Prólogo
Nota del autor: El prólogo es el mismo que el one-shot, así que si lo leyeron pueden saltarse este capítulo.
Desde una corta edad he sido tratada como un estorbo por mis hermanas, ellas siempre tuvieron distintas habilidades que las hacían sobresalir en distintas áreas. Ichika era increíble actuando, Nino siempre fue muy buena en la cocina, Miku era la más inteligente y la que siempre sacaba las mejores notas de entre todas y Yotsuba era la que destacaba en los deportes.
¿Yo para qué sirvo? Aún me sigo preguntando eso... en serio, no se me ocurre nada en lo que yo pueda ser mejor, no soy la más lista, ni la más atlética... lo único que sé hacer bien es comer mucho...
Solo sirvo para ser la burla de mis hermanas.
Siempre he creído que no tengo valor, mi sueño de ser maestra es algo imposible de alcanzar... nunca podré hacerlo...
¿Por qué tuve una suerte tan mala? ¿Por qué mamá tuvo que morir? Ella era la única que me apoyaba sin importar lo ridículo o lejano que se escuchaba mi sueño...
Solo ella... y ese niño. Ese niño cambió mi forma de ver las cosas, recordarlo me da fuerzas para seguir adelante, porque también me hace recordar la promesa que hicimos ese día.
¿Conocerte fue destino... o casualidad?
-Itsuki Nakano.
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Itsuki Nakano, una chica tan ordinaria como cualquier otra, siempre fue un cero a la izquierda, nunca destacaba en nada, nunca perteneció a un grupo de amigos siquiera, todas esas experiencias habían forjado su carácter.
El vivir de esa manera hizo que la chica formara una actitud reservada, no era tímida, eso es algo que se debe aclarar. La chica siempre ha intentado cambiar eso al esforzarse por estudiar y ser mejor cada día, pero simplemente le es algo imposible.
Hoy es su primer día en su nueva escuela, ella era la única de sus hermanas que se había cambiado ya que era la única que había reprobado un examen necesario para seguir donde estaba.
Si bien no fue la única que reprobó, sus hermanas se "salvaron" debido a sus talentos.
Aparte de ella, Yotsuba e Ichika fueron las que fallaron, pero Yotsuba se salvó debido a que tenía gran parte que ver en el equipo de esa escuela, el cual era uno de los más grandes a nivel escolar y si seguía así, podía ingresar a la Universidad más grande de Japón con beca en deportes. Ichika por otro lado utilizó sus dotes artísticos junto con un poco de "soborno" de Maruo y de esa manera logró conservar su posición en esa escuela.
¿Y por qué Maruo no había ayudado a su querida hija Itsuki también? Fácil, no le servía para nada.
Así que como "castigo" por no tener talentos y por haber fallado, la mandó a otra escuela.
La chica ahora se encontraba llegando a su escuela, aunque había llegado a la hora del almuerzo debido a unos trámites que tuvo que hacer con su papelería al ser nueva.
La chica llegó justo a la hora del almuerzo, así que con la ayuda de un maestro, la chica encontró la cafetería.
Tras llegar a la cafetería, la chica vió al montón de personas realizando fila para comprar su comida. La chica decidió hacer cola también puesto que no tenía tanto tiempo para comer.
Cuando llegó el turno de la pelirroja, la chica estaba tan indecisa sobre qué pedir, que simplemente terminó pidiendo varios platillos.
El dinero que tenía no era mucho, pero debido al nivel socio-económico de esa escuela el precio de los alimentos no era tan elevado, el poco dinero que su padre le daba, obviamente poco comparado al que le daba a sus hermanas, le bastaba para poder comprar así.
La chica caminó y de reojo vió una mesa vacía, así que se dirigió a ese lugar.
Al colocar su bandeja, escuchó que ésta había chocado contra algo, o mejor dicho, contra otra bandeja.
Al alzar la vista, la chica pudo notar que frente a ella se encontraba un chico peliazul que la miraba de manera... "seria".
La chica entonces decidió que lo mejor era apartarse, puesto que no quería molestar a nadie.
-Lo siento, no te vi... ya me retiro.- dijo mientras levantaba su bandeja, aunque sintió cómo el chico hizo algo de fuerza en su brazo ya que la había jalado.
-No importa, siéntate aquí. Buscaré otro lugar, de igual forma acabo de llegar, no sería cortés de mi parte echarte así.- mencionó el peliazul.
-Gracias...- fue todo lo que pudo decir ella.
La chica pudo observar cómo el chico se levantaba y se marchaba a otra mesa un poco cercana a la de ella.
Una parte de la chica le decía que le pidiera que se quedara ahí... pero también otra parte de ella le decía que él se iba a burlar de ella como todos, así que rechazó fácilmente esa idea.
-Nunca me han elegido a mí, siempre he sido solo una opción, el "por si acaso". Siempre todos prefirieron a mis hermanas, nadie nunca se ha esforzado por quedarse a mi lado y apoyarme. Por eso es que aprendí algo muy importante, siempre voy a estar sola, aunque es mejor ya que si nadie está conmigo, nadie me va a lastimar.- pensó la chica.
Luego de terminar de comer y escuchar el sonido de la campana, que indicaba que las clases iban a empezar, la chica decidió ir a su salón, ya lo había visto cuando iba hacia la cafetería, aunque de igual forma le costó un poco encontrarlo.
Al llegar, pudo ver que tanto el maestro como todos los estudiantes estaban dentro del salón, el maestro le hizo señas a Itsuki para que entrara.
-Bien clase, el día de hoy se integra una nueva chica a este salón, por favor, preséntate.- mencionó el maestro.
-Soy Itsuki, Itsuki Nakano, es un placer.- dijo mientras hacía una reverencia.
-Bien Nakano, por favor siéntate al lado del joven Fuutarou Uesugi, Uesugi levanta tu mano por favor.- mencionó el maestro.
La chica vió al chico que alzó su mano y se dió cuenta que era el mismo chico que conoció en la cafetería. Inconscientemente, la chica no pudo evitar esbozar una sonrisa, algo que no pasó desapercibido por los muchachos de la clase.
Mientras que varios chicos le lanzaban miradas "acusadoras" al chico debido a que no creían que Uesugi tuviera algo que ver con la chica nueva, las chicas miraban de forma curiosa a la chica, puesto que se preguntaban el por qué de esa sonrisa.
Al llegar, se sentó y sin decir nada, comenzó a sacar todos sus libros. De reojo pudo ver que el chico parecía que le quería hablar, pero rápidamente se deshizo de esa idea y enfocó su atención en la clase.
El tiempo pasó relativamente rápido para ella, a pesar de que varias de las clases manejaban temas algo avanzados, ella trataba de poner su empeño para entender correctamente.
La chica ahora se encontraba trabajando sola, el maestro de matemática había permitido que el ejercicio se hiciera en parejas, aunque siempre estaba la opción de trabajar individualmente.
La chica al no conocer a nadie pues decidió que lo mejor era trabajar sola, no quería interferir en los grupos ya formados.
-Maldita sea... pero esta ecuación parece que no se resuelve de ninguna forma, no encuentro forma para factorizar esa "x"...- decía la chica con frustración.
-Debes usar la fórmula general, no hay manera para poder factorizar eso.- mencionó una voz detrás de ella.
Antes de poder darse la vuelta, la chica sintió cómo el joven detrás de ella tomaba su lápiz y comenzaba a escribir a un lado de la operación que ella tenía.
-Mira, por si no te recuerdas, aquí está la forma de esa fórmula.- luego de terminar de decir eso, el chico dejó el lápiz de vuelta en el escritorio de la chica y se apartó.
-Gra-gracias...- susurró la chica.
Al voltear a ver al chico notó que él le estaba dando una leve sonrisa, esto provocó que ella se avergonzara ligeramente, el chico a sus ojos era realmente atractivo.
-¿Por qué te acercaste a ayudarme Uesugi-kun?- mencionó ella.
El joven, ahora revelado como Fuutarou, simplemente negó con la cabeza mientras seguía sonriendo.
-Es solo que... te vi sola y parecías frustrada, así que decidí ayudarte, es todo. ¿Por qué no vienes conmigo y mi compañero? Puedo decirle al maestro que nos deje trabajar de a 3, después de todo, por lo general suele hacerme caso.- mencionó mientras reía con orgullo.
-No... no, gracias por la oferta, pero estoy bien sola.- mencionó fríamente la chica.
-Vale, aunque hay algo que debo mencionar, disculpa si sueno tan descarado, pero es la verdad. Te miras más bella cuando sonríes.- mencionó el chico mientras se retiraba.
Detrás de él, quedó una chica bastante sonrojada e incapaz de poder decir una sola palabra.
La chica bajó el rostro esperando que nadie se hubiera dado cuenta de esa escena y afortunadamente, parecía que todos los estudiantes estaban en sus propios asuntos, ya sea charlando o resolviendo el ejercicio.
-Tonto...- fue lo que dijo mientras pedía que la tierra se la tragara.
El día pasó sin novedad para todos y como cualquier otro, el día de estudio también lo hizo. Para muchos eso era algo de alivio, pero no para Itsuki, porque el hecho de terminar significaba que debía volver a su casa a soportar burlas de sus hermanas.
La chica caminó como de costumbre a su hogar, a pesar de ser su primer día, ya había pasado por esa ruta unas veces, puesto que no quería perderse de camino a su casa. Pero a medio camino la chica notó que hubo una colisión de autos y la calle estaba completamente tapada ya que ahí estaban los bomberos y la policía.
A la chica le tocó rodear varias calles ya que el rango que habían acordonado era un poco extenso, al parecer ese choque había sido causado por una persecución y seguían buscando a los responsables.
Debido a esto, hubo un punto en el que la chica dió un giro que no debia hacer y tras caminar por un minuto aproximadamente, notó que no había nada cerca que ella conociera, lo que empezó a provocarle pánico.
La chica desesperada trató de llamar a sus hermanas, pero ninguna le contestó. La única que se dignó a contestarle por medio de mensaje fue Ichika.
-No estés molestando, estoy en una audición importante. Siempre eres de lo más inoportuna y molesta.- era lo que decía el mensaje.
-Je... creo que es algo que debí haber visto venir...- se dijo para si misma con un tono de decepción.
La chica continuó caminando hasta que a lo lejos pudo divisar a un grupo de estudiantes de su escuela, los reconoció debido al uniforme que llevaban. La chica decidió acercarse a ellos para pedir indicaciones, al ser de su edad no tendrían por qué negarse a ayudarla... ¿verdad?
Al acercarse más se dió cuenta de que el destino le estaba restregando en la cara que Fuutarou Uesugi era alguien que estaría presente en su vida, porque ya era otra vez en la cual cruzaba camino con él en el mismo día.
-Esto... disculpa, Uesugi-kun...- mencionó algo avergonzada debido a que al hablar, todas las miradas se posaron sobre ella.
-¡Oh! Itsuki Nakano, que coincidencia encontrarte por aquí. Dime, ¿puedo ayudarte con algo?- mencionó de forma animada.
-Necesito indicaciones... creo que me perdí.- dijo mientras bajaba la cabeza.
-Ah solo es eso, chicos, sigan sin mí, acompañaré a esta tonta a su casa.- dijo mientras reía.
Itsuki solo hizo un puchero al escuchar lo de "tonta", pero no quería hacer una escena, así que retomó su postura normal rápidamente.
El grupo de amigos de Fuutarou se despidió y luego se separó de ellos. Itsuki le dió la dirección y sin dudarlo, ambos comenzaron a caminar hacia el lugar donde la chica vivía.
-Y cuéntame, ¿qué tal tu primer día de clases? ¿Lograste hacer amigos?- mencionó mientras sonreía
-Fue... normal, como lo esperaba. Y no, no hice amigos porque no quiero tener amigos.- mencionó fríamente la chica.
-Oh ya veo... no te juzgaré entonces.- mencionó para luego callarse durante el resto del camino.
Ambos siguieron caminando hasta que llegaron al hogar de la pelirroja, el ambiente estaba demasiado tenso desde la pregunta del peliazul.
-Bueno, vaya que es un lugar bastante lujoso, debes tener mucho dinero para vivir aquí. Vaya, es increíble.- mencionó el peliazul mientras observaba el edificio.
-No es para tanto.- mencionó la pelirroja.
-Bueno, te veo mañana en clases Nakano-san.- dijo el chico mientras se despedía.
El peliazul se dió la vuelta y alzó la mano mientras la comenzó a mover de un lado a otro, esa imagen le trajo muchos recuerdos a la chica.
Flashback
-Dime, ¿qué se supone que vas a hacer ahora?- preguntó una niña pequeña.
-Supongo que... esforzarme para sacar adelante a mi familia.- mencionó otro chico con una sonrisa.
El chico era rubio, su estatura era ligeramente mayor a la de Itsuki en ese entonces. La pequeña sonrió y sin pensarlo 2 veces, se acercó al niño y le entregó una paleta.
-Toma... es mi dulce favorito, su sabor es de limón y me gustaría dártelo por tanta molestia que te he hecho.- mencionó la pequeña mientras estiraba la mano.
El chico sonrió y aceptó el caramelo, aunque luego vió a una mujer bastante parecida a Itsuki, la cual caminaba de un lado a otro bastante alterada.
-Creo que te buscan.- mencionó el chico mientras señalaba a la mujer.
-Oh, ¡es mamá! Gracias por acompañarme todo este tiempo.- dijo ella con una sonrisa.
El peliazul asintió y luego habló:
-Bueno, mi trabajo está hecho.- dijo mientras se daba la vuelta y comenzaba a alejarse, aunque Itsuki lo detuvo al hablar.
-¿Nos volveremos a ver?- preguntó ella mientras se formaba un brillo en sus ojos.
-Si el destino así lo quiere, así será.- mencionó.
El chico alzó la mano y luego comenzó a menearla de un lado a otro.
Fin de flashback
La chica recordó ese momento de manera muy clara, tan así que corrió hacia el peliazul y lo tomó de la manga de su camisa.
El chico se sorprendió y detuvo su caminar al sentir el jalón de la chica.
-Por favor... no me dejes, no te vayas.- mencionó mientras sus ojos se cristalizaban.
El peliazul no sabía qué decir o hacer, pero en ese momento algo hizo click en su mente, en ese preciso instante el chico recordó aquel viaje...
Flashback
El chico meneaba la mano de un lado hacia otro mientras se alejaba de la niña que había conocido, pero de pronto sintió cómo le jalaban la manga del suéter que llevaba puesto.
-¿Y qué pasa si el destino no quiere que nos volvamos a encontrar?- preguntó la niña mientras tenía el rostro agachado.
-Entonces me enfrentaré al destino y le diré que nos haga encontrarnos otra vez. Añade esto a la promesa que hicimos. Prometo que te voy a encontrar, prometo que nos volveremos a ver y seremos amigos cuando eso pase. ¿De acuerdo?- mencionó él con una sonrisa.
-Confío en tu palabra...-
Fin flashback
¿Itsuki era aquella niña? Si bien sus rasgos principales, como el color de su cabello y su apariencia en general, eran similares, era muy pronto para dar por sentado que era ella.
El chico al ver que la chica iba a llorar, decidió darle un fuerte abrazo. Por una razón, no podía dejar de asociar a la chica con la pequeña de Kioto, pero decidió que pensaría luego en eso.
-No te conozco, ni tú me conoces, pero puedo decirte esto. No te abandonaré tan fácilmente, después de todo, para eso están los amigos, ¿no?- preguntó mientras la miraba con una sonrisa.
-Pero... no somos amigos...- dijo ella entre sollozos.
-Bueno, entonces comencemos a ser amigos. ¿Quieres ser mi amiga?- preguntó.
-Yo... sí, quiero ser tu amiga...- dijo mientras trataba de tranquilizarse.
El peliazul sonrió y la acercó a su pecho.
-Bueno, ahora que somos amigos, supongo que no te puedo dejar. ¿Te gustaría ir a comer un helado o algo así?- preguntó el chico.
En el instante en el que preguntó eso, los ojos de la chica se iluminaron grandemente, tanto así, que hasta estrellitas le salían de los ojos.
-¡Sí! Me gustaría mucho.- respondió con una sonrisa.
Tras eso, ambos chicos se dirigieron a un parque cercano y de esa forma, disfrutaron del resto de su tarde juntos.
Lastimosamente, la tarde terminó y ambos tenían que volver a sus respectivos hogares. Los chicos regresaron a la entrada del hogar de Itsuki y se despidieron.
-Bueno... Nakano-san, te veo en la escuela mañana. Ve con cuidado.- mencionó mientras se daba la vuelta.
-Oye... Uesugi-kun... gracias por todo... pero por favor, llámame Itsuki... sin honoríficos, prefiero que no me llamen por mi apellido.-dijo con un semblante serio.
-Si eso deseas, así lo haré.- mencionó mientras hacía una reverencia cómica
-Tonto.- dijo mientras reía ante el acto del chico.
-En ese caso, puedes llamarme por mi nombre o de la forma en la que te sea cómoda.- mencionó mientras se daba la vuelta y se marchaba.
-Eso haré... Fuutarou-kun.- dijo, aunque él ya no la había escuchado.
La chica posó sus manos en su pecho y luego entró a su hogar con una sonrisa que adornaba su rostro.
Dicha sonrisa desapareció al entrar a su apartamento y ver a Ichika frente a ella, la mirada de la chica era acusadora e Itsuki lo sabía, eso no iba a terminar bien.
-Vaya, hasta que al fin te dignas a aparecer.- mencionó con un semblante serio. -¡Chicas, la idiota ya llegó!-
-Ah, estuve feliz un momento, pensé que ya no ibas a volver. Supongo que los sueños no se cumplen...- mencionó la segunda hermana, Nino.
-¿De casualidad no estabas buscando tu cerebro o algo? Porque te tardaste demasiado.- mencionó la tercera, Miku.
Por último Yotsuba se acercó a la chica y puso su mano en el hombro de Itsuki mientras mostraba una sonrisa.
-¿Podría ser que...?- pensó la pelirroja.
-Estorbas, quítate ya.- dijo mientras su sonrisa se volvía más macabra.
La pelirroja simplemente agachó más la cabeza mientras trataba de no llorar, sin embargo le fue imposible ya que una lágrima traicionera descendió por su mejilla.
-Oh, la bebé va a llorar.- dijo Ichika mientras reía.
Itsuki solo atinó a empujarlas y a correr a encerrarse dejando atrás a sus hermanas riéndose de ella.
La chica entró a su habitación, azotó con fuerza la puerta y se tiró en su cama mientras trataba de reprimir su llanto. El tiempo pasó y la chica al escuchar que sus hermanas se habían encerrado para dormir, decidió bajar a traer algo de comida, el helado que había comido le había sustentado un poco, pero no le bastaba para poder dormir tranquila.
Encontró unas galletas y se las llevó a su cuarto. Una vez ahí, la chica comió, revisó un poco sus redes sociales, que realmente de sociales no tenían mucho ya que solo le aparecían cosas de páginas que seguía. Al no tener amigos, su página de contacto tampoco tenía a nadie agregado.
Mientras navegaba por la red, pudo observar en "personas que quizás conozcas" al mismo chico que la había salvado de su tormento por un corto tiempo.
En la foto él estaba abrazando a una chica pelinegra, él se miraba sonriente mientras que la chica hacía una cara tonta. La descripción de la foto decía: "la chica que me ha acompañado en las buenas y en las malas, mi mejor amiga."
La pelirroja sonrió y decidió mandarle una "solicitud de amistad" la cual fue aceptada sorprendentemente al instante.
Luego de eso, recibió un mensaje de parte del chico.
-¡Buenas noches! Veo que me encontraste aquí, ¿qué tal todo?- era lo que decía el mensaje.
La chica sonrió, por alguna razón a pesar de haberlo conocido hace unas horas, no podía evitar sentir felicidad al hablar con él.
-Al volverte mi primer amigo quitaste una gran carga que no sabía que llevaba encima... realmente te lo agradezco de corazón...-
La chica sonrió y unas enormes dudas invadieron su mente. ¿Quién era en realidad este misterioso chico? ¿Por qué se llevaba bien con él aunque se conocieran de hace poco tiempo?
Por más que pensara, no conseguiría ninguna respuesta en ese momento.
Pero de algo estaba segura, hablar con él le había hecho olvidar todo el asunto de su familia, liberandola de unas cadenas de dolor y tristeza por un corto período de tiempo.
Ambos chicos pensaron lo mismo, aunque con diferentes intenciones. El chico aún le daba vueltas a lo del viaje a Kioto y la chica simplemente se sentía segura y tranquila al charlar con él, aunque fuera por medio de un celular.
Lo que ambos pensaron fue:
Haberte conocido... ¿fue el destino o una simple casualidad?
Bueno, si no habías leído el prólogo asumo que estás leyendo esto.
¿Qué es lo que esperas? Ve a leer el siguiente capítulo, ahí empieza lo bueno :)
Sin más que decir, los veo en el próximo capítulo.
Fin de la transmisión.
-Writer_Bryan
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