CAPÍTULO 4
ANDREW
—Ashley, por favor, no empieces con tus celos —intento mantener la calma, aunque mi frustración es palpable—. Voy a salir con mis amigos a una fiesta, nada más. No entiendo porqué siempre tienes que hacer un problema de esto.
—Vas a una fiesta llena de universitarias jóvenes y alocadas a follarte a una. —acusa.
Desde hace unas semanas, cada vez que salgo de fiesta con mis amigos, se repite esta misma discusión, pero esta vez sus palabras fueron más hirientes que nunca.
No puedo afirmar que nuestra relación haya sido perfecta todos los días y en cada momento. Al principio, tuvimos muchos problemas debido a sus celos. Ashley era y sigue siendo celosa, pero con el tiempo dejó de manifestarlos y todo parecía ir bien. Antes de estar con Ashley, solía salir mucho de fiesta y disfrutar de la vida nocturna, pero también era una época llena de excesos: SexoDrogas&Alcohol. Aunque no puedo decir que haya cambiado completamente por Ashley, sí dejé de tener relaciones sexuales en las fiestas, reduje el consumo de alcohol y disminuí la frecuencia de mis salidas para pasar más tiempo con ella.
Sin embargo, desde que comenzaron estas constantes discusiones, volví a salir más de fiesta y algunos de mis viejos hábitos regresaron, aunque sin el sexo y las drogas.... eso creo. A pesar de los desacuerdos, seguimos manteniendo nuestra relación.
Las palabras de Ashley me hieren profundamente. No puedo creer que me acuse de algo así. A lo largo de todo el tiempo que llevamos juntos, nunca he hecho nada para perder su confianza y siempre he sido fiel y leal a nuestra relación. Pero desde que conocí a Ainhoa, algo ha cambiado en mí, algo que no puedo explicar con palabras.
—Ashley, no pienso ir a "follarme a una universitaria" —respondo enojado — ¿Cómo puedes pensar algo así de mí? Te he demostrado mi amor y lealtad en cada momento de nuestra relación.
Ella me mira con un gesto de frustración y enojo. Parece decidida a seguir con su postura, sin importar lo que dijera o hiciera.
—Es solo una fiesta universitaria, voy con mis amigos como siempre lo he hecho —intento razonar con ella—. No tiene nada que ver con nuestra relación. No puedo creer que estés pensando esto de mí.
Pero por más que intento explicarle, Ashley sigue en su postura, aferrada a sus celos y desconfianzas. Nuestro amor parece tambalear en este momento, y siento que algo se está rompiendo entre nosotros.
—¿Acaso no confías en mí? —pregunto, buscando una respuesta que justificara su actitud.
Ella baja la mirada por un instante, pero luego la levanta nuevamente, manteniendo su mirada desafiante.
—No sé si pueda confiar en ti —murmuró, con lágrimas asomando en sus ojos—. Siempre estás rodeado de esas universitarias y nunca sé qué estás haciendo realmente.
Abro los ojos con sorpresa, sus palabras me dolieron, porque sé que mi lealtad hacia ella es inquebrantable.
—No puedo con esto.... Jamás te he sido infiel ni te he dado motivos para que desconfíes así..... —Trato de mantener la calma, aunque por dentro me siento herido y frustrado por sus acusaciones infundadas. —Ashley, te amo, pero no puedo dejar que tus celos controlen nuestras vidas.
Tomo las llaves de mi departamento y de mi auto, quiero salir de ahí.
—¿Te vas? — Me preguntó, sus ojos llenos de lágrimas mostrando vulnerabilidad.
Asiento con tristeza, ambos necesitamos tiempo y espacio para reflexionar sobre lo que realmente queremos. No podemos seguir en este ciclo de desconfianza y constantes discusiones.
—Sí, necesito un poco de espacio para aclarar mis pensamientos —respondo con sinceridad, acercándome para darle un suave beso en la mejilla—. Te amo, pero no podemos seguir lastimándonos mutuamente de esta manera.
Estoy a punto de tomar la manilla de la puerta para salir cuando las palabras de Ashley hacen que me gire rápidamente.
—Si te vas, yo también saldré de fiestas y no estaré segura de lo que haré —dice con seguridad.
—¿Es una amenaza? —Pregunto asombrado.
—No, no es una amenaza, solo te estoy avisando lo que podría pasar.
Exasperado, llevo mis manos a la cabeza y tiro de mi cabello. —No puedo creerlo —niego, incapaz de creerlo—. No me vengas con tus amenazas. Voy a salir porque quiero pasar tiempo con mis amigos —la señalo con mi dedo índice—... y tú, ni tus amenazas me lo van a prohibir. Y si me vuelves a engañar, terminamos definitivamente. —Termino antes de salir del departamento.
Camino hacia mi auto con el corazón pesado, no puedo creer que me haya hecho una amenaza así, sabiendo lo que pasamos hace unos meses atrás.
Conduzco en silencio hasta la casa de Vivían para irnos juntos a la fiesta. Le marcó al celular para avisarle que estoy afuera.
—Estoy afuera, sal.
Vivían se sube al lado del copiloto y me mira con curiosidad.
—Discutiste con Ashley otra vez.
Asiento con la cabeza y comienzo a contarle lo sucedido mientras conduzco hacia la fiesta. Necesito distraerme y beber. Quiero emborracharme.
Al llegar al lugar de la fiesta, hay muchos autos en la acera estacionados. Estacionamos y fuimos juntos a la entrada, la música resuena por todas los espacios de la casa, hay mucha gente en el lugar, disfrutando, conversando, bebiendo, jugando o besándose, todas las cosas que pasan en una fiesta universitaria.
Vamos en busca de una cerveza, pero encontramos algo mejor: Ray se acerca a mi moviendo una botella de whisky, mientras hace su baile de la Victoria.
—Pensé que debía celebrar con clase y estilo. —Dice Ray sirviendo el alcohol en nuestros vasos. —Y... si se acaba hay cuatro más en el auto de Stephan.
—Vivían, tú serás la conductora designada. Porque esta noche me emborracharé, y si tú lo haces, tendremos que dormir en el auto, porque dudo mucho que Ray prefiera no beber para luego llevarnos.
Ray nos mira y bebe de la botella, corroborando lo que acaba de decir.
Vivían sonríe —Pues dormiremos en el auto porque no te emborracharas solo.
Le quito a Ray la botella de whisky y para volver a servirnos en los vasos rojos.
Las canciones pasan y yo voy por mi cuarto o quinto vaso de la noche, entre unos chicos que están ahí comenzamos a jugar un juego pero no recuerdo su nombre, solo sé que ya he perdido y no puedo volver a jugar hasta la próxima ronda.
Mi vaso está vacío y me pongo de pie sintiendo cómo el alcohol hace acto de su presencia, pero aún no estoy ebrio, solo un poco mareado.
Camino hacia la cocina, pero una silueta me llama la atención. La quedo mirando, recorriendo mi vista por todo su cuerpo o la parte del cuerpo que logro ver con la distancia y la poca luz del lugar. Es ella, la dueña de mis pensamientos desde hace una semana. Nuestras miradas se encuentran, mientras ella baila coquetamente con un chico. Hubiera deseado con todas mis fuerzas ser yo quien estuviera en su lugar. Reprimo mi impulso de ir hasta allí y alejarla de él, para que solo bailara conmigo y moviera esas caderas solo para mí.
—¿A quién miras tanto? —preguntó Vivían, llenando mi vaso.
—A quien últimamente ha sido dueña de mis pensamientos, tanto de día como de noche.
Vivían me mira sorprendida —En tu mente vive otra mujer diferente a Ashely, pensé que nunca viviría este momento— bebe un sorbo de su trago. —¿Quién es?
—La hija de Campbell.
Vivían se atraganta con el alcohol. —La hija de tu jefe—más que una pregunta, fue una afirmación.
—Sí, es ella. —La apunto entre la multitud. —La hermosa castaña que está bailando con ese chico rubio.
Vivían mira hacia el lugar que estoy apuntando—Jolines, sí que es atractiva. El tonto de Ray no mentía.
Cuando vuelvo mi vista nuevamente a Ainhoa, me mira y me sonríe con desprecio para luego tomar el cuello de aquel chico y unir sus labios con los de él.
Tenso la mandíbula, al mismo tiempo que aprieto los puños. Siento celos, enojo, enojo por estar con alguien, celos por no ser yo quien besa los labios de ella. Enojo. Me enojo por ser la hija de mi jefe.
La rabia me vuelve a invadir cuando veo que Ainhoa se dirige a la planta de arriba con el idiota. Tomo otro sorbo de whisky mientras los veo subir las escaleras, él le sonríe y se la devora con la mirada. Más tenso no puedo estar, sé perfectamente lo que harán arriba; cuantas veces no me lleve a una chica a las habitaciones de la planta de arriba. Bebo otro sorbo sintiendo cómo el líquido arde en mi garganta. Acabo con el contenido del vaso para después arrugarlo con mi mano y lanzarlo lejos.
Trato de apartar esos sentimientos negativos, no puedo perder los estribos por alguien que no es nada mío. Voy en busca de otro vaso, ahora más ganas de emborracharme tengo. Quiero ahogar aquellos sentimientos que parecen estar consumiéndome por dentro. ¿Por qué me afecta tanto verla con alguien más? No somos nada, solo dos personas que se han cruzado en su casa, pero aun así, mi corazón se resiste a ignorarla.
Vivían mirando con preocupación, notando mi cambio de ánimo. —¿Estás bien? —preguntó, acercándose a mí.
Asiento sin mirarla, incapaz de articular palabras en ese momento. Sé que no puedo desahogar mi rabia con ella, no es culpa suya. Es mi propio dilema interno el que me está atormentando.
Vivían pone una mano en mi hombro, reconfortante no dijo nada y se lo agradezco.
Necesito un momento para consumir mi rabia, necesito controlar mis pensamientos.
Me dirijo hacia el patio trasero, donde el aire fresco de la noche me recibe con un susurro reconfortante.
—¿Tienes un cigarro? —Le pregunto a un chico que está fumando.
El chico saca una cajetilla de su bolsillo, estira su brazo con la caja abierta permitiendo que sacara uno. —Si amigo, toma. Aquí también tengo fuego. —Me dice pasándome el fuego.
Enciendo el cigarrillo y le devuelvo el fuego —Gracias.
Me apoyo en la barandilla y dejo que el viento acaricie mi rostro, mientras le doy un par de caladas de mi cigarrillo. La música se atenúa en la distancia, y por un instante, todo parece calmarse. El cigarrillo me ayuda mucho a calmarme, también es un vicio que trato de dejar pero últimamente con tanta discusiones empecé a necesitarlo nuevamente. Sin embargo, mi mente sigue ocupada con la imagen de Ainhoa bailando y besando a aquel chico.
¿Por qué me afecta tanto? Era un sentimiento injusto y egoísta. Ella no es de mi propiedad, y yo no tengo derecho a sentir celos o enojo por ella.
—No somos nada, entiende conciencia. —Me hablo a mi mismo.
Frustrado, aprieto los puños y cierro los ojos sin dejar de fumar.
Trato de recordar por qué decidí venir a esta fiesta en primer lugar. Vine a disfrutar con mis amigos y celebrar el inicio de un nuevo capítulo en mi carrera.
Respiro hondo, decidido a dejar de lado los pensamientos negativos y enfocarme en disfrutar el presente. Tal vez es hora de dejar que las cosas fluyeran, sin forzar situaciones ni intentar controlar lo que no está en mis manos.
Apago el cigarro que está en mis manos y decido regresar a la fiesta con una nueva actitud, pero al girarme me topo con Ainhoa, quien viene saliendo de la casa.
—Hola—. Me saluda tímidamente cuando nuestras miradas se cruzan.
—Ainhoa, no esperaba encontrarte aquí.
Ella se encoge de hombros —Bueno, es una fiesta organizada por una de las fraternidades de mi universidad. —Sonríe coquetamente para liberar la tensión que se ha formado en el ambiente— Yo no esperaba encontrarme contigo aquí.
Sonrío para luego contestar —Mi amigo es amigo de una chica que va a tu misma universidad y, bueno, nos invitó.
Es inevitable sentir el corazón latir con fuerza cada vez que Ainhoa está cerca. Su presencia tiene el poder de alterar mis emociones, y no puedo negar la atracción que comienzo a sentir por ella.
—¿Te estás divirtiendo? —preguntó Ainhoa, mirándome con curiosidad apoyándose en la barandilla a mi lado.
Asiento, devolviendo su mirada. —Sí, la verdad es que la fiesta está siendo mucho mejor ahora.
Ella ríe, y su risa era como una melodía que me hipnotiza. Es evidente que la tensión sexual entre nosotros no pasa desapercibida.
Nos quedamos mirando unos segundos, y puedo ver esa forma angelical en su sonrisa que he estado observado en su casa durante estos días. No puedo dejar de admirar su belleza y esa confianza que desprende.
—¿Por qué elegiste el bufete de mi papá para trabajar?, Muchos saben que es un poco mal genio a veces —me preguntó de repente, mientras toma mi vaso entre sus manos con toda confianza y da un sorbo a mi trago—. Eres un chico con clase, te gusta el whisky.
Sonrío, disfrutando de la cercanía entre nosotros —Más bien él me escogió a mí. Solo postulé porque un profesor me recomendó y me dijo que podría aprender mucho.
—Nunca había llevado a algún estudiante a casa. Mark me contó que solo ha abierto dos puestos de pasantías en todo el tiempo que lleva con el bufete. Solo acepta dar clases de vez en cuando con su amigo.
—Supongo que eso es bueno —murmuro, mientras nuestros dedos se rozan al tomar el vaso de sus manos, y una corriente eléctrica recorre mi piel.
Ella se encoge de hombros —Supongo que sí —responde con una sonrisa, provocando que mi corazón diera un vuelco.
—¿Qué estás estudiando? ¿Seguiste los pasos de tu madre o tu padre? —le pregunto con mucha curiosidad.
En los cinco días que llevo trabajando con su padre, no he escuchado algo relacionado con lo que Ainhoa estudia, solo sé que su hermano mayor está estudiando odontología.
Ríe mientras niega con la cabeza —Ninguno de los dos, estudio arquitectura.
—Interesante, te contrataré para que hagas los planos de mi casa —respondo con una sonrisa.
Me mira con picardía —Y yo te llamaré cuando necesite que alguien me saque de la cárcel —dice con una risita, provocando una carcajada en mí.
Después de aquella conversación me siento cada vez más atraído hacia Ainhoa. Es imposible negar la química que se está formando entre ambos junto con los coqueteos sutiles que aparecieron en nuestra conversación.
Miro mi vaso y el whisky se ha acabado. —Creo que iré por más —comento, aunque en realidad no quiero alejarme de ella, pero no quiero que esto se me escape de las manos.
Asiente levemente —Yo... buscaré a mis amigos, y.... si..... nos volvemos a encontrar dentro de esa casa.... te sacaré a bailar —dice con una mirada juguetona antes de girarse y entrar a la casa.
Spoilers: no nos volvimos a topar. La vi a lo lejos riendo con sus amigos y tomando chupitos, pero nuestras miradas no volvieron a cruzarse.
𓃭
Después de llegar de la fiesta, me acuesto en mi cama y me quedo mirando el techo Ashley se había ido y en partes le agradezco que no haya decidido quedarse, que me este dando el espacio que le pedí.
Ashley❤️
Avísame cuando llegues a casa, disfruta de la fiesta.
Perdón por mis celos quiero que sepas que te amo y que confío plenamente en ti. (03:45 AM)
Leo el mensaje con cierta amargura, sé que las cosas no pueden seguir así. Llevamos un par de semanas atrapados en un ciclo de discusiones, reconciliaciones y sexo, pero esa dinámica no es saludable. Prácticamente no hablábamos de lo que nos está sucediendo, y seguimos adelante con nuestra relación como si nada hubiera pasado, solo para enfrentar los mismos problemas la semana siguiente. Es un bucle emocional que amenaza con romperse.
Dejo el mensaje en visto, simplemente no me nace contestarle. Probablemente esto traerá otro problema ya que está en línea y le saldrá el ticket azul notificando que he leído su mensaje. Suspiro pesadamente ingresando a Instagram.
Misión: Encontrar a la bella Ainhoa Campbell.
Una misión difícil pero no imposible. De alguna forma llegaré a ella, hice lo que todo mortal haría de primera. En el buscador escribe Ainhoa Campbell, aunque me salieron miles de Ainhoa solo hay una Ainhoa Campbell.
Estatus de la Misión: Finalizada.
No fue tan difícil encontrarla, y para mi suerte tiene su perfil público así que me puse a stalkear su perfil, me quedé mirando una foto que sale con una cámara en la playa, se ve bellísima.
Mi celular vibra y en la barra de notificación aparece un mensaje de Ashley, hice una mueca y leo el mensaje desde la barra de notificaciones "Porqué no me respondes, no me dejes en visto."
Vuelvo a Instagram y sigo viendo sus fotos, en su foto de perfil está ese círculo indicando que ha subido una historia, si veo su historia sabrá que la estuve stalkeando, pero como dicen 'La curiosidad mato al gato' no pude con mi curiosidad y vi su historia, era un video de ella y tres personas más bebiendo chupitos mientras reía.
Ashley❤️
Veo que no me contestaras😞 , que descanse.
Te amo (03:59 AM)
Andrew
Que descanses Ashley hablamos mañana
También yo (04:01 AM)
Dejo mi celular de lado y me acomodo para dormir.
𓃭
Holaaa!!! ✨
Espero que les este gustando la historia, tanto como a mi me gusta escribirla.
¿Qué les parece el capítulo?
No olviden dejar su voto o un comentario.
Se los agradeceria muchísimo 🫶🏻
Gracias por leer, un abrazo 🧡
Actualizaciones: Lunes - Jueves.
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