Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25

Daba vueltas en mi cama sin poder conciliar el sueño, ya había intentado de todo, desde un baño con agua tibia, hasta un vaso de leche…nada funcionaba y me negaba a tomarme una pastilla.

Al principio era por todo lo que había ocurrido desde el momento de mi nacimiento -si, así de jodida es mi vida- pero luego unos ojos gris verdoso se apoderaron de mi mente y parecían no tener intenciones de irse.

Esto es ridículo, parezco quinceañera -me regañe.

Ya no podía estar más tiempo en la cama, me estaba sofocando. Me incorporé y vi la hora en el reloj que había en la mesita de noche. 2:15 de la madrugada.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la sala, específicamente al pequeño bar que se encuentra en ella. Todo está en completo silencio y el salón es apenas iluminado por la tenue luz de una lámpara en una esquina de la estancia que daba una sensación de paz. Siempre me había encantado el departamento de Alonzo justo por eso, por la sensación de calma y familiaridad que me daba.

Me acerco al bar y tomo una botella de Tequila y un vaso, para luego dirigir mis pasos hasta la terraza. Me siento en uno de los muebles y sirvo mi primer trago. El alcohol quema mi garganta, pero no podría importarme menos.

Con la fría brisa acariciando mi rostro, cierro mis ojos e inhalo profundamente. Podía escuchar a lo lejos los pocos carros que pasaban a estas horas de la madrugada.

Después de todo lo que había tenido que vivir, después de todo ese sufrimiento…después de tantos años en los que ingenuamente creí que todo había acabado.

Mi pasado regresa de golpe, trayendo consigo aquello que creí superado y sepultado en lo más profundo. Odiaba ver como todo lo que había logrado, toda la vida que estaba construyendo se desmoronaba frente a mis ojos y yo no podía evitarlo.

Tenía miedo de los monstruos que estaban al acecho…pero tenía aún aun mas miedo de aquel que vivía dentro de mi, temía que luego de tanto tiempo dormido, despertara. Y lo peor era, que por donde iban las cosas, tenía el presentimiento de que sería yo quien tuviese que despertarlo.

Suspiro y acerco el vaso a mis labios para tomármelo de un solo trago.

Me sobresalto levemente al sentir algo suave caer sobre mis hombros.

Dirijo mi mirada hacia abajo y observo una manta acolchada cubrir una parte de mi cuerpo, la reconozco por ser la misma que hay en uno de los muebles de la sala.

-Esta haciendo mucho frío piccola, te vas a enfermar -exclama Alonzo, sentándose a mi lado y extendiendo su mano hacia la botella en la mesa frente a nosotros, para luego llevársela a la boca y darle un gran trago. -¿no puedes dormir?

Le quito la botella y me sirvo otro trago.

-No, demasiadas cosas en las que pensar -digo- ¿Y tu?

-Lo mismo -dice, viendo hacia los edificios que nos rodean.- Quería disculparme -exclama luego de haber estado unos minutos en silencio.- por como te trate, por mi actitud -suspira- por todo piccola, todo esto a podido conmigo y el no saber que hacer para protegerlos me frustra. Ustedes son lo más importante en mi vida y saber que están en peligro, el solo hecho de imaginar que algo les pueda pasar….- lo miro pero el no me devuelve la mirada, se queda viendo hacia el frente, perdido en sus pensamientos.- cuando Enrico me llamo para contarme lo que había ocurrido, lo primero que pensé fue ¿Qué hubiese pasado si ustedes hubiesen estado en la casa? -agita la cabeza intentando alejar esos pensamientos- me di cuenta que sin importar lo que haga, no puedo mantenerlos a salvo…soy un inútil- masculla entre dientes lo último.

Tomo su rostro con una de mis manos y lo giró en mi dirección, obligándolo a verme a los ojos.

-No eres un inútil Alonzo, nunca vuelvas a decir algo como eso -digo con suavidad, pero el tono de reproche está más que presente- siempre has estado para mi, me has salvado la vida más veces de las que puedo contar, nos has protegido y amado más de lo que nadie lo ha hecho en toda nuestra vida…jamás y escúchame bien, jamás pienses que eres inútil -un nudo se forma en mi garganta, pero me niego a que eso me impida hablar- lamento lo que te dije en la oficina, estaba enojada. Si, no eres mi padre, ni mi novio, ni nada que se le parezca -veo que desvía la mirada, así que tomo su rostro con un poco más de fuerza llamando su atención- eres mucho más que eso, Luca y tu son lo más importante en mi vida y me aterra perderlos.

Me mira fijamente a los ojos antes de acortar la distancia y abrazarme con fuerza. Coloco mi cabeza en su pecho y devuelvo el abrazo.

-No vas a perdernos piccola -dice dejando un pequeño beso en mi cabeza- y te juro que jamás vas a perderme, no podría soportar estar lejos de ti -sonrió contra su pecho, sabía que el no me dejaría, pero me gustaba escucharlo.- qualunque cosa accada, saró sempre al tuo fianco. Ti amo, piccola -exclama en un susurro.

Me es imposible evitar que una lágrima de emoción escape cuando pronuncia aquella promesa que nos hicimos hace tantos años.

- Qualunque cosa accada, saró sempre al tuo fianco. Ti amo, Alonzo -susurro.

Nos quedamos en silencio, disfrutando de la compañía del otro. Las horas pasan y los primeros rayos de sol se asoman entre las nubes.

-No está demás decir, que no pienso ir a trabajar hoy ¿verdad? -susurro, rompiendo el silencio.

Siento su pecho vibrar por la risa.

-Yo tampoco pensaba ir al trabajo piccola – exclama en voz baja- creo que nos merecemos un día de descanso, al menos del trabajo.

Asiento, mientras sigo viendo el amanecer.

-Hoy debo realizar muchas llamadas -digo- no se si estoy preparada para esto, no quiero volver a lo que era antes. Me da miedo perderme en el camino -admito aquello que no había dejado de dar vueltas en mi mente.

-Eres fuerte piccola, se que podrás con esto -afirma- y cuando sientas que ya no puedes más, aquí voy a estar yo.

Eso lo sabía muy bien, sabía que Alonzo siempre estaría ahí para apoyarme y cuidarme las espaldas. Pero también sabía que el cargaba con sus propios demonios y los cambios de actitud que había estado teniendo no eran más que una advertencia de lo inestable que se encontraba ahora mismo. No le temo a sus demonios, porque se que ellos me aman y jamás me harían daño…a lo que le temo, es hasta donde son capaces de llegar por mantener protegidos a aquellos que aman y sienten suyos. Alonzo en ese estado, era un arma de doble filo.

Tu no eres diferente Alessandra- me recuerda mi consciencia.

Y tenía razón, yo no era diferente, incluso podría decir que le temía más a mis demonios.

-No soy tan fuerte Alonzo -exclamo con cansancio- y temo que en cualquier momento pueda colapsar. Todo esto me está superando.

Sus manos se posan en mis hombros apartándome con suavidad para quedar frente a frente mirándonos a los ojos.

-Eres más fuerte de lo que crees Alessandra -afirma con convicción- de lo contrario no estarías aquí, has superado cada obstáculo que se te a cruzado y si, no saliste ilesa pero si más fuerte, inteligente y astuta. No te subestimes.

Un suspiro se escapa de mis labios. Desvío mi mirada un momento para luego volver a posarla en el.

-Prométeme que si algo llegase a pasarme, te quedarás con Luca -abre la boca para refutar, pero lo detengo- Luca debe ser tu prioridad Alonzo, no importa lo que pase conmigo, si tienes que elegir entre su vida o la mía….elígelo a él.

-¿Por qué hablas como si todo estuviese perdido? -pregunta.

-Solo quiero abarcar todas las posibilidades -le digo con calma, viendo como su respiración comienza a alterarse- si debes elegir, prométeme que lo elegirás a él….prométemelo por favor -ruego.

Pasa sus manos por su cabello y rostro repetidas veces antes de asentir con pesar.

-Lo prometo – dice, sacándome un suspiro de alivio- solo y solo si no hay otra opción y Luca está corriendo peligro…lo tomaré y me iré lejos, donde nadie pueda hacerle daño -toma mi rostro y acaricia mis mejillas con sus pulgares- no te preocupes, lo protegeré y lo tendré como prioridad siempre piccola.

Coloco mis manos sobre las suya y le regaló una sonrisa que el devuelve al instante.

-Pero haré todo lo que esté en mis manos, para que eso no ocurra y Luca pueda seguir disfrutando de la maravillosa madre que tiene -exclama con suavidad. Siento como seca las lágrimas que no me había dado cuenta habían empezado a brotar de mis ojos- necesito que tu me prometas que lucharas hasta el último segundo, contra todo y todos. Prométeme que lucharás por tu vida, incluso si eso significa pelear contigo misma -dice con firmeza.

-Lo prometo -exclamo en lo que parece un suspiro.

Asiente y vuelve a envolverme en un abrazo firme, que tenía como fin intentar mantener todas mis piezas juntas. 

El sueño empieza a tomar posesión de mi cuerpo, siento los párpados pesados y varios bostezos se me escapan.

-Duerme piccola, yo llamaré al colegio de Luca para avisar que hoy no irá a clases - me informa, pero apenas soy capaz de entenderle ya que el sueño me tiene bajo una espesa niebla en la que apenas soy capaz distinguir lo que ocurre a mi alrededor.

Siento mi cuerpo ser levantado para tiempo después ser colocado con suavidad sobre algo acolchado.

-Descansa piccola -es lo último que escucho antes de caer en un profundo sueño.

                                         

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro