Capítulo XII
Estaba caminando con Alex por todas partes, era un lugar muy pequeño, caminar era lo único que se podía hacer, pero no era para nada incomodo, no con Alex, no con alguien con quien podías hablar sin acabar los temas, no con alguien con quien se sentía tan bien estar ¿Acaso estaba enloqueciendo? Era lo más probable, pero no me importaba perder la cabeza por alguien como él.
El tiempo había pasado muy rápido, siempre era lo mismo cuando estaba junto a él, dicen que el tiempo suele ser muy corto cuando te estas divirtiendo, ahora me doy cuenta que si es verdad, porque cuando estás feliz, no importa el tiempo, ni las personas, ni nada, todo desaparece y lo único importante es la sensación inefable que empiezas a sentir. Alex y yo teníamos una conexión inexplicable, podíamos hacer algo sin planearlo, éramos tan iguales que si yo pensaba una cosa, él ya la estaba siendo, esa era la mejor parte, el haber encontrado una persona igual sólo me hacia pensar una cosa, había encontrado a la persona correcta, a mi alma gemela.
—Parecemos novios. —mencionó de la nada.
—Sí. —afirmé— solo nos falta algo.
—Cierto. Bien es ahora o nunca. —lo escuché susurrar mientras se paraba frente a mí— a partir de hoy ya somos novios oficiales. —después solo me besó y se fue.
Yo seguí mi rumbo hacia mi casa, con una sonrisa de oreja a oreja y mis ojos brillantes, estaba que explotaba de felicidad en ese precioso momento, era como estar en el paraíso sin haber muerto, podía jurar que se me notaba la felicidad a 20 cuadras de aquí, quizás estaba siendo muy exagerada, pero así era yo: exagerada, celosa, infantil y cansona, pero lo mejor de todo era que él me quería así tal cual como era, loca.
—¿Por qué tan feliz? —preguntó mi madre con curiosidad.
—Alex y yo ya somos novios. —informé. Decirlo era tan lindo cómo sentirlo.
Era la persona mas feliz del mundo, nunca negaría que la mejor sensación se siente cuando te quieren, empiezas a soñar despierto, con los ojos abiertos. Estaba totalmente segura, sentirse correspondido era algo mil veces más valioso que el dinero y demasiado difícil para encontrar.
(...)
Ya no teníamos razón para escondernos, aunque no habíamos sido nada discretos cuando salíamos en nuestras citas. Estaba casi segura que Jade no iba a tomar esto para nada bien, pero era lo mínimo que me importaba, lo que sea que hayan pasado juntos para odiarse de esa manera, a mí no me incumbía.
Alex llegó al salón, tarde como siempre, no importaba si éramos novios, yo seguía mirándolo como la primera vez, como una loca psicópata que había encontrado su mayor tesoro, pero bueno ¿Quién no ha hecho locuras por amor? Es parte de la vida. El descanso llegó y él se acercó a mí y me abrazo, podía ver como los demás nos veían incluyendo a Jade que sabia que me iba a matar, pero joder, la sensación de paz no la cambiaría ni por la presidencia del mundo. El descanso pasó rápidamente, nada novedoso para contar, así que en un parpadeo volvimos a clases, donde sabía que Jade me iba a interrogar.
—¿Alex y tú son novios? —preguntó con enojo. Yo solo asentí con la cabeza—. Si supieras como es él, te aseguro que no serían novios.
—No soy nadie para criticar lo que él haya hecho antes de conocerme, todos tenemos un pasado del cual aprender. —dije recordando algunas cosas que hice antes, definitivamente habían muchas cosas malas ahí.
—Tú veras, luego no vengas llorando. —amenazó para luego prestarle atención al profesor.
Eso es algo que no iba a pasar, no iba a llorar así las cosas terminaran mal, además Alex no me lastimaría ¿O sí? Tal vez sí, pero no quería pensarlo, con tan solo imaginar ese momento, me sentía mal, estaba mal, Alex me tenía mal.
Las semanas pasaban normalmente, estaba pasando los mejores días de mi vida, Alex siempre me llevaba a mi casa después de salir del colegio, se quedaba conmigo una o dos horas, solo hablando de tonterías o cosas que pasaban en nuestras vidas o simplemente conociéndonos más, no sabía de dónde sacabamos tanto tema para hablar, todo fluía ¿Acaso había sido el destino el que había unido a dos seres tan iguales o una simple casualidad con final alguno? Eso solo lo dirá el tiempo.
Todo iba bien, bastante bien, pero la felicidad no dura mucho tiempo. Mi primer ataque de celos llegó, me consideraba una persona muy celosa, pero no era por desconfianza, era solo que sabía lo mucho que valía Alex y sabía que cualquiera que lo viera sonreír se enamoraría sin pensarlo dos veces, es por eso que ver los comentarios de las redes sociales hizo que una película se formara en mi cabeza.
Ay que lindos se ven comentándose cosas. 😒😒 ✓✓
Sabía que mi ibas a poner problema por eso, sólo es una amiga. ✓✓
Que buena amiga, por qué no se cuadran, harían muy linda pareja. ✓✓
Somos amigos desde hace mucho, nada mas. ✓✓
Oh genial, me alegra que sean tan amigos. ✓✓
Si quieres la bloqueo. ✓✓
No, no soy nadie para perdirle eso.
Decidí no responder más los mensajes e irme hacer tareas, no controlaba muy bien mi celos, ni tampoco mis palabras cuando estaba enojada, podría decir cualquier estupidez de la cual luego me arrepentiría, lo sé, me ha pasado.
Amor no te enojes √√
Perdón √√
Seguía concentrada en mi tarea, tratando de evitar los mensajes de Alex, mi ternurita, ese era el apodo que yo le había puesto, ¿por que? Pues... Era un ternurita andante, el ser más tierno, demostrativo, detallista y cursi que podía existir.
No me acuerdo por qué se lo puse. 😐
Los mensajes seguían llegando, no sabía cuantos "perdón" podía pedir, pero él era muy insistente, demasiado intenso y yo... Muy débil.
Perdón por ser tan celosa √√
No importa, me gusta que seas celosa, me demuestra que si me quieres √√
Te quiero mucho, por eso me da miedo perderte √√
Era la verdad tenia miedo de perderlo, porque lo quería, y no necesitaba que estuviera apunto de perderlo para darme cuenta de eso, no, yo sabia lo valioso que era, yo sabia lo grande que es y lo grande que iba hacer, si alguien no se daba cuenta de eso, era un idiota.
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