Capítulo XVIII
"Seguro de salud"
Corro por el pasillo del hospital rápidamente y preocupada.
Hace unos momentos me han llamado porque Amy ha tenido una intoxicación por sobredosis de alguna pastilla de no sé qué. Pensé que luego de irse con sus padres y de lo último que pasó entre nosotras no me tendría como contacto de emergencia, pero me equivoqué.
Mi rostro está empapado por las lágrimas, la desesperación e incertidumbre de pensar en cada escenario trágico que pasa por mi cabeza. Unos pasos atrás vine Pol persiguiendome, ya que no lo he dejado ni estacionar bien cuando me bajé del auto.
Corro más rápido cuando veo a una enfermera empujando una silla de ruedas con Amy en ella.
—¡Amy!
Ella voltea y sus ojos se ponen llorosos mientras me observa ir hacía dónde se encuentra.
—¿Estás bien?—mi pregunta sale de una manera dolorosa de mi garganta cuando la alcanzo.
Es obvio que no está bien, si lo estuviera no estaríamos en esta posición.
—Yo... lo siento, de verdad—dice bajando la mirada—. No sé que estaba... yo... pensé qué...
—Es recomendable no forzar la voz por ahora, linda. Recién te han sacado el tuvo de oxigeno de tu garganta—explica la enfermera al ver como Amy se esforzaba por hablar, aún con tos—. Si quiere, puede acompañarla a su habitación, es la primera persona que vemos que venga a visitarla en tres días.
Sí... tres días.
Luego de aclarar las cosas con Brenan y pensar en nuestro futuro juntos había pasado más de una semana. Tan solo hace tres días que sucedió esto con Amy y no tenían su historial para poder comunicarse con nadie de emergencia. No hasta que despertó.
Esta mañana cuando me llamaron estaba con Pol en mi casa, hablando y aclarando las cosas como buenos amigos que somos. Porque sí, nos divertimos, pero aquello no significaba que dejaríamos de ser amigos. Mi primera clausula para eso fue no mezclar sentimientos, porque en fin de cuentas, siempre he estado enamorada de Brenan, independiente si hablaba con él o no.
—¿Cómo es qué corres tan de prisa cuando nisiquiera me has dejado estacionar el auto, mia cara?—pregunta Pol llegando a mi lado.
—¡Pol!
Amy grita entusiasmada de verlo otra vez. En total, ellos no se han peleado cómo yo con ella ese día...
Me perdí un momento en la conversación, ya que no sé que tema están hablando ahora:
—... puede ser, mi niña, pero no necesariamente tiene que ser en estos momentos. ¿Tus padres saben qué estás aquí?—preguntó la voz del chico.
—No... bueno, sí. Sin embargo, les ha salido algún otro inconveniente para no venir o qué se yo—se encoge de hombros—. Ya da igual. Ahora realmente me han dejado de lado en su vida. Siquiera les importa si estoy con buena salud o algo... con la última discusión que tuvimos... puede qué...
Aunque ahora hablaba sin toser, la voz se le notaba ronca. Como si aún se esforzaba al hacerlo.
—¿Cuándo te dan de alta?—pregunto de la nada.
Amy mira hacía la enfermera que, aunque estaba escuchando la conversación, fingió estar pendiente de otra cosa.
—Eso lo determinará el doctor en el chequeo en media hora—dijo cuando levantó la cabeza hacía nosotros—. Ahora, caminemos a la habitación. Pueden hablar y estar con ella ahí, pero tengo que tenerla en revisión.
Asentimos y caminamos a donde estaba Amy.
—¿En que habitaciones estás?—preguntó Pol—. Porque me han dicho que no siempre ponen a las personas en las habitaciones personales, si les corresponde. Sin ofender...
Lo último lo dijo mirando a la enfermera.
—No te preocupes, ella está compartiendo habitación con otra chica. Eso es lo que puede pagar su seguro y debo comentarles algo que ha pasado esta mañana—respondió ésta.
Luego de ir a la habitación, la enfermera nos llamó con Pol para hablarnos. El tema en cuestión me tenía intrigada, no quería imaginar si Amy tenía alguna enfermedad o algo por el estilo.
Nos llevó a algún despacho en un piso más arriba del que estaba internada Amy y al entrar había un señor con el pelo un poco canoso y el aspecto cansado, esperándonos.
—Hola, ustedes deben ser familiares de Amy—comentó el señor—. No quiero asustarlos, por lo mismo les pido que se sienten y poder conversar del tema.
Eso mismo hicimos. Nos sentamos en las sillas que estaban frente al escritorio, el doctor se sentó en la silla que sobraba frente a nosotros. La enfermera que nos acompañaba, salió del lugar sin decir ni una palabra.
>>Esto es corto. Cómo saben, son las primeras personas con las que nos podemos comunicar y tengan lazo familiar o cercano con la paciente—busca unos papeles en el cajón del escritorio—. La cosa es que esta mañana ha habido un problema con el seguro de la paciente. Nos han llamado unas personas diciendo que eran quienes financiaron dicho seguro y lo han cancelado.
Mi mirada se dirige a Pol y los dos estamos con el ceño fruncido. Raro.
Los últimos seguros los había pagado yo, solo que en su cuenta. Me parecía muy raro, pero sabía quienes eran esas personas. Lo sabía. Sus padres. Me daba tanta rabia eso, pensar que las personas que te dieron la vida no tomen en cuenta si vas a recibir buena salud o no.
Sé que mis padres jamás harían eso.
—¿Le preguntó sus datos para cancelarlo enseguida?—preguntó Pol.
El doctor asintió.
—Nos dieron numeros de cuentas, fechas de pagos, datos de la paciente, etc... No soy de los doctores que porque un paciente no tenga seguro lo echará a la calle. Pero para mejorar su atención, es importante tenerlo, si no les molesta...
—Acabo de financiar un seguro de salud al nombre de la paciente, no hay problema en ello—comentó Pol, luego de estar como garrapata en su celular—. Espero que este malentendido no atrase el proceso de Amy, ¿Ya podemos irnos?
El doctor nos despacha de su oficina dejándonos libres.
***
—¿Qué ha pasado, Amy?—pregunto una vez estamos solas.
Ella mira hacía otro lado con los ojos cristalizados.
—Estoy... cansada de vivir, Mel.
Me duele.
El corazón se me paraliza por un momento al escuchar aquello. ¿Cómo es qué esta chica llena de vida quiere renunciar a ella?
—Pero deber haber una razón aparente, déjame entenderte, porfavor—pido, casi suplicando.
—No hay ninguna razón en especifico—dijo luego de un rato—, han pasado muchas cosas en la que no quiero pensar, de verdad. Mamá y papá me fueron a buscar a tu casa solo para tratarme mal. A cada nada me reprochaban el haberlos abandonado, quiero gritarles que era su actitud, pero me frustra no tener el valor de hacerlo y en cambio me desquité contigo cuando me fuiste a ver, porque te extrañaba. Y pasaron muchos días, semanas, para que me fueses a ver. Extrañaba a mi amiga, Mel, no sabía que era de ella y pensé que me abandonó como lo hizo cada persona que ha aparecido en mi vida. Yo, no sé como explicarlo...
—Escuchame bien, porque espero que sea la última vez que te lo tenga que decir: Vales mucho, eres mucho y mereces mucho. Mi vida, nadie te puede hacer creer lo contrario, debe ser horrible que tus padres no quieran a una chica tan excepcional como tú, pero nadie más que ellos se lo pierden—recalqué cada palabra—. Independiente de si hemos discutido o no, tienes que saber que siempre estaré para escucharte y protegerte. Eres como mi hermanita pequeña, si quieres puedes regresar a la casa, no hay ni un solo problema con eso, cariño. Lo importante aquí es que tú, solo tú, te sientas segura.
Ella me sonríe cuando una lágrima baja por su mejilla.
>>Y tengo tanto que contarte. Faltarían momentos para cada detalle, pero es algo así: Pol se me confesó y estoy en una relación con Brenan—la dejo muda.
Solo me observa perpleja.
—¡Vaya, sí que has tenido acción estos días!—comentó—. Cuéntame todo, por favor.
Asiento efusivamente.
—Sí, pero antes sácame de la duda si es que te vas a vivir conmigo o no—espero paciente su respuesta.
—¡Obvio que sí! Ahora cuenta.
Se ríe.
Me siento tan bien, porque de algún modo la hice olvidarse de lo que había pasado por unos momentos. Gritó, chilló y comentó cada cosa que le detallaba.
Así estuvimos hasta que llegó Pol con comida liviana para el estomago de Amy, ella lo abrazó sin razón aparente, pero sabía porqué lo hacía.
Es obvio que Amy necesita ayuda psicológica y estoy más que dispuesta a ayudarle a encontrarla. Me encanta su aura y no me gustaría que por personas como sus padres se le acabara. Haría todo lo posible por mantenerla como una princesa, porque es mucho más que mi amiga, es mi hermanita y por eso mismo es que me siento con el deber de cuidarla cómo antes nadie lo ha hecho.
Capítulo corto, pero me ha encantado. Espero que a ustedes igual.
Comenten y voten si gustan.
Gracias por leer.
Besos, les quiero.
Pd: La canción describe un poquito de lo que realmente siente Amy. Creo que todos hemos pasado por algún momento así y por eso recalqué las palabras de Mel. Somos valiosos por lo menos para alguien. ¡No se dejen vencer!
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