Hay cosas las cuales que sin importar que tanto vueltas les des, no hay respuestas concisas.

Miraba el horizonte mirando el césped verde relucir con el sol brillando en su máximo esplendor. A veces Bellum se le quedaba viendo a los girasoles que habían sembrado el y Jazmín por puro capricho, cuando miraba aquella flor amarilla que siempre miraban al sol todos los días no podía evitar recordar aquellos cortos días qué pasó en Falaina con sus habitantes, pero más que eso recordaba a Chihiro, cuando cerraba los ojos en días nostálgicos como esos siempre veía la imagen de la castaña escribiendo con suma concentración en sus hojas para después mirar en su dirección dedicándole una sonrisa.

Había escuchado hace algún tiempo, de un viajero qué pasó por su hogar, el mismo que les dio las semillas de girasol, que aquella flor tenía un significado algo especial.

"—El girasol simboliza el sol, para otros significa amor y admiración, pero para otros y para mí significa la felicidad vitalidad el positivismo y la energía—"

Soltó un pequeño suspiro ante el recuerdo.

"—Ante nada, a mi me gustan porque siempre traen alegría a quien las mira—"

El pelirrojo miró las semillas por días después que el viajero se fuera, al igual que la pelinegra. No tenían un motivo o no podían pensar en uno, pero cuando se miraron un día ambos se pusieron a sembrar las semillas y cuidarlas con cuidado hasta que florecieron.

Cuando lo hicieron cuando sintió la razón por la que quería verlas florecer, sentía que aquella flor le recordaba a aquella tranquila aura que rodeaba a la secretaría de Falaina, el mismo color de su Thymia, la misma...

... Radiación de alegría...

Por un momento se la imagino, a Chihiro, abrazando un gran ramo de girasoles mientras les mostraba una gran sonrisa.

Cuando miro a Jazmín sin que ninguno dijera palabra alguna se abrazaron sin razón, se quedaron así un rato mirando su arduo trabajo que había florecido mientras una pequeña gota de agua se resbalaba por su ojo.

Sin importar cuánto tiempo hubiera pasado, sin importar cuánto lo hayan negado, aquellos sentimientos aún no se habían apagado.

... Y no quería que lo hicieran.