Capitulo 4.
Adams.
Pensé que después de lo sucedido con su última relación iba a cambiar. Pero no, esos hijos de puta nunca cambian.
Verla a ella corriendo con lágrimas en sus hermosos ojos color verde intenso, me rompió tanto.
No sé en realidad porqué esta chica llama tanto mi atención, pero lo que si sé es que no permitiré que nada ni nadie le haga daño.
***
David.
Nos encontrábamos en la dirección esperando al director quién había salido en busca de nuestros expedientes.
Las miradas fulminantes que recibía por parte de aquellos par de idiota sin duda alguna me provocaba gracia.
La razón por la que estábamos aquí era simple, Adams y Samantha habían aprovechado la hora del receso para coger en los baños, algo que en toda institución estaba prohibido.
Cuando me enteré de eso inmediatamente vine a la dirección para comentarle al director lo que estaba pasando.
La verdad no me interesaba que estuvieran cogiendo, lo hice para no desaprovechar la oportunidad de hundir a alguien, sobre todo a ellos quienes habían sido un completo error en mi vida.
Al llegar a ese lugar el director pudo comprobar que todo lo que decía era realmente cierto, porque cabe mencionar que todos aquí me toman por mentiroso.
La puerta se abrió y rápidamente tomé asiento al ver que Sergi había llegado.
Sus manos contenían unos carpetones y además de ello tres carpetas que contenían nuestros nombres. Entonces...
¡Un momento! ¿Qué tenía que ver yo en ésto?
-¿Por qué mi nombre?
El viejo tomó haciendo y dejo salir un suspiro largo y pesado.
-Bien chicos, escucho sus excusas - espetó con un deje de enfado ignorando mi pregunta.
-No hay nada que excusar señor director - hablo Adams - sé que no nos creerá, pero Samantha y mí persona no estábamos haciendo nada malo.
-Cierto vale - reí con sarcasmo - solo estaban cogiendo y eso no cuenta como malo, ¿o si señor director?
-Para nada joven Harrison, pero tienen que saber que éste tipo de cosas no es permitido en ninguna institución.
-Yo siendo usted los expulso como por dos meses - rasque mi nunca- no sé, solo digo.
-Gracias al cielo que no lo eres - reprimió Adams.
-Brooks siempre metiéndose en los asuntos que no le incumben - sonreí y negué - por eso es que siempre te pasan las cosas.
-Lo que pase en mi vida no es problema tuyo - espetó furioso poniéndose de pie y acercándose hacia mi.
Sabía sus intenciones.
-No seas idiota Adams - me levanté del asiento y di un fuerte golpe en su pecho - sabes bien que tu vida no es tan interesante como para andar pendiente de ella.
-¡Ya basta! - exclamó Samantha en un grito - no es justo que usted prefiera creerle a este chico antes que a nosotros - le habló a Sergi y yo me giré para verla, ahora todos estábamos de pie - cuando sabe que nuestros expedientes están totalmente limpios a comparación del suyo, y que no estaríamos dispuestos a romper las reglas de Jackson y mucho menos hacer este tipo de cosas señor director.
Sergi levanto las cejas sorprendido ante sus palabras y comenzó a revisar su expediente.
-La próxima vez haces referencia nada más sobre ti, Sellers. Adams no es la persona que tú crees - masculle en voz baja.
Adams me miró y enarcó una ceja.
-¿Podrías callar esa maldita boca de una vez por todas, Harrison?
-No eres nadie como para darme esa orden.
-Adams Brooks, le exijo que modere su vocabulario por favor - ordenó Sergi enojado.
-Disculpe señor, es que...
-Nada, ya todo está a la vista. No tienen porque mentir.
Asentí con una sonrisa triunfante y permanecimos en silencio mientras esperábamos que el director terminara de escribir quién sabe qué, en su libro de actas.
Samantha miraba a la nada, como siempre ella perdiéndose en sus pensamientos, mientras que Brooks me miraba con ganas de asesinarme.
Miré la hora en el reloj que se encontraba pegado de la pared y me acerque a Sergi. Quería quedarme más tiempo y seguir disfrutando del momento, pero ya era hora de irme.
-¿Ya me puedo ir? Es tarde y necesito hacer cosas importantes.
El viejo levantó su rostro y pude notar como su mandíbula se tensó ante tales palabras.
-¿Cosas importantes? - dejó el lápiz de lado y se cruzo se brazos - ¿cómo qué cosas? ¿cómo salir ahora mismo de aquí e irse a los baños a coger?
Me fue imposible no reír.
¡Ooh! ¿Era en serio?
-No viejo - respondí incorporándome - no me crea tan capaz de llegar a esos extremos.
-De usted pienso a creer eso y mucho más jovencito - mi boca se formo en una gran O y fingí ofensa.
-Me ofende señor director.
-Quien no te conoce te cree Harrison - suspiró dándose por vencido - puedes irte.
***
Al salir de clase había quedado en ir con los chicos por unos tragos, pero decidí dejarlos para la noche ya que tenía algo que hacer primero.
Después que salí de dirección tomé un autobús y fui al cementerio, odiaba viajar en esas porquerías pero era lo que me tocaba ya que mamá me prestaba mi auto cuando se le daba la gana.
Después de visitarla decidí caminar hasta casa, fue un trayecto de dos horas, caminata que me ayudo a despejar el gran estrés que me provocó ir hasta ese lugar.
Cuando llegue a casa me sorprendí de que Mary no me recibiera con un abrazo. La busqué por todas partes y no la encontré por ningún lado, ni a ella ni a ninguno de los otros empleados, la casa estaba completamente sola.
Regresé a la sala y me senté en el living, pase las manos por mi rostro y deje escapar un suspiro.
¡Joder Mary, te necesito!
Justo cuando iba a llamar a mamá, alguien abrió la puerta.
Guarde mi móvil y espere a que pasara para ver de quién se trataba.
-¡Maldición! Pensé que eras gente - exclamé indiferente.
-Lo soy - dijo al entrar y se cruzo de brazos.
-¿No sabes para dónde están todos?
-Vengo llegando David, ¿cómo crees que voy a saber para dónde mierdas se han ido todos?
-¡Rayos! Por lo visto Adams te dio clases de ese vocabulario, ¿eh? - me acerque a ella.
-Algo así - se encogió de hombros restándole importancia.
Estábamos tan cerca que nuestras respiraciones chocaban entre sí. Miré fijamente sus pupilas verdes hasta que provoque lo que quería, incomodarla.
Me acerque a su oído y me quede ahí pensando las palabras adecuadas para hacerle otra advertencia.
-Es mejor que te alejes de él, Samantha - le susurré y rápidamente ésta se tensó - no te lo estoy pidiendo, es una orden.
Me alejé y pude notar el miedo en sus ojos, ella solo se limitó a asintir.
-Así me gusta - le dí la espalda y comencé a subir las escaleras - otra cosa, nada de ir con el chisme a mamá, lo que paso hoy queda entre nosotros - me detuve en el último escalón y voltee para verla - será nuestro más grande secreto ¿okay?
***
Llegamos al antro y rápidamente las luces y la buena música nos dieron la bienvenida. Venir a este lugar después de que algún plan nos saliera a la perfección era lo rutinario de siempre.
Nos sentamos en la barra y pedimos nuestras bebidas al bartender. Mientras los chicos quisieron tomar Ron yo solo pedí Whisky, una de mis bebidas favoritas.
Él viejo tomó nota y fué en busca de ellos. Visualice todo el lugar y pude darme cuenta de que habían hecho nuevas remodelaciones, algo estupendamente fantástico ya que hacía ver el antro un poco más divertido.
-¿Qué tal si nos vamos a alguna de aquellas mesas? - propuso Erick poniéndose de pie.
-Oh, claro. Brother estaremos en aquél lugar - le comunicó Madison al otro chico que atendía.
Miré el lugar y un vago recuerdo paso por mis pensamientos, ese lugar era el que siempre tomaba cuando venía con Lizzy, mi ex-novia. Por un momento quise quejarme en no ir hasta allí, pero luego pensé que sería algo demasiado infantil de mi parte. Además era algo que debía superar, así que seguí a los chicos y tomé asiento.
-Quedo increíble la remodelación, ¿no?
-Si, ya era hora de que le dieran un poco de amor al lugar... Oye David - Madison chasqueo sus dedos frente a mi rostro - ¿Te sientes bien?
-Sí, todo esta bien - masculle por lo bajo.
-Te conocemos a la perfección como para saber que no lo estás.
-Tranquilos, estoy bien - fingí una sonrisa.
El camarero llego con las bebidas y las colocó en nuestra mesa.
-Nos arreglamos luego Brad.
-Tranquilo Willson - respondió y regresó a su labor.
En ese momento pude sentir como una mirada se clavaba en mí, levante mi rostro fruncido y cuando la ví ésta rápidamente se volteo quedando de espaldas.
Ignoré por completo ese momento y miré a los chicos quienes me veían con sus cejas arqueadas.
-¡Maldición! Estoy bien - exclamé enojado y ambos asintieron.
-Okay hermano - Erick levanto sus manos - calmado ¿si?
-Si idiota, mira que hoy quiero brindar por ti. Amigo tengo que admitir que eres un maldito genio.
Una sonrisa maliciosa se formó en mis labios.
-Es lo mío hermano - ladee mi cabeza.
-Lo malo para nosotros siempre será lo bueno, y es por eso que yo, Madison Willison brindo por ti Harrison, y por nuestra amistad - levantó su copa y nosotros la nuestra.
-Salud - finalizamos todos.
Después de tomarnos casi todo el licor del antro, los chicos fueron a bailar mientras que mi persona siguió tomando y analizando todo a mi alrededor.
Varias parejas besándose, cogiendo en las esquinas y haciendo desastres era lo que ahora estaba a mi vista. Miré con asco todas esas escenas y negué, no era que estaba en contra del tener relaciones, que les quede claro, eso a mi me encanta, pero pienso que es algo intimo, creo yo que no es necesario hacer ese tipo de espectáculos en frente de todos.
Divagando entre tantos pensamientos fue la razón por la que no la vi venir, ni siquiera cuando llego me percate de su presencia.
-¿Le importaría si me sentara con usted? - cuestionó sensualmente, su voz fue la que me hizo salir de mi trance.
-Tranquila, puedes tomar asiento.
-Mucho gusto, soy Brittany Thompson - tendió su mano.
-Un placer conocerla señorita - la tomé y deje un beso en ella - David Harrison.
-Ya lo sé - comentó en una pequeña risa y fruncí el ceño - te he visto muchas veces por aquí. Tengo que confesar que desde el primer día que te ví llamaste mucho mi atención, así que le dije a Brad que me hablara un poco de tí - explicó de inmediato.
-Entiendo, y creame es la primera vez que la veo.
-Lo supuse - sirvió de mi whisky y bebió - creo que ya hemos entrado en confianza - dijo elevando el vaso.
Sonreí
Me incline de brazos cruzados en la mesa quedando más cerca de su rostro. Si ella quería jugar pues que el juego comience.
-Ahora yo tengo que confesar que eres una chiquilla muy hermosa.
-Lo sé, no hacia falta decírmelo - dio otro sorbo a su bebida - mejor di algo que no sepa.
-¡Oh, pero que ego el suyo señorita Thompson!
Me eche hacia atrás fingiendo sorpresa y parpadeando varias veces.
-Siempre hay que mantenerlo en lo alto - espetó arreglando un mechón de su cabello tras su oreja.
-Si usted lo dice - sonreí.
Recorrí todo su cuerpo y mordí mi labio inferior cuando volví la mirada a sus senos, ella de pronto aclaro su garganta y sabía perfectamente que la había incomodado.
Siempre he dicho que si me pagaran por cada vez que me tomaba la molestia de incomodar a alguien probablemente estuviera viviendo en Dubai.
-¿Podría hablarme de usted? - intenté cambiar de tema para que se sintiera nuevamente en confianza.
-Un momento - su teléfono comenzó a vibrar y sin mirar de quien se trataba contestó. Mientras esperaba que terminara de hablar serví un trago y comencé a beber, paré al sentir como las cosas comenzaban a dar vuelta y supe que ya era bueno por hoy - Era mamá, lo siento - explicó al colgar.
-Descuida.
-¿En que habíamos quedado? - indagó y en su tono de voz sentí cansancio.
-¿Todo está bien Brittany? - asintió - perfecto. Habíamos quedados en que me hablaría de usted.
-No hay mucho que decir de mi.
-Entonces cuentame eso poco.
-Bien... Tengo 19 años, nací aquí pero desde pequeña fui a vivir con mis abuelos al otro lado de la cuidad. Llegue hacen algunos meses atrás y ahora estoy viviendo con mi madre.
-Interesante - asentí haciendo una mueca con mis labios - ¿Estudias o trabajas en este lugar?
-Aquí trabajo.
-Entiendo - sonreí.
-¿Y tú?
Desvié mi rostro y a lo lejos ví a los chicos bailar.
-Estudio en Jackson, no se si has escuchando de ese instituto - regresé mi mirada hacia ella.
-Oh por supuesto. Cómo no escuchar de él si es el mejor instituto de esta ciudad - se cruzo de brazos y sonrió para que continuara.
-Bueno, ahí.
-¿Qué edad tienes David?
-Soy un bebé de 17 añitos - dije divertido a lo que ella rió, me levante y extendi mi mano - ¿Me consedería el honor de éste baile?
-Por supuesto.
Tomó mi mano y nos dirigimos al centro donde pocas eran las parejas que bailaban ya las demás estaba ocupadas haciendo... bueno ya se imaginaran.
Brittany Thompson, mujer hermosa, ¿con quién carajos te has metido?
***
Holiwiss 💕
Por aquí su cuarto cap.
Le damos la bienvenida a Brittany Thompson 🙌 desde hoy será muy mencionada en la historia.
No olviden darle a la estrellita 🌟 ni comentar chic@s. Nos le quitará más de 5 segundos hacerlo.
Nos leemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro