Parte 17 El despertar de Aguas Negras partes 2
Pei Ming vio a un joven emerger de la oscuridad, parecía ser uno con las sombras, pero la sonrisa inocente y suave en su rostro le daba otra impresión, no obstante, todo lo demás en él era frío.
Era como estar delante de un niño que estaba apunto de hacer una travesura, pero la reacción de su cuerpo fue llevar su mano hacia su cintura donde cargaba su herramienta espiritual.
Shi WuDu se había quedado rígido cuando vio llegar a Shi Qing Xuan. El nerviosismo creció en su corazón al percatarse que Pei Ming lo había visto, como un dios marcial debía saber que no humano ni mucho menos algo bueno. Ese presentimiento se cumplió cuando lo vio mover su mano hacia abajo.
Apretó el abanico en su mano, luego lo desplegó acumulando una cierta cantidad de energía.
Shi Qing Xuan se detuvo a un metro de ellos y amplió su sonrisa.
¡Dom!
Una campanada sacudió el cielo.
¡Dom!
Los tres miraron hacia arriba. Donde el gong celestial anunciaba que el tiempo se había terminado y los dioses debían regresar al cielo.
En total fueron dos veces en la que sonó y en la última campanada hizo desaparecer a los oficiales celestiales.
De regresó al cielo, muchos dioses se sorprendieron por los resultados. El que obtuvo el mayor logro fue el dios marcial del oeste, su alteza QiYing. Había cazado con éxito a un demonio tigre, en cuanto a los dioses marciales, Nag Yang y Xuan Zheng estaban cubiertos de heridas y partes de sus túnicas cubiertas de suciedad. Otros dioses de menor rango lograron resaltar al exhibir algunas presas pequeñas.
En el palco principal, el Emperador de los cielos se mostró impasible y dio un breve discurso para motivar el evento, propuso un brindis antes de que seguí con la cacería. Este juego consistía en beber un vaso de vino, si no podía pagar la multa, se exhibirá delante de todos los dioses algún cuento famoso.
Así las copas fueron pasando entre los seres celestiales, mientras que el palco del Señor del Viento, He Xuan buscaba en silencio por todos lados la presencia de cierto demonio, no obstante, parecía haberse desvanecido en el aire.
Xie Lian estaba en el palco de al lado e iba a saludar al Señor del Viento cuando alguien le entregó un vaso y sin darse cuenta lo sujeto. Todas las miradas de repente cayeron sobre él y un incómodo silencio emergió. Río rígidamente, no podía pagar la compensación, así que, tenía que tomar el vino y dejar que el mini teatro revelara alguna historia vergonzosa.
Muchos esperaban lo mismo que él, ver al Dios de la Basura hacer el ridículo, pero cuando el telón se levantó, no vieron al hazme reír de los tres reinos, sino donde estaban en el desierto del norte y ayudaba a una caravana, el llamativo era el joven de rojo que lo acompañaba. Sus interacciones eran muy íntimas, no había una línea clara que separara sus acciones.
Xie Lian estaba sorprendido de ver a este desvergonzado Hua Cheng. Él no tenía ese cuento, pero recordó que cuando fue al pasó Ban Yue, el niño que ayudó prometió escribir sobre él.
Aunque la historia era algo exagerada e igualmente la disfruté hasta que terminó. Entonces era su turno de pasarle la copa a alguien más, como no había establecido alguna relación con los demás oficiales celestiales no sabía a quién pasarle.
En ese momento su mirada y la de He Xuan se cruzaron. Xie Lian sonrió con pena y el Señor del Viento comprendió. Le envió el vaso y He Xuan bebió, pero no pagó la compensación como siempre lo hacía. Dejó que el teatro revelara una pequeña parte de sus cuentos.
La razón por lo cual había entrado en los cuatro famosos cuentos, era por una historia poco creíble. En ella se contaba que se había enfrentado a un demonio devorador del destino, el ser malicioso se comía la suerte de los mortales y alteraba la voluntad del cielo conduciéndolos hacia un terrible final. Hasta que apareció y lo exterminó quemándolo hasta la muerte.
Todos estaban complacidos por el relato. Xie Lian también lo encontraba fascinante y preguntó al Señor del Viento —¿Cómo surgió está fábula?
— No lo sé— Respondió honestamente He Xuan. En algún momento, se contaba eso de él sin que supiera su origen.
Xie Lian sabía que los devotos les encantaban exagerar las cosas, solo encontraba un poco extraño que He Xua no supiera sobre está historia , después de todo debió encontrarse con el demonio.
Cómo si supiera lo que pensaba, He Xuan dijo en voz baja —Solo hace poco vi un a un rey demonio.
Los oídos de Xie Lian eran agudos y casi escupió el té que iba a beber— ¿Has visitado a la Señora Qing Xuan?
— Es un hombre— Lo interrumpió He Xuan. Y agregó — Está aquí.
Los ojos de Xie Lian se ampliaron—¿De nuevo? ...¿Por qué?
—Dijo que revelaría a quien mató al Señor de la Tierra.
— Entonces.
—No sé a dónde ha ido.
Xie Lian se sintió intranquilo. Ahora mismo, en el cielo estaba Jun Wu. Si descubren a un demonio seguramente lo eliminaría. Sus preocupaciones fueron interrumpidos por la voz de He Xuan.
—Aguas Negras hunde el barco.
Por un momento, la expresión de Xie Lian cambió, pero se las arregló para no demostrarlo delante de tantas personas — ¿Cómo lo sabes?
— Su alteza, la Lluvia Carmesí ¿Puede confiar en él?
— Confió en San Lang — Afirmó sin dudarlo Xie Lian . He Xuan se le quedó mirando fijamente en silencio, luego desvió su atención.
— En este mundo, solo hay un demonio solitario y ese es Aguas Negras.
En el palco del Maestro del Agua tenía las cortinas abajo y las dos personas de adentro llevaban un rato en un silencio incómodo y una posición ambigua.
Cuando fueron convocados, Shi WuDu había retenido a Pei Ming con él y había terminado ese pequeño espacio mirándose.
—Shui-Shixiong ¿Qué estás por hacer? — Pei Ming movió sus ojos hacia el abanico en las manos del dios elemental. La sonrisa habitual en sus labios se hizo pequeña hasta formar una línea delgada.
Shi WuDu permaneció en silencio. No había nada que explicar, ya estaba claro y no iba a jugar con Pei Ming a un juego de mentiras y verdades.
Pei Ming se sintió amargado por dentro— Sabes que te cree cualquier cosa que digas.
Sus palabras eran sinceras, por desgracia, Shi WuDu no tenía corazón y lo tenía era de piedra.
Pei Ming extendió sus manos y sus dedos tocaron superficialmente el rostro del dios de la fortuna. Shi WuDu no lo evadió como de costumbre y eso lo hizo sentir un poco feliz— ¿Hará algo tan travieso en frente del Emperador de los cielos?
—No irás a ningún lado — Dijo Shi WuDu.
—Eres muy dominante, ni siquiera me dejarás ir. No me suele gustar las personas tan agresivas, pero si viene de ti no suena mal — Pei Ming sacó sus manos, se veía despreocupado, pero por dentro algunos sentimientos eran complicados.
—No irás a ningún lado— Repitió Shi WuDu y agregó al final— Yo tampoco, porque no nos dejara ir.
Miró hacia un costado, donde sentado perezosamente estaba Shi Qing Xuan tomando un poco de vino. Había aparentado ser aire, pero su presencia no podía ser ignorada.
Shi Qing Xuan bebió un gran trajo y dijo causalmente — Ge ¿Qué pasa? ¿ Qué te ha hecho infeliz?
—¿Puede ser que no querías verme?
Pei Ming sintió escalofríos cuando unos brazos lo envolvieron y un cuerpo frío se presionó sobre su espalda. Shi Qing Xuan le sonrió —Eres tan insoportable como siempre ¿Por qué siempre estás detrás de mi Ge?
—¿Ge?— Pei Ming le dio una mirada confundida a Shi WuDu— ¿Qué significa eso?
— Significa que morirás.
Pei Ming soltó una carcajada provocando los dos hermanos Shi frunciendo las cejas y sus caras se llenaron de disgustos. Los ignoró y se quitó los brazos de Shi Qing Xuan , se puso de pie para enfrentarlo. No temía a la muerte, tampoco era su estilo rendirse sin luchar.
—¿Esta es tu preocupación? — preguntó mirando a Shi WuDu—¿Puedo encargarme de él si quieres?
Esta vez fue el turno de Shi Qing Xuan reír —¿Qué puede hacer un general de pacotilla?
—¡Qing Xuan! — Shi WuDu le advirtió con la mirada.
—Ge, vamos a jugar— Shi Qing Xuan no le prestó atención y también se levantó mirando a Pei Ming de forma desafiante. — No puedes negarte, el juego ya empezó.
Los dos dioses escucharon el sonido de la campana del cielo para convocarlos de nuevo al siguiente escenario. Tuvieron de reaccionar porque fueron inmediatamente llevados al lugar.
La zona designada está vez era el mar y sus cercanías. El territorio estaba tranquilo y desierto sin ninguna presencia de vida, se podía escuchar como el agua golpeaba las rocas y el soplar el viento que movía las hojas de las copas de los árboles y traía un aire fresco.
He Xuan se paró cerca del mar y se quedó contemplando las olas. De repente comenzaron a caer cristales blancos desde el cielo. Extendió su mano y dejó que cayera en su alma, al instante que hizo contacto se volvió agua y desapareció.
Levantó sus ojos y vio a Shi Qing Xuan frente suyo en su forma demonio. Al parpadear desapareció y el escenario cambió.
Una feroz tormenta agitaba el agua, la lluvia caía fuertemente y ya no estaba en la playa sino en la superficie de un barco celestial. No estaba solo ahí, Xie Lian, Pei Ming y Shi WuDu también estaban ahí.
Los se miraron de forma interrogantes cuando el sonido de una puerta abriéndose desvió su atención hacia atrás y la gran sorpresa fue ver a un rostro que dos de ellos reconocieron.
—¡San Lang!— Llamó emocionado Xie Lian.
Hua Cheng estaba igual de sorprendido, no obstante una sonrisa se formó en sus labios al ver a Xie Lian— Ge ge— Miró a los demás y tuvo una baja idea de lo que estaba pasando.
"Ese niño y sus juegos"
Hola queridos lectores. Gracias por leer.
Hoy recibi una mala noticia y este salio quedó así, lo siento quería hacerlo más lagro, pero estoy triste. No queria dejarlo sin capitulos asi les traje este cortito
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