El día en el que le iba a decir a Daniel que supuestamente me gustaba había llegado, realmente no quería, no quería confesar algo que no sentía, sabía que luego me iba a arrepentir. Pensé nuevamente lo que iba a hacer, pero no había salida, tenía que hacerlo si es que quería seguir conservando a una amiga o al menos eso era lo que yo quería creer.

—¿Preparada? —preguntó animada. Miré a Jade y asentí o traté de hacerlo, estaba nerviosa—. Mira, ya viene para acá.

Estaba quieta en el mismo lugar, había sacado mi celular para distraerme mientras Daniel terminaba de llegar, no quería mostrarme nerviosa, pues claramente vería que es todo una farsa. Sin querer abrí la conversación de Álex, todo era como yo lo creía, tenía novia ¿Cómo pude creer que quizá no? Un chico lindo no tendría porqué estar solo. Maldición, la vida era muy injusta. Tal vez iba a hacer mal, probablemente luego me arrepentiría, pero estaba dispuesta a decir esa mentira, ya no tenía esperanzas con Álex, así que no habría por qué negarme a tener algo con Daniel, aunque fuera en contra de mi corazón.

—Hola —saludó con una gran sonrisa. Yo estaba tan metida en mis pensamientos, que no puse en qué momento llegó.

—H-hola —responsí incómoda conmigo misma, realmente no quería estar ahí.

El tiempo seguía pasando y el silencio pronto se volvió incómodo. Estábamos allí parados sin mencionar palabra alguna, Jade nos miraba totalmente decepcionada, Daniel no decía nada y yo no iba a hablar, si podía evitar esta estupidez, entonces permanecería callada siempre, pero sabía que Jade no se iba a quedar callada respecto al asunto.

—¡Ay por favor chicos! No se comporten como unos niños. —dijo enojada— ambos se gustan, así que ya saben que sigue. 

—Es verdad —sonrió— ¿Te gustaría ser mi novia Aleja?

—¡Cotizon! —exclamó una voz muy familiar. Era él, era el chico que realmente me gustaba.

—Es un gran estúpido. —susurró Jade— Álex es un inmaduro ¡Cosa que él no es capaz de hacer!

Sabía muy bien que no le interesaba en lo más mínimo, esa pequeña palabra me lo confirmó ¿Qué esperaba? Tenía novia y nunca había hablado con él personalmente, era una estúpida al creer que podría sentir algo por una completa desconocida como lo era yo. Como pude acepté la propuesta de Daniel, Jade se fue con una gran sonrisa dejándonos completamente solos. Daniel trató de besarme, pero de inmediato me retiré, no quería besarlo, ni hoy, ni nunca. A la final terminé yéndome para mi casa, ya estaba harta de estar ahí. Después de algunos minutos de haber llegado, el celular en mi bolsillo volvió a sonar.

—Hola Yuli. —saludé sin ánimo.

—Hola Aleja ¿Qué hay de nuevo por allá? —preguntó ignorando mi estado de ánimo.

—Pues.. —suspiré con frustración—. Y-ya tengo novio.

—¡¿Qué?!—gritó la morena, últimamente solía gritar mucho.

—Bueno, ya tengo que irme, adiós.

—Per... —colgué sin dejarla terminar.

No quería ser grosera con mi mejor amiga, pero realmente no tenía ánimo para hablar de esas cosas y suponía que ella lo entendería, pues no siempre estamos de humor para hablar o conversar, a veces hay que dejar pasar un tiempo para aclarar las cosas con alguien, así se evita decir cosas sin sentido.

(...)

Ya habían pasado más días y más días, nada interés que contar, una semana para ser exactos era lo que había transcurrido en mi pequeña cárcel llamada Daniel. Debo aclarar que se había portado muy bien conmigo y eso me hacía sentir un poco mal, solo estaba jugando con él y sus sentimientos, mientras yo moría lentamente por alguien más. Al final de la semana Daniel me había regalado un lindo collar, siempre me han gustado las personas detallistas ¿A qué mujer no? Y debo admitir que era un lindo detalle, aunque no me alegraba del todo.

Después de aquel suceso, decidí volver a escribirle a Álex, tal vez no lo podría tener como algo más, pero una amistad no estaría mal, así que saqué mi celular y envié el mensaje.

Chat

Hola Alex. ✓✓

Hola...

¿Cómo está? ¿Cómo va con su novia? ✓✓

Ya no tengo novia.

¿Enserio? ✓✓

Sí, problemas.

Ok, que mal. ✓✓

Fin del chat

Era el mejor día de mi vida, exagerada lo sé, pero nadie sabía la emoción que sentía al recibir esa noticia, pues creía que tendría una oportunidad, aunque ya estuviera comprometida con alguien a quien no quería. Después de pensarlo por mucho tiempo, decidí confesar mis sentimientos, nada perdía con intentarlo, sería peor si me quedara con aquella duda.

Era lunes, 29 de Julio, el día en el que le diría a Álex lo que sentía por él y lo mucho que me gustaba. Sabía que estaba haciendo mal, pero ya no podía más, debía decírselo y también debía ser cuidadosa, pues todo se podría malinterpretar.

—Hoy te ves muy alegre. —comentó Jade con una gran sonrisa— veo que te alegra que Daniel sea tu novio.

—Ojalá fuera eso. —susurré para que nadie escuchara.

Me encontraba sentada en la parte trasera del salón, Álex se encontraba al lado del tablero justo al frente mío, no abría mejor ángulo que ese. En un segundo miré a su dirección y él también me estaba mirando, una vez más nuestras miradas se chocaron sin tacón alguna, susurré un "Hola" sin omitir voz y el hizo lo mismo, Dios, iba a morir en cualquier momento, ese chico me encantaba.

—¡Ya estoy harta! —gritó Jade haciendo que desviara la mirada hacia donde ella se encontraba—. Alex te mira tanto que me estoy hartando yo.

Eso era estúpido, demasiado estúpido diría yo, ¿Desde cuándo la mirada hacia alguien le molestaba a otras personas? Era tonto, al menos de que Jade sintiera algo por Álex y la verdad lo dudaba mucho, algo debió pasar entre ambos, algo de cual aún no estoy enterada. En un descuido del profesor, Álex salió del salón hacía un pequeño y solitario pasillo, allí se encontraban los baños, era mi oportunidad de ir tras él.

—Tienes razón, iré a hablar con él y le preguntaré cuál es su problema. —Jade asintió. Era una gran excusa.

Salí del salón y lo busqué con la mirada, estaba mirando por una pequeña ventana que daba a la calle. Me armé de valor y fui junto a él, me miró por unos segundos y fue ahí donde hablé.

—¿Por qué tan solo Alex? —pregunté mirando por la misma ventana para evitar mirarlo, ya estaba demasiado nerviosa.