Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo XLVIII: Confidente

No estaba segura de en qué punto de la madrugada, Manjiro había rodado hasta el futón. Se habían quedado dormidos después de una sesión de besos que la hacía sonrojarse de solo recordarla. Pero agradeció su sensatez por una vez. Lo dejó dormir y se fue a acicalar en el baño para luego sentarse a adelantar algunas tareas. El sol apenas empezaba a salir y le gustaba estudiar con la mente despejada.

Estaba haciendo los ejercicios de química inorgánica, algo sobre configuración electrónica que sabía cómo realizar, pero a lo que no le hallaba lógica. En algún punto, la señora Matsuda le había dado los buenos días y había ido a preparar el desayuno después de insistirle que se quedara estudiando. Empezó a tararear la música que provenía de la cocina, apenas llegaban algunos acordes, pero reconocía la melodía porque la señora Matsuda había empezado a escuchar música en español para hacerla sentir más en casa.

—"Te amo. Desde el primer momento en que te vi. Y defino lo que siento con estas palabras. Te amo"

Tamben ti amo.

La chica reprimió el grito que quiso escaparse de su garganta cuando Manjiro la rodeó por la espalda, adormilado, y le habló en un español pedorro, pero que a ella le pareció el mejor acento del mundo. Enrojeció y su corazón se puso como loco, pero no le importó. Ese instante valía oro.

—He estado intentando practicar con mi abuelo... —susurró Manjiro, separándose de a poco mientras se frotaba un ojo y sostenía una de las esquinas de la sabana del futón—. Pero el español es muy difícil... Y me escucho raro.

—Puedes mejorar, pero gracias.

—Es mi regalo de San Valentín adelantado...

—¡Te luciste! —Ella lo abrazó y Manjiro parpadeó, al principio, confundido y luego convencido de que no estaba soñando—. Me vas a dejar sin aire si me aprietas así.

Manjiro no la escuchó y la alzó para hacerla dar vueltas por la habitación. Ella se rio, aferrándose a él hasta pedirle que se detuviera porque se estaba mareando. La dejó con suavidad y la sostuvo de los brazos para que no perdiera el equilibrio.

—Ya pedí una cita al médico. Es mañana en la tarde después de clases y así podremos quedarnos tranquilos.

—Gracias.

—No es nada. Ahora, ve al baño, cámbiate y desayunemos.

Manjiro parpadeó, lento, pero asintió y empezó a caminar en modo automático al baño. Esperaba que estuviera bien.

Por su parte, ella se preguntó si sería buena idea hablar con Draken ese mismo día. Aunque no quería que Manjiro lo supiera porque ya no podía usar la excusa de San Valentín, pero, al mismo tiempo, no quería mentirle.

—Venía a ayudarte con el futón, pero ya lo guardaste... —Pese a sus buenas intenciones, Manjiro se arrojó sobre la cama recién tendida—. Tenía mucho tiempo que no dormía así de bien.

—Me alegra, pero debemos ir a desayunar. Tengo tareas que hacer todavía y...

—¿Y? —Manjiro curvó una ceja y ella suspiró, derrotada.

—Quisiera hablar algo con Draken.

—¿Con Kenchin? Quieres que te lleve y...

—No, necesito hablar con él a...

—¿A solas? —Mikey apretó los labios—. ¿Hay algo que no puedes decirme? ¿Por eso necesitas hablarlo con Takemicchi y Kenchin?

—N-no es eso.

—Ah, eres muy mala mintiendo, (T/N)cchi. —Se puso a mirar el techo, taciturno—. En serio puedes decirme lo que sea.

Por un segundo, un ínfimo instante, ella realmente consideró contarle todo. A él, en quien confiaba de un modo que se escapaba de su comprensión. Pero no fue capaz, no quería que Manjiro se enterara del potencial que tenía para arruinarse la vida por sus decisiones.

Se arrodilló al borde de la cama, a la altura del rostro de su novio y acunó su mano entre las de ella.

—Es algo sobre ti, pero no puedo decirte qué.

Manjiro la observó unos segundos que se le hicieron eterno, analizándola con sus ojos de abismo. Suspiró despacito hasta curvar los labios.

—Confío en ti. Y si quieres hablar con otras de las dos personas en las que más confío, será algo importante. Aun así, te llevaré con Kenchin, no quiero que andes sola. Además, debe estar en su casa y no quiero que te lleves ningún susto.

—De acuerdo. Prometo que te lo contaré a su debido tiempo. Aunque creo que no me creerás.

—Sé cuándo mientes, así que te creeré. —Él le sonrió, convencido.

Ambos fueron a desayunar y, después de dejar todo en la cocina arreglado, le escribieron a Draken para saber si podían hablar, a lo que él les confirmó que estaba en su casa. Luego, los dos le informaron a la señora Matsuda que saldrían y Mikey le prometió que la traería de regreso antes de mediodía.

Cuando pusieron marcha en la moto de Mikey, ella le quiso cuestionar por qué estaban yendo hacia uno de los barrios que estaba en su lista de barrios peligrosos y que debía evitar. Sin embargo, coincidía con la dirección que Draken le había enviado.

Mikey se detuvo frente a un motel de fachada dudosa y su novia se aferró a su suéter.

—¿Qué...?

—¡(T/N), Mikey! —saludó Draken, acercándose a ambos.

—Te estaré esperando por allá. —Manjiro le señaló un aparcamiento de bicicletas.

—¿Eh? Pero esto es...

—Aquí vivo. —Draken sonrió, divertido, al ver la cara de desconcierto de la chica—. Estaba estudiando para el examen de primera hora, así que no podía salir.

—El tiempo de estudio de Kenchin es sagrado —comentó Mikey, empezando a marcharse.

(T/N) pasó la mirada del uno al otro y suspiró, derrotada. Si su mamá supiera todas las decisiones que había tomado en Japón, seguro terminaría enclaustrándola. Se dejó guiar por Draken, que saludó al hombre que estaba en la recepción y quien no se ahorró el vistazo incrédulo hacia la recién llegada.

—¡Ken, tengo el cabello todo enredado después de que...!

Una mujer salió de una habitación con coloración roja, vestía un conjunto de encaje verde. Nada más. La más joven se ruborizó hasta las orejas.

—¡Chicas!

—¡Ugh! Ya van a empezar. Ven rápido. —Draken tiró de su mano para llevarla a una habitación del fondo.

—¡Ken trajo una chica!

(T/N) agradeció que llegaron rápido a la habitación porque no creía haber soportado al grupo de mujeres que se les iba a echar encima y que, aún con la puerta cerrada, empezaban a preguntar cosas aún más subidas de tono que otras.

—No les prestes atención. Lo hacen por molestarme.

—No, no te preocupes. ¿Pero cómo es que vives aquí?

—Ah, los dueños me adoptaron cuando me quedé sin casa. No tenía a dónde ir y me quedé. Ahora, contra todo pronóstico, considero este sitio mi hogar y ellas son como mis hermanas. Lamento no haberme explicado antes, pensé que Mikey te habría advertido.

—Le gusta verme paniqueada, así que...

—Nah, además, él es demasiado honrado como para contarte sobre algo que le pedí que me guardara.

—Sí... ¿Y tú, Draken?

—¿Yo qué?

—¿También eres honrado? Si te contara un secreto, por muy disparatado que suene, aún si no me crees, ¿me lo guardarías?

—Mientras no sea nada ilegal...

—No, no es nada ilegal. Solo algo que suena irracional y sin explicación.

—Bueno, suéltalo.

Ella apretó los labios, dubitativa, y respiró profundo. Era ahora o nunca.

—Emma morirá el 22 de febrero.

—... Me estás jodiendo —dijo Draken con una sonrisa sarcástica y luego arrugó el entrecejo—. No me parece una broma divertida.

—Te digo la verdad, Draken. ¿Por qué mentiría sobre algo así si Emma es mi mejor amiga? Te lo digo porque sé que te importa y sé que con tu ayuda puedo protegerla.

—¿De dónde diablos sacas todo esto? —Pese a su expresión incrédula, seguía prestándole atención y eso la alentó a no desistir.

—Es... Bueno...

—¿Acaso alguien las ha amenazado? Con Tenjiku encima de nosotros, no me sorprendería.

—Lo que te voy a decir te va a parecer aún más inconcebible.

Draken se quedó callado a la expectativa. La chica esperó de todo corazón que Draken no la fuera a tachar de loca porque, la verdad, ella misma creía que se le había zafado un tornillo.

—Hay veces en las que puedo viajar al futuro. Ocurre cuando estoy durmiendo y necesita algunas condiciones para cumplirse, pero todos esos futuros son terribles y...

Se quedó callada, sin saber qué decir ante la mirada estoica de Draken. No había forma de explicar eso para hacerlo sonar plausible. Solo restaba que Draken se conformara con lo poco que ella comprendía de ese fenómeno.

—Mikey siempre está presumiendo de que eres muy inteligente —empezó Draken con un ligero suspiro—. Yo mismo pienso que eres bastante racional... Pero esto que me dices es un poco...

—Lo sé. Suena a una locura. —Ella apretó los puños, avergonzada—. Pero no le encuentro otra explicación.

Draken echó la cabeza para atrás y volvió a suspirar.

—Pero eso explica muchas cosas.

—¿Eh?

—Cuando viste a Mikey pelear en el parque, por la mirada que le diste pensé que realmente no volverías a hablarle. Seguiste a su lado luego de lo que pasó en el festival, luego de enterarte de que era el jefe de ToMan. —Draken se frotó la barbilla, pensativo—. Sinceramente, creía que alguien como tú no toleraría las transgresiones de Mikey; me parecías alguien que buscaba su tranquilidad y pasar desapercibida por sobre todas las cosas.

—Es que no quiero que Manjiro esté solo en el futuro... —(T/N) bajó la mirada, sintiendo un nudo en la garganta—. Quiero que esté bien, con sus amigos, que pueda sonreír... Y pensé que si al menos yo podía convertirme en un pedacito de felicidad que pudiera evocar en el futuro para que fuera mejor...

Draken parpadeó, sin saber qué hacer, cuando se percató de que estaba llorando. Si lo que decía era cierto, era demasiada responsabilidad para ella, para todos, que seguían siendo unos mocosos.

—Pero Emma...

—No sé. —Ella agitó la cabeza, secándose las lágrimas—. No sé qué va a ocurrir, pero solo imagina el escenario si a Emma le pasará algo. ¿Qué sería de Manjiro? ¿Qué sería de ti y de mí?

Draken palideció. Por su mente jamás había cruzado la posibilidad de que la vida de Emma pudiera esfumarse de ese modo. Él sabía que no lo soportaría, pero Mikey...

—El 22 de febrero, ¿verdad?

—Voy a estar con ella todo el día. La pasaré buscando por su casa para ir al colegio y luego la llevaré a la mía.

—Bien, entonces, yo también estaré pendiente. —Draken asintió, sin todavía creerse todo, pero no le costaba nada tomar precauciones extras—. Y, vamos, ¡todo estará bien! No llores.

—Lo siento. —La chica se secó el rostro, pero las lágrimas no podían detenerse, no cuando no imaginaba el alivio que sentía de compartir esa carga con alguien más.

—¿Sabes lo que me hará Mikey si te ve llorando? Seguro me da una paliza.

La chica rio y Draken posó una de sus manos sobre su cabeza para reconfortarla. Confiaba en Draken y eso aligeró un poco sus preocupaciones.

Continuará...

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Cuando escribo de los niños siendo adolescentes normales y responsables, siempre me hallo pensando en La Naranja Mecánica y el capítulo final. Siento que muchos de ellos están claros que esto de ser delincuentes es algo que terminará cuando sean adultos; mientras que otros deciden seguir viviendo en ese mundo.

Necesitaba que Draken supiera sobre el futuro porque, si bien Chifuyu es un gran apoyo para Takemichi, siento que Draken hubiera hecho mucho más porque es más fuerte... Y porque yo todavía le lloro al Draken x Emma xD

¡Y Feliz Año Nuevo! Espero que este 2024 esté lleno de muchas alegrías y oportunidades. No olviden que son los mejores y el éxito está al alcance de sus manos.

¡Cuídense mucho! >.<

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro