Capítulo XXV
"Diagnóstico final"
Comenzaba a cansarme de estar leyendo y ordenando los papeles que tenía frente a mí. Ya no daba más, quería llegar a la casa para dormir un par de horas antes de firmar los últimos papeles e ir organizando los vuelos para llegar a Estados Unidos. Pero seguí leyendo los papeles, era mejor así y me ahorraba de hacerlo al otro día.
El sonido de mi celular me saca de mi trance y concentración en lo que hacía. Era Chloe, ya casi ni llamaba a mis amigos, así que no dudé en contestar.
—¡Vaya!, realmente pensé que no me contestarías—dice luego de dar los primeros saludos.
—Si, lo siento. He estado con mucho trabajo las últimas semanas—me excuso.
—¿Cómo estás? No te olvides que de igual forma tienes que descansar, independientemente si hay trabajo o no. No serás eficiente si no lo haces.
—Lo sé, linda. Pero cuéntame, ¿a qué debo el honor de tu llamada?—entre nosotras no hay tantas llamadas, es más recurrente recibir una de John a una de Chloe.
—No te enojes con Brenan, ¿si?
—Si me has llamado para defenderlo de lo que sea que haya hecho...
—Nada más supe de las buenas nuevas—uh, ya me había asustado—. Pues se ha expandido rápidamente el rumor de qué te vendrás a vivir a Exoton.
Claro que se iba a saber antes de que completara todos los trámites aquí. Se lo había comentado a John anteriormente, de hecho, fue el primero en saberlo y sé que no guarda secretos con Chloe, lo raro sería que sí lo hiciera. Por lo mismo es que no estoy enojada o molesta por aquello, en lo absoluto, me encanta que puedan tener esa comunicación que los lleva uniendo por casi diez años.
También sé que a Brenan en algún momento se le iba a escapar los planes que tenemos, nunca fue de esos chicos que pueden tener una sorpresa retenida por mucho tiempo, no me molesta en lo absoluto saber que está tan emocionado cómo para durar solamente un par de semanas con el secreto de los planes entre nosotros.
Igualmente falta contarles a la mayoría de las personas que se resumen en nuestras familias. Tengo miedo de como se lo vaya a tomar Arthur, no me gustaría que se enojara con su hermano, al igual que su madre, en fin.
—Si, por fin sentamos cabeza en ello—respondo.
—¡Ey!—escucho como llama a alguien a través de la linea—. Ven, es tu tía Mel, sí... es Liam, te va a hablar—anuncia—... ¿Tía?
—Mi príncipe, ¿cómo está el niño más hermoso de la tierra?—pregunto con mi tono de voz meloso.
—Bien, ¿puedes creer que he aprobado la mayoría de mis materias con sobresaliente?—me encanta la emoción que desborda al decir aquello.
—Claro que lo creo, eres más inteligente que tu padre, debo decir.
Escucho como se ríe a través de la línea.
A pesar de que quiero seguir hablando no puedo por la insoportable arcada que me llega.
Joder.
Corro hacía el baño del piso en el que me encuentro y tiro mi celular al suelo en el momento que llego, al mismo tiempo que subo la tapa del inodoro y expulso todo lo que mi cuerpo me exige.
Mis ojos comienzan a lagrimear, mi garganta arde y escucho a lo lejos la voz de alguien preguntando que pasa. Siento el sudor en mi frente y nuca, los parpados pesados, aún así las arcadas son interminables.
Realmente no sé cuanto tiempo pasa para que esté segura de que puedo despegar mis rodillas del suelo y recomponer mi estado a algo mejor, porque la llamada se ha cortado y la pantalla de mi celular está quebrada. No me molesta aquello, me frustra que otra arcada me devuelva al suelo, pero esta vez no cae nada. Las anteriores se han llevado todo lo que he consumido en el día, lo que me hace querer llorar porque me había comido unos ricos chocolates que me regaló Pol esta mañana.
Cuando vuelvo a ponerme de pie y caminar al lavabo es donde recibo la llamada de Brenan, es sonido es insistente, hace que mi cerebro quiera salir volando de mi cabeza, por eso respondo casi enseguida.
—¿Estás bien?, ¿Por qué Chloe dice que te escuchó vomitar a través del telefono?
Eso es lo primero que escucho cuando la llamada es contestada, mi pregunta es: "¿por qué Chloe lo preocupa?", joder que es solo un par de arcadas y un poco de vomito, nada más.
—Estoy bien, amor. No te preocupes, de verdad—trato de calmarlo.
—¿Qué no me preocupe? Chloe me ha llamado desesperada diciendo que estabas hablando por telefono con Liam y de repente has ido a vomitar—dice con reproche—. Así que no me digas que no me preocupe por ti cuando claramente estoy a nada de comprar el primer vuelo a Italia.
Me río, realmente lo hago. Es tan dramático e intenso en el aspecto de la salud.
—Brenan, de verdad estoy bien. Puede que se trate de alguna intoxicación, hace un par de días me está pasando y creo que se empeoró al comer unos chocolates esta mañana, pero no te preocupes, iré al doctor uno de estos días—respondo con simpleza.
—Cariño... ¿estás escuchando lo que me estás diciendo?—pregunta en un tono suave que me hace sospechar.
—Obviamente, lo dije.
—Yo creo que puedes... y c-con eso... ya sabes...
La señal estaba fallando, no le entendía nada y de pronto se cortó la llamada. Le mandé un mensaje y solo continué en mi labor de tratar de recomponer mi aspecto luego de todo lo que pasó hace unos minutos.
***
Realmente tenía que asistir al medico.
Ese fue mi pensamiento hace algunas horas cuando los mareos que había tenido días antes se intensificaron de un momento a otro notablemente, por eso mismo es que me encontraba en la consulta de la clínica. Ya me habían hecho algunos exámenes, solo estaba a la espera de los resultados de estos. Le envíe esa información a Brenan por mensajes que, luego de explicarme por mensajes que la señal se había caído donde fuera que estuviese, me preguntó como me encontraba.
Llevaba un buen rato en la consulta, sé que los exámenes suelen demorarse mucho, pero me preocupa de alguna manera que eso signifique algo muy malo y que no tengan el valor de decirlo.
Trato de no pensar en aquello y le envío un mensaje a Amy para que no se preocupe de que no haya llegado todavía a la casa, independiente de si soy mayor o no, prefiero avisarle por si llega a pasar alguna emergencia o algo así.
Es lindo como he estado pensando en las semanas que Brenan no ha estado conmigo, en todo lo que hablamos; de nuestra casa, de la vida que llevaremos en el pueblo. Estoy emocionada, eufórica. Quiero llegar a decirle a mis padres que su niña va a volver con ellos, porque los he extrañado. Estoy grande y todo, pero ellos siempre han estado ahí, creo que por eso no somos de esos familiares que se alivian cuando alguien se va de la casa, no. Somos esa familia típica en las películas clichés de Holliwood.
Me entristeció que hayan tenido problemas anteriormente, que papá se haya alejado de mamá y que ella hubiese llegado a pensar que tal vez fue su culpa. Me dolió escuchar la preocupación de mamá a través del telefono preguntando por papá.
Sin embargo, en una relación de años y años de amor, es imposible que todo vaya igual de rosa como al principio; se terminan las primeras veces, se termina la emoción de hacer cosas nuevas. Pero tienen que saber que si están dispuestos a luchar, a salir adelante, nada puede detener el amor único que va a existir entre esa pareja.
Ni siquiera el tiempo. Creo que eso no fue lo que entendí a mis dieciocho años.
Mamá y papá no han tenido un matrimonio perfecto, jamás me han ocultado que están peleados por "mi bien" ni nada de eso. En cambio, siempre fueron de frente y tal vez esa es la clave para que aquella llama no se apague. Tratar de no evadir los problemas. Tratar de no evadir la comunicación.
Cuando se escuchan unos nudillos ser golpeados en la puerta y seguido del doctor entrando a la consulta, me preocupo. Mucho más cuando veo su cara. Era un poema puro.
—Señorita Murphy, espero que no le haya molestado la espera—dice acercándose con unos papeles en la mano—. Podrá ver que ya tengo sus exámenes y quería hablar de los resultados con usted, si quiere llamar a alguien más cómo apoyo, necesito que lo haga ahora.
Vale, eso obviamente me asustó, pero no llamaría a nadie para preocuparle sobre mi estado de salud.
—No hay nadie para llamar, me puede decir lo que sea a mí, por favor—pido.
Él asiente antes de comenzar a hojear los papeles y asegurarse de lo que vaya a decir.
—En sus exámenes hemos visto varios resultados un poco alterados para la edad y estado físico en el que se encuentra, sin embargo todo tiene una explicación, al igual que los vómitos, mareos, etcétera—continúa diciendo—. Con los resultados hemos aclarado varias dudas con respecto a eso y espero que me escuche hasta el final—asiento—. Usted fue diagnosticada con anemia ferropriva, que en resumen es: Insuficiencia de glóbulos rojos por falta de hierro en el cuerpo.
—¿Es grave?—le interrumpo.
—No tiene porqué serlo si usted sigue mis consejos de tratamientos sobre aquello y tal—vuelvo a asentir—. Obviamente le recetaremos hierro y...
Sigo escuchando todo lo que tenía que decirme hasta el final. Me prescribió algunas vitaminas, medicamentos que iba a necesitar para una buena ejecución del tratamiento. También me citó para el mes siguiente a una revisión, igualmente si me llegaba a sentirme mal tenía que ir a urgencias de inmediato.
Al llegar a casa no le dije exactamente lo que tenía a Amy, no la quería preocupar por algo que se podía tratar y con disciplina se podría curar.
Leí un poco algunos papeles que traía conmigo para luego descansar.
Tengo la sensación de que cada vez que doy un paso favorable para mí en mi vida, retrocedo dos, pero igualmente seguiré intentando llegar a la meta. Llegar a mi felicidad de alguna manera.
Hola. Hello. Ciao.
Sé que estuve desaparecida, pero bueno, ¿qué le vamos a hacer?
Ayer fui al concierto de Morat, lo que me emocionó un montón, en la semana hice la prueba departamental que equivale a 10 notas y también hice la prueba de matemáticas.
Así que de alguna manera conocer a mis ídolos fue un respiro. Y vaya que respiro.
Con respecto al capítulo de hoy, NO quise poner como se trataba aquella enfermedad, por la sencilla razón de que primeramente necesita diasnosticación medica y porque el tratamiento no se puede tomar a la ligera.
Espero que les haya gustado y no se olviden de que estamos por terminar esta historia.
Por aquí los comentarios —》
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