Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra IX

—¡Manjiro!

La chica estaba parada frente al espejo mientras sus mejillas empezaban a arder. A su mente acudieron recuerdos de la noche pasada, los labios de Manjiro sobre su piel y de cómo y en qué momento causó las sugilaciones en su cuello.

—(T/N)cchi —saludó él con una sonrisa perezosa, a pesar de que llevaba despierto más tiempo que ella, aparentemente estaba preparando el desayuno por el delantal mal amarrado en su cintura. Se apoyó del dintel—. Buenos días.

—Estamos entrando al verano, ¡no puedo usar una bufanda para ocultar todo esto!

Manjiro curvó una ceja y le lanzó una sonrisa sugerente mientras se bajaba el cuello de la camiseta para mostrarle sus hombros. La chica enrojeció un poco más al ver los rasguños carmesí cicatrizando.

—Yo no me quejo.

—Porque las puedes cubrir.

Manjiro rio y se acercó a ella para envolverla en un abrazo mientras ella se quejaba, aunque no tardó en tomarlo de los antebrazos para darle un apretón afectuoso.

—Pero la pasamos bien anoche.

(T/N) suspiró con resignación, pero terminó asintiendo. Manjiro besó su mejilla y los miró a través del espejo. Le gustaba lo cómodos que estaban con el otro y lo bien que lucían juntos, y era incapaz de dejar de contemplarlo cada vez que tenía la oportunidad.

—¿Podríamos maquillarlos?

—Y usaré esa blusa de cuello alto con un pañuelo de seda que me regaló Yuzuha —susurró ella, pensativa—. Hoy tienes esa demostración, ¿no? Me encantaría ir a animarte, pero...

—Tienes que ir a la escuela. —Manjiro volvió a besarla, pero ella se separó antes de que su novio tuviera alguna brillante idea mañanera—. No te preocupes, sé que me animas desde tu corazón, sea donde sea que estés.

—A veces eres tan cursi... —se quejó ella, pero depositó un beso en su mejilla—. Pero sí, me aseguraré de verte. Solo ten cuidado si empieza a llover o algo.

—Tendré cuidado. —Asintió él y la haló de la mano—. Ahora, vayamos a desayunar.

Disfrutaban de la rutina. Valoraban esos instantes de cotidianidad juntos porque ambos sabían todo lo que les había costado llegar hasta allí. Así que (T/N) entró a la escuela con una sonrisa resplandeciente después de que Manjiro la fuera a dejar en su motocicleta. De algún modo, se las arregló para esquivar las preguntas sobre su blusa de cuello más alto de lo usual.

Le gustaba su trabajo. Saludaba a los estudiantes con ánimo y muchos de ellos se detenían a hablar con ella, desde los más pequeños hasta los que estaban por graduarse. Baji y Peh-yan a veces la molestaban diciendo que podría ser su segunda oportunidad para vivir un romance escolar prohibido, aunque dejaron de decirlo después de que Manjiro tuviera una breve charla con ambos.

—Sensei, ¡muchas gracias! —Meiko le sonrió, su expresión al fin relajada después de comprender cómo debía resolver los ejercicios de física del profesor Yamada.

(T/N) la observó marcharse por la puerta a media mañana e iba a regresar a la sala de profesores cuando empezaron a llegarle una sucesión de mensajes. Emma le preguntaba si estaba bien; Hina si había visto las noticias; Yuzuha que intentaría resolverlo; Kazutora y Shinichiro le aseguraban que buscarían una solución; y Chifuyu le decía que pasaría buscándola, que ni se le ocurriera salir sola.

Iba a indagar más en el asunto, pero el timbre de inicios de clases empezó a repicar por todo el edificio, así que tomó sus libros para ir con los niños del primer año de secundaria. Se distrajo con las preguntas y los ejercicios que resolvían, a la par que se tomaba el tiempo para explicar de distintos modos la materia para que todos la comprendieran.

Si bien era difícil convencer a un niño de que las matemáticas no eran tan terribles, al menos sus estudiantes no parecían al borde del hastío cada vez que la veían. Aún le faltaba mucha experiencia y técnicas didácticas, pero creía que se acercaba cada vez más a cumplir sus sueños.

Al finalizar la jornada laboral, tomó su bolso y empezó a dirigirse hacia la salida, recordando que Chifuyu había dicho que la pasaría buscando. Pensó en sentarse en la parada del bus cercana a esperarlo, pero no contó con la cantidad de personas aglomeradas en la entrada, siendo retenidas por el portón de la escuela mientras el guardia de la garita lucía conflictuado.

La joven detuvo sus pasos y evaluó otra salida, pero se quedó petrificada cuando alguien gritó:

—¡Es ella!

Se quiso morir de la vergüenza cuando empezaron a tomarle fotografías. ¿Qué rayos era eso? ¿Por qué estaban allí? ¿Qué había hecho para llamar la atención de los periodistas si no era más que una profesora novata de matemáticas para niños de secundaria?

Iba a regresarse para refugiarse en un aula y tranquilizar su corazón desbocado, cuando escuchó el rugido del motor de una motocicleta. No era la de Manjiro, pero reconocía el sonido de la de Baji, que ahora casi siempre usaba Chifuyu después de perder la apuesta de Baji sobre si pasaría el semestre o no.

—¡Voy a salir! —anunció la joven hacia el guardia, apretando las asas de su bolso.

—¿Está segura, sensei? No podré hacer nada si deja las instalaciones. Creo que...

La joven sonrió cuando las personas empezaron a apartarse entre gritos. Chifuyu no lo dudó y empezó a tocar la bocina de la moto para abrirse paso hacia ella por encima de la calzada. La joven se deslizó por el espacio que le abrió el guardia y se subió a la motocicleta sin desperdiciar tiempo.

Chifuyu arrancó mientras ella se colocaba el casco y no tardaron en perder de vista a la muchedumbre. Se permitió relajar, asegurándose de sujetarse bien con las piernas y las manos, sería extraño si abrazara a Chifuyu.

—Quiero golpear a Mikey.

—¿Pasó algo? —(T/N) se bajó cuando Chifuyu aparcó frente a su tienda de mascotas—. Y no quieres eso, Manjiro seguro te daría una paliza.

—No es necesario que me recuerdes la triste realidad. —Chifuyu rio entre dientes y la dejó entrar primero, una sonrisa se posó en sus labios cuando ella corrió a ver a los cachorros que tenía en adopción—. Aunque sí se merece un golpe, el muy gran idiota...

—Bueno, pero dime qué ocurrió. Solo me llegaron algunos mensajes de ustedes y luego están todos esos periodistas... —su amiga suspiró y se golpeó la frente—. Les dijo que salíamos, ¿verdad?

—Algo así. —Chifuyu apreció que su amiga supiera atar cabos rápido—. Mira.

Su amiga tomó el celular que le tendía con el video en el reproductor. Manjiro estaba sentado en un taburete mientras Draken revisaba su auto, como siempre, su expresión lucía serena, con un brillo de seguridad al fondo de sus pupilas que aún después de tantos años lograba desarmarla. Lo estaba entrevistando un hombre ataviado con un traje impoluto.

«¡Tengo entendido que eres muy solicitado por las chicas, Mikey!»

Lo dijo en tono jocoso, pero (T/N) de inmediato se percató de la forma predadora con la que pretendía mirarlo. Manjiro divagó los ojos hacia la cámara y se encogió de hombros.

«Pues no he escuchado nada al respecto y tampoco es que me interese.»

«¡Vamos! Un joven de tu edad, guapo, famoso... Apuesto que tendrás toda una fila de señoritas esperando involucrarse contigo. ¿No tienes a nadie en la mira? En algunas entrevistas he escuchado a idols admitir que tú eres su tipo.»

«¿Sí?»

Manjiro esgrimió una sonrisa socarrona, aunque ella sabía muy bien que empezaba a irritarlo.

«¿O es que quizás tienes otros gustos?»

Manjiro soltó una breve carcajada y se repantigó en el taburete. Al fondo, Draken esgrimía una sonrisa peligrosa mientras revisaba algunos datos en su Tablet.

«De ser así, el único hombre que me interesaría sería Kenchin.»

«Pero tengo entendido que está comprometido con tu hermana...»

«Así es. Y puesto que te preocupa tanto, yo ya estoy saliendo con alguien.»

El periodista pasó saliva, obteniendo lo que quería, ávido por sacar más información a lo que prometía ser una premisa jugosa.

«Es maestra en una escuela y estoy con ella desde los quince, así que no deberías preocuparte por mi vida sentimental, ni sexual.»

(T/N) se golpeó la frente de nuevo, sus mejillas ardiendo al recordar las marcas de sus labios y dientes en su cuello y la de sus uñas en la espalda de él. En ese instante, Draken lo llamó y la transmisión se cortó. La chica suspiró y posó sus pupilas sobre las de Chifuyu.

—Bueno, lo habíamos conversado y yo no tenía problemas con que lo dijera... Aunque ese entrevistador estaba siendo muy grosero.

—Es imprudente de su parte exponerte así.

—Pero no me molesta —insistió ella—. Aunque sí me gustaría que les pidiera que me dejen en paz.

—Sabes que eso no pasará del todo...

—Estoy consciente, pero en mi vida no pasa nada escandaloso y terminarían por aburrirse de mí. —Ella se encogió de hombros.

—Excepto Mikey, siempre te contempla como si tuvieran una semana de novios. —Chifuyu puso los ojos en blanco.

Ella se rio, sonrojada. Se acuclilló y dejó que un perrito le mordisqueara la mano. Lo que le había dicho a Chifuyu era todo cierto, aunque una parte de ella se removía, ansiosa. Había estado con Manjiro por casi diez años y, pese a convencerse de lo contrario, había temido ese instante. Las palabras del periodista se reprodujeron en su mente. Manjiro era apuesto, divertido y se entregaba completamente a las relaciones que le importaban. Y el periodista tenía razón: tenía una fila de candidatas espectaculares y talentosas. No como ella, que se había conformado con seguir un estilo de vida tranquilo, predecible, sin llamar la atención...

Seguro que, si su foto la asociaban con la de Manjiro, todos criticarían que no estaba a la altura, que nunca lo estaría, y, de nuevo, se sumergiría en un círculo vicioso de intentar cumplir expectativas que tan solo la harían infeliz.

—Gracias por traerla aquí, Chifuyu.

La voz de Manjiro la despertó de sus cavilaciones, aún llevaba los pantalones de su uniforme con una camiseta negra. Se acercó a ella y depositó un beso en sus labios.

—¡Se me escapó, lo siento!

(T/N) parpadeó y Chifuyu prefirió dejarlos a solas.

—¡Es que ese sujeto estaba diciendo estupideces! —Manjiro se desplomó a su lado y empezó a acariciar otro cachorro—. ¿Que tengo una fila de pretendientes? ¿Qué diablos le sucede si solo existes tú para mí?

—Bueno, pero es que es cierto que hay por allá afuera chicas despampanantes que...

—¡Solo existes tú! —insistió Manjiro, apretando sus mejillas entre sus dedos—. Además, no me importa lo que digan los demás y te aseguro que, si me importara, sé qué dirían que hacemos buena pareja. Emma siempre lo dice y Kisaki también.

—Tienes la mano con baba de perro... —susurró ella y suspiró—. De acuerdo, Manjiro. Es solo que...

—Que a veces te gana la inseguridad, pero para eso estoy yo. —Le sonrió de manera resplandeciente—. Y voy a solucionarlo para que te dejen tranquila.

—Está bien... —La joven suspiró y se inclinó hacia él para abrazarlo—. Gracias.

—Gracias a ti —susurró él, envolviéndola entre sus brazos y luego se separó con una sonrisa divertida—. ¿Te acuerdas de esos fanfics que escriben sobre mí y Kenchin? ¿Te imaginas que empiecen a hacerlo para ambos? Dejaré comentarios.

—¿Qué? ¿Les escribirás cosas como que yo no diría eso o tú no harías aquello? —Ella se rio y dejó que Manjiro acunara sus manos con delicadeza.

—Las escenas subidas de tono también podría...

—¡Manjiro! —lo interrumpió ella con las mejillas encendidas.

El chico rio entre dientes y la contempló unos segundos, recordando lo orgulloso de poder seguir a su lado, de ser una versión mejor de sí mismo y de conocer que podía superar sus límites si era por ella. Acarició su mejilla y le dijo:

—Me comunique con Yuzuha y me recomendó unos cuantos periodistas que podrían cubrir la noticia de mejor manera y también le pedí a Izana que se encargara de controlar a cualquier persona que te molestara, y Kisaki y Kokonoi tienen a sus equipos viendo todas las noticias en internet para descartar aquellas que suponen un riesgo para ti.

—Para ambos —repuso ella—. Me intriga cómo la gran mayoría de las personas que mencionaste no eran nuestros amigos antes.

—Significa que estamos haciendo las cosas bien. —Sonrió Manjiro con suavidad—. Ahora, será mejor que regresemos a casa.

Ella aceptó la mano que él le tendió después de levantarse. La joven se percató de la mirada que les echó a los cachorros y tiró de su mano:

—¿Te gustaría que adoptáramos uno?

—No crecí con mascotas en la casa y sí me gustaría —Manjiro le dedicó una sonrisa—, pero no tenemos tiempo. No quisiera dejarlo solo.

—¿Y un gato? —preguntó ella.

—Ya me tienes a mí, ¿no?

—¿A qué...?

—A veces hablas dormida y dijiste que yo soy como un enorme gato amarillo perezoso.

(T/N) se puso de todos los colores.

—No hablo dormida...

—La siguiente vez, te grabaré. —Se rio él mientras abría una puerta para despedirse de Chifuyu.

—No tienes que agradecerme nada, Mikey. —Chifuyu le sonrió al ver sus intenciones y luego posó sus pupilas sobre su amiga—. Es mi mejor amiga, claro que voy a rescatarla si está en problemas.

—Como yo me he confesado en público varias veces para que alguna chica al fin se fije en ti —se burló (T/N) mientras Chifuyu palidecía al ver la sonrisa peligrosa en los labios de Mikey—. Nos vemos luego.

—S-sí... Uhm... Si deciden adoptar alguno, tendrán descuento de por vida.

A Manjiro le brillaron los ojos y asintió mientras su novia le reclamaba por mirar feo a Chifuyu como si no fuera él el de la idea de que hiciera eso. Lo cierto era que Manjiro se sentiría más tranquilo si Chifuyu se consiguiera una pareja de una vez por todas.

Ambos salieron, sus dedos entrelazados mientras conversaban y se reían. A ella la impresionaba que aún después de tanto tiempo, no se cansara de la compañía de Manjiro ni de la cotidianidad junto a él; aunque como Manjiro siempre salía con sus actividades inesperadas y conseguía convencerla de acompañarlo, la rutina no resultaba monótona. Del mismo modo que él, ella se sentía afortunada de poder continuar a su lado, de poder disfrutar de esa sonrisa que solo le dirigía a ella.

Al día siguiente, Manjiro la llamó mientras ella preparaba el desayuno.

—Mira, Yuzuha realmente lo solucionó. —Manjiro le mostró el reportaje que estaba encabezado por ellos saliendo de la tienda de Chifuyu—. Te ves totalmente enamorada de mí.

—Tú igual.

—Sí, no me cuesta admitir que estoy perdidamente enamorado de ti. —Manjiro depositó un beso en su mejilla—. Shinichiro hasta me envió algunas capturas de los comentarios.

Por tonto que le pareciera, la alegró que nadie parecía juzgarlos. Algunos los felicitaban y decían que se veían bien. Otros aludían a que no los sorprendía que alguien como Manjiro decidiera salir con una extranjera, y otros que nunca lo habían visto sonreír de ese modo.

Manjiro contempló la ligera sonrisa en los labios de su novia y la imitó, aliviado. Solo para molestarla, dijo:

—¡Ya deben haber fanfics!

¡Muchas gracias por leer!

N/A: No iba a permitir que junio se me pasara sin subir este extra jaja No sabía qué escribir y salió esto, aunque mi mente lo visualizaba de un modo distinto al resultado...

Ahora sí, el siguiente extra es el último. Solo debo retocarlo, editarlo y publicarlo para despedirme oficialmente de esta historia >.<

Espero que tengan un excelente inicio de semana.

¡Cuídense! >.<

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro