Capítulo 14
Observo a Luca agitar su manita en nuestra dirección, despidiéndose de nosotros, mientras ingresa en el colegio.
-Y ahora ¿Qué hacemos? -pregunta Alonzo.
-¿No tienes que ir a trabajar? -le pregunto, volteando a verlo.
Se me hacía extraño no estar en este instante corriendo hacia la parada de autobuses para ir a mi trabajo. Una vez te acostumbras a una rutina, es difícil dejarla.
-No, ayer me encargué de dejar todo listo, así que hoy puedo pasar el día contigo -exclama con simpleza, mientras se encoge de hombros.
-Hoy planeaba ponerme a buscar trabajo -digo- ¿quieres pasar tu día haciendo eso? -pregunto dubitativa.
Tenía dinero ahorrado y eso me serviría por un tiempo, pero necesitaba encontrar un empleo lo más pronto posible. Las cuentas no se iban a pagar solas y justo ahora ya tenía suficientes problemas encima, como para agregar otros.
-Yo no tengo problemas con eso -exclamó, mientras nos dirigíamos a su carro.- de hecho tengo una propuesta para ti -dice, abriendo la puerta del copiloto.
Cierra la puerta y lo veo rodear el carro, para posteriormente entrar.
-Me das miedo -Lo miro con desconfianza, mientras el enciende el carro- ¿qué quieres proponerme Alonzo?.
-Tranquila, que no te voy a pedir matrimonio -exclama con burla.
Bufo. De este hombre se podía esperar cualquier cosa, aún después de tantos años de conocerlo, seguían sorprendiéndome sus ocurrencias.
-Vaya, nos despertamos chistositos -exclamo con fastidio- Ya deja de hacerte el misterioso y dime ¿cuál es tu propuesta?.
Lo escucho reírse, mientras se adentra al tráfico. A esta hora las calles de New York están atestadas de gente llendo y viniendo de un lado a otro; y el tráfico es, por decir poco, un verdadero infierno.
-Bueno, no te enojes -se burla- no se si te comenté, pero hace unos días despedí a mi secretaria, era una vaga -agita su mano, restándole importancia al asunto- el punto es que, necesito una nueva secretaria y tu un empleo…
Lo observo por un rato, intentando procesar lo que dice.
-¿Me estas ofreciendo el puesto? -pregunto. Todo había sido muy rápido y mi cerebro aún no lograba procesar lo que estaba ocurriendo.
-Ding Ding Ding – dice imitando una campana- justo eso es lo que te estoy proponiendo mi querida piccola -exclama, haciendo una mala imitación de un presentador.
No puedo evitar blanquear los ojos ante su ridiculez.
Este hombre no madura -pienso
-No se porque, pero se me es muy sospechoso, que convenientemente necesites una secretaria cuando yo necesito un trabajo Alonzo -lo miro con suspicacia.
Se ríe y me mira con burla.
-Si, claro, yo lo planee todo -dice con voz gruesa- ahora que me descubriste…tendré que matarte -el carro se queda en silencio por unos segundos, antes de que la risa pueda con el, arruinando así su papel de matón.
-Idiota -mascullo- ahora hablando enserio…¿realmente estas buscando secretaria?.
Lo veo observarme de reojo y asentir.
-Si, hablo enserio -dice- además me quedaría más tranquilo teniéndote cerca.
Yo sabía que había un trasfondo en todo esto, puede que en realidad si haya despedido a su secretaria y necesitará otra, pero lo que realmente lo motivaba a darme el empleo, además de ayudarme económicamente; era el hecho de poder tenerme vigilada y así asegurarse de que no corriera ningún riesgo. El siempre a sido muy sobreprotector conmigo, por lo que no me extraña en lo absoluto. Desde que nos conocemos siempre me ha tratado como a una hermanita, tierno en ocaciones, fastidioso en otras.
-Esta bien, acepto -digo, observo una gran sonrisa aparecer en su rostro- pero, con condiciones -su sonrisa desaparece de inmediato.
-¿Qué condiciones? -suspira.
-Primero que nada, me vas a pagar lo que me corresponde y solo lo que me corresponde -le digo seria, lo veo blanquear los ojos y asentir con desgana- segundo: que trabajemos juntos no significa que me traerás y llevarás a todas partes -Lo veo con intenciones de refutar, pero lo interrumpo- sin excepciones Alonzo.
Lo escucho bufar y refunfuñar como niño pequeño.
-¿Algo más? -pregunta con fastidio, sabiendo que no aceptaré un "no" como repuesta.
-No quiero ningún tipo de trato especial por ser tu amiga -digo- me tratarás y me darás tanto trabajo, como se lo darías a una desconocida -lo señalo con mi dedo índice de forma acusadora cerca de su rostro.
-Bien, prometo cumplir todas tus peticiones -me dice, alejando mi mano de su cara.- que necia eres, otra en tu lugar aprovecharía los privilegios.
-Ya, pero yo no soy “otra” -exclamo cruzando los brazos- ¡YO! Soy Alessandra Palmieri, con eso te digo todo -digo haciendo voz de diva.
-No te sale lo diva -dice con burla- pero tienes razón, tu no eres como las demás, eres mucho mejor -dice orgulloso, logrando que un sentimiento cálido se instale en mi pecho.
Desde hace mucho tiempo no busco la aprobación de nadie, no dejo que las opiniones ajenas me afecten y vivo mi vida a mi ritmo; no me entrometo en la vida de nadie y no permito que nadie se entrometa en la mía. Pero debo admitir, que se siente bien escuchar de vez en cuando ese tono de orgullo
Que alguien te demuestre, así no sea con palabras, que lo estas haciendo bien y es aun mas significativo cuando esa persona tiene un lugar importante en tu vida, tan importante como lo es Alonzo para mi. A la final, somos humanos y aún si lo negamos, siempre buscamos la aprobación de alguien más.
Nos bajamos del carro una vez Alonzo aparca frente a mi casa. Entramos y me dirijo a la cocina con Alonzo siguiéndome.
-¿Café? – le pregunto, mientras pongo a hervir el agua.
Lo veo asentir, mientras se sienta en uno de los taburetes.
-¿Has sabido algo de Melissa o del señor Marcos? -pregunta.
Mierda.
Con todo lo que había pasado, me había olvidado por completo de ellos.
-No he sabido nada de ellos -saco mi teléfono de la cartera y reviso si tengo alguna noticia de ellos – tampoco me han escrito ¿les habrá pasado algo? -le pregunto con el miedo tiñendo mi voz.
-No lo sé piccola -frunce los labios- ¿no los vistes en la estación de policías?.
Por más que intento hacer memoria, no logro recordar si ellos estuvieron ahí. La culpa me invade al pensar que algo les pudo haber ocurrido.
Jamás me lo perdonaría.
Ingreso en los contactos de mi celular y busco el número de Melissa, una vez lo consigo le marcó.
Repica varias veces y luego me manda a buzón. Vuelvo a intentarlo y al tercer intento por fin contesta.
-¡¡¡OH POR DIOS ALESSANDRA!!! -me alejo del teléfono, aturdida por su grito. Observo a Alonzo fruncir el ceño, disgustado ante la chillona voz de Melissa- ¿estas bien? ¿Dónde estas? ¿estas herida?...oh por dios ¿Estas en el hospital? ¿en qué hospital estas? Voy de inmediato.
Parpadeo varias veces, aturdida ante la cantidad de preguntas y la velocidad con las que las hacia.
-Melissa, cálmate -interrumpo, logrando que haga silencio- estoy bien, no estoy herida y no estoy en ningún hospital -digo despacio- estoy en mi casa, te llamaba para saber como estabas y ver si sabías algo de los demás.
La escucho suspirar de alivio.
-Que bueno oír eso Lessa, me tenías preocupada -dice- yo estoy bien, con algunos rasguños nada más. Te quería llamar antes, pero perdí mi teléfono en el incendio y justo me acabo de comprar uno y recien active mi antigua línea -explica- por obvias razones, no me he podido comunicar con los demás.
Suspiro.
-Me alegra que te encuentres bien -digo con sinceridad- voy a intentar comunicarme con los demás, si se algo te aviso.
-Si, por favor avísame, yo haré lo mismo.
Me despido de ella y corto la llamada.
-La voz de tu amiga me irrita -dice Alonzo molesto.
No podía culparlo, a mi también llegaba a irritarme la particular voz de Melissa.
Escucho el agua hervir y me acerco a preparar el café.
-Tiene una voz algo molesta -admito extendiéndole una taza de café.
Me siento frente a él y le doy un sorbo a mi café, mientras busco el contacto del señor Marcos.
Repica varias veces, antes de que conteste.
-Buenos días ¿quién habla? -dice una voz masculina al otro lado de la línea.
-Buenos días ¿se encuentra el señor Marcos?
-¿Quién habla? -musita en voz baja.
-Soy Alessandra Palmieri, trabajaba en el restaurante del señor Marcos. -un mal presentimiento se instala en mi pecho y un nudo en mi garganta me dificulta el habla.
Escucho al desconocido suspirar al otro lado de la línea.
-Soy el nieto del señor Marcos, el…-la línea se queda en silencio por unos segundos que parecen eternos. Lo escucho carraspear -mi abuelo se encuentra internado en estado de coma, los doctores le dan pocas esperanzas de vida.
En ese mismo instante siento el mundo ir en cámara lenta, escucho a Alonzo llamarme pero su voz se oye lejana. El nudo en mi garganta amenaza con asfixiarme, mis manos no dejan de temblar; siento como la taza de café es quitada de mi mano y veo el rostro preocupado de Alonzo frente a mi. Quisiera moverme, responderle, hacer algo; cualquier cosa, pero no puedo, mi cuerpo se rehúsa a cooperar.
Va a morir…y es por mi culpa.
Alonzo quita el teléfono de mi mano y habla por el unos segundos, minutos o tal ves horas, justo ahora no soy capaz de saber cuanto tiempo a pasado. Mi mente no deja de dar vueltas y no logro concentrarme en nada concreto.
-Piccola, reacciona -dice Alonzo mientras sacude mis hombros- Mierda piccola no me hagas esto.
-Es mi culpa -susurro- es mi culpa -repito una y otra vez.
-No, no es tu culpa -exclama con severidad- el único culpable es ese bastardo, tu no tienes la culpa de nada Alessandra.
Una parte de mi sabe que Alonzo tiene razón y que el único culpable es ese enfermo, pero otra parte de mi, me repite una y otra vez, que yo soy la única culpable; yo era su objetivo y los demás, tan solo daños colaterales. Esa parte de mi no para de recordarme que todo el que este cerca de mi corre peligro.
-Piccola por favor, debes calmarte -su voz cada vez es más y más lejana, solo soy capaz de escuchar el desenfrenado latir de mi corazón y lo errática que es mi respiración.
Luca, Alonzo, Melissa ¿quien sigue? ¿a quién más va a dañar?
La vista se me empieza a nublar y mis pulmones arden ante el esfuerzo. Y luego todo se vuelve negro.
Nota de autor:
He estado un poco desaparecida así que, como recompensa por su paciencia les daré un pequeño maratón y a más tardar pasado mañana publico el cap 41 en booknet.
Maratón 1/?
No sé olviden de dejar su estrellita ⛤
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro