Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23

Me encontraba en el estacionamiento esperando a Alonzo para ir a buscar a Luca. Se le había ocurrido, cuando ya habíamos llegado al estacionamiento, invitar a su amigo a almorzar con nosotros y sin más, regresó a gran velocidad al ascensor para ir a buscarlo, sin esperar siquiera mi aceptación o rechazo ante su idea.

Aunque debía admitir que no era una mala idea, me dejaría un poco más tranquila conocerlo en persona antes del viernes.

Han pasado varios minutos y comienzo a impacientarme, cuando escucho las puertas del ascensor abrirse. Dirijo mi mirada hacia ese lugar y observo a Alonzo salir -solo, cabe destacar.

-¿Y tu amigo? -pregunto, una vez está frente a mi.

Bufa, a la vez que rueda los ojos.

-No va a venir, está ocupado – exclama con molestia, dirigiendo sus pasos a la puerta del conductor.

Frunzo el ceño confundida ante su molestia.

-Ya ¿y cuál es el problema? -pregunto, mientras abro la puerta del copiloto, para posteriormente entrar al carro.

Enciende el carro y da retroceso, para salir del estacionamiento.

-Siempre es lo mismo, es prácticamente imposible salir con el, todo el tiempo está ocupado -su molestia es más que evidente, lo que no es evidente, al menos para mi, es la razón de su enojo.

-No entiendo, está ocupado ¿Cuál es el problema? -pregunto. Comenzaba a fastidiarme su rabieta.

Lo escucho bufar, mientras salimos del estacionamiento y nos adentramos al tráfico.

-Olvídalo Alessandra -dice enojado.

Vaya, utilizó mi nombre, realmente estaba enojado.

Blanquee los ojos y sin responderle, desvíe mi vista hacia la ventana, observando los autos pasar. Amaba a Alonzo, pero podía llegar a ser muy infantil.

Nos mantenemos en silencio lo que resta de camino hasta el colegio de Luca. Una vez llegamos, me bajo del carro y me acerco a la entrada a esperar el timbre de salida. Pocos minutos después suena y las puertas son abiertas, para darle paso a los docentes y niños.

Veo a Luca acercarse a mi de la mano de una de sus maestras.

-¡¡¡Mami!!! -se suelta de la mano que lo sostiene y se acerca a pasos apresurados, para luego abalanzarse sobre mi, en un abrazo.

Como todos los días, beso todo su rostro, causándole cosquillas.

-Buenas tardes, señora Palmieri -escucho que dice la maestra a pocos metros de distancia.

Beso una vez más el rostro de mi hijo, antes de incorporarme y prestarle atención.

-Buenas tardes maestra -observo como su mirada se posa en un punto a mis espaldas, no es necesario girarme para saber de quien se trata.

-¡¡¡Tío Lonzo!!! -grita Luca, soltándose de mi agarre, para ir a los brazos de Alonzo.

-Hola enano -dice- buenas tardes maestra -exclama con seriedad. Al igual que a mi, nunca nos a caído bien esa maestra, no sabría decir el por que.

-Buenas tardes señor Caruso -dice con una mezcla de miedo y coquetería.

-Bien, ya debemos irnos -digo, con seriedad- ¿necesitaba algo?

Asiente varias veces, centrando ahora su atención en mí.

-Solo quería informarle que en unos días, vamos a hacer una salida al zoológico- exclama tendiéndome un folleto junto a una planilla- se necesita la firma del representante, para que el niño pueda ir.

Enarco una ceja, dándole un breve repaso a los papeles en mi mano.

-¿Cuándo sería la salida? -pregunto, aún viendo la plantilla, para luego extendérsela a Alonzo.

-El próximo viernes, pero necesitaría su firma antes, para saber cuántos niños van a asistir -explica en voz baja, claramente intimidada.

- Lo voy a pensar y entre mañana y pasado le doy mi respuesta -veo que tiene intenciones de decir algo más, pero la interrumpo- no esperará que firme algo así, de buenas a primeras ¿no? -digo con calma, a lo que ella niega repetidas veces- bien, si eso es todo…ya es hora de irnos.

-Claro, no los distraigo más – exclama- nos vemos mañana Luca -dice con voz chillona, logrando que mi hijo y Alonzo frunzan el ceño con molestia.

No solo a Alonzo y a mi nos cae mal esa mujer -pienso con gracia.

Nos adentramos al carro y tomamos rumbo a algún restaurante.

-¿Qué quieres comer amor? – le pregunto, girando mi cuerpo hacia el asiento trasero.

-¡¡¡Comida china, mami!!! -exclama con emoción.

-¡¡¡NO!!! -grita Alonzo, sobresaltándonos- enano, existen otro tipo de comidas ¿sabías? -pregunta, haciéndonos reír- hablo enserio -exclama indignado.

Para ser sincera, yo también estaba fastidiando de la comida china.

-No importa tío, yo quiero comida china -exclama con burla.

Los escucho discutir por unos -eternos- minutos, antes de perder la paciencia e interceder.

-Vamos a hacer algo que nos funcione a todos -digo, logrando que me presten atención y dejen su mini discusión- compramos comida china para llevar y nosotros no compramos algo que si queramos comer, también para llevar y almorzamos en la oficina ¿les parece? -pregunto de manera capciosa, ya que no pensaba aceptar un “no” como respuesta.

-Estoy acuerdo -dice Alonzo, asistiendo varias veces.

-Yo también mami -exclama Luca, imitando a su tío.

      *************************************

Habíamos ido a comprar la dichosa comida china y nuestro almuerzo y ahora nos encontrábamos en la oficina de Alonzo terminando de almorzar.

Al terminar Alonzo se ofreció a llevar a Luca a la guardería, mientras yo terminaba de revisar unos documentos de un caso que está llevando Alonzo.

Escucho el sonido que hace mi teléfono al recibir un mensaje, repetidas veces, pero no es hasta que termino lo que estaba haciendo, que tomo mi teléfono para ver quien me escribe con tanta insistencia.

Veo que el chat es de un número desconocido y eso es más que suficiente para hacer que mi corazón empieza a incrementar sus latidos. Dudosa, entro al chat y lo que veo me deja pasmada.

Hay varias imágenes, cada una desde un ángulo diferente. Presiono una de las imágenes, donde aparezco yo bajándome del carro de Alonzo. Con el miedo recorriendo mi cuerpo, deslizo mi dedo a la siguiente imagen; en esta se ve a Luca saliendo del colegio y correr a mis brazos, sigo deslizando mi dedo por cada imagen, cada una más reciente; Luca y yo saliendo de la casa, Alonzo, Luca y yo saliendo ayer del restaurante chino y por último Luca saliendo del colegio de la mano de su maestra.

El teléfono tiembla en mis manos, así que lo sujeto con más fuerza, mientras veo una vez más las fotografías. Era consiente de que nos estaban siguiendo, no era estúpida, pero el hecho de ver lo cerca que estuvo de mi bebé me volvía loca.

En la barra de arriba veo que sale “en línea” para luego pasar a “escribiendo”. Con rapidez, pero intentando que pasara desapercibido mi estado de ánimo para las personas con las que me topaba, me dirigí al ascensor y pulse el botón que marcaba el estacionamiento.

Mi teléfono vibra y observo el mensaje que acababa de llegar.

Desconocido: Devo ammettere che sono rimasto sorpreso nel vedere che il bambino ha ereditato i miei occhio.

La ira cada vez era mayor, al punto que no sabía cuanto iba a poder controlarme.

Yo: Vaffanculo figlio di puttana.

Escucho las puertas del ascensor abrirse y salgo a gran velocidad, camino por el estacionamiento hasta quedar en medio de dos carros, lo suficientemente apartada del ascensor para evitar conseguirme con alguien.

Mi celular timbra, pero está vez es una llamada, del mismo número. Camino de un lado a otro, decidiendo si contestar. Cuelgo la llamada y marco el número de Enrique.

Repica un par de veces antes de que conteste.

-Ciao principessa…-lo interrumpo antes de que siga hablando.

-Me van a llamar ahorita, rastréalo -ordeno con rapidez y sin dar detalle.

-De inmediato -exclama con seriedad y cuelga.

Le mando el número y espero su afirmación, para contestar la llamada.

- Pensavo che non saresti andato a doll -exclama con burla, una vez contesto.

El sonido de su voz revolvió recuerdos que creí enterrados en lo más profundo, era una mezcla de ira y dolor lo que sentía.

-¿É che non muori? -exclame entre dientes, conteniendo mi ira- ¿Ti sei dovuto svegliare dal tuo bellissimo sogno? -exclamo sarcásticamente, con toda la intención de hacerlo enojar.

Sonrío complacida al escucharlo gruñir al otro lado de la línea.

-Ci penso io a restituire quel regalo al tuo piccolo amico, calmati -amenaza.

-Pudo una vez contigo ¿Qué te hace creer que será diferente ahora? -pregunte, dejando atrás el italiano, al igual que Alonzo, me sacaba un poco de quicio el idioma.- o mejor aún ¿Qué te hace pensar, que dejaré que le toques siquiera un cabello?

Se ríe.

-Dime tu, entre nuestro hijo y ese imbécil ¿a quién salvarías? -se burla.

Aprieto tan fuerte mi mandíbula, que puedo escuchar mis dientes trillar.

-Es MI hijo -recalco- y no tendré que elegir, yo misma te mataré antes de que logres acercarte siquiera a un metro de ellos -amenazo, mi voz se escucha tensa, debido a la cantidad de emociones que estoy manejando.

-Eso ya lo veremos, muñeca -exclama- te recuerdo el también es MI hijo y si quiero puedo llevarte a tribunales y quitártelo.

-Tu. Me.Violaste -lo acuso, remarcando cada palabra.

-¿Tienes alguna prueba de eso? -pregunta, dejándome callada- no, no la tienes y es tu palabra contra la mía -dice- yo, el pobre hombre al que su novia abandono llevándose consigo a su hijo y para colmo el amigo de su novia lo golpeó hasta dejarlo en coma por tres años -exclama con voz lastimera- eso a ti ¿dónde te deja? -se ríe a carcajadas- muñequita tienes todas las de perder. Acepta tu derrota y haznos las cosas más sencillas.

-En lo único que te dejaré ganar es en la muerte, imbécil -digo, antes de colgar, ya harta de escucharlo hablar.

Paso de manera frenética una de mis manos por mi cabello, mientras que con la otra marco el número de Enrico.

-¿Lo conseguiste? -pregunto apenas atiende.

-Si, pero no te gustará saber desde donde te llamo -exclama con cautela.

-Habla de una vez por todas Enrico, no estoy de humor -ordeno.

Suspira.

-La llamada fue hecha desde tu casa Alessandra -mi caminar se detiene abruptamente al escucharlo.

Jadeo en una mezcla de sorpresa, por su descaro y de una profunda rabia que empieza a corroer todo dentro de mi.

-¡¡¡TI UCCIDERÓ FIGLIO DI PUTTANA!!! -grito, lanzando el teléfono contra el piso.

No puedo controlarme por más tiempo y un sollozo se escapa de mis labios.

Camino de un lado a otro, mis manos estaban hechas puño a cada lado de mi cuerpo, mi corazón latía a gran velocidad y lo errático de mi respiración hacia que mi pecho subiera y bajara a una velocidad preocupante.

En un vago intento de calmarme y al verme incapaz de sostener mi propio peso, me acerqué a la pequeña barandilla que separaba la pared de los carros y me senté, colocando mis codos sobre mis piernas y mi cabeza entre mis manos.

No podía detener los sollozos y eso solo lograba alterarme aun más. Los recuerdos iban y venían sin un sentido específico y el sonido de su voz se repetía una y otra vez en mi mente.

Estaba tan ensimismada en la tormenta de recuerdos y emociones que me atenazaban, que no fui consiente de que había alguien cerca, hasta que lo sentí frente a mi.

Instintivamente aleje mi cuerpo de ese desconocido.

-¿Te encuentras bien? -pregunta con suavidad, como si intentara no alterarme más de lo que estaba. Su voz era gruesa y verdaderamente imponente. Se agacha quedando frente a mí, todo en el y en la manera en la que se mueve, me hace saber que no sabe exactamente qué esta haciendo.

Me limpio mis lágrimas, aunque de poco sirve, ya que estas no dejan de salir.

-Si, estoy bien -digo, desviando la mirada. No me gusta que nadie a excepción de Alonzo, me vea en este estado tan vulnerable. Aunque pensándolo bien, por alguna razón no me siento en peligro.

Incluso podría decir que, me siento de cierta forma ¿segura? Con el aquí.

¿De qué demonios hablas Alessandra? Ni siquiera lo conoces – me reprocha mi consciencia.

                                                       

                                       

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro