XIII
—al llegar al aeropuerto nos encontramos con nuestros amigos en la recepción de los tiquetes, Lupe moviendo su mano capto nuestra atención, esta se encontraba con mi queridísima mejor amiga Jennie y Kevin, su esposo, este también era amigo íntimo de Harold. Guadalupe, era amiga nuestra de la universidad, mientras que yo la conocía de mucho antes, solo que nos habíamos distanciado por ella haberse mudado.
—Harold llevaba las maletas consigo mientras su esposa cargaba a la pequeña mientras se acercaban a saludar—. Hey, hola.
—Hola a todos —sonreí entregándole a Lupe a Cloe, para que pudiéramos hacer el papeleo de los tickets— ¿Están listos para el viaje?
—Claro que sí, ¿y tú Harold? Te encuentras listo para ver a tu suegra, ¿ah? —suelta una pequeña risa la pelirroja mientras los demás también lo hacían.
—A pesar de todo Jennie, yo sé que ella me quiere —ríe un poco negando acercándose a validar los tiquetes volviendo con los demás.
—Por favor, ya dejen ese tema atrás, más bien, vamos a pasar a la sala de espera o se nos va el vuelo —sonreí señalando la pantalla observando que decía que dentro de media hora debíamos estar abordando, por ello nos fuimos a sentar cerca a la puerta de la aerolínea en espera del llamado.
—Hablando un poco, hermano, ¿cómo estuvo la cena de ayer? ¿Otra vez te rechazo, Don? —suelta una pequeña risa el moreno, Kevin amaba molestar a su mejor amigo.
—Don es complicado, pero lo logré convencer.
—Después de que lo había rechazado tres veces lo convenció —dije rápidamente mientras soltaba una pequeña risa mirándolo al ver como este boqueo ante lo dicho, terminando el resto por también reír.
—Amor, que apoyo tengo yo en ti, ¿no? —menciona poniendo su mano en su pecho haciéndose el ofendido.
—Para que enemigos, si tu esposa te exhibe Harold —todos sueltan una pequeña carcajada de nuevo a lo que mira a Lupe negando, para notar como la pequeña Cloe se reía en los brazos de esta.
—Oh, hasta Cloe se ríe de mí, le daré pam pam —mira a la menor señalándola para ver como esta respondía con su dedo que no, al igual que negaba con su cabeza.
—Viste amor, no le puedes pegar —sonrió mientras acariciaba la espalda de Harold quien me miro antes de devolver su vista a la menor.
—Por supuesto que si lo puedo hacer, o ¿acaso qué me harás Cloe? —este se posó ambas manos en su cintura mientras que la menor empieza a hacer como si fuera a llorar mientras llamaba a su madre.
—Ella no es boba, va a llamar a mamá enseguida —dice Lupe, sorprendida para entregarle la niña a Keyla.
—la cargue bien en mis brazos para pegarla a mi pecho arrullándola— tranquila mi amor, papi no te va a pegar.
—Oh, claro que sí lo haré Keyla —miraba a la menor, la cual empezaba a llorar un poco más fuerte, captando la atención de varias personas.
—Harold, por favor, es una niña déjala —lo miré cambiando mi rostro a un semblante de seriedad, puesto que Cloe había captado la atención de más de una persona, por lo que trataba de calmarla.
—este ríe un poco para tomar a su pequeña en brazos y pegarla contra su pecho acariciándole del cabello— tranquila princesita de papá, no te haré nada, pero ya no llores, mi amor.
—El físico es de Harold, pero de actitud es la misma Keyla.
—¿Qué insinúas Kevin? —lo mire arqueando una ceja mientras me levantaba al escuchar nuestro abordaje siendo seguida por todos.
—Por lo manipuladora que eras con el llanto, ¿recuerdas? —suelta una pequeña risa mientras la observa.
—Sí, pero ya no soy así y lo saben muy bien —hice un pequeño puchero antes de reír.
—Ahora eres peor, se te pegaron los pucheros de Harold a la hora de manipular.
—¡Ya! Dejen su cosa conmigo y con mi hija, claro que debe tener algo de mí, si casi todo lo saco de Harold.
—El Harold lo hizo más duro —sueltan una pequeña carcajada los demás, mientras que Keyla se ponía como un tomate.
—Déjenme en paz —reí nerviosa para cargar a Cloe y empezar a adelantarme al abordaje.
—Como se avergüenza, con la niña no —suelta una pequeña risa Jennie antes de ir todos detrás de Keyla, era momento de abordar.
—en ese momento subimos en el avión para tomar asiento en nuestros respectivos lugares, en mitad del vuelo Harold se mantuvo con Cloe dormida en su pecho, mientras que en la otra mitad la estuve amamantando por un rato, para luego Harold y ella ponerse a discutir por mis pechos, ambos eran unos celosos incluso entre ellos mismos, pero era muy divertidos verlos así, puesto que Cloe aún no hablaba a lo que solo le respondía con gestos.
—Bueno, ya mis amores, soy de ambos, ¿ok? —reí un poco mientras Cloe se aferraba a mi pecho a lo que le di un beso en su cabeza, para seguidamente darle uno en los labios a mi esposo.
—Es que ella es la que comienza —señala a Cloe, la cual solo le saca la lengua— ves Keyla.
—Y tú que le sigues, es una niña, tiene solo año y medio —reí un poco mientras seguía acariciando el cabello sedoso de mi pequeña.
—Igual, ella es mala también. —objeta Harold para reír y por fin tener otro rato de paz antes de aterrizar.
Pasaron veinte minutos para ser exactos cuando anunciaron el aterrizaje en la hermosa ciudad de Florida, tras tocar tierra firme todos descendimos por nuestras maletas mientras que Harold y Kevin fueron en busca del auto que habían alquilado de manera temporal, para salir del aeropuerto e ir a la casa de mi madre. Después de meses sin verla se sentía bien volver a estar con ella, siento que me hacía bastante falta.
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