Con la emoción de la decisión tomada y el apoyo de Nodoka, Ranko y Ryoga comenzaron a planificar su futuro juntos. Sin embargo, como suele ocurrir en la vida, los problemas y desafíos no tardaron en aparecer.

Una tarde soleada, mientras discutían los detalles de la boda en el porche trasero de la casa de Nodoka, Ranko y Ryoga se encontraron enfrentando uno de esos desafíos inesperados.

"¿Estás seguro de que quieres hacerlo tan pronto, Ryoga?", preguntó Ranko con una arruga de preocupación en la frente mientras revisaba la lista de invitados.

Ryoga suspiró, jugueteando con una piedrecilla en sus manos. "Lo sé, Ranko. Pero... con el bebé en camino y todo lo demás, siento que no hay razón para esperar mucho más."

Ranko asintió lentamente, comprendiendo la urgencia de Ryoga pero sintiéndose abrumada por la cantidad de preparativos que aún quedaban por hacer. "Lo entiendo, pero tenemos tantas cosas por organizar. La decoración, el lugar, la comida... y aún no hemos decidido la fecha exacta."

Ryoga la miró con ternura, poniendo la piedra a un lado y tomando sus manos con suavidad. "Lo sé, Ranko. Pero lo importante es que estamos juntos en esto. Podemos hacerlo, paso a paso."

Ranko se sintió reconfortada por las palabras tranquilizadoras de Ryoga. Sabía que, con su amor y apoyo mutuo, podrían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. "Tienes razón, Ryoga. Estamos juntos en esto."

Justo en ese momento, el teléfono de Ranko sonó, interrumpiendo su conversación. Lo tomó con una mueca de disculpa hacia Ryoga antes de contestar.

"¿Hola? Sí, soy yo... ¿Qué? ¡Oh no! ¿En serio? Estamos en camino."

Ryoga la miró con preocupación mientras Ranko colgaba y se volvía hacia él con una expresión de urgencia. "Ryoga, era el lugar donde planeábamos celebrar la boda. Hubo un problema con la reserva y ahora necesitan cambiar la fecha que habíamos elegido."

Ryoga frunció el ceño, sintiendo una mezcla de frustración y determinación. "Vamos a solucionarlo, Ranko. Encontraremos una solución, juntos."

Y así, con un nuevo desafío frente a ellos, Ranko y Ryoga se prepararon para enfrentar los problemas antes de la boda. Sabían que el camino hacia el altar no sería fácil, pero con amor, paciencia y compromiso mutuo, estaban dispuestos a superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia el futuro que habían elegido juntos.