Cap 2: Debiste dejarla morir
POV Rosé
Habían pasado ya cinco días desde que no veía a Jisoo, sinceramente la extrañaba mucho.
Estaba acostada, viendo televisión y escuché como tocaban la ventana de mi habitación. Me asomé para saber que era ese ruido. Jisoo estaba parada ahí, estaba subida en una escalera.
- ¡Jisoo! Te vas a caer. - La ayude a subir, para que entrara a mi habitación. Cuando lo hizo, fui hacia ella para abrazarla fuertemente. - Te extrañe
- Yo también Rosé. Tú hermana, Jennie, me ayudó a entrar
- Ven. - Tomé su mano, la guíe hasta la cama y nos sentamos. - Traeré botana, para comer, y ver una película, espera aquí. - Salí de mi habitación, y fui hasta la cocina para preparar algo de comer. Subí nuevamente a mí cuarto. Jisoo y yo nos acomodamos en la cama, y comenzamos a ver la película.
La película terminó, Jisoo se acercó a mí, y comenzó a besarme. Me puse nerviosa, ya que ella se subió encima mío, sin dejar de besarnos. Me puse aún más nerviosa, cuando metió su mano por debajo de mi blusa, y comenzó a acariciar mi abdomen. No sabía exactamente qué hacer, puesto que solo soy una niña inexperta de trece años, Jisoo tal vez ya tendría algo de experiencia porque tenía quince años, pero aún así, la notaba nerviosa.
- No Jisoo. - La separé de mi. - Es q-que e-estoy nerviosa y...yo nunca, ya sabes...
- Yo tampoco lo he hecho. - Dijo acariciando mi rostro
- ¿No c-crees que somos muy chicas para hacer eso? Siento que no estoy lista para hacerlo, soy muy chica para eso...
- Tienes razón, no te preocupes, perdóname por hacer ésto. - Se acercó nuevamente a mí, y volvió a besarme
- ¡Rosé! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! - No nos dimos cuenta cuando se abrió la puerta y mi madre estaba ahí, muy enojada. - Maldita marginal, maldita mocosa. - Se dirigió a Jisoo. - ¡Te dije que no te quería cerca de mi hija! - Se acercó a Jisoo, la tomó del brazo jalandola y la sacó de mi habitación, tomó su cabello y lo enredo en su mano derecha, tirando de el, bajando las escaleras.
- ¡Mamá! ¡Déjala ya! - Ella abrió la puerta de la casa, y empujó a Jisoo bruscamente haciendo que cayera al suelo, y cerró la puerta. La ví acercarse rápidamente hacia mi, cuando estuvo delante, me propinó una fuerte cachetada
- ¡Te dije que no quería verte cerca de esa mugrosa! ¡Ahora aparte de juntarte con ella, la traes a la casa y encima las encuentro besándose en tu habitación! ¡¿Qué pretendías Roseanne?! - No dije nada, solo tomé mi mejilla con mi mano, y mantenía la cabeza a agachada. - Es la última vez que te veo con esa mugrosa ¿Entendiste Roseanne? - Seguí sin decir nada. - ¡Te estoy hablando Roseanne, respondeme!
- E-Esta bien mamá, no volveré a hablar con ella
- Dime algo, ¿Dónde exactamente vive esa muchacha?
- En el basurero, por ese barrio, no sabría decirte calles
- ¿Ella tiene mamá, o alguien que se haga cargo de ella?
- Sí, tiene a su mamá. ¿Irás a hablar con ella?
- Sí, iré a decirle que no la quiero cerca de ti, si no le irá muy mal. Ahora ve a tu habitación, estás castigada nuevamente por tiempo indefinido
- Pero mamá. - Traté de replicar pero me agarró del brazo para subir las escaleras. - Mamá, no seas tan mala conmigo, yo quiero mucho a Jisoo
- Sí, ya me di cuenta por la manera en que las encontré en tu cuarto. - Abrió la puerta de mi habitación y me empujó hacia adentro, rápidamente cerró la puerta con seguro. - Estás castigada, te quedarás sin cenar y no saldrás hasta que te comportes
POV Seulgi
Salí de mi casa, para ir directamente a buscar a aquella mugrosa y hablar con su madre, y pedirle de la mejor manera que se aleje de mi hija.
Llegué en mi auto a aquel maldito basurero, donde todos se me quedaban mirando, estaba comenzando a asustarme, tenía miedo de que me asaltaran. Debía preguntar a alguien sobre el paradero de aquella muchacha, bajé el vidrio de mi auto y le hablé a un hombre.
- Disculpe. Estoy buscando a una muchacha, se llama Jisoo, es una jovencita de unos quince años
- Claro doña, ella vive aquí a una cuadra, puede distinguirla porque afuera de su cantón tienen muchas flores muy bonitas seño
- Muchas gracias. - Le dije a aquel hombre. Qué mala manera de hablar, no tienen educación
Seguí aquel camino hasta llegar a aquella casa. Con mucho miedo, bajé de mi auto, y toqué aquella puerta, bueno si se podría llamar así a aquella cosa de lámina.
- ¿Qué se le ofrece? - Una mujer salió y me habló. Me miró de arriba a abajo, fijamente, clavo sus ojos en mi
- ¿Es usted la madre de una muchachita llamada Jisoo? - Pregunté, tratando de que la mujer ya no me mirara de aquella manera
- Usted...usted maldita desgraciada
- Oiga ¿Qué le pasa? ¿Por qué me falta al respeto maldita marginal?
- Es usted, nunca podría olvidarme su cara
- Señora, creo que me está confundiendo con alguien más
- No, no, claro que no, es usted. ¿Qué es lo que viene a hacer aquí? ¿Por qué está buscando a mi hija? - Aquella mujer se comenzó a enojar. No entendía nada. O tal vez eso yo quería creer. - ¡Está muy equivocada, si piensa que después de todos estos años tiene usted derecho de llevársela!
- No sé de qué mierda está usted hablando
- Claro, ahora se hará la loca que no sabe, ¿Verdad? No admitirá, que usted fue quien abandonó a aquella niña recién nacida, aquí mismo, en este basurero
- No puede ser
- Yo soy aquella mujer que la enfrentó, aquella noche lluviosa, hace quince años. Yo me he hecho cargo de aquella pequeña niña
- ¡NO DEBIÓ HACERLO, MALDITA ESTÚPIDA! DEBIÓ DEJAR MORIR A AQUELLA MALDITA BASTARDA. - La mujer me tomó del cuello con sus dos manos
- ¡Callese! Es usted una maldita desgraciada, una inhumana. - Me soltó, empujándome un poco hacia atrás. - Es mejor que se vaya de aquí antes de que cometa una locura. Y por favor, no regrese por aquí, nunca más.
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