
CAPITULO 1
Capítulo 1
MIRANDA
—¡Bianca! ¡Abuela!— grité entrando alborotada a la casa.
—¡Aquí hija!— la oí en la cocina y fui hasta ella agitando un sobre en mis manos.
—¿Y eso?— preguntó con una sonrisa en los labios.
—Mi ingreso a Harvard abuela, lo logré, estudiaré administración en Harvard al fin— dije emocionada.
Me abrazó tan emocionada como yo y felicitándome por haberlo logrado por mérito propio, besó mis mejillas y secó las lágrimas que habían caído. Dijo que prepararía una cena para festejar la noticia junto a mi padre.
—Se pondrá muy feliz hija, es un gran alivio para él— dijo buscando lo necesario para la cena.
—Gracias abuela, te amo— besé su mejilla y fui a mi habitación.
Al llegar dejé todo lo que tenía sobre mi mesa de estudios, tomé mi celular y tras chequear la hora encendí mi laptop e inicié ilusionada como cada tarde que hablaba con ella durante el último año.
—¡O sole mío!— sonó su voz detrás de la pantalla.
—¡Amore mío!— contesté como era nuestra tradición.
Alexa y yo reímos al mismo tiempo, efectivamente luego de que me dieran el alta en la clínica mi padre había cumplido con lo dicho, nos mudamos a Massachustts, mi padre consiguió un puesto como asistente en una empresa y actualmente está poniendo su empeño en conseguir el puesto de gerente.
—Alex...—
—Sí Mir—
—¡Mira!— dije agitando el sobre frente a ella.
—¡Mir!— su grito luego de aturdirme hizo que saltara de felicidad al igual que ella.
—Lo sé, lo sé— dije sabiendo a qué se refería.
—Estaremos juntas amiga, dime que seguirás Administración de Negocios Internacionales, a ver, quiero oírlo— dijo canturreando cómicamente.
—A ver, cómo te explico que...—
—¡Ya dilo mujer!— exclamó agitando sus brazos.
—Administración de Negocios Internacionales— grité feliz al ver su rostro.
—¡Te amo!— sonrió abriendo sus brazos lanzando besos a la pantalla.
—¿Hija?— mi padre entró lentamente a la habitación.
—¡Papá!— grité lanzándome a sus brazos.
Nuestra relación fue mejorando con el paso del tiempo y en este año que estuvimos juntos fuimos creando un vínculo mucho más fuerte que antes, habíamos tratado de averiguar dónde llevaron a Iris pero parecía que ella jamás existió.
—¡Hola Señor Simms!— la voz cantarina de Alexa lo hizo reír.
—Hola Alexa, ¿Cómo está todo por ahí?— contesto conmigo aún entre sus brazos.
—Bien Se...—
—Jared, llevamos un año con lo mismo Alex—
—Todo marcha excelente Jared, más aún con la noticia que acabo de recibir— contó sonriente.
—¿Noticia? Me perdí de algo hija—
—Papá, estás hablando con la nueva estudiante de Administración de Negocios Internacionales de la Universidad de Harvard— dije completamente orgullosa.
Jared se alejó tomándome por los hombros y al verme sus ojos me vieron con orgullo y algunas lágrimas comenzaron a pugnar por salir.
—¿Es verdad hija?— preguntó sonriendo.
—Sí papá— contesté agitando el sobre en mi mano.
—Te dije lo orgulloso que estoy de ti mi amor—
—Cada día del último año papá— sonreí abrazándome a él.
—Ay me harán llorar— habló Alexa secando unas lágrimas.
—También estamos orgullosos de ti Alexa, supe por Miranda que estarán en el mismo curso— agregó.
Papá y Alexa habían hecho una relación bastante cercana a pesar de la distancia en la que estábamos. Ellos seguían en Seattle, su madre continuaba trabajando en la misma empresa y había conseguido un nuevo ascenso mientras que Jona estaba a punto de iniciar una carrera pero no quiso decir a su familia.
—¿Mir?— llamó.
—Sí, ¿Qué decían?—
—Pensando en mi hermano Simms— se burló.
—¿Qué fue de él Alexa?— preguntó curioso papá.
Me volví para verlo sorprendida y una sonrisa pícara se formó en su rostro.
—Vamos hija, nunca dije que ese muchacho no me gustara— agregó sonriendo.
—¡Pero que confesión Jared! A mi hermano le alegrará oír esto—
—Hija, tú bien sabes que en ese momento lo mejor era que se alejara de nosotros, tu madre...—
—Te entiendo papá y nunca te juzgué— añadí al ver una oscuridad en sus ojos.
—Lo entendemos Jared, incluso mi hermano no se ha molestado sino que se ha enfocado en la tarea de ser alguien mejor y volver por Miranda— confesó Alexa.
—Pues estaré esperando ese día ansioso y ahora las dejo, iré a ayudar a Bianca con la celebración— dijo antes de abandonar la habitación.
Me volví hacia la pantalla y una Alexa sonriendo pícara me esperaba.
—Ya suéltalo— dije sonriendo.
—¿Vas a esperarlo Mir?—
—Es un sí en este momento, es un sí lo esperaré, es un sí lo amo y fue lo más sincero que he tenido en todo este tiempo— confesé.
—¡Oh! Ay amiga, eres una sentimental bajo esa coraza de roca— soltó divertida.
—Ya me conoces, soy una completa nerd y solitaria hasta que mi príncipe azul vuelva por mí— dije haciendo un gesto dramático.
—¡Eres un caso mi solcito!— sonrió colocando su mano sobre la pantalla.
—Y yo te amo como a una hermana Alexa— dije imitando su gesto.
—A decir verdad eres mi cuñada— sonrió.
—A decir verdad, tienes razón— solté.
Hablamos de lo sucedido en la semana, como hice para ingresar en la Universidad y el tiempo que me llevó estudiar para alcanzar el año en el que ella iba, debía de admitirlo era una cerebrito.
Luego de despedirnos un par de veces me cambié de ropa y bajé a cenar con abuela y papá.
—¡Por qué demonios no me avisaron antes!— oí exclamar angustiado a papá.
Observé como Bianca se hallaba sentada en el sillón con el rostro entre sus manos llorando desconsoladamente. Terminé de bajar las escaleras hasta llegar a ellos y mi padre negó con la cabeza antes de abandonar la sala.
—¿Abuela?— me acerqué a ella lentamente.
—No sé cómo pudieron hacer eso, es una completa injusticia— dijo con voz quebrada.
—Me asustas abuela, ¿Qué sucedió?— pregunté alarmada.
—Es Alba, ha solicitado una nueva apelación y el juez se la ha concedido— explicó.
Es una jodida broma, Alba, apelación, serían capaces de soltar a alguien con sus traumas y locuras a la calle, había sido capaz de asesinar a una persona.
—Ella asesinó a mi madre— exclamé furiosa.
—Lo sé, pero dicen no haber encontrado pruebas suficientes dado el tiempo que transcurrió desde el crimen es prácticamente una causa prescripta—
—¿Prescripta?—
—Sí, prescripta, luego de cinco años de sucedido un crimen y si no se presentan las pruebas necesarias las causas se cierran declarando inocente al acusado quedando en libertad prácticamente en el momento—
—No es posible, Alba ¿En libertad?—
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