza por más que sus labios estaban curvados hacia arriba.
—Ming-Xiong está muerto. Ya no está aquí.
Por un momento, la mirada de Shi Qing Xuan se perdió en la distancia. Se reincorporo y se enfrentó a He Xuan— Quién lo mató está en el cielo.
Era la primera vez que lo escuchaba ser honesto, He Xuan bajo la guardia y dio un paso hacia adelante siendo repentinamente noqueado por alguien que se encontraba entre las sombras. Su visión se hizo borrosa y se desmayó.
— Mi Señor—Una voz baja y educada se escuchó desde la oscuridad que rodeaba la habitación — Nuestro amo lo busca para...
— ¡No iré!
—"..."
— ¡Llegas en mal momento!— Se quejó Shi Qing Xuan —¡Arruinaste todo!
El hombre entre las sombras dio un paso adelante revelando su rostro cubierto por una máscara de demonio triste. —Pensé que era buen momento, mi señor reveló un gran secreto cuando estaba por continuar lo interrumpí.
— ¡No! Debiste haber esperado. He-Xiong todavía creía que yo era el culpable ¡Es un desalmado! ¿Puedes creerlo?
—Los dioses no pueden entender a la grandeza de mi señor Aguas Negras
El sirviente de Hua Cheng era bueno con las palabras y besando los pies de las personas. Precisamente esa era la razón por la cual lo había enviado para tratar con Shi Qing Xuan y no otra persona.
Como fue alabado el estado de ánimo de Shi Qing Xuan mejoró— Tienes razón fue un buen momento—Caminó hacia donde estaba el demonio y antes de que pudiera reaccionar sujeto su la máscara con una mano arrebatandoselo.
—Me gustas más cuando me muestras tu cara su alteza Yin Yu.
Aunque fue sorprendido por la repentina acción, Yin Yu sonrió levemente —Por favor no me llame así—Pidió con un tono bajo.
En el pasado Yin Yu solía ser un dios marcial, pero debido a ciertas circunstancias fue exiliado y para pagar una deuda de gratitud estaba bajo el mango de la Lluvia Carmesí Que Busca La Flor.
—¿Por qué? Te quedó mejor que ser un fantasma sin nombre — Shi Qing Xuan sirvió un vaso de vino y lo bebió de un solo trago.
Sin agregar un comentario a las palabras de la Calamidad, Yin Yu miró al inconsciente Maestro del viento — ¿Qué debo hacer con él?
—Nada, solo dejalo ahí. Cuando He-Xiong despierte vendrá a jugar conmigo.
Al mirar hacia adelante, Yin Yu se dio cuenta que de nuevo la calamidad se había escapado de él. Shi Qing Xuan había desaparecido en menos de un parpadeó suyo. Suspiró y negó con la cabeza. Tendría que inventar una excusa para decirle a Hua Cheng que se escapó de nuevo.
Iba a marcharse cuando vio en la pared letras escritas, antes no estaban ahí estaba seguro de eso. Por la forma que tenía parecía haber sido hecho a propósito.
"Miserable comienzo Miserable final"
Agua negra que hunde el barco, parecía inofensivo a simple vista, pero quien sabe de lo que era capaz cuando tenía algo en la cabeza.
Un suave viento ingresó por la ventana apagando el fuego de las velas y solo la luz de la luna quedó como única fuente de luz.
Todo estaba oscuro, la nieve caía silenciosamente cubriendo la tierra con un manto blanco. Había un santuario deteriorado con puertas y ventanas rotas por donde los gélidos vientos se adentraba a su interior.
En el medio aquel santuario vacío estaba una persona de pie frente al altar, pero ahí no había ningún dios al cual consagrar, tampoco parecía querer que sus plegarias fueran escuchadas solo estaba ahí de parado.
Sus delgadas túnicas no alcanzaban para protegerlo del frío cuando una ventisca pasó su incurvo involuntariamente hacia adelante perdiendo el equilibrio de repente. Cayendo de rodillas.
Su caída no se debió a una torpeza sino a su incapacidad de mover una mano y pie. Eran inútiles.
Pero quedar sentado era lo que quería, así que no se molesto. Esa noche había luna llena que le sirvió como luz para escribir algo sobre la tierra, no tenía pincel ni papel, estaba usando un palo para marcar el barro que se había acumulado días anteriores el cual estaba todavía blando.
Símbolos y extraños dibujos fueron hechos, por separado no tenía ningún significado, pero cuando finalizó el último trazo, estos comenzaron a brillar de forma misteriosa.
—¿Crees que el destino puede cambiar?—Estaba haciendo una pregunta estúpida porque estaba solo y nadie lo escucharía, pero aún sin que nadie le contestara, sabía la respuesta.
"Era posible"
El fuego comenzó a emerger del sello. El dolor indescriptible consumía su carne y sus huesos, intentó levantarse por la desesperación en medio del dolor y la sangre. Pero estaba decidido a lograr su deseo.
Alguien gritó y lo llamó. En la entrada había otra persona, al verlo se llenó de agonía su corazón, pero cuando sus ojos se encontraron su expresión se volvió neutra.
No había amor, ni odio en sus miradas.
—Lo siento y adiós
Todo fue consumido por la llamas volviéndolo cenizas.
El hombre que estaba en la puerta lloró. Creía que no tenía lágrimas para derramar. Nadie podía saber si eran sinceras después de todo solo había odio entre los dos.
He Xuan despertó por la luz del amanecer. Por sus párpados caían incontables gotas de agua. No sabía porque lloraba, ese sueño era extraño y sentía mucho dolor en su pecho.
El sueño fue muy real, como si él mismo estuviera observando de forma fría como esa persona inválida era consumido por el fuego. Sabía que lo había presenciado desde aquel hombre que estaba mirando desde la puerta.
Esa persona quería detenerlo, pero por alguna razón no pudo, lo que le impedía un sentimiento igual de fuerte de que le decía que lo salvara.
La contradicción porque el amor y el odio se envolvieron y al final el más fuerte ganó. El odio.
En algún lugar, las puerta de hierro negro de un palacio se abrieron, por ellas Shi Qing Xuan ingreso siguiendo una alfombra roja donde al finalizar había una sillas. Sobre ella había un hombre sentado, al menos eso parecía.
Porque eran un montón de huesos dentro de una elegante túnica negra con bordados dorados. Esta persona llevaba ya mucho tiempo muerta, pero sentado en aquella silla parecía que en cualquier momento iba a resucitar.Bajo sus pies se encontraba un extraño círculo mágico, el cual se activó tan pronto como Agua Negras apareció, sin embargo, nada ocurrió.
—Ming-Xiong— Susurró afligido — ¿Ya no volverás? Tengo ganas de ir a beber a la capital como antes.
Siempre le hablaba, pero ya no había respuesta. Ya nunca podría volver a hablar por más que esperará, los muertos no regresaran.
No era que Shi Qing Xuan no entendiera eso, solo quería tener a alguien con quien hablar. Había pasado mucho tiempo desde que fue aceptado por alguien que no fuera un demonio que llegó a sentirse realmente solo cuando Ming Yi se fue.
Desde su posición un rayo de luz lo alcanzó, levantó la cabeza para ver a través de la ventana un cielo azul. A su alrededor decenas de peces esquelético lo rodearon como si quisieran animarlo y distraerlo, pero Shi Qing Xuan solo miró ese cielo por un momento antes de regresar su vista al cadáver del Maestro de la Tierra.
"Qing Xuan eres como el viento. Bienes de la nada, solo te quedas un momento y luego desaparecer. Para los dioses como yo, eres difícil de entender"
(1) Recoger flores, significa buscar prostitutas
Hola queridos lectores. Gracias por leer.
Lamento la demora, no se porque tardo tanto en escribir esta historias, aun asi espero que les haya gustado.
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