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Capítulo 52

El viento chocaba con impetuosidad contra mi rostro debido a la velocidad vertiginosa en la que Alessandra conducía. Debía admitir que a estas alturas, y aún después de todo lo que había vivido hace un momento, no entendía que demonios estaba pasando ni como fue que termine a parar en esta situación.

Lo último que pensé al despertar esta mañana fue que terminaría con mi hermana y su ¿amigo? ¿novio? Que también era mi futuro socio, corriendo por el bufete mientras ellos asesinaban a todo el que se les cruzaba por el camino. Mi plan había sido muy sencillo: ir al bufete a firmar el contrato y buscar la manera de coincidir con Alessandra…, ya lo demás lo iría viendo sobre la marcha.

Recuesto mi cabeza del espaldar mientras pellizco el puente de mi nariz, intentando conseguir aquella paz que me había sido arrebatada a la vez que intentó ignorar la sensación de vacío que se había alojado en mi estómago y que empeoraba cada que mi hermanita se decidía a pisar, aún más, el acelerador. 

Pero lo que realmente me tenia con los nervios alterados era la cantidad de emociones que me embargaban. Había puesto todas mis esperanza en que Alessandra había dejado atrás ese mundo y todo lo que conllevaba…, claramente me equivoque. Ver a mi hermana pequeña después de tantos años había sido un choque emocional muy fuerte para mi, pero no se comparaba al sentimiento de culpa, tristeza y decepción que me atenazaban al ver la mujer en la que se había convertido, ser testigo de como asesinaba a sangre fría sin poder conseguir un pequeño atisbo de culpa en su mirada había terminado de destruir aquellas esperanzas que, inocentemente, había guardado.

-No, siguen sin contestar el teléfono -escucho decir a Akram en lo que parecía ser una conversación ya iniciada y de la que yo no había prestado atención. El motor ruge y la velocidad aumenta drásticamente mientras Alessandra esquiva los carros que se interponen en su camino- Maldita sea, Alessandra entiendo que estés preocupada, yo también lo estoy pero no vamos a conseguir nada si nos matas en un accidente de tráfico. Hazme el favor de calmarte. -exclama con fría tranquilidad pero haciendo notorio su enfado.

-Es mi hijo, son mis amigos los que están en peligro, no me pidas que me calme -masculla entre dientes.

-Si no comienzas a calmarte y a pensar con frialdad no vas a poder salvar a ninguno, Alessandra -inquiere, girando la cabeza en su dirección.

No responde pero la velocidad comienza a disminuir gradualmente. Seguía sin comprender exactamente que ocurría, pero ahora podía comprender el porque de su ansiedad y su prisa por salir del bufete sin importarle el riesgo en el que ponía su vida. Su hijo, mi sobrino estaba en riesgo.

-¿A qué dirección vamos? -pregunto.

Escucho a Alessandra suspirar mientras Akram resopla con molestia.

-No estoy de humor para contestar tus preguntas -exclama con seriedad- hazme el favor de cerrar la boca.

Ya me estaba cansando su actitud, entendía que estuviese preocupado por la situación y era bastante obvio que le tenía cariño a mi hermana y sobrino, lo cual hacia las cosas más difíciles. Pero yo tampoco me la estaba pasando en grande y era mi familia de quien estábamos hablando.

Él no sabe eso…, ni tu hermana lo sabe -exclama con obviedad mi consciencia.

-Alessandra -La llamo, viendo como sus hombros se tensan- puedo intentar ayudar pero para eso necesito saber a donde vamos -No responde. Inhalo profundamente antes de volver a hablar- no es como si yo fuese un problema para ustedes, no voy a huir y hace unos minutos tu novio me quito el celular. ¿En qué les afecta que sepa a donde vamos?..., sólo deseo ayudarte.

Me quedo en silencio esperando una respuesta que no llega. Casi estoy por quedarme callado y resignarme, cuando escucho que se aclara la garganta.

-Edificio Luxury, Greenwich Village/Noho -pronuncia con lentitud, su voz sonando vacía.

Sonrío levemente.  

Miro por la ventana, detallando las calles, las avenidas…, lo que fuese para poder saber dónde demonios estaba y así saber que vía tomar. 
-Gira a la derecha en la segunda cuadra, toma la principal y cinco cuadras después gira a la izquierda para regresar a la vía -ordeno mientras en mi mente visualizo las diferentes rutas.

Algunas cosas se quedaban en tu mente para siempre y parte de mi entrenamiento era una de ellas. Saber exactamente donde estoy y tener una idea detallada de lo que me rodea era una habilidad importante en ese mundo. No sabía cómo había seguido siendo el entrenamiento de Alessandra pero lo más seguro era que fuese incluso mejor de lo que fue el mío, pero no podía juzgarla, su mente estaba colapsada por la preocupación al punto de no dejar espacio para otra cosa.

El carro da un giro abrupto al llegar a la segunda cuadra mientras la velocidad asciende rápidamente y un resoplido por parte de Akram se hace presente mientras su mano se apoya de la guantera en busca de estabilizar su cuerpo contra las sacudidas que daba el carro. El paisaje era un borrón de colores y el mantener los ojos abiertos era una tarea casi imposible debido a la fuerza con la que el viento chocaba contra mi rostro. Luego de unos minutos otro giro del volante que me hace chocar contra la puerta. Habíamos regresado a la vía pero nos saltamos todo el tráfico y ahora una calle relativamente vacía nos daba espacio para llegar a nuestro destino.

El carro baja la velocidad drásticamente llamando mi atención por lo que, con cuidado de no clavarme los vidrios que había sobre el asiento, me acomodo quedando a la mitad del asiento, entre los dos de al frente para poder ver cuál era el motivo para estar prácticamente deteniéndonos.  

Miro al frente y resoplo sin poder creer nuestra mala suerte.

-Policías, ¿enserio? -mascullo incrédulo. Justo frente al edificio habían alrededor de 5 patrullas sin contar las camionetas con el logo de FBI a un costado y el gran número de agentes y civiles dispersados por la calle.

-Habían disparos, es lógico que eso llamará la atención -exclama Akram sin quitar la mirada de las patrullas.

-No importa, debemos entrar de alguna forma – susurra Alessandra, apretando con fuerza el volante.

-Lo mejor será acercarnos como si nada, a la final tu vives ahí y tu hijo está en ese edificio- dijo señalando a Alessandra- pero debemos ir sin el carro.

Ella asiente mientras aparca el carro unas cuadras antes del edificio, oculto entre otros autos.

-¿Vamos a ir los tres? -pregunto.

-Sí, los tres -remarca Akram, era más que notorio que yo no le caía exactamente bien, aunque no tenía muy claro el porque.

Alessandra nos mira con la ceja arqueada.

-Compórtense, no pienso aguantar sus tonterías -exclama con frialdad mientras se quita el cinturón de seguridad- vamos a ir a pie, no nos conviene que vean las marcas de disparos en la carrocería y dejen sus armas.

La miro con los ojos abiertos a la par de Akram que parece incomodo con la idea.

-¿Desarmados? No sabemos que nos espera en ese edificio -refuta Akram.

-Estoy de acuerdo con él -inquiero.

Resopla.

-Ustedes son increíbles. Han pasado todo este tiempo con ganas de arrancarle la yugular al otro y deciden ponerse de acuerdo justo ahora -sonríe incrédula antes de fulminarnos con la mirada- déjenme ver si me explico, par de idiotas…, van a hacer lo que digo, no les estoy preguntando, no les estoy dando opciones -hace una pausa mientras guarda el arma bajo el asiento- van a obedecer en silencio o lo que pasó en el bufete les parecerá un paseo en el parque comparado a lo que yo les voy a hacer -me tenso en el momento en que su mirada choca con la mía.- ¿me estoy explicando correctamente o debo usar un método más…,convincente?.

Tanto Akram como yo asentimos antes de verla salir del carro dando un portazo.

-¿Siempre es así? -me escucho preguntar en un susurro.

-¿Intimidante? ¿con instinto homicida? -pregunta a su vez mientras coloca las armas bajo su asiento para luego pedirme la mía.

-Sí, a ambas.

Se encoge de hombros.

-Por fuentes confiables…, sé que puede ser peor -sonríe mientras niega con la cabeza.

Y le creía. 

Nos bajamos del carro antes de jugar con la, ya dudosa, paciencia de Alessandra quien nos esperaba afuera con los brazos cruzados y el ceño fruncido antes de empezar a caminar hacia el edificio y el tumulto de personas que lo rodeaban. Nos adentramos entre el gentío para llegar a donde se encontraban los policías, empujando y esquivando a todo el que se nos ponía en frente.

Alessandra se adelanta, acercándose a un oficial de policía.

-Señorita, no puede pasar -le escucho decir al oficial.

Sorprendido, observo como el rostro de Alessandra se contrae en una mueca de incredulidad y preocupación antes de contestarle al oficial.

-Yo…,¿Qué pasó? -hace una pausa- yo vivo aquí, mi hijo y mis hermanos estaban en casa -exclama con la voz rota.

El oficial se acerca un poco más mientras llama a uno de sus compañeros a quien le explica el caso.
-Señora, ¿en qué piso vive? -pregunta el otro oficial con una libreta en una mano y un bolígrafo en la otra.

-En el pent-house -responde tensa. Aunque ante la vista de cualquiera se vería una mujer confundida, vulnerable y embargada por la preocupación, lo cierto era que sólo la última parte era cierta. Alessandra era una actriz de primera, debía admitirlo, pero podía entrever bajo esa máscara que había creado en cuestión de segundos…, no estaba confundida, sabía lo que ocurría y era consiente de lo que deseaba. Lo que muchos veían como vulnerabilidad, sólo era la máscara de una mujer capaz de destruir a todos y cada uno de los presentes con tal de obtener lo que quería y en ese momento lo que más deseaba no era un simple capricho, se trataba de lo más preciado en su vida. Luca.

Los oficiales intercambian una mirada preocupada para luego uno de ellos carraspear incomodo antes de hablar.

-En el pent-house habían dos hombres con heridas de bala, ambos se encontraban inconscientes en la habitación principal -hace una pausa- no había ningún niño con ellos.

Observo como el cuerpo de Alessandra se tensa y como de manera inmediata Akram se posa a su lado, abrazándola por la cintura. Por un momento pensé que era un método de consolación pero la verdad distaba mucho de ser esa. Lo supe en el momento en el que note como la mano de Alessandra se convertía en un puño tras la espalda de Akram y como el mismo la aprisionaba con más fuerza mientras simulaba abrazarla. La estaba conteniendo.

-Tal vez haya salido del departamento y este entre toda esta gente -exclama Akram, mirándose angustiado.

El oficial niega.

-El edificio fue evacuado en su totalidad y cada infante estaba con sus respectivas familias -mira de reojo a su compañero- si posee alguna foto de su hijo, con gusto mandaré a buscarlo.

Alessandra asiente mientras busca con su brazo libre el celular en su bolsillo, teclea en el para luego mostrarle la pantalla al oficial.

-Es él, se llama Luca Palmieri, tiene 6 años -señala mientras el oficial toma el teléfono y envía la foto al suyo.

-De acuerdo, haremos todo lo que este en nuestras manos para encontrarlo.

-Dijo que los dos hombres tenían heridas de bala -el oficial asiente ante lo que dice Akram.

-Ellos están siendo atendidos, ya fueron llevados al hospital.

-¿Y los tiradores?..., ¿los atraparon? -pregunto, metiéndome en la conversación.
Ambos oficiales niegan.

-Fueron varios tiradores y se cree que más de uno logró huir -frunce el ceño- es todo lo que puedo decirles.

Alessandra asiente con lentitud.

-Gracias, oficiales -exclama con voz neutra. Los oficiales se retiran.- no van a conseguir nada, Akram…, se lo llevaron, se llevaron a mi hijo -pronuncia en voz baja, aferrándose a Akram.

Veo como las lágrimas caen de sus ojos y se deslizan por sus mejillas hasta caer de su rostro mientras su mirada se encuentra en un punto perdido, sin mirar nada en realidad.  

Akram suspira sujetando con firmeza a Alessandra entre sus brazos mientras yo me quedo frente a ellos, con los brazos cruzados y sin tener una mínima idea de que hacer.

-Moveremos a todos nuestros contactos para conseguir a Luca -exclama con calma- no pudo llevárselo sin dejar algún rastro. -señala Akram.

Carraspeo.

-Tengo a muy buenos detectives privados, puedo hablar con ellos -ofrezco, ganándome la atención de Akram quien asiente en modo de agradecimiento.

-Hay que conseguir los vídeos de las cámaras de vigilancia, tanto del departamento como de las calles -dice- y debemos hablar con Enrico y Gastón, ellos nos pueden dar algún indicio.

Alessandra sigue con la mirada perdida en un punto detrás de mi.

Observo a Akram con una ceja arqueada.

-No son hermanos de ella ¿No? -pregunto con extrema curiosidad. No sabía quienes eran esos hombres, como no tenía idea de si mi padre había optado por tener más herederos. De ser ese el caso era más que obvio que mi padre no sabía cómo mantener a sus hijos de su lado.

Niega.

-Son amigos cercanos -frunce el ceño- no se porque te estoy diciendo esto. -dice negando lentamente.
Un peso que no sabía que tenía, desaparece de mis hombros ante sus palabras. No tenía más hermanos.

Desvío la mirada hacia Alessandra cuando por el rabillo del ojo la veo ladear la cabeza con el ceño profundamente fruncido y con la mirada aún perdida en un punto a mi espalda.

-¿Qué ocurre? – pregunto al notar como su mandíbula se tensa con fuerza.

-Figlio di puttana -masculla entre dientes-  ¿ho fatto a non accorgermene?.

Frunzo el ceño, volteando para ver hacia el punto donde Alessandra mantiene la vista clavada.

-No entiendo, ¿qué dijiste? -escucho decir a Akram mientras sigo buscando con la mirada el motivo por el cual Alessandra esta alterada. Me coloco a su lado he intentó mirar en la misma dirección, siendo una mujer rubia con el chaleco del FBI lo único que logra llamar mi atención.

-¿Quién es esa mujer? -exclamo en su dirección, logrando que aparte la mirada de ella y la pose en mi.

Frunce los labios antes de contestar.

-El vivo ejemplo del  porque no debes confiar nunca en nadie -susurra antes de alejarse del agarre de Akram y comenzar a caminar hacia donde dejamos el carro.

-Explica -ordena Akram, comenzando a seguirla.

Me encojo de hombros mientras lo sigo.

-Estoy tan confundido como tu -suspiro- lo único que sé es que una agente del FBI es la razón por la que Alessandra actuó de esa forma.

Lo veo fruncir el ceño en un gesto de confusión.
-Eso no me dice nada…,pero justa ahora es el menor de nuestros problemas -dice- debemos concentrarnos en encontrar al niño.

Lo miro con una ceja arqueada.

-¿Eso significa que me voy a quedar con ustedes? -pregunto con una mezcla de burla y esperanza. Deseaba poder ayudar y sabía que si ellos no me querían a su lado yo no podría hacer nada al respecto.

Resopla.

-Necesitamos manos extras y tu pareces muy dado a cooperar así que...,-hace una pausa para luego suspirar con resignación- sí, te quedarás con nosotros – Estoy a punto de contestar cuando me interrumpe- no hagas que me arrepienta  -dice para luego acelerar el paso, dejándome rezagado.

Me apresuro y llego al carro, donde Alessandra esta en el asiento del copiloto mientras fulmina con la mirada a Akram, quien la mira con tedio antes de posar la mirada en mi y empezar a hacerme gestos para que me suba al carro.

Apenas logro cerrar la puerta cuando Akram acelera.

-¿Adónde vamos ahora? -pregunto.

-Al hospital -responde Alessandra en un susurro apenas entendible. 

**************************************

Estamos sentados en la sala de espera desde hace alrededor de una hora. Apenas llegamos Alessandra se dirigió a recepción para preguntar por su dos amigos; uno de ellos estaba en recuperación, la bala había atravesado sin dañar ningún órgano…, él otro no tuvo tanta suerte, tenía dos disparos, uno en el abdomen, el cual le hizo perder una gran cantidad de sangre y otra en el hombro, la bala quedó incrustada en el hueso y tuvieron que llevarlo a quirófano. Esperábamos noticias del que estaba a mitad de su operación a la vez que esperábamos que el otro despertara para poder hablar con él.

Sigo con la mirada a Alessandra que no ha dejado de caminar por toda la sala de espera a un ritmo casi frenético mientras pasa las manos por su cabello, rostro y pantalón. Había terminado de perder cualquier calma apenas llegamos al hospital, creo que no fue hasta ese momento que su mente asimilo todo lo que estaba ocurriendo y por la expresión preocupada de Akram, sé que no es nada bueno que ella este así. Aunque no necesitará ningún tipo de confirmación para reconocer el estado en el que se encuentra y lo peligroso que es.

-Esto me está volviendo loca -exclama sin dejar de caminar- no me puedo quedar aquí sin hacer nada.
Escucho a Akram suspirar mientras le dirige una mirada cansada.

-No podemos hacer mucho más, ya movilizamos a todo el mundo para hallar a Luca, sólo nos queda esperar que Gastón despierte y con suerte tendrá información que nos sirva.

Traga grueso, negando lentamente con la cabeza.

-No lo entiendes, Akram – exclama con frustración- no será tan sencillo, el no permitirá que sus planes se vengan abajo sin luchar y Luca junto a tu hermana serán su pase de salida -masculla entre dientes.

-¿Y qué quieres hacer? ¿Corremos por las calles buscándolos…, o matamos a cada habitante de New York hasta dar con ellos? -inquiere entre dientes, perdiendo la paciencia.

Me levanto de mi asiento cuando veo a Alessandra detenerse con el cuerpo tenso y girar en dirección a Akram. Me coloco entre ellos con los brazos extendidos en ambas direcciones.

-Vamos a calmarnos, justo ahora no podemos darnos el lujo de discutir entre nosotros -señalo con calma- dentro de poco su amigo despertará y…-Me quedo callado al sentir como una de mis manos es tomada con fuerza.

Frunzo el ceño, girando mi mirada hacia Alessandra quien sujeta mi mano mientras detalla la palma de la misma y el color va desapareciendo de su rostro. Miro mi mano con fijeza tardando unos segundos en salir de mi confusión y levantar bruscamente la mirada para dejarla sobre la de Alessandra que me la devuelve desorbitada, confundida y…, furiosa.

Trago grueso siendo más consiente que nunca de la gran cicatriz en la palma de mi mano, la cicatriz que me había hecho mi padre por haber defendido a mi hermana…, la cicatriz que ella misma me ayudó a curar, la que justo ahora acariciaba con el pulgar mientras una lágrima silenciosa cae por su mejilla.

-Alessandra -susurro, sintiendo como ejerce más fuerza en su agarre a la vez que baja la mirada, fijándola en mi mano. Escucho a Akram hablar pero no soy capaz de prestarle atención sólo puedo mirar a mi hermana frente a mi, sin color en sus mejillas y temblores recorriendo su cuerpo -déjame explicarte. 

-No, es imposible -susurra con la voz rota.

-Alessandra yo…

Suelta mi mano con brusquedad para pasarse las manos temblorosas por su cabello.

-¡NO, ÉL ESTÁ MUERTO! -grita mientras jala su cabello con fuerza- ¡ÉL MURIÓ EN ESE INCENDIO!.
De reojo observo a Akram acercarse a nosotros con el cuerpo tenso y la mirada confundida.

-¿De qué hablas? ¿Quién está muerto? -pregunta con cautela pasando su mirada de Alessandra a nuestro alrededor, asegurándose que no haya nadie escuchándonos.

-Puedo explicártelo todo, pero necesito que te tranquilices -digo en voz baja.

Niega frenéticamente, frotando sus manos con fuerza entre si.

-Alessandro, mi hermano, él está muerto -exclama con una sonrisa histérica adornando sus labios mientras su respiración errática mueve su pecho con rapidez.

Trago grueso, sintiendo el nudo en mi garganta apretar con más fuerza, cortándome  la respiración.

-Estoy vivo -murmuro desesperado, viendo como sigue negando con la cabeza-  es complicado de explicar y de entender pero estoy vivo, Less.
Se acerca a mi a grandes zancadas y me empuja con fuerza logrando que pierda el equilibrio por unos momentos y casi caiga al suelo. La miro sorprendido cuando se vuelve a acercar, esta vez para lanzar un puñetazo que da directo en mi mejilla. Luego, una lluvia de golpes son lanzados en mi dirección mientras yo intento esquivarlos hasta que logro tomarla por las muñecas.

-No me vuelvas a llamar de esa forma -exclama entre dientes fuera de si. Su mirada se clava en la mía con profundo odio mientras observo como Alessandra va desapareciendo y su lugar es tomado por aquel demonio que ella tanto busca ocultar.-hace años perdí a uno de mis hermanos, murió en un incendio -frunzo el ceño y ella sonríe- y el otro está desaparecido, no tengo suerte con mi familia ¿verdad? .

Forcejea hasta lograr soltarse de mi agarre y alejarse unos pasos de mi. Sus ojos me miraban con frialdad mientras lágrimas caían de ellos. Estaba luchando con ella misma. 

-Soy tu único hermano, Alessandra -niega frenéticamente- a mí me rescataron, el incendio fue para cubrir sus huellas y poder fingir mi muerte. Así nadie me buscaría y no correría ningún riesgo…, quisieron salvarte pero…

-¡Cállate! -exclama con furia, dejándome con las palabras en mi boca- no te quiero escuchar.

Doy un paso en su dirección e inmediatamente se aleja, mirándome con desconfianza.

-Tienes que escucharme, debes permitirme que te explique que pasó -hago una pausa intentando recuperar el aire.- somos familia -susurro con la voz rota, viendo como se aleja cada vez más de mi.
Siento como las lágrimas escapan de mis ojos y se deslizan por mis mejillas pero no me molesto en quitarlas. No cuando son el reflejo de las lagrimas en el rostro de mi hermana.

-No quiero saberlo -murmura con la voz quebrada -Prefiero vivir pensando que mi hermano murió a saber que todo este tiempo estuvo vivo y no me amó lo suficiente como para buscarme -retrocede otro paso, dejando que sus palabras vuelen en el aire mientras siento como los fragmentos de mi alma se convierten en cenizas.   

La veo salir de la sala de espera y una fuerza invisible me insta a seguirla, a obligarla a escucharme, a darme una oportunidad…, pero me contuve. La había perdido, fui la persona que más amó y en la que confió ciegamente y también fui quien la hirió de la peor manera.

Tal vez no tuviese la culpa de lo que ocurrió en ese momento, era demasiado joven para que mi opinión valiera. Pero si soy culpable por no buscarla cuando me hice mayor, soy culpable por no haber insistido más para que la rescataran…, soy culpable por haberme refugiado tras mi miedo y abandonarla en el proceso. No tenía derecho a exigir un amor que ya no me pertenecía y aún así no podía evitar desearlo.

Me siento en una de las sillas, con los codos apoyados en mis piernas y mi cabeza siendo sujeta por mis manos.

-Puede que no sea el momento adecuado, pero la verdad es que me importa una mierda- exclama Akram con molestia- Alessandra necesita estar a solas por un rato pero tu no te salvas…, ¿Qué demonios acaba de ocurrir?.

Suspiro. 

-Es una larga historia -digo con cansancio.

- Para tu suerte justo ahora no tengo nada mejor que hacer -levanto la mirada y lo veo frente a mi, con los brazos cruzados y la mandíbula apretada.
Desvío la mirada y me preparo para hablar. No me entusiasmaba hablar sobre esto pero estaba seguro que no tenía ninguna posibilidad de librarme de Akram…, al menos con mi integridad física intacta.

 *************************************

Miro el reloj de mi muñeca, notando que ya ha pasado una hora desde que Alessandra se marchó. Ya su amigo había salido del quirófano y ahora estaba en recuperación y al otro le estaban haciendo algunos exámenes antes de permitirnos entrar a verlo.

-Está tardando demasiado -señalo con inquietud.
Akram me mira con el ceño fruncido para luego mirar la entrada como si eso fuese a darle las respuestas que tanto necesitaba.

-Sí, ya está tardando demasiado -hace una pausa- aunque con lo que pasó no me sorprende del todo.
Asiento de mala gana sin poder quitar ese mal presentimiento que se había instalado en la boca de mi estómago.

-Ella mencionó a otro hermano, dijo que estaba desaparecido -digo, rememorando nuestras discusión. Hasta ahora no había sido consiente de ese detalle o al menos no le había dado la importancia que requería.-¿A qué se refería?.

Me mira mientras muerde sus mejillas.

-Había tenido mis sospechas pero ahora veo que estaba en lo correcto -masculla casi para si mismo haciendo difícil que pueda entenderlo. Resopla- no me sé la historia, ni porque lo mantienen en secreto -señala- Alonzo, así se llama tu hermanito -exclama con humor aunque no parece que nada de esto le esté dando gracia.

Alonzo Caruso, sabía quién era. Era aquel hombre que no se despegaba de Alessandra o Luca, era el sicario que estaba en boca de todos en el bajo mundo y al que todos temían. 

¿Él es mi hermano? -pienso con asombro. 

¿Acaso no había un miembro normal en mi familia? Ahora tenía tenia mas preguntas que nunca y parecía que no encontraría respuestas en un futuro cercano.

-¿Qué pasó con él?.

Suspira.

-Esa es otra pregunta de la cual me gustaría tener respuesta -exclama con tedio- un día simplemente desapareció.
Frunzo el ceño.

-Tal vez este en peligro -exclamo.

Lo escucho reírse sin gracia.

-En peligro está el resto del mundo con ese idiota suelto por las calles -exclama con gracia.

-¿De qué habl…-me corto al ver entrar a una enfermera.

-Ya pueden pasar a ver al señor D’angelo -pronuncia para luego salir sin esperar respuesta 

Akram se levanta.

-Voy a buscar a Alessandra, quédate aquí- ordena, saliendo de la habitación.

Pasan los minutos y comienzo a impacientarme cuando ninguno de los dos regresa mientras el mal presentimiento en mi estómago se incrementa haciéndose, casi, imposible de soportar.

Me incorporo decidido a ir a buscarlos, cuando veo a Akram entrar en la sala, jadeando y con el rostro rojo debido al esfuerzo mientras el miedo en su mirada me hace retroceder y tragar grueso.

-Alessandra -jadea intentando ingresar oxígeno en sus pulmones- Alessandra desapareció. Busque es todas partes, exigí ver la cámaras de seguridad y lo último que se ve es a ella hablando por teléfono y luego salir del hospital.

-Las cámaras de las calles, debe haber algo -exclamo con desesperación.

Lo veo negar.

-Hice que mis hombres las revisarán -hace una pausa para inhalar aire y luego soltarlo de golpe- desaparece en un callejón, luego de eso no hay nada pero mis hombres siguen buscando.

Me tiro en el asiento, pasando las manos por mi caro en un gesto de frustración.

-No la van a conseguir -digo- por la razón que se haya ido, si ella no quiere que la encuentren…, ni el mismo diablo sería capaz de conseguirlo.
 

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