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Parte 16 El despertar de Agua Negras parte 1


Cómo si hubiera despertado de un largo y triste sueño, Shi Qing Xuan miró él al cielo con resentimiento —Ese día, vi quién lo mató. No puede hacer nada.

He Xuan no podía entender lo que estaba murmurando, sus oídos zumbaban y su vista era borrosa. La presión que emanaba Aguas Negras hizo que sus rodillas se sintieran débiles y se doblarán en sumisión.

Como no podía moverse, intentó gritar solo que la voz salió sin fuerza de su boca y fue incapaz de llegar a Shi Qing Xuan.

Después de lo que pareció mucho tiempo, Shi Qing Xuan se giró hacia He Xuan. Sus ojos habían perdido todo rastro de calidez y su expresión era indiferente.Camino hacia el Señor del Viento y lo sujetó del cuello, no lo apretó, pero su fuerza fue suficiente para levantar al dios y dejarlo suspendido en el aire.

He Xuan notó de inmediato que estaba actuando extraño, los gélidos dedos en su cuello lo estremecieron e hizo que corazón comenzara a latir con fuerza. De forma cautelosa levantó su mano para alejarlo cuando sintió tensión en su garganta.

—Ahora lo recuerdo, lo me dijiste en ese momento.

Sin entender a qué se refería, He Xuan lo miró en silencio.

Shi Qing Xuan sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos — Sabes que es inútil, aun así insiste en mostrar buena voluntad para que me compadezca.

—Si, te suplique a pesar de saber que estábamos equivocados, pero por nuestra amistad esperaba que me concediera ese único deseo, al final solo me dejaste a mí.

Después de apretarlo con fuerza, Shi Qing Xuan retrató su mano y He Xuan cayó al suelo como su objeto sin valor.

Aunque no entendía nada de lo que estaba diciendo, He Xuan de alguna forma sintió el corazón pesado, las palabras de Shi Qing Xuan eran como cuchillos afilados que se clavaban en el pecho. Él no recordaba haber dicho algo como eso, pero cada sílaba parecía emerger de sus labios como un viejo recuerdo.

Algunas imágenes borrosas llegaron a su mente, no era claro, pero sentía el olor de fe de la sangre y un diminuto sollozo que no encontraba consuelo. Perturbado, se miró la ropa encontrándola sin un rato de aquella sustancia viscosa, alzó la cabeza buscando a quien lloraba, pero solo podía ver al indiferente Aguas Negras.

—¿Por qué llegas tan lejos por el Señor de la Tierras?

La cara de Shi Qing Xuan se aclaró — Porque es mi mejor amigo.

He Xuan abrió grandes los ojos, no solo sintió el corazón pesado, ahora su garganta ardía, "¿Era tan importante?"

Cómo si pudiera leer su mente, Shi Qing Xuan dijo— Solo puedo tener un mejor amigo en esta vida. Una persona importante, única para mí.

Shi Qing Xuan se quedó mirándolo un instante más, luego se giró y caminó en dirección donde estaba ocurriendo un gran alboroto por partes de los dioses marciales. He Xuan quiso alcanzarlo extendiendo su mano, solo que extender su brazo de repente creyó ver que había alguien más caminando a lado de la calamidad, pero estaba demasiado oscuro para ver con claridad, solo le daba la sensación que el solitario Agua Negras no estaba tan solo pensaba.

Del otro lado del bosque, Shi WuDu aterrizó y buscó a los dioses marciales. Podía ver rastros de peleas, pero los causantes no estaban a la vista, frunció los labios y sacó su abanico, se giró repentinamente y golpeó la mano que se atrevía a manosearlo.

—¿Por qué estás aquí?

Pei Ming salió de la oscuridad y dijo causalmente — Por supuesto para pasar el tiempo contigo. Ahora mismo no hay nadie cerca y podemos tener una velada solos.

Shi WuDu sonrió fríamente y sin previó aviso usó su abanico como una espada y apuntó directamente a la cara del General Ming Guang. Pei Ming lo esquivó y sujetó su brazo inmovilizado con un firme agarré.

Un dios marcial, naturalmente era más fuerte que un dios de la fortuna. Shi WuDu reconoció que estaba en desventaja, solo que todos los pelos de su cuerpo se pusieron de punta cuando Pei Mings se inclinó hacia quedando sus rostros muy cerca del otro

—No seas tan arisco. Has estado muy nervioso últimamente, no es normal— Dijo Pei Ming vio que el interior de los ojos Shi WuDu era como afiladas dagas que buscan romper su cuerpo y no pudo evitar sonreír. Había dejado una gran impresión en este tirano del agua.

Sin mostrar ninguna emoción, Shi WuDu dijo — Piérdete.

El elegante y noble tirano del agua había dicho "piérdete" con un lenguaje vulgar y poco atractivo. Pei Ming parpadeo encantado cada vez más curioso sobre la otra cara que el dios de la fortuna no mostraba.

—Aquí solo estamos tú y yo. No te haré nada.

Shu WuDu entendía muy bien la personalidad de Pei Ming si jalaba la soga y el otro tiraba con más fuerza, era un juego cansador que constantemente buscaba provocarlo por cada pequeña cosa.

—Suéltame —Exigió con una voz helada.

Cómo no quería molestarlo demasiado, Pei Ming lo liberó.

De inmediato, Shi WuDu le dio la espalda y lo ignoró.

— Nos conocemos desde hace mucho Shui-shixiong, incluso si quieres ocultarlo, sé que algo te pasa.

Shi WuDu no se prestó a la voz molesta detrás suyo, había algo que le estaba inquietando desde que vio a Shi Qing Xuan en el cielo. Era una calamidad, no había que escapar de los ojos vigilantes del cielo sin ayuda y pasearse por ahí hasta llegar a su palacio. Claramente alguien lo ayudó y tenía que ser alguien influyente para ocultar a un rey demonio.

Su cara se volvió oscura al recordar a cierta persona, aunque lo creía improbable era la única explicación " Un dios se encontró con Aguas Negras hunde barcos de nuevo"

—¡Cuidado!

La voz de Pei Ming hizo que se pusieran en guardia y accidentalmente pisó mal, su cuerpo cayó hacia abajo en un instante sin darle tiempo de reaccionar.

Pei Ming se lanzó para alcanzarlo solo que al  atrapar a Shi WuDu no pudo frenar la caída de ambos y terminaron rodando colina abajo golpeándose contras ramas afiladas y rocas puntiagudas.

No supieron por cuanto tiempo continuaron cayendo hasta que la espalda de Pei Ming chocó contra un árbol. Soltó un gruñido bajo y reprimió la sensación ardiente que le provocaba sus heridas menores.

—¿Estás bien?— Bajo la mirada hacia la persona que cuidadosamente protegió. Shi WuDu levantó la cabeza, sus ojos eran fríos como dos bloques de hielo.

—¡Quita tu mano!

La palma de Pei Ming estaba posada tranquilamente sobre la parte más baja de la espalda del Señor del Agua. El dios marcial del norte parpadeó de forma inocente y retiró sus dedos lentamente.

Shi WuDu no pudo seguir soportándolo y salió por su cuenta de los brazos de Pei Ming. —¿Lo hiciste a propósito?

—¿Qué cosa? — Pei Ming se reincorporo tranquilamente— Estabas muy metido en tus pensamientos y no viste el barranco, te llamé para advertirte. No puedes culparme.

Shi WuDu no le creyó, incluso si estaba distraído todavía sabía lo que tenía delante suyo, solo que al escuchar la voz de Pei Ming llenó de advertencia cometió el grave error de confiar en él.

—¿Estás herido?—Cambió el tema Pei Ming, solo con ver la cara de Shi WuDu sabía que estaba planeando su muerte de forma dolorosa y lenta. Además ¿Quién no sentiría el corazón blando con un poco de ternura?

Todo menos, el Tirano del Agua. Shi WuDu se sacudió la ropa y le dio la espalda para ir hacia el sur donde podía percibir algunas perturbaciones.

Su rostro frío y estoico supo ocultar muy bien las heridas leves que había en su cuerpo, principalmente en el tobillo, aunque para un dios para él esta lesión era menor, le generaba una pequeña molestia al caminar.

Pei Ming notó de inmediato que su andar era diferente, dio alcance rápidamente y tomó el brazo de Shi WuDu obligándolo a verlo. Sabiendo como era su carácter y nunca se mostraría débil frente a él, no mencionó la herida de inmediato, sino que rodeó con su brazo la estrecha cintura del tirando del agua y lo acercó a su cuerpo.

—No me gusta ser ignorado.

—¡Suéltame! — Shi WuDu se puso rígido como un tronco. Usó su mano para alejar a Pei Ming, pero el dios marcial sujetó su brazo y lo inmovilizó contra un árbol.

—¿A qué le tienes miedo? Has estado actuando raro últimamente

—¡Apártate! Yo no soy como las mujeres baratas que frecuentas — Rugió Shi WuDu.

—¡Eso lo sé! Nunca pensé en tratarte así— Pei Ming dejó escapar aquellas palabras de forma inconsciente.

Shi WuDu se quedó callado por el asombro.

Pei Ming no tenía la piel delgada y no se retractó, miró directamente a los ojos a Shi WuDu, aunque no tenía claro cuál era el sentimiento que estaba su pecho, tenía claro que no era para jugar.

Shi WuDu fue abrumado por su intensa mirada y cuando iba a decir algo, sus ojos se ampliaron al reconocer una figura que emergió dentro de las sombras de bosque.

—Ge ¿Qué estás haciendo?

Pei Ming se dio la vuelta al escuchar una tercera voz desconocida.

Hola queridos lectores, alguien recuerda esta historia?

Perdón, estaba bloqueada y nada me salía. Espero que al menos les haya gustado este capitulo.


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