Prólogo parte 1: Niños
198 Monroe St, New York, 10002, Manhattan, Estados Unidos
5 de abril del 2013
Recuerdo que esa mañana estaba observando la ventana, al lado de la cama de mi habitación y miraba el cielo, estaba nublado.
Era muy sencillo verlas, ya que vivía en un segundo piso. Las nubes estaban con una variedad de tonos grises intensos, apenas se podían ver los pequeños rayos de luz que atravesaban entre ellas.
Sospechaba que la lluvia se aproximaba, ya que el aire era más frío y denso, más de lo normal. Bueno, en esta época del año era común que hubiera tormentas.
A mí me encantaban esos días, ya que experimentaba una gran paz dentro de mí.
"Bueno... Si se puede decir así"
Pasaron unos segundos y después una voz suave me sacó de mis pensamientos, trayéndome a la realidad. Me di la vuelta para ver a una pequeña chiquilla mirándome desde el marco de la puerta.
-Hola -me saludó acompañada con una sonrisa en su rostro.
-Hola Diana -contesté.
Diana es una amiga que hice hace tres años. Su apellido era James. Ella se mudó a uno de los edificios de al lado junto a sus padres.
Diana era una niña muy linda, amable y generosa. Ella tenía una cabellera bastante larga y lacia, sus ojos eran de un color grisáceos con un tono de verde agua en ellos.
Su piel era pálida, tenía pecas en la nariz y las mejillas. Siempre que tenía tiempo, ella venía a mi casa para jugar conmigo o ver televisión, ya que sus padres trabajaban mucho y no tenía con quién jugar. Y para serles sincero, a mí me gustaba que viniera.
- ¡Louis! -exclamó mi madre caminando del corredor a mi cuarto, con un tono de voz como si estuviera buscándome.
Llega mi madre a la puerta de mi habitación vestida con una pantalonera gris, una camisa azul marino y el cuello blanco. Mientras que al calzado tenía unas zapatillas de suelo.
- ¡¡Ah, aquí estás!!— pauso—¡¡Mira, alguien vino a visitarte!! -exclamo mi madre poniendo ambas palmas de sus manos en los hombros de Diana, mientras me mira. Y Diana mira a mi madre
- Diana se va a quedar el resto del día con nosotros debido a que sus padres saldrán por cuestiones de trabajo y me la encargaron ¿No te importa, verdad, hijo? -dándome una sonrisa muy leve y las cejas arrugadas con amabilidad.
-No, mamá, no me importa -contesté mientras le di un gesto de alegría en mi rostro.
Se puede decir que mi madre es muy amable con las personas y le gusta hacer favores sin nada a cambio.
Ella tenía su cabellera negra, rizada y larga que le llegaba a la cintura, sus ojos eran de color grises, su piel era blanca y muy suave. Siempre me gustaba que ella oliera a flor de naranjo.
-Bueno, los dejo solos para que jueguen, no hagan travesuras -se despidió mi madre y volvió a la cocina.
Mientras que Diana entra a la habitación color azul marino y se acerca a la cama. Yo me acomodaba en una orilla de esta y le proporcionaba un espacio para que se sentara a lado mío.
- ¿Qué estabas observando? -pregunta mientras se sentaba.
-El cielo -respondí, regresando a ver la ventana - Parece que lloverá muy pronto -agregué, regresando a verla con una sonrisa.
- ¿Por qué? -preguntó
-Porque las nubes están grises y el aire está fresco -conteste mirándola.
- ¡No, eso no! -dio una pequeña carcajada y luego paró.
- ¿Entonces? -pregunté.
-Digo que ¿Por qué miras el cielo nublado? -preguntó e inclinó su cabeza a la derecha, curiosa.
-Porque me relaja. Es todo -dije mirando el suelo y luego la miré a ella.
Diana solo me dio una sonrisa.
-Y ¿Cómo has estado? -me preguntó- Desde hace 2 días no nos hemos visto -argumento con melancolía
-Bien -exprese moviendo mis piernas a la orilla de la cama. - ¿Y tú?
-Muy bien -confirmó mientras se levanta de la cama y concluyó con un toque rápido y leve, en mi rodilla.
- ¿Por qué hiciste eso? -pregunté inclinando mi cabeza ligeramente a la izquierda, porque tenía curiosidad.
-¡¡Quiero jugar!! -exclamó con una sonrisa casi inevitable-¡¡Las traes!! -agregó con un grito riéndose y haciendo un gesto para que le siguiera hasta la sala y por último haciendo la hazaña de correr. Asimismo, le seguí el paso a su acto.
-¡¡ Atrápame si puedes, Louis !! -retó Diana bajando las escaleras correteando con alegría en su voz y luego dio la vuelta alrededor de uno de los tres sofás color cerceta estilo ergonómico.
Para darse un momento de descanso detrás del armazón lateral, colocando su mandíbula en él.
Mientras que yo apenas estaba bajando las escaleras, me dirigí a la sala e hice una pausa para toparme a Diana con su acto ya realizado.
-Sabes, no puedes quedarte allí todo el día ¿verdad? -comenté cruzando mis brazos.
-Sí, lo sé. Pero, si estoy aquí... estaré más segura que no me atraparás -justifico, mirándome. Alzando sus cejas, para retarme.
-Eso crees tú, pero lo que no contabas...-manifesté quitándome mis zuecos y me encimé al sofá con el objetivo de saltar por encima del armazón lateral del sofá.
Mientras que Diana al ver mi acción, se sorprendió y comenzó a correr fingiendo tener miedo
-¡¡Es que yo soy más rápido e inteligente que tú !! -exclame emocionado. Por último, la perseguí por detrás, entre risas escandalosas.
Dimos varias vueltas alrededor de la sala, hasta que Diana empezó a presentar signos de cansancio.
"Esa era mi oportunidad para atraparla"
- ¡¿Crees que con solo correr te salvarás de mis garras?! -exclamé sonriendo. Persiguiéndola por atrás poniendo mis manos como un par de garras - ¡¡Pues estás muy equivocada, Diana!! - grité mientras que me impulsé con el propósito de caer sobre ella.
- ¡Aah!! ¡Ayuda, un tigre me quiere comer!!-expresó suplicante.
- ¡Te... ¡Tengo! - canté victoria tras saltar y atraparla por detrás riéndonos con alegría.
Forcejeamos un poco sin lastimarnos, nos caímos al suelo por ello, fue en ese momento en el que aprovechó para atacar con cosquillas, su más grande debilidad...
"Como cuando era una niña"
-Jajaja ¡¡Ya basta, Louis!! ¡¡Jajaja!!-tratando de alejarse para no tener más cosquillas.
Me reía junto con ella durante un rato así, hasta que yo decidí dejarla en paz finalmente, sentándome a un lado, cansado de lo acontecido.
- ¿Viste? Te dije que no te salvarías de las garras de Louis -reí aun cantando victoria mientras la miraba.
-Louis... - me llamó aun recuperando el aliento después de haberse reído tanto.
- ¿Sí, Diana? - le contesté teniendo toda mi atención en ella.
-Te quiero - dijo mientras que se acercaba a mí y me envolvía entre sus brazos con cariño.
-Yo también te quiero, Diana -le correspondí el abrazo, mostrando una sonrisa.
"En ese momento, teníamos tan solo ocho y nueve años respectivamente. Yo era mayor que ella solo por meses... Pero eso no importaba o ¿sí?"
-Niños, les traje jugo, me imagino que tienen sed después de tanto jugar -llegó mi madre desde la cocina, vestida de la misma manera que hace solo unos momentos y en sus manos una bandeja con dos vasos con jugo de naranja y un plato lleno de galletas recién horneadas.
Dejamos de abrazarnos para incorporarnos. Y ver a mi mamá, quien tenía una dulce sonrisa dibujada en sus labios al vernos, cogimos un vaso y una galleta cada uno.
-Gracias, señora Lina -agradeció comiendo su galleta y se sentó en la alfombra que está enfrente del sofá, mismo acto que le seguí.
-Gracias, mami -agradecí de igual forma.
-No hay de qué, mis niños, si quieren algo más, estaré en la cocina -indicó con una sonrisa dulce mientras ponía la charola en la mesita para café estilo de madera maciza entre medio de los tres sillones que había y se alejó de la sala para ir al lugar mencionado.
Mi madre era una linda persona tanto emocionalmente como físicamente.
"¿Qué digo? ¡Era hermosa! ¡Para mí era la mejor madre de todo el universo y yo tuve la suerte de tenerla!"
- ¿Ahora qué hacemos? -pregunto Diana bebiendo un poco de jugo
-Pues ¿Qué te parece si vemos televisión? Ya casi está nuestra caricatura favorita... -sugerí.
-Vale -aceptó.
Me levanté del suelo, cogí el control y volví a sentarme a su lado.
-Déjame adivinar "Tortugas Ninja" ¿verdad? -adivinó con una voz muy tierna y dándome una sonrisa.
-Pues... sí. Ya todos los fines de semana lo están pasando. Pero si quieres ver otra cosa lo hacemos -contesté con amabilidad y una sonrisa en mis labios.
-No, si me gusta. Sólo estaba preguntando -insinuó y se quedó pensando -Además, no hay nada que me llame la atención en otros canales -murmuró.
Encendí el televisor.
-Entonces no te importa, ¿verdad? -propuse.
-No, no me importa -hizo una pausa mirando el televisor-. ¿Le vas a cambiar al canal o vamos a seguir viendo noticias? -dio una risita burlona.
Mientras que yo se la devolví y empecé a cambiar de canal. Así estuvimos el resto del día viendo televisión.
Hasta que, después de unos minutos, afuera se escuchaba el sonido de la lluvia cayendo alrededor del marco horizontal de la ventana y salpicando gotas de agua en los vidrios de esta.
Y la temperatura afuera se precipitó un poco más de lo que estaba aquí adentro, lo podía sentir porque el aire fresco invadía por debajo de la puerta de cedro.
Cuando volteo a observar la ventana detrás de mí, afuera ya estaba una oscura y opaca noche. Mire el reloj que estaba encima de la televisión colocado en la pared.
"Eran las ocho en punto"
"¿Cómo es que el tiempo se fue tan rápido?"
-"Hace un momento Diana y yo nos sentamos a ver la televisión" -pensé.
En ese momento, me percaté que Diana me está observando y la volví a mirar por un momento, sus hermosos ojos verdes grisáceos estaban enfocados en mí y luego volví a ver el reloj.
- ¿A qué hora dijeron tus padres que vendrían a recogerte? -pregunté sin dejar de mirar el reloj para luego regresar a mirarla.
-Mmm... a las 7:00, supongo ¿por qué? -dijo confundida.
-Nada...-comente pensando-. Solo que ya es tarde y tus padres no han regresado para recogerte -aclaré observando a Diana a los ojos.
-Tal vez tienen un contratiempo, siempre es lo mismo- me confesó Diana mientras mira la alfombra tono terracota, un poco triste.
La miro con curiosidad
- ¿Qué te pasa, te ves triste? -expresé.
-No, estoy bien -dijo mientras que su mirada chocaba con la mía y con una sonrisa fingida
-Mientes... ¿Qué te pasa? -pregunté
-No, nada -dijo mientras jugaba con su dedo índice de la mano izquierda en la alfombra.
- ¡Mientes y tú lo sabes! Mejor dime qué te pasa. Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? -dije dándole una sonrisa y tomando su mano derecha que estaba en el suelo recargada.
-Es que...-dijo con una voz temblorosa y sollozante -Es que a veces...pienso que soy un estorbo para mis padres...-confesó mientras que sus ojos cristalinos capturaban mi atención.
" Es como si tratara de no llorar"
-No, eso no es cierto. No digas eso ¿Por qué lo dices? -pregunté mientras me acercaba a Diana y la abrazaba.
Ella solo desplomó su rostro en mi pecho. Sentí sus lágrimas caer en mi camisa. Era una sensación extraña viniendo de Diana, ella nunca se había comportado de esa manera antes.
-Es como si yo no existiera, Louis.... no les intereso, me dejan sola todo el tiempo... se olvidan de mí... nunca me hacen caso cuando se quedan en casa...-expreso gimiendo del dolor, mientras me abrazaba y secaba sus lágrimas en mi camisa.
"Estaba muy aturdido por su comportamiento"
-Mamá, siempre está trabajando y papá ni siquiera lo veo, porque siempre está en su oficina. Y cuando están en la casa y preguntó si ¿Quieren jugar conmigo? Lo único que hacen es ignorarme, pareciera que no existo. Siempre están en llamadas o en el ordenador -mientras que siento su abrazo más fuerte y sus lágrimas son cada vez más cayendo en mi camisa.
"Yo no sabía cómo reaccionar a su revelación, sentía lástima por todo lo que dejó salir de ella. Por todo lo que le está pasando. Era extraño que ella sintiera todo eso, era pequeña como para que experimentara esos sentimientos. Lo único que pude hacer era abrazarla con todas mis fuerzas hasta que dejara de llorar"
*Louis en multimedia*
¿Qué les pareció el capítulo?
*Alguna queja o recomendación aquí por favor*
(CAPITULO EDITADO)
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