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XVI

10:15 a.m.

—Vámonos, vámonos, antes que comience a atacar el hambre, necesitamos conseguir unos buenos puestos, a Rich no le dejan apartar tantos cupos y después no tendremos donde comer.

—Tranquila, todavía no llega Cristhian con Charlotte, además es Rich, no dudes de tu amado, es bueno convenciendo y más si dice que es para Harold Contreras y Kevin Duarte, porque como a ellos los quieren tratar como unos reyes —comenté riendo un poco mientras terminaba de empacar las toallas en la mochila que Harold llevaría, escuchando como la puerta sonaba.

—Hablando de los reyes de Roma, creo que son ellos los que se asoman —ríe Harold levemente mientras se levanta para poder abrir la puerta, dejando entrar a los dos invitados.

—¡Llego el alma de la fiesta! —dice la morena al ir entrando para saludar a cada uno de los presentes en la sala— bienvenidos a Florida chicos, es un placer volver a verlos.

—Y a nosotros nos encanta volver a verlos, creo que ahora sí que estamos todos podemos irnos.

—Claro que sí Lupe, avísale a Rich que ya iremos en camino. —esta asintió mientras todos salían de la casa para poder dividirse.

—Chicas, Harold, Kevin y yo nos iremos en un auto con todas las cosas mientras ustedes se pueden ir en el otro, así estaremos más cómodos, ¿les parece?

—Claro, Cris, entonces andando, nosotras iremos delante —sonreí para darle un corto beso a mi esposo antes de subir al auto de mi madre; Jennie, Lupe, Charlotte, Cloe, mi madre y yo iríamos adelante siendo escoltadas por aquellos tres.

—Bien, es hora de la música, con su permiso, señora Jones —ríen las chicas mientras Jennie llevaba a mi hija, yo iba de copiloto mientras mi madre conducía. Lupe colocó algo de música en el camino, por lo cual todas cantábamos a coro pasando los minutos, hasta que note por el retrovisor para ver como los chicos se detenían y unas mujeres muy hermosas con poca ropa se subían con ellos.

—No puede ser, Keyla...

—Shhh, no diremos nada, en su lugar nos vamos a desviar de camino para ver si se dan cuenta, ¿qué opinan? —las mire levemente elevando una ceja al ver como Jennie y Charlotte guardaban sus celulares.

—Aunque me parece que también los deberíamos llamar —responde la morena algo dudosa.

—¿Para quedar como las malas y tóxicas? No, mejor entremos por la segunda entrada, si recuerdan que no están solos se darán cuenta de que dejaron de seguir el auto —suspire al ver como entramos a uno de los desvíos y ellos continuaron directo siguiendo una caravana de autos que iban delante de nosotros.

—No puedo creer que estén tan distraídos que no se dieron cuenta, es decir, nos pasa algo, Dios no quiera y ellos ni se mosquean.

—Señoritas, así son los hombres de tontos en su gran mayoría, créanme me toco uno peor, mejor vamos a la playa y disfruten entre ustedes como en los viejos tiempos cuando no los necesitaban. —responde la señora Jones mientras los miraba de reojo con una sonrisa.

—Sabe que señora Jones, yo la apoyo, ¿quién los necesita? Vinimos a compartir entre nosotras en estas vacaciones y ellos con sus bobadas no lo arruinarán —sonríen las tres.

—Las apoyo, por cierto, lo lamentamos Lupe, que no puedas ver a Rich enseguida, más bien llámalo para avisarle que no llegaremos con él, capaz les dé un buen susto a esos tres.

—Cierto, enseguida lo llamaré —sonríe para sacar su celular realizando la llamada.

Llamada telefónica entre Guadalupe y Rich.

R: Hola amor, ¿ya vienen llegando?

G: Amor, nos desviamos, así que nosotras no llegaremos contigo, pero Cristhian, Harold y Kevin si llegaran acompañados de unas mujeres, que si te preguntan por nosotras dirás que no sabes nada, que me has llamado y no te he de contestar, ¿vale amor?

R: Comprendo... ¿Pero están bien?

G: Sí, estamos bien amor, de ello no te preocupes.

R: Me llamas y me informas de cualquier forma o aunque sea por un mensaje de donde están o algo.

G: Tranquilo amor, no te preocupes, yo te estoy llamando.

R: Está bien princesa, ya los veo entrando con el auto, nos vemos.

Fin de la llamada.

—Listo, ya se encuentran allá —suspira un poco para ellas también detener la marcha en un lugar que estaba con pocas personas y se veía totalmente calmado.

—Bueno, esto se volvió tarde de chicas —sonríe Jennie antes de bajar como todas, acercándose a uno de los que alquilaban las carpas para tomar una y que pudiera acomodarse la madre de Keyla.

—Fuera ropa señoritas —sonreí mientras sacaba la ropa que traía puesta para quedarme solo en el vestido de baño de dos piezas que tenía, así tal cual le quitaba la de mi hija dejándola con su enterizo para así sentarla en la arena frente de mi madre con sus juguetes.

—Una carrera, chicas, al agua patos —dice emocionada Lupe para correr con las demás mientras Keyla tomaba asiento con su madre.

—No me digas que piensas quedarte aquí sentada hija, anda, ve con tus amigas que yo me encargo de Cloe —dice la mujer mientras se empezaba a acomodar.

—¿Estás segura madre? —la miré con una sonrisa mientras notaba como Cloe estaba totalmente distraída.

—Segurísima Keyla, anda ve, después vienes por ella cuando se caliente un poco o sienta calor.

—Bueno, cualquier cosa no dudes en llamarme madre —sonreí para ponerme en pie y agacharme a la altura de mi hija dejándole un beso en su nariz— mami vendrá por ti luego, ¿ok? —le sonreí para reincorporarme y poder correr con las chicas.

—Chicas, ¿cómo creen que reaccionen al ver que no llegamos? —ríe un poco la morena mirando a Lupe— ¿Crees que Rich los asuste?

—Yo si lo pienso, a Rich les encanta molestarlos, lo que no me agrada es que llevábamos un mes sin vernos y viene y pasa esto —hace un pequeño puchero Lupe mientras ríe.

—Tranquila, en la noche se pondrán poner al día —le guiña Charlotte con una sonrisa— además amaría por verle las caras a ellos cuando Rich les diga que no saben nada de nosotras.

—Somos dos, esperemos a ver qué pasa, por ahora a divertirnos —reí un poco mientras seguíamos jugando como si de unas mismas niñas se tratara, desde hace tiempo no teníamos una distracción así y definitivamente ellos no nos iban a arruinar nuestras vacaciones.

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