Era viernes por la tarde, el día que tanto estaba esperando. Me encontraba con el chico que tanto me gustaba ¿Qué más podría pedirle a la vida? Caminabamos por el pequeño pueblo mientras hablábamos de diferentes cosas, al ser tan iguales, era fácil tomar algún tema y volverla una conversación, era sencillamente fascinante, me sentía como si hubiera llegado al lugar correcto y deseaba firmemente que fuera así.

—¿Quieres un helado? —pregunto de la nada, yo asentí algo nerviosa y el sonrió.

Fuimos a comprar un helado para cada uno, después nos sentamos en una de las bancas del pequeño parque de aquel pueblo, donde el viento era algo fuerte y bastante molesto, ya era algo tarde por lo que era algo normal, pero sencillamente era incómodo.

—Mi cabello no colabora, —dije mientras quitaba algunos cabellos del helado, el rió por la situación, pero yo hice lo mismo al verlo — tienes helado en la camisa.

—¡Ay! No lo puedo creer, como puedo perder mi dignidad tan fácil y al frente de una mujer —musitó mientras limpiaba un poco su camisa mientras yo reía.

—Eso es gracioso. —tomé algo de helado y lo puse en su cara.

—Eso es ser muy infantil. —tomó un poco de helado también e hizo lo mismo que yo.

Jugamos un largo rato hasta quedar con la cara toda pegajosa y sucia, las personas que pasaban por allí nos miraban mientras jugábamos como niños pequeños, pero no importaba, era mas valioso la felicidad del momento que la gente y para ser sincera, eso era lo que más me gustaba de Alex, su manera infantil de hacerme reír, la sensación de saber que con el podía ser yo, sin miedo a ser criticada.

Cuando terminamos de comer nuestros helados, Alex tuvo una idea, ir a jugar videojuegos, quizás para algunas mujeres era aburrido hacer cosas de hombres, pero para mí no, era algo muy divertido y fuera de lo común así que sin más acepté, después de todo, era hacer algo divertido con la persona que me gustaba ¿No era eso un maravilloso momento para recordar? Porque claramente era algo que jamás olvidaría.

Entramos al lugar y nos pusimos a jugar rápidamente.

—Ya deja de ganarme —reproché haciendo un puchero.

—Que tiernos pucheros —confesó. Hacía mucho que no hacia pucheros frente a alguien que no fuera mi familia —. No es mi culpa que yo sea mejor que tú.

—Claro, chico fresa —dije con mi mirada en el juego.

—No soy fresa —susurró para luego mirarme y besarme. 

En ese momento me sentí en la luna, aunque sabía que estaba cometiendo un gran error, me estaba acostumbrando a él, a sus besos, a sus caricias, a sus abrazos, a todo. No podía evitarlo, era muy adictivo estar con él, cualquiera que estuviera así, se daría cuenta de lo valioso que es, la maravillosa persona que es, estaba locamente hipnotizada por él y eso cada vez me daba más temor ¿Y si me lastimaba? No podría soportarlo.

(...)

Ya era algo de noche, salimos de los videojuegos después de que siempre perdía, en casi todos los juegos, Alex era el ganador. Hacía algo de frío pero no importaba, caminábamos nuevamente por las calles de aquel pueblo y sin darme cuenta mi cuerpo empezó a moverse por inercia ¿Cómo lo supe? Pues lo supe cuando tome su mano sin darme cuenta, ahora estábamos tomados de la mano, parecíamos novios sin serlo, aunque soñaba con que lo fuéramos. 

Caminamos hasta llegar a un pequeño parque donde se podía apreciar los demás pueblos y ciudades, la vista era hermosa, me gustaba estar ahí con él.

—Parece escarcha. —dije de la nada refiriéndome a los pequeños lugares que se podían apreciar desde allí.

—Sí, es una vista muy linda.

Me acerqué a él y lo abracé, era la primera vez que lo hacía, era una gran sensación en mi interior, un vacío de emociones que recorrían todo mi cuerpo, no entendía el por qué, pero me gustaba ¡Me encantaba sentirme así! Ojalá siempre estuviéramos así. Después de un momento, nuevamente nos besamos mientras yo abrazaba su cuello y el mi torso, era maravilloso.

—Ya es un poco tarde, tengo que volver —informé viendo la hora en mi celular.

—Tienes razón, yo igual me tengo que ir. —dijo soltandome de su abrazo.

Empezamos a caminar de nuevo para volver a casa, después de un gran día de juegos, risas, momentos vergonzosos y encantadores, es lindo cuando tienes conexión con alguien, cuando puedes serlo todo con la misma persona.

—Hace mucho frío. —murmuró de la nada. Rápidamente me acerqué a él y lo abracé, eso pareció sorprenderle, yo solo quería que él estuviera bien.

❤️💔❤️