Las olas rompían suavemente contra la costa, trayendo consigo ecos de un tiempo que parecía tan lejano. Joran miraba el horizonte, perdido en sus pensamientos. En su mente, los recuerdos de su infancia se desenredaban como las olas en la arena. Era un niño curioso y lleno de energía, corriendo por la playa mientras sus padres reían alegremente. El sol brillaba sobre ellos, y la promesa de aventura estaba en el aire. Los días con su familia eran su tesoro más preciado, y cada momento juntos estaba lleno de risas y amor.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando volvió a esa noche en la Scarlet Noit. Los vampiros llegaban cada año, como aves de presa en busca de presas. Joran recordaba el júbilo de sus padres; ellos esperaban que alguno de la familia fuera escogido. Los vampiros elegían a sus siervos en una especie de lotería donde la suerte determinaba el destino de cada individuo por un tiempo definido, eso dependía del vampiro.

Joran fue el elegido, su nombre resonando en medio del silencio. Sin embargo, a diferencia de muchos otros, no sintió el mismo miedo. No veía su elección como una condena, sino como una oportunidad. El vampiro que lo seleccionó le prometió protección para sus padres y riquezas que asegurarían su bienestar. En su juventud, Joran no entendía completamente el precio que pagaría por ese trato. Solo sabía que su elección daría a su familia una oportunidad de una vida mejor.

El tiempo pasó y el vampiro mantuvo su promesa. Sus padres vivieron con comodidad, pero Joran estaba atrapado en un mundo oscuro junto a otros niños. Cada noche, se convertía en el sirviente del vampiro, cumpliendo sus órdenes y satisfaciendo sus deseos. La promesa de riqueza y protección se volvió una cadena que lo mantenía atado. En todos esos años, no podía ver a su familia; se conformaba con las cartas que podía entregar y recibir.

Cuando llegó a la adultez, Joran finalmente aceptó la transformación en vampiro. El vampiro que una vez lo eligió como siervo lo convirtió en uno de los suyos. La transformación le otorgó fuerza y habilidades sobrenaturales, pero también profundizó la distancia entre él y su humanidad perdida.

Las lágrimas llenaron sus ojos cuando recordó el día en que sus padres fueron arrancados de su vida por los mutantes que asolaban la tierra. Ya no estaban para darle guía ni consuelo. Joran se sintió solo, su corazón roto por la pérdida. Fue en ese momento que decidió que no permitiría que nadie más que amara sufriera el mismo destino.

Con un nudo en la garganta, Joran miró una última vez al mar antes de embarcarse en su barco. Las olas lo llamaban, ofreciéndole la libertad que siempre había deseado. Navegó lejos de la costa, decidido a hacer algo significativo con su vida. Los mares serían su hogar y su refugio, y algún día, sería un líder digno de la flota naval de Reddosilva.

Los días en el mar eran largos, pero cada ola que rompía contra el casco de su barco le recordaba la promesa que se había hecho. Aprendió a leer las estrellas y a navegar por las corrientes, ganándose el respeto de su tripulación y la admiración de aquellos que se cruzaban en su camino. Sus habilidades como vampiro le permitían una resistencia y fortaleza inigualables, convirtiéndolo en una figura temida y respetada en los océanos.

A pesar de su éxito, el vacío que dejó la pérdida de sus padres nunca se llenó por completo. Sin embargo, Joran encontró consuelo en la misión que se había impuesto. Rescataba a otros que, como él, habían sido arrancados de sus vidas y les ofrecía un nuevo hogar en su barco. Su tripulación creció, no solo en número, sino en lealtad y camaradería.

Una noche, bajo un cielo estrellado, Joran se encontró pensando en su familia una vez más. Sabía que su travesía en el mar y en la vida no era solo por él, sino por todos aquellos que habían perdido algo o alguien. El liderazgo que había asumido era más que una posición de poder; era una responsabilidad que llevaba con honor.

Finalmente, después de años de navegación y batallas, Joran llegó a ser un líder digno de la flota naval de Reddosilva. Bajo su mando, la flota no solo defendía el reino de amenazas externas, sino que también se convirtió en un símbolo de esperanza y redención. Joran, el niño que una vez corrió por las playas con su familia, ahora era el capitán que guiaba a muchos hacia un futuro mejor, llevando consigo el legado de aquellos que amaba.

Y así, Joran continuó su travesía, sabiendo que cada ola que rompía contra su barco lo llevaba un paso más cerca de cumplir su destino, manteniendo viva la memoria de su familia y la promesa de un futuro mejor para todos los que navegaban con él.

imagen hecha por mi

Ficha del caso:

Nombre: Joran Telanor

Fecha de nacimiento: 2606

Edad actual en el año 2700: 94(se ve de 60)

Raza: vampiro convertido

Ocupación: General Naval

titulo principal: General de las tropas marítimas de Reddosilva

familia: vampiro que lo convirtió, madre y padre muertos

y este con ia, le falta su parche y no me gusto el sombrero pero es lo mas parecido