CAPÍTULO 28
AINHOA
Son las 8:30 AM, y llevo unos minutos despierta, dando vueltas en la cama mientras lucho por volver a conciliar el sueño. Al no lograrlo, decidió observar a Andrew dormir, se encuentra con la espalda descubierta a mí, pero quiero quedar frente a él, obsérvalo mientras duerme y apreciar su belleza.
«Estás mal» . Me habla mi conciencia.
Lo sé.
Así que con cautela me deslizo por su espalda para acomodarme en el otro lado de la cama, justo frente a él. Pensé en despertarlo para que se moviera, pero prefiero ser más discreta y no interrumpir su sueño. Sin embargo, no me fije que Andrew está prácticamente pegado al borde de la cama, por lo que al tratar de pasar por encima de él, terminó cayendo al suelo con un golpe sordo.
—¿Qué pasó? —preguntó Andrew, sobresaltado, mientras abre los ojos y me observa con desconcierto desde su posición en la cama.
—Es que... —miro mis dedos, sintiéndome un poco avergonzada— Intenté acomodarme para verte mientras dormías, pero caí al suelo.
Andrew me mira, pero en lugar de ayudarme a levantarme, comienza a reír. Me moleste un poco que no me ofreciera su ayuda y en su lugar se riera de mí, pero tengo que admitir que la situación tiene un toque cómico. Finalmente, Andrew logró controlar su risa lo suficiente como para hablar..
—¿Estás bien? Lo siento amor, pero no puedo evitar reírme. Es divertido verte ahí— dice tratando de aguantar la risa
—Sí, gracias por preguntar. Me alegra que te haya resultado gracioso —. Le respondo, intentando ocultar mi leve enfado detrás de una sonrisa.
—Lo siento, amor. No debería estar riéndome así. Pero te ves tan adorable cuando te enojas un poco—. Vuelve a responder, tratando de suavizar la situación con un cumplido.
«Pregúntale a Mark si es adorable cuando se enoja». Habla irónicamente mi subconsciente.
—No estoy enojada, solo un poco molesta. Pero, ¿podrías ayudarme a levantarme, por favor?— pido estirando mis brazos.
—Por supuesto, ven aquí. —dijo Andrew mientras me brinda su ayuda para ponerme de pie.
—Gracias — hablo mientras me acomodo en la cama de nuevo.
—¿Estás segura de que estás bien? —, vuelve a preguntar.
—Sí, solo mi dignidad está un poco herida. Pero puedo manejarlo.
«Cariño, hace rato perdiste la dignidad ante el sexy y atractivo Dios griego». Dice mi subconsciente.
Si.
Cierto.
Nos acomodamos en la cama, pero esta vez Andrew está un poco más alejado del borde.
—No me pondré tan cerca del borde por si se te ocurre saltar nuevamente sobre mí —dice en tono de burla.
Lo miro seria, y decido darle la espalda para ocultar mi enojo. Pero enseguida, Andrew se acerca a mí.
—Amoooor, No te enojes Mon Ange— me dice mientras pasa por encima mío para quedar de frente a mí. Cuando se acomoda, comienza a repartir besos por todo mi rostro.
—¡No me gusta lo que dijiste! — respondo con voz seria.
—Lo siento, no quise molestarte —, dice Andrew con una risa suave.
—No, no es gracioso —, respondo en tono serio.
Entonces, Andrew comienza a hacerme cosquillas. Me retuerzo y trato de alejarme, pero Andrew no me deja escapar.
—¡P-para Andrew, yaaa! — intente decir entre risas.
Finalmente, después de unos minutos de cosquillas, Andrew y yo caemos juntos de la cama. Ambos reímos mientras nos miramos el uno al otro, nuestras caras a solo centímetros de distancia.
Es en ese momento que Andrew me mira con seriedad y me dice: —Lo siento, no quería hacerte enojar. Solo quería hacerte reír, amor.
Toda mi ira desaparece. Me siento un poco tonta por haberme enojado en primer lugar. Me acerco a Andrew y lo abrazo fuertemente.
—Lo sé, lo siento. Gracias por hacerme reír, amor. Eres lo mejor—, le digo en un susurro.
Nos quedamos allí, abrazados en el suelo, disfrutando del momento. Siento su respiración cerca de mi oído y su corazón latiendo contra mi pecho.
—Ven amor, vamos a desayunar— me dice finalmente poniéndose de pie y extendiendo su mano para ayudar a levantarme.
Arrugo la nariz —No quiero, quiero intentar dormir otro poco.
—Está bien, sigue durmiendo y yo estaré en la sala —dice mientras me da un beso en la frente.
Despierto de nuevo tomo mi celular para ver la hora, nueve treinta. Logré dormir como una hora más aproximadamente, me levanto de la cama y camino hacia el baño para cepillar mis dientes. Salgo del baño y bajo por las escaleras hasta la sala donde se encuentra Andrew viendo la televisión.
—¿Qué ves? —pregunto mientras tomo asiento a su lado.
Andrew me atrae hacia sí, dejando un beso cariñoso en mi mejilla. —Fórmula 1, mi amor.
—¿Y tu escudería va ganando? —inquiero, tratando de entender un poco más sobre su pasión.
Él niega con la cabeza. —No, amor.
Con un pequeño puchero en los labios, pregunto: —¿Y cuál es tu escudería?
—Bueno, Astra Motorsport va ganando, pero mi favorita es Aether Racing
Me acomodo un poco más cerca de él mientras comparte entusiastamente sus conocimientos sobre el deporte. Sus explicaciones sobre la Fórmula uno son apasionadas, me nombra las escuderías cuantas son, me nombra algunos pilotos muy famosos, habla de estrategias, de DRS... uff!! de muchas cosas más. Lo miro sonriendo, es como un niño cuando te habla de su juguete favorito. Se siente la emoción en sus palabras y sus ojos brillan. Y no puedo dejar de mirarlo.
—Mira, no les fue tan mal. Terminaron en tercer lugar —comento con una sonrisa.
—Sí, es cierto— afirmo con una mueca—, aunque podrían haberlo hecho mejor.
Sigo observando la televisión, y finalmente, el piloto que ha ocupado el tercer lugar en el auto negro se quita el casco y deja ver su apariencia sumamente atractiva.
«Oh. Por Dios». Habla mi subconsciente.
Que sexy él. Le respondo a mi subconsciente mentalmente.
—Mmh... ¿Quién es él? —pregunto curiosa.
Andrew frunce el ceño en tono de broma.—¿Me vas a cambiar por él? Te iré a buscar una toalla de papel para que te limpies la baba. —Me dice Andrew poniéndose de pie.
Comienzo a reír —No, claro que no.
—Mmm... no te creo. Y no me arriesgaré a decir quién es.
—Por lo que me cuesta buscar en Google, ¿quién es el número 88 de Aether? —respondo con ironía. —Aprendo rápido, mi amor —le digo con coquetería mientras le guiño el ojo.
Andrew eleva una ceja y responde secamente —Se llama Logan Bauer. Prefiero darte el nombre yo a que lo busques por ti misma y te quedes babeando mientras miras sus fotos. —Dicho esto, se pone de pie.
Acaso esos son ¿celos?
Comienzo a reír y me pongo de pie para seguirlo a la cocina. —¿Estás celoso?
—No. Que va, ¿Quieres café?
—¡SÍ! Estás celoso —afirmo una vez más mientras lo abrazo por la espalda —Je ne te changerai pour personne, c'est toi que je veux.
Andrew deja la cafetera de lado y se giralentamente, sus ojos profundos y oscuros buscaron los míos con cariño. —No, no lo estoy. Ven que te quiero besar. —Sus dedos, suaves y cálidos, acarician mis mejillas con ternura, como si estuviera sosteniendo algo extremadamente valioso. Nuestros labios se encuentran en un beso tierno, que poco a poco fue tomando otro ritmo.
Luego de separarnos, Andrew continúa sirviendo el café y me ofrece una taza humeante con una sonrisa encantadora.
—Gracias —respondo con una sonrisa.
Después de un momento en que cada uno disfruta su primer sorbo de café, Andrew habla, lleno de emoción en sus ojos: —Me gustaría que conocieras a mi mamá.
Mis ojos se abren como platos ante sus palabras, y, sorprendida, escupo todo el café que recientemente bebí.
—Perdón —Dije avergonzada tomando un paño y me apresuro a limpiarlo, mi rostro enrojecido de vergüenza. —¿Quieres —carraspeo —que conozca a tú mamá? —tartamudeo nerviosa.
Andrew deja escapar una risa suave y me regala una sonrisa tranquilizadora. —Sí, ya conoces a mi sobrina y...
Lo interrumpo —Tu sobrina no te trajo al mundo ni me odiará si no le caigo bien.
Me mira divertido, y luego me mira con ternura. —¿No quieres? Si no te sientes cómoda, no hay problema.
Lo miro con una expresión de confusión. —No... No quise decir eso —me muerdo el labio inferior, arrepentida de no haberme expresado adecuadamente—. O sea, no quería dar a entender que no quiero conocerla.
Andrew deja su taza de café a un lado y se acerca a mí, sus manos sujetan suavemente mis mejillas mientras levanta mi rostro para que nuestros ojos se encuentren. Sus ojos brillan con comprensión.
—Tranquila, si no te sientes preparada, está bien. Quiero que te sientas cómoda —susurró con suavidad, y su aliento cálido acarició mi rostro.
Trago saliva y sonrío. —Me encantaría conocer a tu familia.
—Genial, porque nos han invitado a almorzar —dice con una sonrisa radiante, volviendo a tomar su taza de café..
—¿Nos? —pregunto, señalándonos a ambos.
—Sí. —me sonríe— ¿vamos juntos?
—Vamos, pero... Tengo que pasar por mi casa para recoger ropa.
Me mira con una sonrisa nerviosa. —Podrías dejar algunas cosas aquí —dice mientras se rasca la cabeza.
Lo miro con los ojos abiertos de par en par, una sorpresa tan intensa que me deja sin aliento. El espanto se apodera de mí, helando mi cuerpo y mis pensamientos chocan con las paredes de mi cerebro, creando un estado de asombro deteniendo cada función cerebral vital para mi existencia.
Andrew levantó las manos con gestos tranquilizadores, sus ojos fijos en los míos, transmitiendo confianza. —No te asustes —me aseguró con una voz suave—. No estoy pidiendo que te mudes conmigo. Lo que quiero decir es que, desde que estamos juntos, pasas más tiempo aquí que en tu casa. —continúa hablando con mucha calma —Pensé que podrías dejar algunas de tus cosas aquí, para que no tengas que usar siempre mi ropa. —Sonríe coqueto — No es que no me guste verte con mi ropa, al contrario, me encanta. Aunque también me gusta verte sin ropa. —Susurró en mi oído con un toque sensual que hizo que mi piel se eriza de deseo.
Tomo una bocanada de aire para calmar la mariposa revuelta en mi estómago, mientras sonrío con una mezcla de nerviosismo. —Me parece bien. Dejaré algunas cosas aquí. —tomo un sorbo de café
—Entonces me ducho y vamos a tu casa.
Asiento con la cabeza. Después de ese momento, Andrew se retira para tomar su ducha mientras yo saboreo mi café con una sonrisa en el rostro. Subo hasta la habitación con mi taza y me siento sobre la cama leyendo algunos mensajes de mis amigos.
El sonido del agua corriendo en la ducha se desvanece, y Andrew regresa con el pelo húmedo y una toalla alrededor de la cintura. Algunas gotitas de agua que caen de su cabello recorren su pecho, sigo bajando mi vista hasta que me encuentro con sus abdominales increíblemente marcados. Su aspecto es increíblemente sexy, y no pude evitar mirarlo descaradamente mientras tomo un sorbo de café.
—¿Te gusta lo que ves? —pregunta con una sonrisa traviesa.
Apenas puedo concentrarme en beber café. Sus palabras y su apariencia tentadora están a punto de conseguir que me ahogue. Me aclaro la garganta y concentarme mis palabras. —Serás engreído.
Andrew suelta una carcajada sonora, perdiéndose en su armario.
Dos horas después, finalmente subimos al auto y Andrew comienza a conducir rumbo a la casa de su madre, un viaje que, según sus estimaciones, nos llevará unos cuarenta y cinco minutos.
—¿Cómo se llamó tu primera novia? —pregunto con curiosidad.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Andrew mientras apoya su mano cálida en mi pierna, creando una sensación reconfortante.
—Se llamaba Colette —responde.
—¿Y qué tal?
—¿A qué parte te refieres? —sonríe de lado, sugiriendo que había mucho más que contar.
—No quiero detalles explícitos, solo una visión general. ¿Cuánto tiempo estuvieron juntos?
—Tú preguntaste. —dice riendo sin despegar la vista de la carretera.
—¿Cuánto tiempo estuviste con ella? —Cambio mi pregunta.
—Mmmm.. —Se queda en silencio unos segundos —Estuvimos juntos alrededor de seis meses.
—¿Por qué?
—Porque ella y su familia se tuvieron que ir del país. —explicó.
—¿A qué edad diste tu primer beso? —pregunto.
Me miró rápidamente extraño, pero con un toque de diversión.
—¿Por qué siento que esto es un interrogatorio? —comentó en tono juguetón sin dejar de mirar la carretera.
—Tú no me preguntas nada. —Dije riendo.
—¿Cómo se llamo tu primer novio?
Niego divertida —Yo pregunte primero.
Andrew suelta una carcajada —Está bien, luego respondes mis preguntas.... ¿Beso corto o beso completo?
Lo miro confusa, sin estar segura de cuál es su definición.
—¿Cuál es la diferencia según tú? —pregunto, intrigada por su perspectiva.
Andrew explica con una sonrisa pícara —Pues el beso corto es un simple y rápido roce de labios, como los que me das cuando llego a tu casa y tus padres están presentes —Sonríe y cambia a un tono más coqueto —mientras... que el beso completo implica lengua, como los que te doy cuando estamos en privado. —Aprieta suavemente mi pierna con su mano, y siento que mis mejillas se tornan más cálidas, sintiendo un cosquilleo recorrer todo mi cuerpo.
—¡Andrew! —Exclamo, sintiéndome avergonzada ante su comentario descarado.
Él ríe alegremente. —¿Qué? Tú preguntaste la diferencia, ¿no? —Dice riendo —Mi primer beso fue a los catorce, creo. Estábamos en un parque. Ahora, tú misma, ¿cuándo fue tu primer beso?
Tomo aire calmando las sensaciones que causa en mi. —Mi primer novio lo tuve a los quince, se llamaba Daniel. Estuvimos juntos unos cuatro meses y luego terminamos.
—¿Por qué terminaron? —preguntó con curiosidad, despegando rápidamente la vista de la carretera para mirarme.
—Él quería ser futbolista, y su madre le dijo que las novias eran una distracción o algo así —expliqué, restándole importancia a aquel recuerdo lejano. —¿Y después de Colette, cuántas novias tuviste? —añadí, jugando con sus dedos..
—Después de Colette, estuve con cuatro chicas más sin contarte a ti.
Río —Así que soy la quinta.
—No te pongas celosa. Eres la más guapa, inteligente, enojona, tierna y simpática cuando quieres —dice Andrew, tomando mi mano y llevándola a sus labios para sellar sus palabras con un tierno beso.
—Que chamuyo más grande —respondo entre risas, sin poder evitar sentirme halagada por sus elogios.
Andrew insiste, manteniendo su mirada fija en la mía. —No miento, eres la más guapa, inteligente, enojona, tierna y simpática cuando quieres.
Arqueo una ceja, simulando escepticismo. —Está bien, te creeré, pero eres muy buen chamuyero.
—¿Y tú cuántos novios tuviste después de Daniel?
—Mmmhhh. Creo que... —Empiezo a enumerar con mis dedos de manera juguetona, disfrutando de su impaciencia.
—Ainhoa, ¿cuántos novios tuviste? Me estoy poniendo celoso al saber que tuviste tantos —dice en tono de broma.
Suelto una carcajada —Solo tres, y no. No te estoy incluyendo en la lista.
—¿Fueron relaciones largas? —preguntó.
—La verdad es que sí, considerando mi corta vida —respondo con una sonrisa. —Con el chico que estuve después de Daniel, duré como un año y medio, creo, y con el siguiente fueron siete meses aproximadamente.
Una canción comienza a sonar en la radio, y no pude evitar cantarla suavemente mientras observo a Andrew concentrado en la carretera.
—Can I go where you go?
Can we always be this close, forever and ever?
And ah, take me out, and take me home
You're my, my, my, my
Lover
Mientras canto, estiro mi brazo para acariciar el cabello de Andrew, y él vuelve a colocar su mano en mi pierna mientras sigue conduciendo. Siento una conexión aún más especial con él, como si nuestras almas estuvieran en sintonía. De vez en cuando, Andrew me mira con una sonrisa que derrite mi corazón.
Finalmente, llegamos a la casa de su mamá, y Andrew sale del auto para rodearlo y abrir mi puerta, ayudándome a bajar. Caminamos tomados de la mano hacia la entrada de la casa, y mis nervios van en aumento. Espero causar una buena impresión en su familia, especialmente en su madre.
Andrew se detiene antes de presionar el timbre y se gira hacia mí. Coloca ambas manos en mis mejillas y me mira con una sonrisa cálida. —Tranquila, amor, le caerás bien.
—¿Y si no?... —comento con una sonrisa ladeada, mientras mis ojos reflejan mi preocupación.
—¿Por qué no le caerías bien? Eres encantadora, tierna y a mí me encanta cómo eres. Eso debería ser todo lo que te importa.
Luego, me da un tierno beso en los labios y presiona el timbre. Mientras esperamos a que abran la puerta, me rodea por la cintura y me deja un tierno beso en la mejilla. Justo en ese momento, la puerta se abre, y me encuentro con una mujer de cabello castaño, alta muy atractiva Su voz suena cálida y amigable como su mirada, lo que me hace sentir instantáneamente bienvenida. Mi alivio fue de inmediato al darme cuenta de que la primera impresión que causé es positiva.
—Ander, hijo. —Saluda.
Andrew responde con una sonrisa y un abrazo cariñoso —Mamá, esta es Ainhoa, mi novia. —Me mira con ternura y añade—. Amor, ella es mi mamá, Emily.
—Es un placer conocerte, Ainhoa. —Emily extiende su mano hacia mí, y yo la estrecho con gratitud.
—Hola señ...
Emily me interrumpe con amabilidad. —Nada de señora, por favor, dime Emily.
Le regalo una sonrisa tímida —El placer es mío, Emily. Gracias por invitarme a tu casa. —Respondo, intentando transmitir mi agradecimiento y respeto por su hospitalidad.
—¡Ainhoaaaaaaaaaa! —Grita Anastasia corriendo hacia mí con sus brazos abiertos.
Sonrío, miro a Andrew a quien sus ojos le brillan y me agacho a su altura para recibir su abrazo efusivo. —Hola, hermosa. ¿Cómo estás? —le pregunto con cariño después de que depositara un sonoro beso en mi mejilla.
La levanto en mis brazos, mientras ella me sigue rodeando con sus bracitos mi cuello. Emily nos mira con una sonrisa cálida.
Andrew, a mi lado, preguntó con diversión: —¿Y a tu tío no lo saludas?
—Pasen chicos, no se queden en la puerta.
Emily nos invita a entrar, y avanzamos juntos. Anastasia continua en mis brazos, mientras la mano de Andrew reposa en mi cintura baja, guiándome por la casa.
—Hola, Ande —saluda a su tío con una sonrisa tierna.
—Hola, mi princesa.
Andrew me guía por el pasillo hasta la sala donde hay dos personas más sentadas en los sillones conversando animadamente.
—¡Mammá! —habla Anastasia con efusividad —ella es Ainhoa y es la bonita novia de Ande —añade con una sonrisa.
Miro a Andrew quien comienza a reír acercándose a su hermana, y yo sonrío nerviosa con Anastasia rodeándome el cuello.
—Bueno, ya no tengo que presentarla. Anastasia lo hizo por mi. Hola Cass, hola Jack.
—Bonita, ella es mi hermana Cassandra y mi cuñado Jack.
Bajo a Anastasia y me acerco a ellos para saludarlos, sonriendo. Andrew se va a la cocina dejándome con su hermana y cuñado. Comenzamos una charla animada, preguntándome sobre mi y algunas otras trivialidades, mi pierna se mueve manifestando mi leve nerviosismo. Cassandra es periodista mientras que Jack trabaja en una multinacional de autos. A los minutos Andrew vuelve con un vaso de limonada de frambuesas, me entrega el vaso y se sienta a mi lado. Mira mi pierna moverse y apoya una mano sobre mi rodilla disimuladamente, como gesto para ayudar a calmarme.
La voz de Emily nos interrumpe, invitándonos a acercarnos a la mesa. Siguiendo la indicación de Andrew, tomó asiento a su lado, y en cuestión de segundos, él hace lo propio. Con cada minuto que pasa, siento cómo el nudo en mi estómago se va deshaciendo. La conversación fluye naturalmente, y, a pesar de la presión de la situación, los temas ligeros nos ayudan a relajarnos.
—¿Tienes más hermanos, Ainhoa? —me pregunta Cassandra.
Sonrío pensando en mis hermanos —Si, tengo dos hermanos, Mark es el mayor, y Nathan es el menor.
—Vaya Ander, debes andarte con cuidado, tiene dos guardaespaldas. —Le dice Jack en tono juguetón.
—¿Hace cuánto están juntos? —Pregunta Cassandra.
Andrew sonríe —vamos a cumplir un mes.
El almuerzo, al igual que el postre transcurren en medio de anécdotas y chistes.
—Ainhoa, ¿me acompañas a la cocina a buscar café? —me pregunta Emily con una sonrisa amigable.
—Sí, por supuesto, Emily —respondo, poniéndome de pie, y noto la mirada cálida de Andrew mientras me levanto.
Llegamos juntas a la cocina y comenzamos una conversación amigable. Emily muestra un interés genuino en mis estudios y en cómo se relacionan con su propia profesión. Me cuenta sobre su profesión, compartiendo algunas anécdotas.
—Arquitectura es una carrera hermosa. Nuestras profesiones se complementan de alguna manera. Tú trabajas en la construcción de la maqueta de la casa, mientras que yo las decoro. —Me sonríe— ¿Tienes materias de diseño y cosas por el estilo? —me pregunta mientras calienta el agua.
—El próximo semestre tengo una materia llamada "Historia del Diseño" o algo parecido. Cubrirá los diferentes aspectos del diseño y sus derivados.
Emily asiente con una sonrisa. —Si tienes materias relacionadas con el diseño de hogares, no dudes en consultarme. Estaré encantada de ayudarte.
Aprecio su amabilidad y le agradezco con una sonrisa. —Gracias, Emily.
Sin embargo, la conversación da un giro y Emily se torna más seria. Mi nerviosismo aumenta al darme cuenta de que habla de Andrew.
—Ainhoa... —comienza con una sonrisa— Andrew me ha hablado mucho sobre ti.
—Espero que sean cosas buenas —digo un tanto nerviosa, sin saber exactamente a dónde va la conversación.
El ambiente se vuelve tenso mientras Emily continúa. —No seré esa madre que te diga: "Mi hijo es maravilloso, es un caballero y un amor de persona". No lo haré porque sé quién es, lo conozco bien. Sé que ha cometido errores y cometerá más que puede complicarle la vida. Ha pasado por mucho y no justificó sus equivocaciones con sus actos. Traté de criar a un hombre íntegro, que respete y sea bueno, pero, sobre todo, que sea una persona que sepa amar.
Las palabras de Emily me dejan sin aliento. La sinceridad y la profundidad de su mensaje son abrumadoras. —Entiendo a lo que te refieres... —balbuceo, tratando de procesar sus palabras.
Emily me mira con seriedad y ternura en sus ojos. —Lo que quiero decir, Ainhoa, es que he visto a Andrew crecer y enfrentar desafíos en su vida. Ha cometido errores, como todos lo hacemos, y ha aprendido de ellos. No me gusta hacer comparaciones, y no las haré pero él necesita alguien que sume no que reste y lo pase mal. —me mira con ternura —Desde hace unas pocas semanas lo veo feliz, muy feliz y me gusta verlo así. Aprecio que tú estés aquí en su vida. Para mí, lo más importante es que sea feliz, que tenga a alguien que lo ame de verdad y que lo haga sentir especial. Y en ti veo una persona que lo hace sonreír y que ha traído una luz diferente a su vida.
Mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar sus palabras sinceras. —Gracias, Emily. Esto significa mucho para mí. Yo a Andrew lo quiero mucho, él me hace muy feliz y siempre trato de hacerlo feliz a él y apoyarlo en todo. No sé si estaremos juntos mucho o poco tiempo, pero trato que el tiempo que estemos juntos sea bonito y real.
Ella sonríe y toma mi mano con cariño. —Quiero que sepas que confío en Andrew y en sus elecciones. Si él te eligió a ti, es porque ve algo especial en ti. Cuando él habla de ti, veo en sus ojos una chispa que solo tú eres capaz de encender. Y tú tienes esa misma chispa que él.
𓃭
Holaaa!!! ✨
Espero que les siga gustando la historia, tanto como a mi me gusta escribirla .
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Gracias por leer, un abrazo 🧡
Actualizaciones: Lunes yJueves.
Capítulo dedicados a ellas, a mis amigas 💚🖤🧡
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