Capítulo 9
Akram Giadala parte II
Sentí como alguien me movía de una lado a otro sacándome de la neblina en la que el sueño y el alcohol me habían sumergido. A lo lejos podía escuchar a alguien llamarme en repetidas ocasiones, pero mi mente -aunque ya me encontraba despierto- se encontraba desorientada.
¿Dónde carajos estaba?
-¡¡AKRAM!! –grito alguien cerca de mi oído sobresaltándome. Levante mi cabeza y dirigí mi mirada al lugar de donde provenía la fastidiosa voz.
-Hola hermano ¿Qué tal? –mi voz se escuchaba rasposa y las palabras se enredaban en mi lengua. Recorrí con la mirada el lugar, habían personas aún bebiendo en la barra, empleados limpiando y borrachos tirados en diferentes zonas del bar -¿a qué hora cerraban?- devolví mi mirada a mi amigo, quien parecía estar hablándome desde hace una rato.
Fruncí el ceño tratando de prestarle atención. Lo veo suspirar y desordenar su cabello, un tic nervioso que siempre ha tenido.
Se va a quedar calvo un día de estos.
Ese pensamiento me sacó una estruendosa carcajada. No podía dejar de imaginar a un Alonzo calvo y eso solo lograba que mi cuerpo se retorciera de la risa.
-¿De qué carajos te ríes idiota? -preguntó serio, su ceño estaba fruncido y su mirada daba a saber las claras ganas que tenía de matarme. Eso en vez de calmarme solo me dio más risa, Alonzo enojado parecía un tomate de lo roja que se ponía su piel.- como sea…vamos, ya es hora de irnos -exclamó con cansancio, mientras me ayudaba a levantarme.
Pasó uno de mis brazos por sus hombros para ayudarme a caminar -ya que mi equilibrio era cuestionable en esos momentos- y nos dirigimos hacia la salida del bar. Al salir, el sol me dio de lleno en el rostro haciendo que tuviese que cerrar los ojos por unos segundos. Al llegar al carro Alonzo abrió la puerta del copiloto para mí y me ayudó a entrar. Lo veo darle la vuelta al carro y luego entrar por la puerta del piloto para luego inclinar su cuerpo hacia los asientos traseros, buscando algo.
-Toma -me dice, extendiendome una botella de agua.
Tomo la botella y bebo su contenido, el alivio que siento es increíble, no sabía que tenía tanta sed.
-¿Me vas a decir que demonios pasó? –lo escucho preguntar mientras enciende el carro.
Los recuerdos de la noche anterior vuelven de golpe, causando una pequeña punzada en mi sien.
-Pelee con Nessa -exclamo con desgana, mientras froto mi sien.
-Llevan peleando toda la semana -suspiró- y no te habías puesto de esta manera Akram -señaló con cansancio.
-Fue peor, mucho peor -suspire cerrando mis ojos, el movimiento del carro me estaba dando náuseas.
-No quiero entrometerme pero…¿porqué han estado discutiendo?.
Los recuerdos de esa noche amenazaron con volver, así que sacudi mi cabeza en un vago intento de alejarlos. Ya no quería recordar, estaba cansado.
-Ya no quiero recordar -susurre- necesito olvidar.
Lo escucho suspirar y luego nada. El carro se quedó en absoluto silencio por unos minutos.
-Sabes que cuentas conmigo para lo que necesites ¿verdad? -exclamó en voz baja.- no estás solo Akram y encerrarte en tu mente no es saludable. Tampoco es sano que huyas de tus problemas encerrándote en tu oficina o ahogándote en alcohol -me reprocha. Sabía que tenía razón, pero no es sencillo enfrentarte a tus propios demonios. Si alguien te ataca, puedes defenderte, devolver el ataque o simplemente ignorarlo porque realmente no te afectó. Pero ¿Cómo luchar contigo mismo, sin salir herido de igual manera? Un enemigo externo solo podrá atacarte con lo poco que conozca de ti, por el contrario tus demonios saben absolutamente todo de ti, cada una de tus fortalezas y debilidades. ¿Cómo se puede luchar contra eso? ¿Qué se puede hacer cuando tu eres tu propio enemigo?.
Abrí mis ojos y voltee a verlo.
-Lo sé…pero no es tan fácil- musite en voz baja sin querer ahondar más en el tema.
Unos minutos después llegamos a mi casa. El alcohol había dejado -en su mayoría- mi sistema, pero el cansancio y la resaca estaban haciendo estragos en mí, logrando que fuese casi imposible mantenerme completamente despierto.
-Dame tus llaves -ordenó Alonzo. Rebusque en los bolsillos de mi saco hasta que di con ellas y se las entregue. Entramos y el aparca frente a la puerta de mi casa.
Escucho la puerta del piloto ser cerrada y luego mi puerta se abierta. Me bajo con lentitud sintiendo mi cabeza palpitar y el vomito hacerse paso por mi garganta. Aparto a Alonso con un brazo y vomito a un lado del carro, el sabor en mi boca es asqueroso y el ardor en mi garganta insoportable.
No volveré a beber -me digo a mi mismo, sabiendo que es una completa mentira.
-¡¡¡Akram!!! –escucho la voz de Nessa a lo lejos, realmente no tengo ganas de hablar con ella. Resolplo y apoyo mi frente en el techo del carro mientras los escucho hablar a lo lejos, no me tomo el trabajo de intentar entender que dicen -realmente no me interesa, solo quiero irme a mi habitación y dormir hasta nuevo aviso.
-Akram ¿te encuentras bien? -la voz de Alonzo se escucha preocupada. Asiento levemente con mi cabeza intentando que las náuseas no regresen - ¿quieres que te lleve a tu habitación?.
Me incorporo y lo observó. Niego con mi cabeza.
-No, descuida puedo solo -me observa de pies a cabeza buscando algún indicio de lo contrario. Suspiró y asintió.
-De acuerdo, hablamos luego hermano. No dudes en llamarme si me necesitas.
-De acuerdo, hablamos luego y gracias por buscarme -dije mientras lo veía dirigirse a la puerta del piloto.
-No hay de que -exclamó con una leve sonrisa que se hizo más grande cuando un recuerdo pareció cruzársele por la mente- y descuida, tu secreto está a salvo conmigo -fruncí el ceño intentando saber de que coño hablaba, mientras el se reía.
-¿Qué secreto? -pregunte confundido.
Una sonrisa maliciosa se plasmó en su rostro.
-El que me amas -dijo con una voz chillona que amenazaba con romper mis tímpanos. -tranquilo, ya lo sabía pero es lindo que te lo digan -colocó una mano en su pecho y pestañeo repetidas veces.
¿yo tomo y el se emborracha?- pensé confundido.
-¿De que demonios hablas idiota?.
-Descuida, cuando estés más sobrio te muestro la grabación -se carcajeo, yo cada vez estaba más confundido.
¿grabación?... este hombre se drogaba, no tenía pruebas, pero tampoco dudas.
-Agradezco el día en que empecé a grabar mis llamadas -dijo para si mismo, aunque igual logre escucharlo. Se despidió con la mano y antes de entrar a su auto me guiño un ojo. El de verdad tenía problemas, aunque sus idioteces lograron sacarme una sonrisa.
Una vez se fue, me di la vuelta y me dirigí hacia el interior de mi casa.
-Akram ¿te sientes bien? -preguntó Nessa a mis espaldas.
-Si, voy a dormir, no quiero que nadie me moleste -exclame, mi voz sonando áspera. Sin esperar una respuesta, me dirigí hacia mi habitación. Una vez en ella cerré la puerta con seguro y me dirigí al baño -necesitaba una ducha y luego a la cama.
*********************************
Pase gran parte del fin de semana encerrado en mi habitación, no tenía ganas de saber del mundo, mucho menos de enfrentarme a mi realidad; pero como siempre, era imposible escapar de ella por mucho tiempo. El domingo por la tarde me encontré con Nessa en la cocina y por más que quisiera no podía huir de ella toda la vida, es mi hermana y no podía hacerle eso – y vivimos en la misma casa, evitarla era una tarea imposible- tuvimos una pequeña discusión y a la final ella se disculpó por lo que había dicho -pero una vez la herida está hecha de poco sirven las disculpas- decidí dejar las cosas hasta ahí, no tenía las fuerzas ni las ganas de seguir discutiendo y no había nada que pudiésemos decirnos que reparará el daño que nos habíamos causado, solo nos quedaba esperar a que las heridas cicatrizaran.
Hoy era lunes y me encontraba en mi oficina redactando un contrato para una empresa transnacional, es un contrato millonario y necesito de toda mi concentración para que nada salga mal.
Escucho la puerta de mi oficina ser abierta, nadie entra a mi oficina sin tocar… excepto una persona -una muy fastidiosa, en mi opinión.
-¿Qué quieres Alonzo? -pregunte sin quitar la mirada de mi ordenador.
-¿Así saludas a tu muy querido amigo? -exclamó con falsa indignación, mientras escuchaba la silla frente a mi escritorio ser arrastrada hacia atras para posteriormente el sentarse en ella– deja de fingir, ya se que me amas ¿quieres que te ponga de nuevo el audio?
Levante mi mirada con brusquedad.
-Vuelves a poner ese audio y te reviento el teléfono en la cabeza -amenace mientras lo fulminaba con la mirada, este hombre podía ser un grano en el culo cuando se lo proponía.
-Violento -mascullo entre dientes- venía a pedirte un favor -dice sonriendo con inocencia.
Arqueo una ceja, recargando mi espalda en la silla mientras cruzo mis brazos.
-¿Qué quieres? -pregunte dubitativo y algo asustado, esa sonrisita de “inocencia” me tenía nervioso, estaba seguro de que me iba a pedir algo que seguramente no me gustaría para nada.
-Verás…Alessandra me pidió que cuidara a su hijo ya que tuvo algunos inconvenientes y no tenía con quien dejarlo -exclamó de manera tímida ,algo raro en él, mientras pasaba una de sus manos por su cabello.
Levante una de mis manos interrumpiéndolo.
-Primero ¿quién coño es Alessandra? -pregunte confundido, el nombre se me hacía familiar pero no sabía de donde y por más que le daba vueltas no podía dar con el recuerdo- segundo ¿eso que tiene que ver conmigo?.
-¿Pero es que acaso ninguno de ustedes me presta atención cuando hablo? Son unos pésimos amigos -bufo hablando entre dientes. Eso solo logro confundirme aun más- Alessandra es mi mejor amiga, te he hablado de ella en varias ocasiones, incluso intente en más de una oportunidad que se conocieran -explicó con fastidio, agitando las manos dándole así más énfasis a sus palabras.
A la final un recuerdo lejano llegó a mi mente y pude recordar de quien hablaba.
-Si, ya recordé -asentí varias veces– pero sigo sin entender ¿Qué favor quieres pedirme?.
-Le dije que podía cuidarlo y dentro de… -revisó la hora en su reloj- 15 minutos debo ir a buscarlo al colegio, pero se me olvidó por completo que hoy tenía varias juntas a las que asistir y no puedo cancelarlas.
Fruncí mi ceño aún sin entender que era lo que quería de mí.
-Ya…pues dile que no puedes cuidarlo y listo -me encogí de hombros.
Observo como se frota la cara con frustración.
-No puedo, ella cuenta conmigo y no hay manera de que pueda quedarse con el niño -suspiró- yo puedo ir a buscarlo, pero necesito que alguien de confianza se quede con él hasta que yo me desocupe -de nuevo esa sonrisita que me pone los nervios de punta. Lo observo por unos segundos tratando de procesar lo que me dijo, hasta que por fin lo entiendo.
Mis ojos se abren de par en par y mi boca se abre y cierra sin poder gesticular ninguna palabra.
-¡¡¡No!!! -exclamo sobresaltado una vez logro salir de mi estado de shock- No, no y no ¿acaso estas loco?.
Definitivamente se droga.
-Por favor, solo serán unas horas y Luca es un niño tranquilo, no te dará problemas -ruega haciendo un puchero mientras pestañea repetidas veces.
Yo solo atino a negar con mi cabeza efusivamente.
Definitivamente se volvió loco
-Pídeselo a otra persona Alonzo, yo no me puedo quedar con ese niño.
-Eres la única persona en la que confió lo suficiente, por favor Akram, te juro que es un niño muy tranquilo no te va a dar problemas…además solo serán unas horas.
-Yo no se tratar con niños Alonzo -se notaba el pánico en mi voz. Era cierto, yo no sabía tratar con niños. De hecho dudaba de que siquiera me gustaran y si, yo cuide de Nessa, pero ella era una adolescente cuando me hice cargo de ella.
-No es tan difícil, se que lo harás bien -exclamó intentando convencerme- hermano solo cuento contigo, por favor serán unas horas.
Suspire mientras frotaba mi sien intentando apaciguar la repentina migraña que había aparecido. Realmente no quería hacerlo, me daba terror la sola idea de quedarme a cargo de un niño -de paso uno ajeno- pero no podía decirle que no, él siempre estaba para mí y era raro que me pidiera algo. Se podía notar por su estado de ansiedad, que esa chica y el niño eran importantes para él y que la simple idea de no poder ayudarla le era insoportable.
Suspiro y me doy fuerzas mentalmente para lo que venía.
-Esta bien -una gran sonrisa de felicidad y alivio surco su rostro y esa fue señal suficiente para saber que estaba haciendo lo correcto.- cuidare al niño….solo no te tardes mucho, esto me pone realmente nervioso.
Se levanta de la silla de un salto y se acerca a mi por la parte trasera de mi silla. Siento sus brazos a mi alrededor abrazándome y moviéndome de un lado a otro con brusquedad.
-Gracias, gracias ,gracias -repite sin dejar de abrazarme. Blanqueo los ojos, mientras intento quitármelo de encima.
-Ok ya, suéltame -exclamo intentando contener la risa. A veces, la mayoría del tiempo era muy infantil- ¿no tenías que buscarlo al colegio? –le recuerdo, logrando que me suelte de golpe.
-Mierda, me tengo que ir -dice mientras se dirige a largas zancadas a la puerta- de nuevo gracias, te debo una -sale y cierra la puerta.
Pellizco el puente de mi nariz y un suspiro se me escapa.
-¿En qué mierda te metiste Akram? -me recrimino. Definitivamente iba a ser un día interesante.
Pobre Akram
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué habrá ocurrido con Alessandra?
¿Teorías?
No se olviden de dejar su estrellita.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro