Capítulo 13.
Narrado por Mateo
Lo he decidido hoy es el día, luego de pensarlo, meditarlo durante toda la noche he decidido hablar con la verdad respecto a mis sentimientos por Ángela.
Sé que yo le gusto estoy seguro de eso, me lo ha dicho sus palabras de igual manera que me lo ha demostrado, y quiero llamarla novia. Quiero que estemos juntos, envolver mis brazos a su alrededor, entrelazar nuestras manos, besarla sin miedo a lo que digan. Hacerlo todo con ella.
He pensado muy bien mis palabras durante toda la anoche escribí en un pequeño papel lo que pienso decirle, ese papel lo llevo en mi bolsillo izquierdo del pantalón, ¿Eso no me hace patética verdad? No es que vaya a sacar el papel y ponerme a recitar cada palabra. Pero por si se me olvida ahí lo tengo.
Deseo mucho que me acepte la verdad, que llegue el momento que ni Christopher tenga nada que ver entre nosotros, porque no lo pensaré y le meteré un puñetazo en su sucia y fea cara.
Quisiera comunicarle lo que haré a mis mejores amigos, en busca de apoyo de algún consejo, pero lamentablemente no estoy seguro, creo que lo mejor será que se los diga luego de que Ángela acepte o me rechace con ella nunca se sabe.
Estoy sentado en mi tercer turno de clases del día de hoy, sumergido en mis pensamientos, además de mi nerviosismo que para mí es notable, no me doy cuenta cuando una chica se sienta a mi lado, me saluda con una pequeña sonrisa tímida.
Es guapa no lo voy a negar, su cabello les llega a los hombros es de castaños claros, tiene unos preciosos ojos cafés.
—Hola— Le sonrió y ella me la devuelve más una más animada— ¿Eres nueva verdad? No te había visto antes.
—Sí, lo soy, mi padre consiguió un ascenso y nos mudamos cerca de la universidad y tenía una beca.
—Me alegro, ¿Y te gusta la ciudad? —Le pregunto de manera amigable.
—No he tenido mucho tiempo para aventuras, pues he estado enfocada en la mudanza.
—Hm, comprendo—le doy un asentimiento para luego sacar los libros de mi mochila, ella sigue con su mirada fija en mí y no lo niego, me incomoda un poco.
—¿Cómo te llamas, gatito? — Doy un respingo ante su apodo.
Que carajos es lo que pasa por mi mente, cálmate Mateo no le digas nada malo.
—¿Gatito? — Confundido me giro hacia ella para observarla detenidamente.
—Sip— Sonríe enseñando todos sus dientes— Me gusta poner apodos.
—¿Le pones apodos a personas que conoces hace menos de 5 minutos? — Arqueo mi ceja derecha y ella se queda mirando mi gesto.
—Solamente a los chicos guapos ¿Me dirás tu nombre o tendré que ir a la dirección a investigar tu expediente?
Esta chica me da miedo por su expresión sé que lo dice en serio.
—Mateo— Me apresuro a responder.
—Mucho gusto, Mateo Gatito, yo soy Dahlia.
Asiento dándole a entender que escuché su nombre, pero ignorando el tonto apodo que me ha puesto, al notar mi silencio se gira hacia adelante y saca su celular. Yo me concentro en el Pizarrón esperando la llegada del profesor.
Luego de dos horas totalmente largas e incómoda salgo prácticamente corriendo del salón, huyéndole a Dahlia, la cual me había insistido en almorzar junto, Necesito y es de mucha importancia encontrar a Ángela inmediatamente.
El encuentro, está sola y sentada en una mesa leyendo una revista al parecer, me encamino hacia ella y le revuelvo el cabello al estar cerca de ella. Refunfuña, pero al ver que soy yo me sonríe y aparta la revista.
—No te he visto en toda la mañana—Le digo sentándome en la banca que queda al frente.
—He estado ocupada con el evento de las porristas ¿Y tú cómo has estado? —Pregunta guardando la revista en su bolso.
—Estoy bien, ¿te importaría caminar o aún no almuerzas?
—No tengo hambre ¿Pero ya tú comiste algo?
—Lo hice— Miento —Vamos.
La invito a pararse y caminamos sin rumbo fijo. Hay un silencio absolutamente cómodo, cuando ya no estamos a la vista de las personas le agarro la mano, con miedo que me rechace, ella levanta la vista hacia mí y me sonríe.
—Ángela— Pauso nuestros pasos y le acaricio los nudillos— Me gustas muchísimo la verdad.
—Sonríe y sujeta con fuerza nuestras manos— A mí también me gustas mucho.
Pienso en el discurso que preparé con tanto esmero anoche, pero no logro recordar las palabras que escribí. Tanto que las ensaye, por gusto, horas en frente al espejo del baño, ensayando con un peluche, decido decirle lo que se me venga a la cabeza y lo que mi corazón sienta.
—Sé que terminaste con Christopher recientemente, y entiendo que también es tu mejor amigo— Asiente con la cabeza y respiro profundamente y continúo— Me gustas y me atrevo a decir que mucho más que yo a ti. Eres una chica increíble, hermosa, inteligente, conversadora, un poco loca— Sonríe ante lo último.
—Y no lo sé Ángela, quiero agarrar tu mano en medio de cualquier pasillo, besarte estando presente cualquier persona, contarles a mis amigos lo maravillosa y preciosa que es mi novia y ser la envidia de todos ellos, conocer cada faceta tuya y que tú también conozcas las mías.
Nervioso, espero algún gesto o palabra que me indique algo, pero solo se mantiene en silencio mirándome fijamente.
—Entonces, Ángela, ¿Quieres ser mi novia? — Que diga que si por favor, que diga que sí.
—Claro que si Mateo, me gustas mucho también y si me gustaría ser tu novia e intentarlo juntos.
Emocionado el abrazo con fuerzas para luego levantarla dando vueltas en mi lugar. Ella ríe juguetona y juro que es el sonido más hermoso que he escuchado.
La bajo y me acerco lentamente a su mejilla, la acaricio con mi nariz y ella cierra los ojos, beso su mejilla, la otra mejilla, luego la nariz y por último me acerco a su boca, se volvió mi adicción favorita.
Entrelaza sus brazos en mi cuello y con una mano acaricia mi pelo, mis manos están en su cintura, atrayéndola a mí lo máximo posible, sus labios acarician dulcemente los míos, siento que voy a morir. Inevitablemente, el bulto en mi pantalón crece y yo profundizo el beso.
Necesitados de aire, nos separamos jadeantes y nos miramos con una sonrisa.
—Gracias por creer y esperar por mí— Me dice dándome un pequeño beso en mi mejilla.
—Gracias a ti por ser mi novia, Ángela.
Beso dulcemente su frente y ella se agarra de mis antebrazos, me separo y le doy un corto beso en su boca.
Nos quedamos un rato hablando de cosas triviales. Noto que se le escapa una que otra mirada complacida a mi entrepierna, y no me avergüenzo porque eso significa que la deseo y lo que ella provoca en mí.
Ahora estando con ella, sé que no necesito más nada, La quiero y me quiere ¿Qué puede salir mal de esta relación? Exacto nada, ni las pesadillas que me persiguen aún, ni mi pasado logrará separarme de ella.
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Mil gracias por darle está nueva oportunidad a esta increíble Historia.
Gracias mis fantasmitas por su apoyo incondicional, días tras día trato de realizar un capitulo con amor para ustedes.
Si quieren obtener más información sobre mis historias, quieren saber cuáles son los próximos proyectos, me pueden seguir en Instagram como Alejandra 18 o en Facebook como
No Olviden dejar su comentario para saber que le está pareciendo está increíble Historia que trataré de hacerle muy especial, hasta el próximo capítulo.
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