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Capítulo LII: Pasado

Advertencia: A partir de aquí hay spoilers del manga, aunque la historia también cambia bastante, pensé que iban a animar más en el anime jaja

¿Qué era eso?

Recordaba haberle lanzado una escoba a la motocicleta como si su vida dependiera de eso. Había sido un buen tiro, seguro que Takeda estaría orgulloso de ella.

¿Por qué todo se veía más grande?

Estaba demasiado iluminado, con aromas distintos y una explosión de colores que la aturdía. Además...

¿Se había encogido?

Si eso era el futuro...

Realmente no quería regresar al futuro. Quería quedarse en la época que le correspondía, crecer e intentar no arruinarlo en el proceso. Quería ver a Manjiro, a Emma, a Hina y a Chifuyu, volver a reír juntos...

Eso estaría bien.

Se sorprendió cuando sintió que su mano se soltó de una indescriptible calidez. Y fue arrastrada por una multitud hacia no sabía dónde. Su línea visión estaba limitada a unos cuantos centímetros de las caderas de las personas y sus movimientos parecían no querer obedecer a sus órdenes.

Los ojos se le anegaron de repente y empezó a gritar por su mamá. Al parecer, no estaba ni en Japón ni en su país natal, y su voz era mucho más aguda. Eso solo significaba que estaba en el pasado, pero no tenía voluntad, así que quizás era una reminiscencia dentro de un sueño.

Aun así, le pareció sorprendente cómo todos la pasaron de largo, dedicándole miradas indiferentes mientras ella reculaba para esquivar las piernas que parecían capaces de arrollarla si no tenía cuidado. Su cabeza miraba en todas direcciones, su voz muriendo de a poco hasta que se percató de su figura reflejada por una bandeja de metal. Pese a la distorsión, se reconoció de tal vez unos cinco o seis años. Llevaba un bolso transparente donde se podía ver su oso de peluche favorito. De su cuello colgaba su identificación.

Parecía que estaba en un mercado, pero no lo reconocía de ningún lado. Quiso mantener la calma, pero su versión de reminiscencia empezaba a entrar en pánico mientras su visión se emborronaba más. Giró bruscamente y se echó a correr con los ojos cerrados.

Fue ahí cuando lo vio.

Le pareció gracioso que un adulto se cayera por el embiste de una niña, pero a ese hombre podría reconocerlo en cualquier lado. Su imagen decoraba cada estancia de la casa de los Sano, su sonrisa los perseguía y Manjiro a veces se quedaba viendo su imagen. Tenía los ojos de obsidiana y la nariz respingada de Manjiro, pero la forma de sus labios y su sonrisa se parecían a los de Emma.

A Shinichiro lo conocía tanto como si lo hubiera hecho en vida, a través de sus fotos y de las historias de su familia. Y ahora la observaba con expresión de confusión mientras se sentaba en el suelo.

—¿Estás perdida?

Se quiso reír porque cuando Manjiro le había dicho que era un tonto, no creyó que lo fuera al punto de que estaba hablándole en japonés a una niña extranjera, en un país que no era Japón. Sin embargo, ahora podía entenderlo, aunque las lágrimas volvían a surcar su rostro y Shinichiro entraba en pánico.

—Vamos. Todo va a estar bien. —Extendió la mano para ver su identificación con expresión conflictuada y pronunció su nombre con dubitación.

La niña dejó de llorar y parpadeó muchas veces mientras asentía. Shinichiro pareció aún más conflictuado cuando ella se aferró de su pantalón.

—Ah... Deberíamos ir a la policía. Aunque... Uhm... No se me da bien el inglés.

¡Inglés!

Entonces, definitivamente no estaban en Japón ni en su país. Pero ella no recordaba alguna vez viajado al extranjero. Se sorprendió cuando Shinichiro hizo que se soltara de su pantalón para envolverle la mano con la de él. Ella lo miró y él le sonrió con amabilidad.

—Si te perdiste por aquí, lo mejor será que permanezcamos aquí. ¿Qué te parece? —Rio entre dientes, nervioso, y suspiró—: ¿Qué tal si comemos algo?

La guio por entre las personas y se detuvo en un puesto ambulante. La chica quería reírse, no podía creer que de todas las personas se hubiera cruzado con Shinichiro y, pese a su inexperiencia, se sentía segura a su lado. Después de comprar algo, la llevó para que se sentaran en un antepecho; hasta la alzó para ayudarla.

—Mira, es lumpiang. No estoy seguro de qué es, pero tenía muy buena pinta —dijo y le ofreció, a lo que la niña tomó uno por cortesía—. ¿Sabes? Tengo un hermano de tu misma edad. Es lo mejor que me ha pasado y...

Se metió un rollito en la boca, embadurnado en salsa agridulce y miró al horizonte, pensativo. La niña se lo quedó mirando mientras masticaba de a poco el lumpiang.

Así que los episodios de mutismo eran de familia. Manjiro también a veces solo se quedaba mirando el cielo, acurrucado a su lado, meditando en quién sabía qué. Shinichiro tenía una presencia más sólida que la de Manjiro y ahora comprendía su carisma. Era algo en su mirada, en sus manierismos, en la forma en la que sonreía para tranquilizarla cada vez que se percataba que iba a empezar a llorar de nuevo.

—Mi hermano... Sufrió un accidente y se cayó por las escaleras. —Su semblante se oscureció—. Quedó en un estado vegetativo y, por mucho que lo cuidé, nunca mejoró. No importó las veces en las que me lo repetía para darme ánimos, Manjiro no...

¿Eh? Manjiro? Pero si él...

—No puedo creer que esté haciendo esto... Desahogándome con una niña, soy muy patético. —Se rio entre dientes y le ofreció otro lumpiang—. La cuestión es que escuché un rumor de que había un hombre que aseguraba viajar en el tiempo e hice de todo hasta encontrarlo. Luego, yo... No me vayas a juzgar, sé que estuvo mal, pero por Manjiro... —Se cubrió el rostro y suspiró—. Conseguí su poder y en serio pude viajar al pasado y arreglarlo todo.

Espera. ¿Qué? ¿Por qué no había podido hacer una regresión en vez de soñarlo y cuestionarlo? ¿Por qué era solo una reminiscencia? ¿Acaso había asesinado a ese hombre? ¿Entonces, en otra línea de tiempo Manjiro había estado en coma por largos años hasta morir? Las preguntas brotaban de ella, pero su versión de cinco años seguía comiendo en silencio, agitando las piernas.

—Pero han estado ocurriendo algunas cosas y eso me preocupa... Manjiro no es malo, pero a veces me pregunto si su indiferencia se deba a alguna consecuencia de mis acciones. Quizás cambié algo. En las películas siempre ocurren cosas así y he estado preguntándome eso... Así que pensé que, si le daba un propósito más fuerte, lograría contrarrestarlo. Aún estoy trabajando en ello. De hecho, vine aquí en busca de alguna respuesta y encontré dos motores para una CB250T. Nos imaginé yendo lado a lado en ellas y...

La niña apartó la mirada de Shinichiro, de cómo sus ojos se iluminaban y pronunciaba las palabras con vehemencia. Al frente de ellos estaban sus padres, una mezcla de pánico y alivio.

Sin embargo, (T/N) comprendió de inmediato que estaban en Manila porque Manjiro le había comentado el origen de Babbu en alguna ocasión. Esa era una coincidencia gigantesca, casi improbable, de una en diez mil millones. Pero no recordaba nada de ese viaje, aunque explicaba por qué su madre estaba en contra de que se alejaran demasiado de su zona de confort. Seguro aún seguía culpándose por casi haberla perdido en otro país.

—Ah, ya nos encontraron. —Rio entre dientes Shinichiro mientras se apeaba de un salto y la ayudaba a bajar.

Shinichiro se acercó a sus padres e intercambiaron algunas palabras en un inglés chapurreado. Como estaba lejos, no pudo terminar de comprender las oraciones, así que solo los observaba, terminando de comerse el rollito y reanudando su llanto.

Se sorprendió cuando Shinichiro se giró y le sonrió hasta acuclillarse y quedar a su altura. Era muy bueno con los niños.

—Me encantaría que conocieras a Manjiro. —Posó la mano en su cabeza con suavidad—. Las probabilidades son muy bajas, pero no imposibles, así que ayúdalo, ¿sí? Quizás necesite que una chica con mano fuerte lo ponga en su lugar. —Se rio para sí mismo—. Es mi hermanito y se merece lo mejor del mundo, así que si aún hay algo de ese poder en mí... Bueno, te lo doy. Y, ¿quién sabe? ¡Quizás nos volvamos a ver!

Shinichiro la devolvió con sus padres y la niña lo miró mientras se alejaban y agitó la mano con timidez, consiguiendo que el chico sonriera aún más brillante.

De repente, el sitio donde la había tocado Shinichiro empezó a dolerle de forma pulsátil. La molestia se depositó al fondo de su cabeza, tan solo para reanudarse diez años después.

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Allí está la explicación, toda ameboide, pero congruente con las explicaciones del manga xD

Fue divertido escribir sobre Shinichiro, aunque siento que no se profundizó lo suficiente sobre él... Por lo menos, no en lo que le pasaba por la cabeza al Shinichiro de la línea temporal donde Mikey esté bien.

Voy a empezar a publicar los lunes, miércoles y sábados, creo jaja

¡No olviden tomas agua! >.<

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