Charla
Charla
Todo el día fue un infierno.
Después de tranquilizar a Hinata, mandó a Sora para que la llevara al departamento y se quedará allí. Él tenía mucho que hacer...
Tuvo que hablar con el jefe de Hinata, llamar al equipo de forense para que tomará huellas en la oficina de Hinata. Encontraron miles. Él tenía una larga lista de personas a la que entrevistar y tomar datos. Todo el equipo, con excepción de Gaara y su compañero, Shikamaru, tuvieron que ir al edificio para ayudar a Naruto. Los otros dos se quedaron en la oficina, proporcionando historial de cada persona que sería entrevistada.
Mujeres y hombres por igual, fueron interrogados. Naruto recién pudo leer la nota cuando él equipo terminó de examinarla. Él tomó el papel cubierto por la bolsa plástica transparente y se sorprendió un poco al ver que est nota la había escrito a mano.
Él se volvió para hablar con uno de las chicas del equipo de forense.
-Lo escribió a mano.
-Si, Naruto- respondió ella mientras guardaba unos utensilios-. Ya llamamos a un experto en grafología para que nos dé un perfil por su escritura y lo que escribió-. Ella levantó la mirada, su rostro arrugándose con asco-. Te aseguro que está mal de la cabeza.
-Para hacer todo lo que hace, estoy seguro que lo está- dijo él mientras volvía su mirada a la nota.
Comenzó a leer y mientras más leía su estómago se revolvía.
"Él no podrá salvarte. Está escrito, dulzura. Serás mía muy pronto. Seré tu dueño. Cada parte de ti. Tu blanca, blanca piel será marcada por mis dedos. Tus gordos muslos serán abiertos por los míos y probaré cada parte de tu interior. Tendré en mí lengua tu sangre dulce.
Eres mía.
No dejaré que él te tenga.
Yo tendré tu último aliento en mí boca.."
•
Hinata se despertó algo desorientada.
Se sentía abombada y se movió en la cama al darse cuenta que estaba en su habitación. Eran las 23 hs según su reloj despertador. Suspiró mientras se sentaba en la cama, sacando las piernas por el costado del colchón.
Había llegado tan alterada a su departamento, que tuvo que llamar a Kurenai cuando él muchacho silencioso la dejó sentada en su comedor. La terapeuta había llegado a su departamento unas horas después. Hablaron de como ella se sentía y qué podría hacer con lo que le estaba pasando. Kurenai le dijo que no podía medicarla, pero le había dado una pastilla para que descansará e intentará estar más tranquila. Ella se sentía algo perdida aún. Aunque no era de extrañar. Había dormido desde las 16 más o menos.
Su estómago gruñó, diciéndole que no había comido más que un sándwich de pollo antes de dormir. Pero primero fue a su baño, para lavarse la cara y los dientes. Justo cuando salía arrastrando los pies hacia su cocina, alguien golpeó su puerta.
Ella se movió de manera automática todavía, fue hacia la puerta y la abrió sin preguntar si quiera. Tarde se dió cuenta que fue un error.
Su cuerpo fue empujado contra la pared lateral, aunque su espalda no golpeó en el material con la fuerza que pensaba. Su nuca fue amortiguada por una mano y pegó un chillido que fue tapado por una grande mano llena de callos. Sus manos se levantaron de forma instintiva y golpeó el duro torso gigante. Ella levantó la mirada por puro instinto, sus ojos llenos de terror se conectaron con dos posos celestes y furiosos.
Hinata se detuvo y respiró con fuerza por la nariz mientras le devolvía la mirada a Naruto.
-Nunca vuelves a abrir la puerta sin preguntar-, gruñó con voz profunda y dura-. ¿Qué diablos Hinata? Ese enfermo hijo de puta podría haber matado a mí agente y entrado aquí sin más.
Por un momento el enojo le golpeó el pecho mientras miraba el rostro duro y desaliñado de Naruto a unos centímetros de ella. Sus manos se cerraron en puños sobre su chamarra, pero él no se movió.
-Ya estarías drogada o golpeaba si fuera él. Te habría dado un puñetazo-, dijo con un susurro mientras la mano que estaba en su boca se aflojaba. Sus dedos acariciando su mejilla con suavidad, su pulgar recorriendo su pómulo-. Estarías perdida, sin aire, mientras él cerraba esa maldita puerta y estarías a su merced.
Ella le frunció el ceño cuando finalmente sacó la mano de su boca. Tomó un profundo aliento por la boca mientras lo observaba enojada, aunque estaba más enojada con ella misma.
Naruto tenía razón.
Ninguno dijo nada más mientras se observaban en silencio. Naruto terminó moviéndose primero, separándose de ella lentamente. Hinata tuvo que dejarlo ir y apoyarse contra la pared al sentir sus piernas algo flojas. Naruto se volvió y cerró la puerta suavemente, poniéndole llave.
Ella seguía en la misma postura cuando él se volvió. De repente, su rostro se sonrojó cuando él bajó la mirada por su cuerpo, recordando que ni siquiera se había peinado y tenía un enorme pantalón y remera descoloridos. Tragó saliva cuando la mirada intensa de Naruto volvió a su rostro.
-¿Estabas durmiendo?- preguntó en un susurro.
Hinata asintió, sintiendo que no podía hablar. Ella abrió la boca para decir que iba a hacerse algo de comer, pero Naruto avanzó por el pasillo entrando a su sala sin preámbulos.
- Pedí una cena para ambos. ¿Ya comiste? Sora me dijo que la señora Sarutobi estuvo en tu departamento y que ella te suministro una pastilla para dormir.
Hinata caminó con rodillas temblorosas atrás de él, mientras Naruto observaba todo. Él se acercó a una de las ventanas y miró hacia abajo. Ella estaba en el tercer piso. Naruto levantó la mano y cerró la cortina, cortando la luz que venía del exterior. Él se volvió con una ceja levantada, y ella recordó lo que había dicho. Se obligó a hablar.
-Si.. digo no-, ella agitó la cabeza algo atontada todavía por dormir mucho y por la intromisión de Naruto en su departamento-. Si, ella vino y me dió algo. Y no, no he comido aún.
-Bien-, Naruto se movió y se sentó en el sofá individual como si fuera su casa.
Hinata se movió al sofá más grande y se sentó en el punto más alejado de Naruto mientras lo observaba sacar su teléfono y teclear algo con rapidez. Ella aprovecho que no la miraba, y analizó sus facciones. Parecía cansado, las ojeras oscuras bajos sus ojos decían que hace mucho tiempo no tenía una noche de sueño normal. Su barba desaliñada que hace un rato largo no se afeitaba. Su ropa estaba arrugada y cuando él se había cernido sobre ella, notó que su colonia estaba mezclado con un leve olor a sudor, no era muy fuerte ni desagradable. Ella recordaba eso de él.
Naruto se masajeó la frente con una mano mientras guardaba el celular con la otra y suspiraba con cansancio. Hinata se mordió el labio mientras retorcía sus manos, bajando la mirada a su propio regazo.
-Lo siento-, murmuró sintiéndose culpable. Ella no levantó la mirada, aunque sintió los ojos de Naruto sobre ella-. Estaba media dormida cuando tocaste la puerta. No volverá a suceder-, prometió.
Ella estuvo tensa hasta que Naruto finalmente suspiró.
- Lo sé. No era mí intención asustarte, pero esa es la mejor manera de mostrarte que ese monstruo puede dominarte fácilmente. Él tiene experiencia en esto, Hinata. No eres la primera con la que juega, desgraciadamente.
La habitación se quedó en silenció cuando Naruto terminó. Ella no levantó la mirada. Su pecho dolía por el miedo, pero se sentía segura con Naruto allí. No quería admitirlo a él, pero intentó relajar su postura.
-¿Has tenido alguna comunicación con tu ex pareja?- preguntó Naruto de repente, tomándola desprevenida y haciendo que levantará la cabeza.
Ella frunció el ceño mientras negaba con la cabeza.
-Cuéntame de él- exigió. Cuando ella sólo lo observó, Naruto aflojó su expresión-. Es por el maldito caso, Hinata. Hoy pasó algo que jamás había pasado con este monstruo que estamos siguiendo. Él jamás escribe a mano sus notas y nunca llevó alguna a un trabajo de las mujeres que escoje. ¿Tu ex es un compañero de trabajo? ¿Hace cuánto te separaste?- le preguntó inclinándose hacia ella, su mirada atenta a todo su rostro.
Ella se aclaró la garganta seca y desvío su mirada a su mandíbula llena de pelos dorados.
-Mi ex fue un compañero de universidad. No duramos mucho, tan sólo seis meses, más o menos. No he tenido otra pareja en este tiempo.
-¿Por qué?
Hinata se mojó los labios.
-Me concentré en mí misma. Yo...- ella tomó una profunda respiración. Había llegado el momento de tener esa conversación que había querido con Naruto desde hace tiempo. No desperdiciaría la oportunidad-. Yo me dí cuenta que tenía que trabajar en mí. Cuando me di cuenta en la forma que me había comportado contigo...
Hinata se detuvo por el nudo en su garganta, frotó con su pulgar e índice su dedo medio de la otra mano y bajó la mirada allí.
- Sé que fui una perra contigo, Naruto. Quería pedirte perdón por eso, tú no habías hecho nada malo. Yo tenía problemas de seguridad y me desquité contigo, mientras tu sólo me dabas amor. No lo ví en ese momento, pero ahora lo sé. Por eso quería hablar contigo. Para pedirte disculpas y decírtelo.
Ella esperó con el corazón agitado unos minutos hasta que él volvió a hablar.
— Mírame Hinata— pidió suavemente.
Se obligó a ser valiente y clavar sus ojos en los de él.
—Dime todo eso, mirándome a los ojos.
Tragó saliva, pero se dió cuenta que aunque hubiera querido, no habría podido desviar su mirada.
—Estoy haciendo terapia para sanar mis heridas de la infancia, Naruto. Siempre fui insegura porque jamás pude llegar a dónde mis padres querían. Siempre me hicieron sentir insuficiente. Jamás habría creído que tú gustabas de mí si no me lo hubieras dicho—, ella tomó un aliento profundo y siguió —. Te amaba con locura, pero cuando comenzaste a llamar la atención de las otras chicas, no pude evitar compararme con ellas. ¿Cómo alguien como tú, estaría con alguien tan soso como yo? Estaba segura que veías a las otras chicas más bonitas que yo...
— Eso no era verdad —, le interrumpió él, con el ceño feroz.
—Ahora lo sé—, sonrió tristemente Hinata—. Estoy en proceso de sanar, pero sé que tú nunca hiciste nada para eso. Era yo. Sé que peleaste con mis monstruos, con mí inseguridad. Pero jamás podrías haber ganado, porque el enemigo era yo misma, estaba en mí interior susurrando en mí cabeza que tu podrías estar con cualquier chica. Lo siento por eso. Sé que te lastimé.
Hinata se lo quedó mirando cuando ahora fue el turno de Naruto desviar la mirada hacia otro lado. Él se masajeó las sienes de manera inconsciente, pero no dijo nada.
—Entiendo que no hayas querido saber de mí. Lo siento por interrumpir en tu vida. Pero me alegra saber que pudiste seguir...— ella se detuvo cuando Naruto la miró con las cejas casi uniéndose.
—¿Qué te hace pensar que seguí con mí vida?— casi gruñó todas las palabras.
Hinata parpadeó, asombrada.
—Bueno..— murmuró, moviéndose en el sofá algo incómoda—. Yo también miré tu Facebook. Ví tus fotos con la mujer policía de pelo rosa con una bebé. Pensé que...
Ella se detuvo cuando Naruto se levantó del individual, tensó su cuerpo cuando él se acercó y se sentó casi al lado de ella en el largo sofá. Naruto buscó su mirada y se quedó clavada allí.
— Sakura es una amiga y su hija es mí ahijada.
—Oh..— murmuró con compresión y bajó la mirada para procesar la información
Hinata volvió a levantar el rostro cuando unos dedos tocaron su mandíbula para que levantará la cara. Sus ojos quedaron clavados en la mirada intensa de Naruto.
—¿Sólo por eso me buscaste? ¿Para pedirme disculpas y desaparecer de nuevo?— preguntó con suavidad.
Ella tragó con dificultad. El rostro de Naruto estaba demasiado cerca de ella,sus posos celestes parecían querer absorberla mientras ella se quedaba allí.
—Yo..— tartamudeo sin saber qué responder a eso.
—Dime— pidió Naruto—. ¿Pensaste en sólo pedirme disculpas y que todo quería bien entre nosotros y cada uno tomaría su camino por separado?
Ella parpadeó sus lágrimas hacia atrás. Se mordió el labio mientras él parecía querer ver todas sus expresiones de cerca.
—No lo sé—, se sincero con la voz un poco rota.
La expresión de Naruto se suavizó, sus dedos que habían sido firmes mientras sostenía su mentón, se suavizaron y acarició su mejilla. Ella podía sentir su fuerza, aunque no lo tocaba, se sentía abrumada por su enorme cuerpo casi sobre ella. Eso le hizo plantearse esa pregunta.
¿Qué esperaba después de eso?
—Creo que..— empezó algo dudosa, queriendo ser sincera con Naruto—. Tal vez esperaba que fuéramos amigos o por lo menos, que me perdonarás. No lo sé en realidad.
—Nunca podría ser tu amigo, Hinata.
Bajó la mirada a su torso para ocultar como le habían dolido esas palabras. Volvió a parpadear cuando sus ojos se nublaron, pero en vez de ir hacia atrás, unas lágrimas cayeron por sus mejillas. Naruto maldijo por lo bajo cuando las gotas cayeron en sus dedos y la tomó de las mejillas con ambas manos. La obligó a levantar la mirada para que viera su expresión adolorida. Él limpió las gotas saladas con la yemas de sus dedos.
— Significaste mucho para mí, Hinata. Me enseñaste muchas cosas, me marcaste con fuego.
Hinata asintió mientras más lágrimas caían por su rostro. Entendiendo perfectamente que él no quisiera saber de ella. Naruto siguió limpiando su rostro, su expresión cada vez más suave.
—Estaba muy enojado contigo. Creo que lo estoy, ya que nunca me dijiste esto. Me hace preguntarme si podríamos haber seguido si me explicaba tus temores.
Ella negó con la cabeza.
—No podrías, Naruto. Yo necesitaba ayuda profesional— murmuró.
Él suspiró mientras le limpiaba las comisuras de los ojos, haciéndole que ella los cerrará. Cuando volvió a mirarlo, tenía una leve sonrisa ahora.
—¿Crees en el destino?— preguntó él, haciendo que ella se confundiera.
—Si.. ¿Por qué?
—Es algo retorcido—, dijo con una sonrisa más grande—. Necesitabas ayuda profesional para pelear con un monstruo interno, ayuda que no pude darte. Pero ahora, cuando él monstruo es exterior, si puedo hacerlo.
Hinata le frunció el ceño, sin entender muy bien su punto. Estaba por preguntar cuando la puerta sonó con el leve golpe.
—¡Jefe! ¡La comida!— gritó una voz desde el otro lado.
Ella volvió la mirada a Naruto, este había perdido la sonrisa, pero no parecía enojado. Volvió a acariciar su mejilla una última vez antes de levantarse.
—Tienes que comer—, dijo mientras se movía al pasillo que lo llevaba a la puerta principal.
A los minutos un muchacho joven entro con una bolsa y una gran sonrisa. Se detuvo cuando la vió y sus ojos azules se suavizaron cuando dió unos pasos a ella y extendió su mano.
—Mi nombre es Konohamaru, señorita. Seré su guardia está noche.
Hinata se levantó y apretó su mano, miró hacia atrás de él, pero no encontró a Naruto.
—¿El detective Namikaze?— murmuró.
— Él debía ir a la oficina por una llamada de emergencia. Pero no se preocupe, él me dijo que la cuidara. Posiblemente vuelva mañana.
Hinata suspiró, pero terminó asintiendo. Konohamaru levantó la bolsa y volvió a mostrar una sonrisa juvenil.
—¿Dónde quiere que le dejé la cena?
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