Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

"Quédate en mi memoria
y en mis recuerdos.
Quédate allí, donde
cada vez que te busque
pueda encontrarte"

Mi único enemigo sobre la faz de la tierra y desde que empecé a estudiar lo que amo ha sido el latín, sigo sin entender como todas las palabras que usamos en la lengua inglesa moderna deriven del latín o del griego. Para mí no tiene nada que ver una cosa con la otra, o tal vez alguna persona que hablaba latín y yo, éramos enemigos mortales en otra vida, no estoy segura.

Sabía que mi travesura del otro día saliéndome de clases iba a traer consecuencias, lo sabía, pero nunca imaginé que estas se resumirían al hecho de traducir todo un texto completo de una investigación de Aristóteles del inglés al latín sin usar el traductor de Google y con un solo y triste diccionario de mano. Era eso o reprobaba, y era prácticamente obvio que no podía irme por la segunda opción.

Posibles ayudas, Tatum definitivamente no, es pésima en latín igual que yo por no decir que peor, segunda ayuda, mi único y trágico cerebro de adulta promedio, desearía tener más amigos. Si Simone, Rocco o Chris estuvieran aquí las cosas serían tan sencillas, definitivamente serían mucho más sencillas.

Todos esos pensamientos se arremolinaban en mi mente mientras yo apuñalaba una ensalada César que mamá había decidido empacarme para almorzar el día de hoy.

—¿Qué te hizo la pobre ensalada para que la tortures así? —pregunto Liam, el extraño chico que había conocido hace un par de horas, traía una bandeja con un sándwich y un vaso de jugo de naranja, se acomodó los lentes y se sentó a mi lado sonriendo.

Dejé el tenedor a un lado, lo miré con una sonrisa ladeada y luego me llevé un trozo de lechuga con pollo a la boca para empezar a comer como una persona normal sin terminar espantando a mi nuevo amigo.

—¿Te pasa algo? —me preguntó al ver que no había respondido su comentario sarcástico con ninguna de mis frases inteligentes.

—La evadida de clase acaba de devolverse en forma de consecuencias, la profesora de latín decidió tomar venganza tomando como blanco mis pocos conocimientos en latín. Tengo que traducir más de cinco hojas de una investigación aburrida de Aristóteles del inglés al latín con sólo un diccionario de mano. No soy buena en latín, a duras penas pasé el semestre pasado sin reprobar —bufé dejando el tenedor en la ensalada recostando mi cabeza contra la mesa.

—Ego potest auxilium vobis cum ea —levanté la mirada de golpe y miré al joven de ojos grises como si le hubieran salido dos cabezas del cuello al escucharlo decir "algo" en el idioma que más detesto en el mundo.

—¿Sabes latín? —pregunté asombrada ya que ese extraño chico era la única persona que hablaba latín fluidamente en el mundo; o tal vez en ese 1% de personas que conocían esa lengua tan antigua y aburrida. Simone era buena escribiendo y traduciendo el latín pero nunca pudo hablarlo.

El chico se encogió de hombros como si fuera la cosa más tonta del mundo y respondió:

—Mi padre es bastante aristocrático, el abuelo de mi abuelo fue alguien importante. Ayudó a que varios textos antiguos pasaran del inglés al latín y mi padre cree que es algo fundamental en la familia conocer ese idioma, aprendí latín mucho antes de hablar fluidamente en inglés incluso —me sonrió y yo extendí ambas manos juntas al frente como si el chico fuera alguna especie de deidad y yo una humilde servidora suya.

—¿Me ayudarías con mi tarea?, por favor —pedí con voz suplicante sin dejar mi posición y él me tomó de ambas manos y las dejó sobre la mesa sonriendo.

—Me ofrecí a eso precisamente hace un momento —parpadeé varias veces y luego asentí con la cabeza. Se había ofrecido a ayudarme en ese confuso idioma y yo ni siquiera le había entendido; enserio necesito aprender latín cuanto antes o definitivamente van a reprobarme, y sé que a cierta profesora de apellido impronunciable le encantaría hacerlo.

—¿De dónde salió este? —habló Tatum apareciendo por un lado de la mesa mientras miraba al chico con curiosidad.

—Liam, ella es Tatum. Tatum, él es Liam —los presenté y la chica sonrió sentándose a su lado con su típica ensalada de tomate y esa botella de agua en una bandeja pequeña— también es nuevo, nos conocimos hace un momento y ahora pasó de ser "el chico de los lentes" a mi salvador. Sabe latín a la perfección, es como si los ángeles lo hubieran enviado personalmente para salvarme el trasero.

El chico sonrió arrugando la nariz y Tatum imitó su gesto casi al mismo tiempo. Los dos chicos se miraron con complicidad y yo tuve que aclararme la garganta para no pasar de repente al anonimato.

—Entonces, Liam, ¿nos reunimos en tu casa o en la mía? —pregunté levantando una ceja con dirección a la chica castaña que parecía seguir en una especie de trance hipnótico al haber mirado fijamente los ojos del chico, aún debajo de esos horribles lentes.

—En la mía, sé que no es muy correcto ya que apenas nos conocemos, pero a mis padres no les gusta que vaya a casa de personas que no conocen. Además ellos estarán ahí, si fuera alguna especie de traficante de órganos no podría hacerte nada, al menos en mi casa no —sonreí asintiendo y él suspiró pasándose una mano por el cabello.

—Entonces a la salida, en tu casa, vale.

A la salida de la universidad ambos nos despedimos de Tatum, y bajo mi gran sorpresa, la chica tímida e introvertida que había conocido hace un par de semanas se inclinó sobre el chico y besó su mejilla como nunca la había visto hacerlo con nadie, ni siquiera con su madre. La miré con los ojos bien abiertos mientras se alejaba, el chico a mi lado se aclaró la garganta y me miró con las mejillas levemente rojizas.

—¿Nos vamos? —preguntó presuntamente nervioso y yo asentí con la cabeza, entrelacé su brazo con el mío y lo seguí de cerca mientras ambos caminábamos a la parada del autobús.

—¿Vives cerca? —pregunté cuando ya habíamos abordado el primer autobús que pasó, él pagó su pasaje y yo el mío antes de empezar a caminar dentro del vehículo.

—North Fork —habló y yo asentí con la cabeza sentándome en uno de los asientos libres en la parte de atrás, Liam se sentó junto a mí del lado de la ventana mientras su vista se perdía en el cristal. Suspiré, saqué mis audífonos y mi móvil y los conecté, puse la reproducción aleatoria y me recosté en el asiento cerrando los ojos un poco. Enserio necesito descansar, no sé cuánto más pueda resistir así.

—Luces cansada —escuché que me dijo con la voz amortiguada por la música, así que me retiré un audífono y lo miré asintiendo.

Justo cuando iba a responder, el bus frenó abruptamente y el conductor abrió la puerta de adelante para que la persona que había detenido el vehículo se subiera.

—Gracias Señor —murmuró el joven pagando su pasaje. Mi corazón se detuvo de golpe en mi pecho cuando distinguí la silueta de Eli caminando hasta donde yo estaba; no me había visto pero no tardaría mucho en hacerlo, sus ojos entraron en contacto con los míos y yo palidecí de inmediato cuando movió ligeramente su mano en señal de saludo. Me removí incomoda en mi lugar pero no le devolví el saludo ni le sonreí siquiera, me volví para mirar a Liam quien me miraba de soslayo con unos claros signos de interrogación en todo el rostro.

Lo miré, me miró y repetimos ese gesto sin que nadie se atreviera a preguntar o a explicar algo. Quise encogerme en mi lugar o desaparecer de la faz de la tierra en ese momento, pero no podía pasar ni lo uno ni lo otro en ese momento ni nunca. A no ser que conociera alguna especie de bruja que pudiera ayudarme con esa ardua tarea de desaparecer de la faz de la tierra en cada situación incómoda que me pongo cada vez que respiro; ojalá yo fuera "Emma Alonso" de Every Witch Way", podría hacer un hechizo con palabras que rimaran y aparecer en mi cuarto nuevamente, o me convertiría en pájaro, lo que pasara primero.

—¿Quién es? Te pusiste pálida apenas lo viste, ¿él es tu novio? —preguntó el chico a mi lado y fue cuando hice la cosa más estúpida que pude haber hecho, sin contar la que terminó por llevarme dónde estaba, supongo que cada estupidez que cometa me llevará a cometer otra y luego otra más, así es mi vida.

Miré fijamente a los ojos al chico de lentes a mi lado y luego sin darle tiempo a reaccionar siquiera, lo tomé de las mejillas y lo besé en los labios bajo la mirada de Eli, y de todas las personas que se encontraban en ese autobús.

Definitivamente soy estúpida, una auténtica estúpida que no piensa dos o tres veces antes de meter nuevamente ambos pies en el fango.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro