Capítulo 23
"Tantos siglos, tantos mundos,
tanto espacio
y coincidir."
¿Recuerdan la vez que les dije que al parecer y de una manera tragicómica los problemas deciden buscarme a mí? Definitivamente mi vida consiste en eso exactamente, salir de un problema o de una situación complicada y meterme a otra.
Destino, universo o el que sea que haya escrito el guión de mi vida. ¿Tan aburrido estás que ahora decides agregar mi existencia a tu lista de telenovelas favoritas? ¿Enserio valgo tanto la pena como para ponerte en estás?
—Quiero irme Liam, ¿puedo irme ya? No soporto estar un minuto más contigo, todo esto me está enfermando —hablé con la voz acongojada por todo ese reguero de emociones encontradas del que había sido víctima en sólo un par de horas de mi vida en esta casa y con ese joven a mi lado.
—Declan, por favor, no hagas esto, no me tengas miedo —suplicó caminando hasta mí—. No me rechaces como lo han hecho todos.
—Pero yo... no puedo con esto Liam, es una locura, todo es una locura sin sentido que tú mismo provocaste. No estás bien —caminé hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra la puerta de madera, llevé una mano al picaporte y lo apreté con fuerza girándolo con lentitud próxima a abandonar esta habitación donde más de un secreto fue destapado y donde más de un solo recuerdo ha regresado de su viaje a la memoria a largo plazo.
—No te vayas...
Pero no le hago caso, aprovechó su confusión y desaire y corro precipitadamente escaleras abajo, hasta llegar a la puerta. Liam me persigue pero yo consigo salir de la casa primero, para mi buena suerte la puerta de entrada estaba sin cerrojo. Corro lo más rápido que puedo calle abajo hasta que mi cuerpo impacta contra el cuerpo de otra persona.
—Tranquila, estás conmigo —levanto la vista y empiezo a parpadear con incredulidad al ver a Eli y a Tatum justo al final de la calle, a mi lado—. ¿Te ha hecho algo?
No le respondo y sigo mirándolos como si fueran una aparición y ellos realmente no estuvieran allí y es sólo mi mente jugándome una mala pasada, una muy mala pasada.
—¿Có-cómo llegaron aquí? —pregunto descolocada y confundida al verlos. Me libero del agarre de Eli y miro a Tatum.
—En taxi —responde ella mirándome con obviedad, yo reprimo una carcajada y sólo camino hasta ella y la abrazo un momento antes de soltarla—. Mi hermano es una pésima influencia, fue a mi salón a buscarme con una excusa que ni siquiera entendí y creo que nadie, incluyendo el profesor se creyó y terminó instándome a saltar la reja de la universidad pidiéndome traerlo a la casa de Liam. Está loco.
—Créeme, eso ya lo sé —hablo más calmada sonriendo un poco mientras miro a Eli quien sólo se encoje de hombros y mira a su hermana de mala manera—. Gracias por venir —me pongo de puntillas y beso la mejilla de Eli—, ambos.
Tatum sólo rueda los ojos y suelta una risa antes de mirar por encima de mi hombro con gesto confuso, me doy la vuelta y veo la silueta de Liam al otro lado de la calle mirándonos totalmente descolocado y dolido. Me remuevo incomoda y vuelvo la vista al frente, Tatum hace el amague de caminar hasta él pero yo la detengo negando con la cabeza. Ella suspira y vuelve la vista al frente justo donde un taxi aguarda por nuestra presencia.
—Tú, jovencita, tienes muchas cosas que explicarme —me advierte Tatum abordando el vehículo. Yo asiento y me subo a su lado seguida por Eli a lo que el conductor ve las puertas cerradas y empieza a conducir calle abajo.
Sí, definitivamente tengo muchas cosas que explicarles.
La tarde pasó muy rápido, Eli y Tatum optaron por no volver a la universidad sólo para hacerme compañía y darme "apoyo moral" en palabras de Tatum. La historia que les conté resultó ser una sorpresa para todos, pero la más afectada de todos fue Tatum, al parecer Liam le interesaba de verdad, antes de enterarse de que es un psicótico acosador que está obsesionado conmigo.
Definitivamente puede conseguir algo mejor.
No tengo ni idea de qué hacer con él, no quiero denunciarlo por acoso. Me importa, a pesar de toda su locura fue alguien importante en mi vida y le quiero. Ojalá Eli pensara igual que yo, pero él si quiere ir a denunciarlo por acoso.
Leí en Internet que la condena máxima son de diez a catorce meses en prisión, pero eso si la víctima principal es quien denuncia, si es otra persona en nombre de la víctima puede que sólo le den de tres a cinco meses cuanto mucho.
O así sería, pero mi madre, la psicóloga, quiere ofrecerle tratamiento psicológico, valga la redundancia, si es que así él lo quiere. Creo que eso es una mejor opción que la prisión, allí sólo te llenarás de odio y querrás vengarte. No quiero tener un enemigo suelto que busca secuestrarme y arrancarme la cara en el peor de los casos y creo que nadie lo quiere.
El tratamiento psicológico te hará una mejor persona, o eso es lo que espero, esas son mis condiciones si Liam quiere seguir en contacto conmigo, tratamiento=Declan se queda. Creo que esa es una mejor ecuación.
Espero que acepte.
—Eres demasiado buena ¿lo sabías? —me dice Eli y yo sonrío negando con la cabeza mientras me tomo de un sorbo una pastilla para el dolor y un vaso lleno de agua. Dejo el vaso vacío en la mesa de mi cuarto, de mi cuarto original. Estamos en casa de Eli en este momento esperando que mis padres biológicos lleguen, iremos a la notaria a hacer los trámites para el cambio de apellido.
—Todos merecen una segunda oportunidad Eli, Liam se equivocó, pero no es su culpa del todo. Es un hombre marcado por el pasado, le hacían bullying Eli, todos en su mundo lo rechazaban por su físico desde que era un niño, no es su culpa. Yo fui la única que lo aceptó y él agradeció eso con el enamoramiento; si yo hubiera estado con él o hubiera tenido la oportunidad de confiar en alguien, no hubiéramos llegado tan lejos, él no hubiera llegado tan lejos. Lo sé, es buena persona —suspiré sentándome sobre la cama en la que estaré por última vez.
Durante un mes completo me quedaré en la que debió haber sido mi casa desde un principio, igual que Tatum. Durante el tiempo que estemos viviendo con nuestros padres iremos rotando las dormidas en nuestras casas originales y en las que crecimos mensualmente. Va a ser extraño y un poco complicado pero estábamos destinadas a vivir otras vidas y nos las arrebataron, lo último que nos queda es esto.
—¿Sabes? Por un momento pensé que toda esa vida de lujos y excentricidades iba a cambiarte —habló tomando asiento a mi lado sin dejar de sonreírme con adoración—. Estaba tan equivocado, nada de las cosas que pasan y por más turbio que se torne todo conseguirá cambiarte, siempre eres tú, eres increíble.
Me sentí ruborizar pero sólo sonreí idiotizada antes de recostar mi cabeza en su hombro mientras tomaba una de sus manos y entrelazaba sus dedos con los míos.
—¿Quién iba a pensar que terminaríamos así? —Pregunté sin darle tiempo a contestar siquiera mi pregunta retórica—. Apartando el drama y toda la confusión de identidades siempre hemos sido tú y yo, así ha sido desde el principio.
—Y así va a ser siempre —prometió pasándome una mano por el cabello desde la raíz a las puntas—. No entiendo porque perdimos tanto el tiempo, todo debió empezar así y terminar de esta manera, fui un idiota al buscar en otras partes lo que tenía justo al final del pasillo del otro lado de mi cuarto.
Llevé nuestras manos juntas a mis labios y besé el dorso de su mano antes de dejarla nuevamente sobre nuestras piernas unidas en la posición en la que estábamos.
—Nunca te lo dije...
—¿El qué? —preguntó con curiosidad irguiéndose para mirarme fijamente y yo solté una pequeña risa.
—Que yo era la culpable de que ninguna de tus amigas se quedaran en casa más de dos horas cuando teníamos ocho años —sonreí levantando la cabeza dejando un beso en su hombro cubierto por la bonita camisa—. ¿Recuerdas a Lizzy? ¿tú primera relación?
Asintió con la cabeza.
—Ella me dejo porque consiguió a alguien más —se encogió de hombros.
—Bueno, pues eso también fue mi culpa, fue mi idea decirle a Tyler que ligara con ella porque le juré que a ti no te gustaba y que sólo estuviste con ella para pasar el rato. A ambos les gustaba, yo sólo le di un empujón.
—Ese cabrón —rió Eli—, con razón terminaron juntos después de que ella juró que sólo eran amigos. ¿Enserio estuviste involucrada? —Preguntó y yo asentí con la cabeza sintiéndome orgullosa de haber hecho eso en su momento—. Declan, ¿qué voy a hacer contigo?
Dejé un corto beso en sus labios y finalmente hablé:
—Amarme, eso es lo único que debes hacer.
—Oh, nena, créeme, eso ya lo hago desde hace mucho tiempo —me pasó una mano por el rostro y finalmente ancló ambas en mis mejillas. Fue cuando sus labios tocaron los míos y yo sonreí antes de seguirle el beso suavemente pasándole una mano por el cabello, ese hermoso cabello castaño oscuro que siempre me ha gustado.
Este es mi lugar feliz, con Eli, Eli siempre será mi hogar y donde sea que él este yo estaré con él.
—Te amo Declan —susurró cuando nos separamos.
—Yo te amo más Elías, siempre fue de esa manera.
—Oigan par de tórtolos —nos llamó Tatum irrumpiendo en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja y ambos levantamos la mirada a la vez—. Tenemos que irnos, tus padres ya están aquí.
Me dijo y yo asentí frenéticamente y me puse de pie seguida por Eli; tomó una de mis manos y entrelazó nuestros dedos, lo miré sonriendo y él me devolvió la sonrisa. En un par de horas ya no llevaríamos el mismo apellido, o al menos no como primer apellido.
Era una Sayers y él siempre el orgulloso portador de un apellido tan gracioso como lo era el McDonald, pero era nuestro apellido, mi apellido, el apellido con el que crecí y al que siempre iba a pertenecer de alguna manera. A menos de que Eli me propusiera matrimonio, pero para eso queda mucho tiempo aún.
Soy una McDonald, siempre seré una McDonald.
Por primera vez en mi vida no odio a la versión amistosa de "It" y me pondré a investigar sobre los que al parecer son los fundadores de ese peculiar restaurante que siempre llevará con orgullo mi apellido. Desde este momento las futuras burlas no me importan, lo amo.
¿Alguien tiene Romeo y Julieta? Me encantaría darle una nueva oportunidad, no debe ser tan malo como yo creía. La leeré una segunda vez mañana mismo, o cuando regresemos de la notaria y sea una Sayers con una identificación nueva. Sí, le diré a Eli que pasemos por una librería, algo de dinero debió de haberle quedado aunque lo hayan despedido gracias a la situación con Norma.
Debo llamarle, se merece una disculpa de parte de ambos.
Y Simone, ellas es otra que me debe otro par de explicaciones.
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