La primera marca🐺🌕
Dinastía Joseon
1392-1897
El dragón es un animal imaginario que es considerado el más fuerte e inteligente, con cuernos en la cabeza y el cuerpo cubierto de escamas puntiagudas, el ser más auspicioso, símbolo de poder y buena fortuna del distrito Yongsang, donde residía y lideraban los nobles Jeon, una familia numerosa conocida por su abundancia de alfas puros, los únicos en todo ese territorio.
El clan Jeon eran una familia de honor y prestigio que mantuvo el título de yangban dese el nacimiento de la dinastía Joseon, aprobando las pruebas gwageo en cada ocasión, convirtiéndose todo el territorio de la montaña de dragón, propiedad de éste clan.
Su templanza, rectitud y buena educación eran el ejemplo de las demás manadas y clases sociales. Su enseñanza estaba basada en la conducta moral confuciana.
Jeon Jungsuk, por ser el hijo mayor noble y el alfa puro más joven del clan, era educado y entrenado con rigurosidad para heredar el título de yangban, quien debía hacerlo a una edad temprana, por la misma razón era necesario un casamiento antes de llegar a ser noble de Yonsang.
Jungsuk desconocía casi por completo al omega con el que iba a ser emparejado, solo tenía una idea de cómo lucia físicamente y le parecía que era bastante como todos los omegas que intentan emparejar con los herederos, delicado y sumiso.
Al alfa no le agradaba la idea de tener que desposar a una persona que desconocía, además, esperaba algún día volver a encontrar a su mate, a quien conoció justo después de la Luna gibosa creciente del ciclo lunar, durante su primera Luna llena, momento que fue doloroso pero recompensado por el encuentro repentino con quien parecía ser su destinado, a quien no volvió a encontrar desde que aquella noche.
Mientras mostraba en manada su casta y sus habilidades de alfa puro, corriendo por los alrededores del bosque con su grupo de amigos, dejándose llevar por su lado más instintivo. Aligeró su paso al ver un lobo que solo había visto en sus sueños, se encontraba corriendo junto a la manada.
Jungsuk había visto la autenticidad de ese pelaje blanco como la nieve en los recientes sueños que había tenido. Observó el movimiento del pelaje del omega, siendo iluminado por la Luna llena y movido por la fuerte brisa; la plenitud que sintió al verlo correr por el bosque y el aroma que dejaba a su paso, era algo que no podía olvidar. Su aroma a coco y lavanda se volvió más fuerte entre todos los lobos, en un momento de ensimismamiento y por una fracción de segundos sintió su corazón iba a la par con el suyo, fue entonces cuando sus ojos lobunos se encontraron, el alfa podía asegurar que nunca olvidaría aquellos ojos azules aguamarina, reconocería el brillo de los mismos de inmediato si los volviera a ver.
El omega salió corriendo cuando dos de su manada empezaron a pelearse, lo que interrumpió la extraña conexión que tuvo con aquel omega. Su instinto fue lo que le indicó que se trata de su compañero.
Los lobos reciben por parte de la Luna la mitad del alma de un lobo a falta de su mitad humana, debido a que ese mismo trabajo hizo la Luna con humanos, completando dos medias almas humanas con dos medias almas lobunas. En cuanto Jungsuk se encontró con aquel omega su sentimiento dominante era el deseo de protección, de seguridad.
El clan Kim, eran líderes del territorio Dongjak, al sur del río Han, tenían como símbolo la garza blanca, un ave que destacaba por su cuerpo elegante y esbelto, por su paciencia e inteligencia algo que caracterizaba a la familia Kim.
Antes de ser nobles, los Kim fueron parte de esa parte de la población, jungin, quienes estaban entre la clase más alta, los yongsan y la clase media-baja, los sangmin. En su linaje predominaban los alfas dominantes y los omegas verdaderos por sus fuertes genes de factor omega, su mayoría en cromosomas X, durante toda su historia solo han habido dos omegas hombres, lo que seguía siendo excepcional y extraordinario para muchos. Esto sucedía cuando los genes de factor omega se desplazaban al cromosoma Y, naciendo así un omega hombre que por herencia también era omega verdadero.
Kim Taeyang, era el único omega verdadero de su familia, quien como el resto de su clan, a mitad de la dinastía Joseon se convirtieron en nobles de Dongjak. Taeyang aceptaba ser un omega, lo que no le gustaba era el hecho de que tenía que cumplir con los altos estándares de la nobleza. Debía mantener su belleza impecable, una piel pálida y limpia, lo que se le complicaba tener por ser de piel canela. Tenía que mantenerse delgado, pero no al punto de parecer enfermo, lucir una figura delicada que atrajera a los alfas ricos, atractivos y muy educados, sin estas cualidades sus padres no aceptarían un cortejo.
Ser un omega hombre, verdadero y noble era mucho peor que ser solo un omega, las reglas que debía seguir eran mucho más que las del resto de los de su casta. Odiaba tener que usar por obligación corsés debajo de su hanbok, todo con tal de moldear el cuerpo desde el pecho hasta la cadera, pero sin deslucir a las mujeres omegas.
No podía casarse con nadie que no fuese un alfa, aunque eso no le disgustaba del todo, lo que le incomodaba era el hecho de que solo era respetado por ser un omega verdadero de la nobleza, pero para su familia era como un objeto de negociación para enlazarse a través el matrimonio con reinos más fuertes.
Iba a ser emparejado con un alfa del que a penas y conocía el nombre, lo peor de todo es que no iba a conocerlo hasta el día del casamiento.
A Taeyang le llenaba de incertidumbre y le incomodaba que su madre estuviese hablando todo el tiempo de aquel alfa dominante, cuando el omega había tenido una experiencia bastante peculiar durante su primera Luna llena mientras corría por el bosque con la manada de su mejor amigo, tuvo un breve encuentro con un alfa de pelaje negro como al carbón y unos ojos rojos brillantes que tan solo por fracción de segundos lo cautivaron, la sensación fue extraña y nueva para el omega y aunque aquel encuentro solo fue cuestión de minutos en las que se sintió completo, después no volvió a sentirse igual y deseaba entender a que se debía aquella sensación, se preguntaba todas las noches si había encontrado a su mate y siquiera le dio tiempo a asimilarlo.
Una tarde soleada, donde las personas se paseaban por las calles montañosas de Yongsan, Jungsuk caminaba junto a su sirviente por las calles concurridas del mercado que visitaba siempre que iba a comprar un nuevo traje para las cenas importantes que se llevaban a cabo en su casa. Mientras se dirigía al lugar de trabajo de su sastre, alguien impactó contra su cuerpo siendo sorprendido por un joven omega que sostenía entre sus dedos papeles de hanji y pinceles de tinta, solo bastó mirarlo a los ojos para darse cuenta de que se trataba de su destinado, recordó a la perfección el brillo de sus ojos bajo la Luna, era muy diferente a verlo en su forma animal, era tan hermoso como su lobo, simplemente deslumbrante.
Se le escapó de las manos corriendo lejos y muy rápido, el alfa corrió detrás de él sin pensarlo dos veces, pero éste parecía estar muy apurado por algo.
—¡Joven amo, tenga cuidado! —le gritó su sirviente mientras intentaba alcanzar al omega que cada vez se alejaba más entre la multitud, hasta que finalmente lo perdió—. Joven amo, va a llegar tarde a la cita con el modista.
Jungsuk se pasó el resto de tarde pensando en aquel omega, sus ojos no eran azules pero el brillo de los mismos eran realmente cautivadores, mientras empacaba el nuevo traje que iba a utilizar aquella noche, decidió que iba a contarle a su padre sobre aquel omega, esperaba que con eso pudiera romper con el matrimonio arreglado que se estas llevando a cabo. Ahora que sabía de la existencia de su destinado, necesitaba tenerlo a su lado y así descubrir si su compañero despertaría un sentimiento de amor en el, después de todo lo único que había sentido hasta ese momento era un gran deseo de protegerlo y cuidarlo.
El principal punto de referencia del Hanok de la familia Jeon era la naturaleza, con un techo cubierta por giwa, tejas de barro, el borde del tejado formaba un ángulo interno de 30 grados con relación a la pared, lo que facilitaba una mayor cantidad de luz en el invierno y sombra en el verano. Los pasillos y las habitaciones con paredes divisoras recubiertas de Hanji y libre de adornos daban una sensación de frescura y calidez hogareña.
Jungsuk se colocó su traje, un pantalón amplio atado a los tobillos y una túnica de mangas anchas de color negro con un emblema de dragón en el frente. Recogió parte de su cabello en un moño que mantuvo en su lugar con una horquilla y con un Donggot atado en su frente mantuvo el cabello bien recogido.
Se preparó para recibir a los nuevos invitados de su familia, un clan que también asesoraba y ayudaba a la familia real, lo que el alfa no esperaba es que se tratara del mismo omega de antes. Su primera reacción al verlo fue sonreírle, estaba evidenciado que su destino era encontrase.
En cuanto Taeyang saludó al alfa pudo asegurar que efectivamente se trataba de su compañero, su instinto de omega le alertó que aquel alfa alto y fuerte era su destinado. Ambos podían apreciar lo fuerte que se volvieron sus aromas, siendo las únicas feromonas que ambos podían sentir con más intensidad por encima de aquellos en la sala.
El alfa no tardó en hablar con su padre antes de reunirse con la visita, no podía posponer su petición, por suerte su padre se alegró de saberlo y fue gratificante para el que su hijo haya encontrado a su compañero. Durante la cena, la conversación fue amena, aunque principalmente se trataba sobre la realeza y la relación que tenían ambos clanes, Jeon y Kim, con la dinastía Joseon.
Mientras Taeyang hablaba y comía con tanta educación y elegancia, el alfa no pudo evitar sentirse atraído por el mismo, deseaba tener una apropiada conversación con el omega, él sabía que también estaba al tanto del sentimiento innegable que aceleraba su pulso. Ambos aceptaban el hecho de que fuesen destinados y se demostraba en su mirada, algo que notaron ambas familias. La sonrisa y el carisma del omega despertaron en Junsuuk un sentimiento que no solo era de protección, sino de amor.
—Taeyang se iba a comprometer con un alfa del clan Park, pero estos rechazaron —comentó el padre del omega.
—Padre, no creo que sea apropiado tocar ese tema —consideró Taeyang con las mejillas sonrojadas. Jungsuk miró a su papá en busca de aprobación para presentarse con el padre del omega como su destinado. Todos sabían que esa era la intención del hombre, darles un empujón ya que no habia logrado arreglar un matrimonio con los Park.
—Señor Kim, en vista de que ninguno de los dos está comprometido y que somos mmm... destinados, me gustaría tener su aprobación para cortejar a Taeyang —El omega abrió los ojos de la sorpresa al escuchar la propuesta del alfa, es cierto que ninguno de los dos habían dejado de mirarse desde que llegó, Taeyang no esperaba algo como eso, aunque la idea no le desagradaba del todo.
—Tienes mi aceptación, joven Jeon, ya es decisión de él si acepta o no —afirmó su padre.
Taeyang se sorprendió por lo rápido que su padre había aceptado aquello, volvió su mirada al alfa frente a él, quien parecía estar a la espera de una respuesta. Con timidez asintió levemente y el alfa tomó su mano para besarla, acto que demostraba respeto y amabilidad hacia quién sería su pareja.
Jungsuk y Taeyang se tomaron un tiempo prologando para conocerse y cortejarse mutuamente, tiempo en el que se demostraron uno al otro con lindos gestos, que si permanecían juntos siempre iban a estar protegidos y amados. La forma tan extraordinaria en la que congeniaban era algo que estaba fuera de ser comprendido y expresado en palabras.
Después de meses juntos, llegó el mes lunar en el que iba a poder experimentar la Luna llena juntos, se supone que el cortejo terminaba con la marca y la danza de lobos.
Con la llegada de la Luna llena, alfa y omega se encontraban en el bosque de la familia Jeon, ambos cambiaron a su forma de lobo mostrando por completo su casta, un momento de completa intimidad en el que ambos se acariciaban bajo la luz de la Luna brillante. Podían sentir el latido de sus corazones y la suavidad de sus pelajes que se acariciaban con sutileza. Jungsuk no podía dejar de mirar con admiración el intenso color azul de los ojos del omega y lo bien combinaba con su cabello blanco que de alguna forma tambien contrastaba con el pelaje negro del alfa.
Ambos cambiaron a su forma humana después de mostrar su casta de una forma más íntima a la primera vez que se vieron. Desnudos y siendo bañados por la luminosidad de la Luna, se sumergieron en un beso pasional mientras se recostaban sobre la manta que reposaba sobre la grama, el alfa recorrió con sus labios cada parte del omega debajo de él, era la primera vez de ambos, pero parecían conocer la debilidad del otro.
Los gemidos se hicieron presentes cuando el alfa se empujó lentamente al interior húmedo y apretado de Taeyang, con cuidado de no lastimarlo se movió lentamente sintiendo la calidez de sus cuerpos colisionar de una manera tan íntima y pasional. Las piernas de Taeyang rodeaban cintura del alfa y abrazaba su espalda sintiendo el vaivén de su movimientos sutiles y placenteros.
Entre jadeos y gemidos que se volvieron cada vez más altos a medida que la estimulación se hacía más placentera para ambos. Jungsuk fijó su mirada en los ojos del omega encontrándose con sus ojos lobunos, ese azul intenso era aún más hermoso en su forma humana, sus pupila dilatadas y la irradiación de la Luna llena que los arropaba mientras se sumergían en gemidos y besos apasionados.
—Alfa —gimoteó Taeyang apretando sus piernas alrededor del cuerpo de Jungsuk.
—Serás mío, mi omega —jadeó el alfa con la respiración agitada besando el cuello del omega.
El cuerpo de Taeyang se estremeció cuando sintió el caliente en su vientre que anunciaba su orgasmo, cuando el alfa también sintió su clímax aproximarse lamió la clavícula de su compañero y posterior a ello rozó sus caninos en la piel del omega, al sentir los espasmos de su destinado producto del recién orgasmo, clavó sus colmillos con cuidado, sintió las glándulas debajo de su piel abrirse, lo que le facilitó al alfa inyectar sus feromonas. Con su voz de omega, Taeyang dejó salir un gemido de dolor cuando sintió los dientes lobunos del alfa en su clavícula, al mismo tiempo que llegaba al clímax.
La Luna parecía ser bañada en sangre cuando ambos se apartaron, Jungsuk apreció su mordida, con la respiración agitada y una sonrisa de satisfacción mientras su aroma se mezcla con la del omega, lo que le avisaba a los demás alfas que se había creado un vínculo. Y así, bajo el plenilunio que centelleaba en la piel desnuda de ambos, sus lobos se unieron física y espiritualmente, para siempre.
—¿Estás bien? —cuestionó el alfa al ver la mirada perdida del omega; se dejó caer a su lado manteniendo la cercanía.
—Duele, pero me siento lleno de ti y eso lo recompensa —susurró con debilidad mientras sus párpados se volvían pesados.
—Quiero pedirte algo —masculló y recibió un asentimiento de su omega—. Cuando más me necesites llámame, que yo te encontraré, mi lobo lo hará.
—¿Responderás a mi llamado? —preguntó.
—Aun cuando nuestra parte fisica muera, encontremonos en la otra vida, que yo siempre responderé a tu llamado, mi hermoso omega —musitó Jungsuk antes de besar los pronunciados labios de su pareja.
Después de haber danzado en su forma humana y cuando notó a su omega casi inconsciente por el fuerte impacto de su alma al ser marcado, Jungsuk le pidió a Taeyang que volviera a su forma de lobo para que pudiera soportarlo.
Con ayuda de su alfa Taeyang vuelvió a su forma de lobo luciendo ligeramente más brillante y espléndido, un cambio que el alfa notó. Ambos se reconocen en su forma lobuna como pareja. Aún con la Luna llena roja, pasaron varias horas juntos en su forma animal, momento en el que sus partes salvajes terminaron de aceptarse mutuamente.
El alfa acarició la cabeza del omega que poco a poco se dormía, era la forma en la que sus lobos juraban frente a la madre Luna, amarse por la eternidad, tanto emocional como espiritualmente.
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