4- ¿Por qué yo?
Aparentemente no me había seguido, así que cuando llegué a casa me sentí aliviada. Tiré mis cosas en algún rincón y corrí al baño para sacar todo el sudor y dejar que el agua se llevara el día entero.
Cuando salí prendí el televisor para que hiciera algo de ruido mientras me preparaba la cena. Luego de cenar lavé los platos, apagué el televisor y me fui a acostar. Había tenido un día agotador y sólo quería descansar.
En el cielo los rayos de sol buscaban entrar por mi ventana cuando mi alarma sonó. Abrí mis ojos e inmediatamente el mismo sentimiento de melancolía se apoderó de mi alma, pero no dejé que me venciera tan fácil.
Luego de levantarme y desayunar, recordé que tenía evaluación de inglés, y como soy pésima me puse a repasar. Pienso que cada uno debería elegir el idioma que le gusta, yo por ejemplo elegiría japonés, ya que mi sueño es irme a vivir a Japón.
Después de almorzar, busqué mis cosas y me fui a la facultad. Gracias a Dios ese extraño chico no estaba en la parada del colectivo y llegué sin problemas al curso, donde mis amigas ya me estaban esperando.
—Hola chicas ¿Cómo están? — pregunté dejando mis cosas en el banco.
—Mal, me va a ir terrible en inglés — me contestó Luana.
—Ya somos dos — dije sonriendo — Vamos a fumar — y salimos.
—¡Felicitaciones Milena! — me dijo Anahí — Me encontré con Luna y me contó que te nombraron armadora y capitana del equipo.
—¿Es cierto? — preguntó Aylana.
—Si — contesté un poco avergonzada.
—Pues te felicito — y me abrazó.
—Pero eso no es todo — Anahí cambió el tono de voz.
—¿Qué más pasó? — preguntó Luana ansiosa, mientras fumaba.
—Me contó que ganaron el partido de práctica contra el equipo de varones, que varios chicos se fijaron en ti, y que cuando salió a esperar el colectivo te vio hablando con el capitán muy cerca — sonrió esperando a que yo diera algún tipo de explicación.
—¿Eso es verdad Mile? — preguntó con la boca abierta Luana.
—Este… este yo… — trataba de pensar en algo, cuando una voz que se me hacía familiar preguntó.
—¡¿Qué…?! ¿Acaso Milena tienes novio?...Y yo que pensé que serías mi novia — al ver las caras boquiabiertas de mis amigas, miré detrás de mi y allí estaba él con su pelo desaliñado compitiendo con los rayos del sol — Te dije que no era el destino — me guiñó el ojo mientras se acercaba cada vez más — ¿No piensas contestar? ¿Tienes o no novio?
—Este…yo… — tartamudeaba, cómo se supone que contestara esa pregunta así de repente — ¡Allá va la profesora de inglés! — y salí corriendo dejándolo solo, y mis amigas corrieron a la par.
—Milena exigimos una explicación — espetó enojada Anahí — ¿Quién era ese chico? Es muy apuesto.
—No sé, no sé — era lo único que podía decir.
—¡Milena! — escuché mi nombre y volteé — ¡Noah! ¡Noah es mi nombre! — se alejó caminando.
Obviamente en la evaluación no pude concentrarme para nada y sentía en mi espalda las miradas fijas de las chicas. ¿Por qué tenía que aparecer? Justo cuando pensé que mi vida había vuelto a la normalidad.
Al salir de la evaluación tuve que explicarles todo desde el comienzo. Todas escucharon atentas, mientras un cigarrillo se pagaba y uno nuevo se prendía.
—Y eso fue todo — suspiré mientras me respaldaba en la pared.
—Así que hay dos chicos disputándose tu amor — dijo ilusionada Aylana, que parecía ser la única que disfrutaba de la situación.
—Preferiría que ninguno existiera — dije rápidamente para hacerles saber que no estaba interesada en ninguno.
—Creo que deberías estar agradecida — me contestó Luana — La verdad es que nunca pensé que llegaría el día en que te viera de novia.
—Es como dice Luana, nosotras pensamos que los chicos te veían como un chico en un grupo de tres chicas.
—Qué dura eres Anahí, lamento no ser tan femenina como ustedes; y lamento que no me interesen cosas como el amor.
—El punto es que de seguro te seguirán molestando hasta que te decidas por alguno.
—Pero no quiero a ninguno.
—¿Es que acaso el otro chico es muy feo? ¿O es que de repente te gustan las mujeres?
—Ninguna de las dos Aylana, no niego que los dos son apuestos, incluso siendo físicamente opuestos, pero no estoy interesada en estar en pareja, sólo estoy enfocada en el club, no decepcionar a las chicas y en mis estudios. Espero que todas lo entiendan y no me sigan molestando con este tema.
—Es una lástima que no podamos conocer al otro candidato — sonrió Luana.
—No te preocupes que te apoyaremos.
—Vamos que ahí va la profe de Teo, y apenas entra al curso comienza a dictar — dijo Anahí caminando hacia el curso.
No me gustaba Teología, de hecho disentía bastante con la profesora, pero había optado por guardar silencio y no echarme en contra a la profesora. No creo ser atea, pero mi fe se había debilitado por las circunstancias de la vida.
Eternas se hicieron las horas, sólo quería regresar a mi casa y cambiarme para ir al trabajo. Quería olvidar todo, pero necesito el dinero para mantener mi casa.
—¡Por fin se fue! — dijo Luana estirándose sobre su banco.
—Es agotadora esta materia, no te deja ni respirar la profesora.
—¿Tenemos Antropología hoy? —pregunté algo confundida.
—¿Hoy trabajas Milena?
—Si, por eso quiero saber si hay o no Antro, para hacer algunas horas extra.
—No tenemos — afirmó Anahí mirando su cuaderno.
Las cuatro guardamos nuestras cosas para marcharnos. Nos reíamos de las cosas que nos habíamos enterado de nuestros compañeros, pero las risas se terminaron cuando llegamos a la puerta de la facultad.
—¿Ese chico que está siendo molestado no es Noah? — preguntó Aylana
—Creo que sí — contesté cuando lo vi, pero me paralicé cuando vi al otro joven — ¡No puede ser! — dije sorprendida.
—El otro chico es muy apuesto también — dijo Luana sonrojada.
—¡¿Qué hacen?! — grité impulsivamente.
—¡Ah! Es Milena — contestó el joven morocho soltando a su adversario.
—Tienes razón, creo que nuestra charla tendremos que dejarla para otro momento — dijo Noah marchándose con las manos en los bolsillos del pantalón — Nos vemos Milena.
—Creo que vendré a verte en otra oportunidad — dijo el otro joven yendo por un camino diferente.
—¿Qué es lo que acaba de suceder? — preguntó totalmente confundida Anahí.
—¿No me digas que el otro chico es…?
—Si, Aylana; es el capitán de voley del equipo masculino.
—Es bellísimo Milena, tienes mucha suerte de verdad.
Mientras Luana hablaba sus palabras se perdían en la inmensidad. ¿Por qué yo? ¿Por qué me tenían que pasar estas cosas a mi?
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