Una semana había pasado desde que Seokjin y Taehyung habían entrado en celo y la casa estaba hecha casi un desastre.

Habían expresado su amor en todas partes, dejando su instinto animal apoderarse de ellos. Habían destrozado la cama y un par de muebles y por muchos lugares habían rastros de ellos y de sus días de calor.

Los padres de Seokjin se fueron tan pronto como llegaron, ya que apenas al entrar al lugar el aroma a feromonas los golpeó. Solo les llevaban comida y les dejaban supresores en la puerta.

El omega había sido anudado por lo menos una treintena de veces y ahora yacía de rodillas en el pasillo hacia el baño, siendo nuevamente anudado por el alfa quien ya solo en ese celo había tenido más actividad sexual que en toda su vida, se había esmerado y pretendía preñar a su omega, tal como se lo había pedido.

Taehyung se desmayaba nuevamente sobre su propio charco de esencia viscosa y transparente y Seokjin depositaba suaves besos en la espalda y nuca de su amado omega.  Ahora lo dejaría descansar, había tratado antes pero el chico le exigía una y otra vez anudarlo, sin embargo no lo volvería a complacer si no descansaba por lo menos unas 10 horas.

Luego de un par de minutos en los que el alfa había utilizado toda su fuerza para no aplastar al castaño, el nudo se disolvía y salía del interior del omega admirando su trabajo. Y es que el cuerpo Taehyung era mapa, estaba lleno de mordidas y moretones, brillaba por el sudor y la suciedad y olía, de acuerdo al alfa, jodidamente increíble.

Lo tomaba con cuidado entre sus brazos y lo llevaba al baño para limpiarlo, ya había preparado la bañera media hora antes y tal como pensó, ahora el agua estaba perfecta y no tan caliente como hace minutos. Entraba con él y lo abrazaba a su cuerpo, mientras el omega soltaba suspiritos y el alfa sonreía de ternura y amor.

--Amor, ¿Cómo te sientes? --preguntaba Seokjin 16 horas después del baño relajante que le había dado al omega.

Había sido toda una labor ese baño, ya que el omega jamás despertó. Lo bañó, lo secó, lo vistió con una camiseta gigante blanca y ropa interior, lo dejó en el único lugar decente de la casa: la habitación de sus padres. Luego cambió las sábanas de su cama, limpió todo el desorden que había, cocinó un estofado, aseó a profundidad cada rincón de la casa que él recordaba habían mancillado. Y luego pues, llevó al omega a su habitación y siguió durmiendo como si nada, incluso el azabache había dormido también y aún así el omega no había despertado. Ahora, abría lentamente los ojos, como si hubiera despertado de un coma.

--Tengo... --carraspeaba. --tengo hambre. --lograba expresar con disfonía y es que después de tanto gritar y gemir había perdido un poco la voz.

--Traje estofado que hice ayer, pero toma esto primero --le extendía un analgésico y una botella con agua y el chico los tomaba sin dudar porque sentía su cuerpo como si lo hubieran molido a golpes, especialmente su espalda baja.

El castaño se sentaba como podía entre quejidos y gimoteos hasta que lograba estabilizarse y le hacía un gesto al alfa para que le acercara la bandeja con el cuenco de sopa.

--Aquí tienes. Lo siento mucho, bonito. Dije que no te lastimaría y ahora estás sufriendo.

El omega sonreía y se sonrojaba. --Al menos es un dolor bueno. --susurraba antes de que la vergüenza le ganara y sorbeteaba la sopa en la cuchara.

El alfa se carcajeaba y le dejaba un beso en la frente.

--¿En serio quieres que vaya?

--Por supuesto. Eres mi novio y mi omega, llevas encerrado mucho tiempo y de nuestro último día de celo ya pasó una semana. Somos jóvenes aún, necesitamos algo de distracción. --opinaba el alfa, mientras se ponía su chaqueta de mezclilla.

--Está bien, iré. Pero me tienes que cuidar, yo jamás he ido a una fiesta y no conozco a ese tal Wang.

--Es amigo de Namjoon.

--¿Tu...este... Lee Chaewoo también irá? --inquiría, doblando unas prendas de ropa, tratando de sonar casual.

--También irá, pero ya estamos en buenos términos. Lo que sí, no podré llevarte por mi cuenta, debo terminar una nota para el boletín de la facultad y grabar un anuncio. Puedes ir con Hoseok si gustas, te dejaré la ubicación.

El saber que tendría que llegar solo no le gustó mucho, pero como supo que iría el dichoso "Woo" no quería quedarse en casa.

--Iré, le pediré a Hobi que me acompañe, tal vez Yoongi también quiera ir.

--¿El alfa gruñón que está bien pálido? --preguntaba antes de salir por la puerta.

Taehyung soltaba una risita. --Gruñón, pero buena gente.

--Te amo, precioso, te veo a la tarde.

--¿Te atreves a salir por esa puerta sin darme mi besito? ¿Y si me pasa algo? ¿Y si no te veo otra vez? ¿Y si-

Un beso lo interrumpía.

--También te amo, guapo.

--¿Es aquí?

--Supongo que sí, Hoba, mira esas luces. --respondía Min, mientras se estacionaba.

--Gracias por acompañarme. --decía Taehyung.

--No hay problema, TaeTae. También nos hacía falta un poco de diversión, ¿No es así, amor? Además Yoonie también conoce a Wang.

--Sí... sí... --murmuraba el alfa pálido para nada entusiasmado. --Ya pueden bajar. --avisaba sacando las llaves del auto y bajando de él.

Una brisa fría los hacía temblar a los tres y les llamaba la atención la cantidad de omegas que había en la entrada de la casa apenas cubiertos por un par de trozos de tela.

Hoseok se pegó a Yoongi cuando un par de omegas le echaron el ojo, pero Min no parecía interesado en lo más mínimo.

La puerta se abría y frente a ellos aparecía un alfa que tenía un sombrero de plástico colorido, confetti alrededor de su cuello, una cerveza en botella de vidrio en la mano y con su otra rodeaba la cintura de una beta curvilínea y semidesnuda.

--¡ANIONHÁSEYOOO!. --saludaba absolutamente alegre y ebrio.

--Wang. Qué buena fiesta. --saludaba Yoongi casi con flojera.

--¡Min! Qué bueno que llegaste, por favor, amigo, pon algo de tu música. --pedía el anfitrión tomando al alfa pálido del brazo y a este se le iluminaban los ojos. No era un misterio para nadie que Min Yoongi, además de a su omega, amaba profundamente la música y era conocido por ello.

Taehyung y Hoseok se dedicaban una mirada extraña y se adentraban en el lugar. Definitivamente ese no sería jamás su ambiente.

El mayor tomaba la mano del menor y lo guiaba entre los cuerpos danzantes hasta llegar al final de la casa. Había una mesa y en esta un grupo de personas, Taehyung reconoció a su alfa inmediatamente, a Namjoon a su lado y al omega quien meses antes lo había abofeteado. Negaba con la cabeza, tratando de borrar ese mal episodio y se acercaba temeroso cuando un par de alfas se les acercaba.

--Pero qué par de hermosuras. --decía uno que tenía el pelo azul mientras daba sorbos a una botella de cerveza. A Taehyung el olor le provocó náuseas.

--Muévete idiota, estamos tratando de llegar a esa mesa. --soltaba Jung.

El alfa castaño giraba su cabeza hacia el lugar y soltaba una carcajada.

--¿Qué es tan gracioso? --preguntaba genuinamente Taehyung, tratando de llamar con la mirada a su alfa.

--Ese grupito es exclusivo, dudo que los quieran incluir. No me malinterpreten, son hermosos, pero algo simplones. --comentaba, volviendo a beber de su botella sin quitar los ojos de Taehyung.

--Oíste eso, Taehyung, somos simplones por no venir vestidos como si trabajáramos en un prostíbulo como los demás, ¿lo puedes creer?

--¿Será porque tenemos alfa? --preguntaba Kim. Insistiendo en mirar a su alfa, pero este parecía muy distraído riéndose a carcajadas por algo que había dicho su ex novio.

Ah, pero si algo sintió en ese momento Taehyung fue ira, celos y ganas de patearle las bolas a Seokjin. Y al parecer el alfa lo sintió porque automáticamente buscó con su mirada a su omega quien le dedicó una mirada asesina.

Seokjin se ponía de pie justo cuando el alfa de pelo azul tomaba a su omega del brazo y lo jalaba hacia él, eso lo hizo acelerar el paso y gruñirle con rabia.

--¡Suelta a mi omega, AHORA! --escupía en una voz de mando que nunca usaba y hasta lo hizo sentir raro, a la vez que golpeaba la mesa. Los omegas que estaban alrededor, incluyendo a Jung y a Kim, detuvieron sus movimientos y bajaron la cabeza en sumisión. Maldita casta que los hacía tan dóciles.

Taehyung se sintió... extraño al escuchar la voz potente se su alfa y olvidó completamente que estaba molesto con él.

El par de alfas huían como ratas a su alcantarilla.

--Taehyung. Hoseok --se dirigía a la pareja de omegas. --Lamento haber usado la voz, es solo que vi a ese tipo y me llené de rabia.

--Es-está bien. --decía el omega peligris aún un poco tembloroso. --Nos llamó simplones, ¿no es así, Taehyung?

--Sí, pero, ¿acaso luzco simplón para ti, alfa? --preguntaba Taehyung con un puchero.

Seokjin lo miraba de pies a cabeza lentamente. El menor se había esmerado. Taehyung lucía como nunca con esa camisa blanca con un escote, pantalones de jeans ajustados, unas sencillas zapatillas Converse y una chaqueta de cuero. Su rostro estaba maquillado de manera sutil, pero resaltando aún más su belleza y su cabeza estaba adornada por esos alborotados rizos que lo hacían ver adorable. --Jamás. --determinaba, tomándole la mano. --Vamos, les quiero presentar a algunas personas. --decía entusiasmado. Caminaban hacia la mesa con determinación.

--Hola. --saludaba la pareja de omegas al unísono.

--Hola. --respondían todos, menos uno.

--Les quiero presentar a mi omega, Kim Taehyung. --el aludido se ruborizaba violentamente al tener tanta atención. Se inclinaba de manera sutil.

--Es adorable. --decía un omega rubio con ternura. --Míralo, Jungkookie. Yo soy Park Jimin y este alfa a mi lado que parece que está en un viaje astral es mi novio. --informaba. --Te juro que no le hace a ninguna droga, él es así. --susurraba.

--Soy Jung Hoseok --saludaba el peligris con una sonrisa.

--Oh, por la Luna. ¿En serio eres EL Jung Hoseok?

--S-sí. --respondía nervioso.

--KooKoo, despierta, mira, es Hobi sunbaenim. Quería tanto conocerte. Soy tu fan. Quiero ser como tú. Entré este semestre a Danza Contemporánea, pero planeo estudiar danza a profundidad. Vine a Seúl solo para seguir tus pasos, ¿No eres campeón nacional?

El rostro de Hoseok se iluminaba, nunca nadie le había dicho antes que había sido su inspiración. Tomaba asiento al lado del omega rubio y se enfrascaban en una conversación, aislándose así del resto de la mesa.

--Ven aquí, amor. Siéntate. --decía Seokjin acercándolo a una silla.

--P-pero, ¿Y tú? --preguntaba, sin embargo era interrumpido por el anfitrión.

--¡Seokjin-ah! ¡Te necesitamos por aqui! --exclamaba el alfa de apellido Wang.

--Vuelvo enseguida. --se disculpaba y Taehyung entraba en un pequeño pánico.

Un silencio incómodo recorría la mesa, excepto por Park y Jung quienes seguían en su propio mundo.

--Así que... ¿Tú eres el nuevo omega de Jin? --preguntaba un omega azabache que estaba sentado al lado de Lee Chaewoo. Olía a melón y manzanilla, rara combinación.

--Sí, yo soy su omega. --respondía con timidez, tratando de no mirar al ex novio de Seokjin.

--Vaya. Gracias a ti lo pasó muy mal, pero quién soy yo para juzgar. Lo que nunca supe es cómo se conocieron. --preguntaba tomando un sorbo de su botella de cerveza, claramente esperando su respuesta.

--F-fue una casualidad...

El chico soltaba un resoplido, como queriendo decir "sí, claro" de manera sarcástica, aún así, Taehyung continuaba su relato.

--Jamás lo había visto antes. --el omega azabache volvía a hacer ese ruidito expresando su incredulidad --... Mis padres ambos son alfas. Cuando me presenté como omega fueron severos conmigo. No soportaban mis feromonas, entonces me comenzaron a llenar de supresores. Solían atarme y amordazarme en mis celos y durante años me inyectaron supresores directamente en mi glándula --comentaba el castaño, acariciando su cuello, donde estaba su marca.

--Hijos de puta... --soltaba el alfa de ojos brillantes y grandes, el novio de Park.

--S-sí... Bueno. Conocí a Seokjin cuando chocamos en la entrada de la facultad. Ambos llevábamos el mismo bolso negro y los intercambiamos sin querer. Yo corrí a mis clases y él a las suyas.
«Tenía un exámen importante esa mañana, así que abrí mi bolso y noté que no era el mío. Tomé un lápiz, hice el examen y luego llamé a mi teléfono desde el suyo. El tenía todos mis supresores e inhibidores ahí. Quedamos de vernos en el estacionamiento y bueno yo justamente comencé a sentirme mal. Entré en celo y provoqué sin querer de él.

--Qué oportuno momento. --volvía a ironizar dándole una mirada de reojo a Lee.

--Sí, bueno. Al día siguiente estaba en una habitación de hotel y con una marca en el cuello. Recién ahí supe su nombre y él el mío.
«Oculté la marca de mis padres durante días, hasta que por un descuido mi ex novio se enteró. Me golpeó y le dijo a mis padres lo que ocurría. Quisieron llevarme a Japón y  me negué, así que me encerraron en casa durante semanas.

--¿Cómo lograste sobrevivir ahí? --preguntaba Namjoon con curiosidad.

--Yo esperaba a Seokjin. No tenía la forma de decirle donde estaba o en que condiciones, pero a través del lazo se lo iba indicando. Sin embargo, con el pasar de los días el lazo se fue debilitando, hasta el punto de provocarme alucinaciones, fiebre y muchos malestares.
«Un día, justo cuando creí que ya no podría resistir la disolución del lazo por separación, el appa de Jinnie llegó a rescatarme.

--¿El tío Jiseok? ¿Y qué lo hizo involucrarse? --preguntaba genuinamente Chaewoo mirando a Taehyung por primera vez en la noche, pero el aludido no era quien respondía.

--Hice un nido. --contestaba Seokjin acercándose a la mesa.

Taehyung miró a su alrededor y notó que habían muchos oídos curiosos escuchando su historia, no solamente los que estaban en la mesa.