Ser la segunda hija de la familia no estaba nada mal. Maya no tenía tantas obligaciones como su hermano mayor, aunque tenía claras sus metas. Ser la segunda le auguraba una posición privilegiada sin tanto esfuerzo. En cambio, sus hermanas menores debían dedicarse desde temprana edad a un trabajo que les permitiera sostenerse si algo salía mal con su cómoda vida. Si eso sucedía, ella lo tenía más fácil: un matrimonio aseguraría su posición.

Desde pequeña, Maya siempre supo que era bella. Sus padres y hermanos la elogiaban por ello, y aunque muchos la consideraban vanidosa, ella sentía envidia no de la belleza de otros vampiros, sino de la inteligencia de algunos eruditos privilegiados que podían acceder a libros y conocimientos más allá de los muros de Reddosilva.

A los 10 años, se manifestó su don vampírico, aunque aún no se había transformado. Sus padres la volvieron a elogiar. 

-Eres una genio, mi hermosa genio. le decían felices. Sin embargo, ella sentía que lo que le decían estaba mal y no sabía por qué.

Fue a esa edad cuando también comprendió el alcance de su don: las feromonas. Según había leído en un libro, eran delicadas emisiones químicas liberadas por el cuerpo de ciertas criaturas, destinadas a influir en el comportamiento y las reacciones de aquellos expuestos a ellas. Maya supo en ese momento que podía hacer con tal poder.

A medida que aprendía a controlar su don, también lo hacía su belleza. Ella misma, en secreto y a viva voz, cantaba que era la abeja reina. Todos la mimaban y amaban, aunque no supieran que eran las abejas.

Cuando cumplió 12 años y finalmente se transformó en vampiro, también despertó su magia. Ahora era más fuerte, tenía el poder de controlar el fuego, aunque no salía muy bien. Sin embargo, el trueno era diferente, una genio habían oído hablar día y noche de su familia y amigos. Pero no todo era bueno, así como su poder y belleza, ahora tenía que cumplir con sus obligaciones como la segunda hija.

Sus padres esperaban encontrarle marido pronto, pero ella se oponía. No buscaba compañero y punto. A los 13 decidió entrar a la escuela de magia, donde no hizo más que construir su poder por encima de otros. Tal vez fue manipuladora, pero en su mundo, ¿quién no lo era?

Cuando cumplió 21 años, logró lo que nadie pensó que sería posible: controló a los monstruos de las arenas y mutantes que se habían infiltrado en el bosque prohibido. Maya encontró una oportunidad para demostrar su valía. Con valentía y determinación, lideró a su equipo hacia la victoria, protegiendo a su pueblo y asegurando su lugar como una de las figuras más destacadas de Reddosilva. Eso solo la hizo blanco de nuevas propuestas de matrimonio. Pero ella sabía que tenía que ser más, así que cuando el rey le ofreció algo, ella pidió:

-Quiero ser maestra del gremio.

vio en ello la oportunidad de alcanzar un nuevo nivel de influencia y autoridad. Aceptó el desafío con entusiasmo, consciente de que esta posición le ofrecería la plataforma perfecta para seguir persiguiendo sus ambiciones.

Con una sonrisa, el rey aceptó, y la más feliz fue la reina. Ella había encontrado en Maya tal vez otra aprendiz que, como ella, controlaría el rayo. Pero Maya aún lo sabría. Ahora, con más de 121 años, tiene amigos, rivales y razones de más para seguir siendo la maestra del gremio que ella vio crecer y expandirse. Y tal vez, por fin, se estaba planteando tener un compañero.

ficha del caso:

nombre: Maya  Cureé

fecha de nacimiento: 2579

edad actual en el año 2700: 121 (aparenta 27)

raza: vampira (clase social alta)

ocupación: maestra del gremio de vampiros

titulo principal : maestra del gremio, la segunda mas bella

familia: padre, madre, una hermana mayor, una hermano menor y una hermana menor