Ya habían pasado casi dos meses desde que Seokjin vio por última vez a Taehyung. Ya casi no recordaba su olor y el pesar en el lazo aumentaba día a día.
Había vuelto al piloto automático en donde seguía la misma rutina que tenía antes de conocerlo, pero ahora era diferente. Apenas comía y solo dormía al llegar a la facultad, ya que en las noches las pesadillas eran recurrentes. Tenía trabajos que entregar y pruebas que rendir acumulándose, pero no le importaba. Debía ir a algunas entrevistas, pero olvidaba las citas.
Bajaba las escaleras desde su habitación y llegaba a la cocina, donde saludaba a su padre omega a lo lejos. Se acercaba a la nevera y tomaba una bebida energizante. Abría la puerta y se encontraba frente a frente con Kim Namjoon, su amigo, el mismo a quién llevaba evadiendo desde que llegó al país.
--Namjoon-ah.
--Jinnie.
Ambos se miraban mutuamente y finalmente Seokjin cedía.
--Lo siento. --se disculpaba el pelimorado.
--Llevas casi dos meses ignorándome, no respondes mis llamadas ni mis mensajes. ¿Qué pasó? --preguntaba dolido.
Seokjin miraba a su alrededor, como buscando la forma de escapar de esa situación.
--No quiero hablar de eso. --decía simplemente y salía, golpeando con su hombro a su amigo.
--Hey. ¡Jin! --el castaño lo tomaba por el antebrazo. --¿Estás bien?
--Déjame en paz, por favor. No quiero hablar de esto...
Seokjin seguía caminando hacia la parada de autobuses.
--Soy tu amigo, ¿por qué no quieres hablar? --insistía el castaño, preocupado por el estado de su amigo.
--Porque si lo hago se hará más real. No quiero, Taehyung está de viaje, pero va a volver...
--¿Quién es Taehyung? ¿Así se llama tu omega? --insistía el moreno, consternado por como actuaba y lucía su amigo.
Seokjin miraba a Namjoon aturdido.
--Debo ir a su casa... --decía desorientado y se ponía caminar sin rumbo aparente.
--¡Seokjin! ¿Vas a visitarlo? --lo seguía Namjoon, tratando de instar a su amigo a hablar sobre ese omega.
Namjoon sabía (más o menos) lo que había pasado y no había sido gracias a Jin, si no por el ex novio de este, Woo. Llevaban años de amistad los tres y cuando notó que Seokjin no hablaba con él, decidió acudir al omega y fue este quien le contó la verdad.
--Debo encontrarlo, está triste, está solo... Namjoon-ah, no sé dónde está... Yo he ido a... su casa, pero... ellos no quieren decirme dónde está... --explicaba sin poder retener más sus lágrimas.
El castaño miraba con preocupación a su amigo. Llevaban siendo amigos por más de 15 años y era la primera vez que lo veía llorar. Podía ver el dolor en sus ojos y se sentía mal por él, además sus feromonas delataban su estado anímico.
--Jinnie, no estás bien, vamos a casa, debes descan-
--No quiero, no puedo hacerlo. No puedo descansar... No puedo hacer eso si no sé cómo está Taehyung. ¿Habrá comido? ¿Le dolerá algo? ¿Estará enfermo? No sé nada de él y nadie me quiere ayudar... Yo... no... puedo... no... --Seokjin se afirmaba de un muro y golpeaba una y otra vez su pecho con una mano. --No, no... puedo... respirar...
--¡¡SEOKJIN!!
Namjoon tomaba a su amigo y lo atrapaba en un abrazo.
--Ayúdame, Namjoon-ah. Necesito... debo verlo... por favor... --decía con la voz gangosa. Se sorbía la nariz un poco y se limpiaba el rostro con el dorso de su mano.
--Primero, respira. Cálmate. --el pelimorado obedecía y comenzaba a inhalar y exhalar aire, buscando tranquilizarse. --Bien. ¿Por qué estás tomando el autobus?
--Mi padre me quitó mi auto, ahora debo ir a todas partes en autobus... --suspiraba.
--Entonces, tomemos un taxi, yo lo pago. Vamos.
Namjoon llegaba a la facultad de comunicaciones con Seokjin. Muchos lo reconocían, ya que él también era muy popular y siempre andaba junto a su amigo y Woo, eran los tres, siempre los tres. Y Namjoon tenía la cabeza hecha una sopa porque no entendía en qué momento había cambiado todo. Tal vez si él no se hubiera ido, si se hubiera quedado junto a su amigo, nada de lo que estaba pasando hubiera sucedido, pero ¿quién puede saber lo que pasará en el futuro? Él no tenía el poder para cambiar las cosas y ahora tenía un amigo claramente inestable y deprimido y a Lee Chaewoo sin ser parte del grupo.
--¡Joonie! --la voz de Woo detenía sus pasos. El aroma del omega inundaba sus fosas nasales y recordaba por qué había decidido viajar y alejarse en primer lugar.
--Woo... ¿cómo estás? --preguntaba tratando de sonar tranquilo.
--Bien. ¿Cómo estás tú? ¿Cómo estuvo tu viaje? --preguntaba dándole miraditas a Jin, quien parecía ajeno a la interacción entre ellos.
--Bien, bien. Ya estoy de vuelta y pienso quedarme. --comentaba mirando detenidamente al bonito omega frente a él.
--S-sí, bueno. Yo... quería hablar un momento con Seokjin, ¿puedo? --pedía, mirando dudoso al alfa. El mencionado alzaba la vista y Woo se tapaba la boca al notar lo pálido y ojeroso que este se encontraba.
--Claro... este... Yo iré por café. --decía y se alejaba rápidamente rumbo a la cafetería.
El omega miraba detenidamente a su ex novio. Woo pensaba que estaba triste por haber terminado su relación con él, pero al ver al alfa pudo entender cómo la verdadera tristeza lucía.
--¿Jinnie? --decía casi en un susurro. El alfa solo devolvía la mirada, mas no salían palabras de su boca. --¿Podemos hablar?
Seokjin asentía, aunque no tenía ganas de discutir con el omega, solo quería ir a su cama y quedarse ahí por un momento, quizás para siempre.
Tomaban asiento aún con nubes negras sobre ellos, sabiendo que en cualquier momento caería un aguacero.
--¿Puedo saber qué pasa contigo, últimamente? --preguntaba Lee mirando las nubes negras.
--Nada que te importe... --era la arisca respuesta que recibía.
--¡Hey! Cálmate. Si te estoy preguntando es porque estoy preocupado. ¿Tiene que ver con... el chico ese?
El alfa giraba la cabeza evadiendo la mirada de su ex novio. No quería tener esta conversación, ¿por qué no lo entendían? Le dolía la garganta al tratar de retener el llanto y sus ojos ardían.
--Es por él, ¿cierto? --insistía el más joven, tocando el hombro del alfa. --Me preocupas, Jinnie. Me he fijado, ¿sabes? Solo duermes en los recesos. Nunca estás comiendo y tú siempre comes, Kim. ¿Te estás enfermando por su culpa?
--¡No! No es su culpa, es la mía, siempre es la mía.
--Pero, mírate. Pareces un zombie, Jinnie.
--¿Y qué te preocupa? Ya no estamos juntos, no somos novios, ya no nos casaremos. ¿Qué mierda te importa si me parte un rayo?
A Woo se le cristalizaron los ojos al escuchar la dura respuesta del alfa.
--Wow. Hasta te convertiste en un imbécil sin corazón, por lo que veo. --el chico pestañeaba rápidamente para disolver las lágrimas que amenazaban con escapar de sus orbes. --¿Siempre fuiste así de idiota y yo no lo había notado o es reciente?
--Aish... Solo... no preguntes nada, ¿está bien?
--Lo hago porque me preocupas, aún me importas, Seokjin.
--Pues no lo hagas. No lo necesito, ya no somos nada.
--Estas siendo muy cruel, Jin.
--¿Todo bien? --preguntaba Namjoon, extendiéndole un vaso de café a Woo.
--Es mejor que me vaya. Nos vemos Joonie. --recibía el vaso, daba una mirada dolida hacia Jin y se retiraba cabizbajo.
--¿Qué mierda pasa contigo, Seokjin? Es Woo, fue tu novio por años, ¿por qué eres así con él? El siempre fue bueno contigo. --reclamaba el moreno. Podía comprender más o menos lo que Jin estaba pasando, pero no justificaba su actuar.
--Si es tan bueno, ¿por qué no te quedas con él? ¿Crees que nunca me dí cuenta? --contestaba el pelimorado, tomando su bolso.
--¿D-de qué hablas? --Namjoon tragaba saliva.
--Mejor me voy. No tengo cabeza para esto. --decía antes de emprender camino hacia la salida. Y la lluvia decidía hacer aparición justo en ese momento.
Seokjin volvía a casa. No tenía sentido ir a la universidad si no estaba estudiando. Probablemente perdería el año, pero le importaba un carajo. Ya nada valía la pena a esas alturas.
Su padre omega extrañado lo saludaba, pero Seokjin no tenía ánimo para devolverle el saludo y simplemente lo ignoraba, entrando a su habitación.
Se sentía tan solo. Estaba algo mojado por la lluvia, pero estaba seguro que el agua en su rostro no era por la tormenta. Su lobo se quejaba y aullaba de dolor hace semanas, gimoteaba y arañaba desesperado dentro de él y Jin cada día se sentía más y más pequeño, como sí el universo lo estuviera absorbiendo día a día, quitándole las fuerzas.
--¿Cómo has visto a Jinnie? --preguntaba Kim Jiseok, padre omega de Seokjin, al señor Bae, el cocinero.
--Mal. Cada día más mal que el anterior. Jinnie está deprimido, señor. --contestaba el omega, secándose las manos en su delantal. Llevaba 10 años trabajando para la familia Kim y en todos esos años jamás había visto al menor de la familia así de triste.
--¿Por qué no me habías dicho nada?
--Con todo respeto, señor, es su hijo. Usted debería saberlo. Incluso le tomó semanas preguntarme para averiguar sobre él.
--Tienes razón. No he sido el mejor padre y además estoy trabajando solo en dos casos de abuso contra omegas y me tiene cansado lidiar con alfas idiotas. --Apoyaba sus manos en el mesón y luego sacaba una botella de uno de los cajones. El señor Bae le extendía un vaso con dos hielos en él. --Qué bien me conoces.
--Claro que sí, paso más tiempo en esta casa que en la mía propia, por supuesto que lo conozco. Ahora beba eso y vaya a ver a su hijo. Lo necesita.
Jiseok asentía. Bebía el licor amarillento de su vaso casi de un trago, arrugaba la nariz por lo fuerte de la bebida y luego dejaba el vaso en el mesón.
Caminaba hacia la habitación de su hijo. Respiraba hondo, tratando de calmarse. Hace años no hablaba con su hijo de manera seria. Tomaba el pomo de la puerta y lo giraba.
--¿Jinnie? --llamaba, pero no parecía notarlo. Se acercaba a la cama esquivando algunas prendas de ropa, vasos vacíos y envases de ramen regados por el piso hasta que lo veía --Por la madre Luna... --susurraba al darse cuenta, tapándose la boca de la impresión.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro