Un nuevo tutor
Una falsa sonrisa. Eso es algo que yo conozco de primera mano. Yo pasé por eso cuando era más pequeño. Simplemente es algo que no deseas que nadie tenga, ni siquiera alguien a quien odias.
Itsuki Nakano es la viva definición de una falsa sonrisa. Desde que la vi, detecté que ella sufre mucho y no tiene alguien en quien apoyarse.
Yo pasé eso, sé lo mucho que afecta ese tema. No es algo para tomar a la ligera. Es por eso que quiero ayudarla, no quiero que pase lo mismo que yo.
Voy a salvar a Itsuki Nakano.
-Fuutarou Uesugi.
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Era tarde ya, las clases habían terminado y Fuutarou estaba charlando con su mejor amigo, Takeda.
-¿En serio? Vamos viejo, es una oportunidad única. No creo que esa banda vaya a dar otro concierto en la ciudad.- mencionó el rubio.
-Pff, sabes que me gustaría mucho... pero prometí ayudar a Itsuki a estudiar. Por más que terminara a tiempo, debo llevarla a su casa y eso hará que no me de tiempo.- respondió el peliazul ante la inesperada propuesta de su amigo.
-¿Y si la llevas con nosotros? Puedo conseguir otra entrada. Vamos amigo, es tu banda favorita. No puedes faltar.- dijo el rubio mientras sacudía al peliazul.
-No lo sé... no estoy seguro que ella esté cómoda. Digo, apenas nos conocemos.-
-Preguntale y ya. No pierdes nada con eso.- dijo él.
-Si insistes...- dijo el chico.
A la distancia, el peliazul pudo ver que Itsuki se acercaba lentamente. Ella sonrió instintivamente al verlo.
-Uesugi-kun. ¿Listo?- preguntó ella.
-Claro. Vamos, en mi casa podremos estudiar cómodamente.- mencionó el peliazul. Con anterioridad se habían puesto de acuerdo, Itsuki por ningún motivo quería que él se acercara a sus hermanas, estaba segura de que solo lo espantarían.
-Tal vez te vea luego entonces Fuutarou. Ahí le preguntas. Nos vemos Nakano-san.- dijo Takeda mientras se alejaba.
Itsuki vio de manera confundida al peliazul, ¿a qué se refería con eso último?
-Agh, es que quiere que lo acompañe a un concierto de mi banda favorita. No es japonesa, así que es raro que den conciertos acá. Quería que te preguntara si querías acompañarnos.- mencionó el chico mientras colocaba una mano en su rostro.
-Esto... yo...- dijo la chica, un poco confundida por eso, no sabía si aceptar o no.
-No te preocupes, le dije que iba a ser raro que aceptaras. Le diré que vaya con su novia solamente.- mencionó el peliazul con un tono despreocupado, aunque realmente estaba un poco triste por no poder ir.
-No me gustaría ser la razón de que te pierdas algo así. Es importante para ti, así que iré también.- dijo ella, sabía que si le decía que cancelaran el estudio o que ella se fuera por su propia cuenta causarían un efecto contrario, así que era la única manera para que él aceptara.
-¿Segura? ¿No te sientes presionada ni nada por el estilo verdad?- preguntó él.
-Para nada. Será... divertido un cambio de aires.- respondió ella.
El chico instintivamente se acercó y abrazó a Itsuki mientras sonreía como tonto.
-Gracias Itsuki, no sabes lo feliz que me hace esto.- dijo él mientras aplastaba a la chica.
-No-no es nada Uesugi-kun...- dijo ella con dificultad, primero por la vergüenza de ser abrazada en público, y segundo porque se sentía aplastada.
Fuutarou se dio cuenta de lo que estaba haciendo y rápidamente se alejó de la chica.
-Lo-lo lamento... en fin, será mejor que nos apuremos. No estudiaremos bien si no nos apuramos.- dijo tratando de cambiar el tema.
La chica empezó a reir levemente, mientras asentía. Así, ambos chicos partieron hacia el hogar del peliazul.
Eventualmente, llegaron. Era un apartamento bastante simple. Era igual al del anime.
-Bueno, seguro que esto no se compara en nada con tu hogar, pero no te quejes. Tú fuiste la que quería que fuera aquí.- mencionó el peliazul con desinterés.
-Es solo que... no podemos estudiar en mi hogar, está siendo... remodelado y no hay mucho espacio para poder estar cónodos.- respondió ella de manera nerviosa, causando que el peliazul dudara de ella.
-Ya veo... bueno, sientete como en tu casa. Iré a traer unas notas que dejé en mi cuarto. Y por favor... si tienes hambre... espérame, si te dejo comer lo que tengo, seguro me dejas sin nada.- dijo mientras reía.
-¡Oye! Yo no solo pienso en comer.- respondió mientras hacía un puchero.
-Sí, como digas.- dijo mientras de alejaba.
La chica comenzó a caminar hacia la mesa, mientras lo hacía exploraba con la mirada todo el lugar.
Habían algunos cuadros de fotos colgados por las paredes, aunque había uno que resaltaba del resto, la mayoría eran de Fuutarou, en otras salía él y una niña pequeña, la cual Itsuki asumió que era Raiha.
El cuadro sospechoso parecía estar al revés, con el contenido viendo hacia la pared.
La curiosidad de la chica le ganó y comenzó a darle vuelta. Cuando lo hizo, pudo notar que la foto era de Fuutarou nada más. Lo interesante era que la foto estaba rota. Faltaba una mitad, Itsuki pudo notar que había alguien más porque una mano se posaba sobre el hombro del niño, pero el resto de esa persona no estaba.
-Es de mala educación revisar cosas en casa ajena.- mencionó el peliazul al regresar y encontrar a Itsuki in fraganti.
-¡Uesugi-kun! Lo lamento, no vi nada. Lo prometo.- dijo mientras colocaba el cuadro en su posición original.
-Pff, no importa. Solo no lo vuelvas a hacer por favor. Puede que algún día te cuente... pero no estoy listo.- mencionó el chico.
-Igual... perdoname. Mejor enfoquemonos en estudiar. ¿Qué haremos hoy?- preguntó ella.
-Cosas nada sanas.- mencionó el chico
Ah no... guion equivocado.
Ahora sí.
-Estudiaremos anatomía.- dijo el chico.
Ptm, tampoco era eso.
Esta vez es la buena.
-Te haré un examen, para poder evaluar tu nivel académico y ver de qué manera te puedo ayudar.- dijo el chico mientras ponía una hoja en la mesa.
La pelirroja se acercó, tonó una pluma y comenzó a escribir.
Tras una hora, la chica finalmente terminó. Había sido largo debido a la cantidad de contenido.
-Veamos... con que ese es el problema. Idioma es el área más débil, luego Matemáticas. El punto fuerte es... Ciencias. Interesante.- balbuceaba el chico.
-¿Cómo me fue Uesugi-kun?- preguntó con nervios la chica.
El peliazul suspiró de manera pesada, cerró los ojos y habló:
-Para ser sincero... creo que tenemos mucho terreno que cubrir, pero tranquila. Yo te apoyaré en todo lo que necesites. Comenzaremos estudiando ciencias. Es tu punto fuerte y por eso mismo quiero explotarlo al máximo.- dijo el peliazul.
La chica se desanimó en gran manera, sabía que era tonta.
-Vaya... bueno, no sé por qué esperaba algo diferente.- mencionó la chica.
-Oye, no te desanimes. Todos empezamos desde abajo. Vas a mejorar.- mencionó Fuutarou, pero notó que la chica seguía triste, así que se acercó a ella.
El peliazul se sentó a su lado y puso su mano sobre la de ella.
-No todos empezamos siendo los mejores. Muchos genios comenzaron con complicaciones y a pesar de todo, llegaron lejos. Escucha Itsuki, apenas te conozco, pero estoy seguro de esto. Vas a llegar muy lejos y yo te apoyaré todo el tiempo que pueda.- mencionó el chico.
-¿Cómo puedes asegurarme eso? ¿Cómo sabré yo que no te rendirás conmigo a medio camino? ¿Qué me garantiza que estarás conmigo ayudandome?- preguntó ella mientras mantenía baja la cabeza.
El chico usó la mano que tenía libre y levantó el rostro de la chica.
-Pues haré una promesa. Para que lo sepas, hice una con alguien hace años y la sigo manteniendo. No será la excepción contigo.- dijo el chico mientras sonreía.
La pelirroja se sorprendió ante el contacto con el chico y sus ojos se iluminaron.
-Te prometo... que haré que te gradúes con una sonrisa. Te prometo que te ayudaré a que llegues hasta eso. Te prometo que estaré ahí, no importando qué pase.- dijo el chico con una sonrisa.
La pelirroja no pudo evitar soltar unas lágrimas ante las palabras del chico. Inmediatamente se acercó a él y lo abrazó muy fuerte.
-Gracias... en serio te lo agradezco Uesugi-kun.- dijo entre sollozos.
-No es nada Itsuki. Es lo menos que puedo hacer por ti.-
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La manera en la que Fuutarou enseñaba era bastante buena, no se iba por las ramas, explicaba claramente y con ejemplos bastante prácticos.
-¿Ahora entiendes?- dijo mientras señalaba un dibujo del libro de ciencias.
-Sí. Ahora lo comprendo. Diablos... me siento estúpida, siempre fue algo bastante sencillo.- dijo mientras se golpeaba el rostro.
El peliazul rio ligeramente mientras miraba a la chica, ganándose así un tierno puchero por parte de ella.
-Ya ya... bueno, en cualquier caso, creo que sería mejor dejarlo hasta ahí.- mencionó Fuutarou.
-Pensé que ibamos a terminar más tarde. Es bueno saber que llegaremos incluso antes hasta el concierto. Así no estamos corriendo.- mencionó la chica con emoción.
El peliazul sonrió y se sentó en el sofá. Le hizo señas a la chica para que se sentara y ella, extrañada, le hizo caso.
-Mira, esta fue la última vez que fui a uno. Tenía 10 años, fue para ver a la banda Panic! At The Disco. Siempre me han gustado más las canciones en inglés. Fue una ocasión única, tuve la oportunidad de viajar a Estados Unidos y ver a esa gran banda. Y ahora, podré repetir esa experiencia. Me siento muy emocionado.- mencionó el chico con alegría.
La pelirroja vio atentamente la imagen, al verla de cerca notó que en dicha foto aparecían 2 chicos. Uno era igualito al chico que vio junto a Fuutarou en la mañana y el otro era un chico de cabello rubio, con aspecto de... pandillero.
-¿Tú donde estás?- dijo mientras miraba la foto.
-Ah... je, es que... en esa época me gustaba vestirme como un... pandillero. Yo soy el niño rubio de la foto, aunque no me creas.- dijo mientras reía.
-¿Es en serio? Jamás lo hubiera imaginado. Quién diría que un nerd como tú era así antes... por alguna razón siento que lo conozco... pero... nah, no creo que sea él. ¿O sí?-
-Sí, pero ¡oye! Al menos arreglé mi camino. Ya es bastante... pero basta de hablar de mí. Cuéntame un poco más de ti Itsuki, me gustaría conocer más a mi amiga.- dijo mientras una gran sonrisa adornaba su rostro.
La chica se quedó en silencio durante unos minutos, dudando sobre si debería contarle la verdad o no.
-Pues... tengo una hermana... como te dije en la cafetería. Se llama Nino y es mayor que yo. Emm... pues me gusta estudiar, aunque no sea buena en eso. Me gustan algunos videojuegos... se debe a que muchas veces no tengo como divertirme... así que les agarré el gusto. Me gusta comer... como pudiste presenciarlo y... solo. No encuentro cosas más importantes.- respondió ella.
-Vaya. ¿Y cuántos años te llevas con tu hermana? ¿Se llevan bien? Vaya... ¿qué videojuegos te gustan? Je... comer es tu pasión, eso me quedó muy claro.- dijo entre risas.
Itsuki no pudo evitar tensar su puño al escuchar la primera "pregunta-respuesta" del chico. Pero pudo mantenerse serena hasta el final.
-Nos llevamos... esto... apenas unos minutos. Somos gemelas... aunque ella es más talentosa que yo y siempre está ocupada en cosas de cocina. Por eso casi no paso tiempo con ella. Así que como respuesta, diría que no nos llevamos ni bien, ni mal. Respondiendo lo otro... diría que me gustó mucho siempre los videojuegos de Mario, de Sonic... pero mi favorito siempre fue Brothers: A Tale of Two Sons... esa relación de confianza que forjan esos chicos en el juego... es algo que me hubiera gustado formar con mis hermanas.-
-Gemelas... interesante. Bueno, no te desanimes. Seguro que pronto encontrarán una manera de volverse cercanas y todo mejorará. En cuanto a los juegos... vaya, tienes buenos gustos. Yo aún tengo una Wii, deberíamos jugar el de New Super Mario Bros algún día.- respondió con una sonrisa.
-Sí... sería muy divertido.- respondió ella con una sonrisa.
-Otra vez... ¿qué diablos tendrá? Esa sonrisa me molesta mucho, se nota a leguas que es falsa... maldita sea... aunque creo que puedo darme una idea, se debe a Nino. Debe afectarle eso. Aunque es muy pronto para asegurarme, tendré que esperar más.- pensó el chico.
Antes de que dijeran algo más, el celular del peliazul comenzó a sonar. El chico lo tomó y contestó.
-¿Aló?- dijo el peliazul
-Pasaré por ustedes en 10 minutos, así caminamos juntos hasta el metro.- dijo la voz del otro lado, la cual pertenecía a Takeda.
-Vale.- dijo mientras colgaba.
-Eso fue rápido...- dijo Itsuki.
-No necesitamos tanto como ustedes las mujeres para ponernos de acuerdo. Directo al grano todo es mejor.- respondió mientras reía.
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Estando ya en el lugar, Itsuki se sentía un poco perdida ya que no conocía a la banda a la que iba a ver, pero a pesar de eso estaba feliz porque Fuutarou estaba feliz.
Ella estaba a su lado, ambos estaban de pie esperando porque la banda saliera al escenario.
-Años esperando esto, al fin se cumplió.- mencionó Takeda con una sonrisa.
-Tienes razón amigo. Al fin se cunplió.- respondió el chico.
Itsuki no sabía bien qué decir o hacer, se sentía un poco excluida.
-Solo es por ahora... es un favor. No puedes andar de mal humor. Es tu primer amigo, no lo arruines.- pensó ella.
Luego de unos minutos donde Fuutarou conversaba con Takeda y la novia del chico, la banda por fin salió al escenario.
Las luces se apagaron y como era de noche, todo quedó bañado en oscuridad, hasta que unos fuegos artificiales se encargaron de iluminar el lugar.
La chica sonrió bastante al ver eso... le recordaba a una tradición que tenía con su mamá cuando ésta vivía.
Cuando los fuegos estaban iluminando el lugar, la pantalla del escenario se encendió y mostró el nombre
Scorpions
Inserte "Wind of Change" de Scorpions y continúe leyendo
Inmediatamente, Itsuki reconoció ese silbido inicial. Era una de sus canciones favoritas de cuando era niña.
Llevaba muchos años sin escucharla, nunca supo el nombre de la canción, tampoco el de la banda. Algo que creía olvidado regresó.
Flashback
-Mami, ¿por qué escuchas canciones en idiomas que no hablas? No tiene sentido.- preguntó una pequeña Itsuki.
-Comprendo el inglés cariño, también me encanta el sentimiento que estas bandas de los 80s y 90s le meten a sus canciones. Por ejemplo, esta que está sonando habla sobre la guerra, las consecuencias de esta... y explica cómo todo sería mejor si todo eso no existiera, dice que todos los humanos somos como hermanos y que no debemos pelear entre nosotros.- respondió una mujer pelirroja.
-¿Eso es posible? Pero... si son como mis hermanas, entonces pelearíamos todo el tiempo.- mencionó con decepción.
-No es así querida. Tú y tus hermanas tienen sus diferencias de vez en cuando, dales una oportunidad y verás cómo todo va a mejorar.-
Fin flashback
Unas lágrimas escaparon por el rostro de la chica, la letra de esa canción la impactaba mucho.
¿Por qué la había olvidado? Por el rencor y el miedo hacia sus hermanas. Cuando su mamá murió todo se arruinó.
El odio que sus hermanas le tenían aumentó ya que no había nadie quien la defendiera.
¿Did you ever think... that we could be so close...
Like brothers?
De pronto, sintió como una mano se posaba en su hombro. Al voltear a ver, notó que era Fuutarou. Este le sonreía mientras tarareaba la melodía de la canción.
-Solo... deja que fluyan. Lo que sea que te lastima, deja que fluya con la música.- le dijo el chico.
La pelirroja hizo caso al consejo de su amigo y cerró los ojos. En ese instante, varios momentos llegaron de golpe a su cabeza.
-¿Que juegue contigo? ¿Por qué haría eso? Eres demasiado aburrida.-
-Nunca probarás una pizca de ese platillo. Lo hice solo para las demás.-
-Antes creía que era rara, pero cuando te veo entiendo que hay peores que yo.-
-Si no puedes seguirme el ritmo, no tiene caso que juegue contigo.-
-¿Qué fue lo que hice mal? ¿Acaso nacer fue un pecado?- dijo ella.
En ese momento, ella recordó también el motivo por el que estaba ahí, por su primer amigo. Por aquella persona que le extendió la mano sin pedirle nada a cambio.
-Puede que este mundo esté lleno de injusticias, nadie tiene una vida perfecta. Eso haría que todo fuera aburrido. A pesar de todos esos defectos que la vida tiene, muchos saben verle el lado positivo y seguir adelante. Tú debes hacer eso. No sé qué es lo que te ata, no sé qué es lo que te lastima, pero tienes que dejarlo ir.- dijo el peliazul.
En ese momento, ella recordó las palabras de Fuutarou. Palabras muy simples, pero con un gran impacto para ella.
-No te conozco, ni tú me conoces, pero puedo decirte esto. No te abandonaré tan fácilmente, después de todo, para eso están los amigos, ¿no?-
-Gracias... por lo que has hecho por mí hasta ahora.- mencionó ella mientras sonreía levemente.
-Me recuerdas a mí cuando era más chiquito. Un chico solo, rechazado y con motivos de sobra para elegir un mal camino. Yo pude salir adelante gracias a una persona que quiero mucho. Ahora es mi deber ayudar a los que lo necesitan. No dejaré que te hundas en la depresión como me pasó a mí. Todo va a mejorar.- pensó el peliazul.
-Pero aún no puedo dejarlo ir. Duele mucho... pero no quiero darme por vencida. Quiero cumplir el deseo de mamá. Debo intentarlo... aunque sea una última vez. Son mis hermanas después de todo.- pensó ella.
Los chicos, aún abrazados, continuaron tarareando la canción. Por un momento se olvidaron de todo lo demás y se enfocaron en sus futuros. En lo que debían hacer para enfrentar la vida que llevaban.
Pero ambos estaban seguros de algo.
Los vientos del cambio estaban cerca. Y estaban por mejorar sus vidas.
Temporalmente...
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Ambos chicos se encontraban caminando mientras charlaban animadamente. Ya era tarde, así que su caminar era algo rápido.
Eventualmente, llegaron a la casa de Itsuki.
-Bueno, aquí estamos. Me alegra que hayas podido acompañarme, fue un concierto increíble.- dijo el peliazul con emoción.
-No es nada. Gracias a ti por invitarme. Hiciste que recordara algo muy especial, gracias también por eso.- respondió ella.
El peliazul se acercó y le dio un abrazo, el cual la chica respondió gustosamente.
-Bueno, debo apresurarme si no quiero que me asalten.- dijo mientras reía y se separaba de Itsuki.
-Lamento que hayas tenido que venir hasta aquí... podría llamar a- fue interrumpida por el chico.
-No-no es necesario. Estaré bien.- respondió con seguridad el chico.
-Vaya vaya. ¿Qué tenemos aquí? Oh, eres tú Itsuki... y un chico que no conozco. ¿Tú fuiste quien la vino a dejar?- dijo alguien saliendo del edificio.
Al voltear a ver el chico notó que una chica pelicastaña, con rasgos muy similares a los de Itsuki estaba saliendo del edificio.
-Ho-hola hermana. Él-él es mi amigo... Fuutarou Uesugi-kun.- respondió ella con nerviosismo.
-En serio es increíble que esa idiota se haya hecho amiga de alguien.- pensó la chica.
-Un placer, soy Fuutarou Uesugi. Tú debes ser... Nino Nakano, ¿me equivoco?- dijo el chico recordando que Itsuki había mencionado que su hermana gemela se llamaba Nino.
-¿Yo? No me compares con esa tonta. Soy Miku Nakano.- mencionó ella.
-¿Nakano? También es tu... hermana. ¿Itsuki?- preguntó incredulamente el peliazul.
-Eh sí... puede que te haya mentido sobre tener solo una hermana gemela.- dijo ella con nerviosismo.
-Somos quintillizas. No lo olvides.- dijo la pelicastaña.
-¿Eh? ¡¿Quintillizas?! ¿Eso siquiera es posible?- preguntó el chico.
-Sí lo es...- dijo apenada la pelirroja, no quería mentirle, pero tampoco estaba lista para contarle al chico sobre sus hermanas. De una forma u otra era un tema doloroso para ella.
-¿Por qué me mintió? ¿En qué afectaba que yo supiera si tenía 4 hermanas o solo 1? No tiene sentido el hecho de que haya mentido. Quiero saber más...- pensó el peliazul.
-Itsuki... parece que ya es demasiado tarde. ¿Crees que es seguro que tu amigo se vaya a su casa a estas horas?- preguntó la pelicastaña, aunque claro que tenía dobles intenciones.
-Pue-pues... no, pero no va a querer quedarse.- mencionó nerviosa la pelirroja.
-No se preocupen por mí. Estaré bien, gracias por preocuparse.- mencionó el chico.
Ante esa respuesta, Miku se acercó y abrazó el brazo del peliazul, pegando así también sus pechos contra éste, provocando que el chico se pusiera nervioso.
-No... yo insisto, es peligroso. Quédate...- mencionó ella con un tono bastante... sensual.
-Yo... esto... vale, está bien. Gracias.- dijo el peliazul.
El peliazul como pudo se safó del agarre de la chica, lo estaba empezando a hacer sentir incómodo.
-So-solo debo hacer una llamada. Ahorita entro...- mencionó el chico.
-Bueno, te espero adentro.- mencionó la chica con una sonrisa.
La pelirroja esperó a que su hermana se alejara para hablarle al chico.
-Yo... lamento haber mentido. Es solo que es algo delicado... y realmente aún no estoy lista para hablarte sobre eso. Lo lamento.- dijo mientras hacía una reverencia.
-No te preocupes. Cada uno tiene sus motivos para ocultar cosas...- dijo el peliazul mientras colocaba su mano en la cabeza de la chica.
-¿Seguro que quieres quedarte? No me gustaría que estés obligado nada más por culpa de Miku.- mencionó la chica.
-Estaré bien... supongo. Descuida, solo haré una llamada y entro, no me siento obligado.- mencionó el chico con una sonrisa.
-Bueno... te espero adentro.- mencionó de manera nerviosa la chica.
El chico vio como la pelirroja entraba al complejo para darle privacidad para su llamada. Ante esto, el chico sacó su celular y buscó entre sus contactos a cierta persona. Cuando encontró el contacto, presionó al botón de llamada.
-¿Aló? Disculpa que te llame solo por esto, sé que estás ocupada, pero realmente te necesito.-
-Yo estoy bien, gracias. ¿Tú que tal? Agh, solo por que me necesitas te recuerdas de mí. Pero da igual, solo porque eres tú lo dejaré pasar.- mencionó la voz del otro lado.
-Es un... problema de chicas, necesito tu ayuda...-
Takebayashi.
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Próximo capítulo: Estabilidad Mental: Inestable.
Y ya estamos. Honestamente me tardé mucho más de lo que hubiera querido xd
Lo iba a subir más temprano, en la madrugada como de costumbre, pero no tenía señal y pos ahorita que tengo aprovecho pa hacerlo.
Lamento eso, trataré de ser más constante.
Espero como siempre que el capítulo les haya gustado, saben que siempre acepto comentarios y críticas.
Es todo por ahora.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan
(La mejor waifu de todas osiosi.)
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