De las pocas familias nobles humanas de Reddosilva, sin duda la más conocida es la de Tisenca Eirte. Se dice que en su juventud era una chismosa y que le gustaba mucho provocar habladurías. ¿Qué se podía esperar de una humana que ha escalado tanto en esta sociedad? Era consentida, chismosa y presumía de sus logros a lo alto con su familia.

¿Cómo llegó a ser lo que es ahora? Ser la directora del orfanato no era su único logro; a sus 58 años, Tisenca se jacta de ser indispensable para el reino. ¿Debe haber algo más, no?

En medio de una acampada fuera  en la tranquila noche, el crepitar del fuego proporcionaba una atmósfera acogedora en los jardines del orfanato

 Tisenca le dice a los niños que prendan con cuidado el fuego. Ha traído unas cuantas hojas que ya no sirven. Les da una a cada niño antes de prenderle fuego y les recuerda lo que dice el papel que pronto será ceniza.

El primer papel es una carta que ella misma arroja al fuego. Es con la única que siente remordimiento, pues su amado le ha enviado otra esta semana. Pero ella sabe que no puede irse, no con todo lo que ha logrado.

Aunque su rostro mostraba indiferencia, en su corazón se removían emociones contradictorias. Su relación con su amado era complicada, pero sabía que su posición actual no le permitía seguir sus impulsos emocionales

La segunda se la da a una niña: es una lista de los que considera amigos y aliados. Si cayera en manos equivocadas, todos estarían en peligro.

La tercera es un examen médico de ella y de algunos de su pelotón. Con que ella o el médico lo recuerden, no necesita más información de la que se puedan valer sus enemigos. Entre esos papeles que se queman se ve el número 190, su IQ.

El cuarto niño arroja un papel que contenía información sobre su poder de anular la invasión de recuerdos que algunos vampiros podían usar, y su alta capacidad para resistir hechizos mentales. Sus ojos brillaban con determinación mientras observaba cómo los niños eliminaban cuidadosamente los documentos comprometedores.

 Otros niños arrojaron al fuego ya alimentado datos de sus contactos en el bajo mundo y en la ley. Sonrió al pensar que ninguno sabía que trabajaba para ambos. A lo mejor lo intuían, pero bueno.

Ya casi acabando con los papeles, llegó una maestra con otro lote de ellos. Esta vez, la nueva información que le había llegado de otro reino. Ya cuidadosamente guardada en las mentes de sus trabajadores, era hora de eliminarlos. Los niños, contentos, empezaron a aventarlos mientras otros se preparaban para asar su comida con unos palitos que les habían dado.

—Qué noche más bella, ¿no, niños? —les preguntó Tisenca a sus pequeños protegidos—. ¿Quieren volver a repetir la acampada mañana? Muchos respondieron que sí.

Al final de la noche, Tisenca contempló la escena con satisfacción. La camaradería entre los niños era asombrosa, y ella se sentía agradecida por el vínculo que compartían.

Con esa acción, Tisenca había brindado una nueva oportunidad a aquellos que la sociedad había dejado atrás. Había convertido al orfanato en un hogar, en una familia para los niños de la calle, para los desamparados. Y cuando llegara el momento, les daría algo por lo que luchar, la libertad para vivir como desearan. Porque ella había elegido darles esa oportunidad, pero también les permitiría elegir su propio camino.

Ya fuera vivir con los ojos vendados durante el día, ajeno al mundo de espías y secretos, o adentrarse en la oscuridad de la noche, explorando los misterios y desafíos que esta conlleva, Tisenca estaría allí para ellos, apoyándolos en cada paso del camino. Porque su compromiso no conocía límites, y estaba dispuesta a estar a su lado en cualquier circunstancia.

retrato de Tisenca hecho por mi

Ficha del caso:

nombre: Tisenca Eirte

fecha de nacimiento: año  2642

edad actual en el año 2700: 58 años

raza: humana

ocupación: directora del orfanato/ directora de la red de espías de reddosilva

titulo principal : directora/abuela

familia: madre y padre (fallecidos) niños del orfanato (nietos)

retrato hecho con ia