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Capitulo 7🐺

La belleza perece en la vida, pero es inmortal en el arte-Van Gogh

Para Taehyung la noche había sido fría, oscura e irremediablemente invadida por alguien al que no quería tener cerca. Un alfa irrumpiendo en su recámara, tocándolo cada que tenía la oportunidad, algo que se estaba volviendo costumbre. El día llegó arropándolo con una suave brisa que removía su cabello mientras esperaba el autobús, los pensamientos positivos eran nulos, hasta que recordó que finalmente había llegado el día tan importante para el que se había preparado con mucho esfuerzo. Recibir la calidez del sol en su cuerpo era señal de que todo iría bien y se lo repetía siempre que su mente quería recordar los acontecimientos de la noche anterior.

—¡Eres un omega que no sirve para nada! —gritó su padre mientras empujaba el cuerpo del omega contra la pared, logrando un quejido de su parte.

—¡Y te haces llamar mi hijo! —Su voz estridente hacía que Taehyung se encogiera debajo de su silueta aterradora. Este le pega un puñetazo en su abdomen y una bofetada en su rostro.

—Algún día Taehyung, vas a hacer que te mate si sigues con esa actitud —le riñó al menor, tomando su rostro con fuerza, apretando con sus dedos las mejillas de su hijo. El castaño lo mira con los ojos abiertos y empapados de lágrimas.

—Padre, suélteme por favor —rogó asustadizo por la amenaza que acaba de recibir.

—Aléjate de mi vista, Agh —bramó al soltar su rostro de golpe causando otro golpe en su cabeza.

Taehyung sube corriendo a su habitación cruzando por la de sus hermanastro, quien estaba muy concentrado en sus videojuegos, la música alta y gritando junto a su amigo Woo bin como para darse cuenta de lo que pasaba en el exterior.

Cuando estuvo a punto de cerrar su puerta, algo se lo impidió, Taehyung aún con lágrimas bajo su mirada notando el pie de alguien, su corazón se aceleró y cerró los ojos rogando que no fuera quien creía, pero ese espantoso aroma estaba ahí y Taehyung no pudo pelear contra la fuerza de ese alfa.

—¿Por qué lloras? —le pregunta Woo bin entrando a su habitación, dejando la puerta media abierta y Taehyung ansiaba que permaneciera así, ya que eso significaba que él no tenía intenciones de hacer algo más.

—Por favor, solo quiero dormir —susurró dando un paso atrás para mantenerse alejado de las manos de ese chico tan intimidante.

—¿Por qué siempre lloras cuando estamos juntos? —preguntó limpiando las lágrimas de Taehyung—. ¿Me tienes miedo? —cuestionó tomándolo de su muñecas acercándolo a su cuerpo. Taehyung solo fue capaz de asentir.

—No deberías, sabes que sería incapaz de hacerte daño —Acercó su rostro al del omega y lo besó aun cuando éste seguía llorando—. Además, yo sé que quieres, lo sé por tu aroma.

Woo bin desliza sus manos por la espalda de Taehyung presionando sus labios contra los del menor, apretó sus manos en la cintura del omega para apegarlo aún más a su cuerpo, marcándolo con su feromonas mientras aún lo besaba sin ser correspondido. El corazón de Taehyung latía fuerte contra su pecho, sus ojos estaban cerrados con fuerza mientras intentaba con sus manos apartar al alfa frente a él.

—N-necesito dormir —masculló con voz temblorosa Taehyung.

Woobin lo mira a los ojos cuando se aparta, el mismo se encoge cuando siente esa mirada penetrante mirarlo de arriba abajo.

—Solo porque estas cansado —indicó en medio de una risa traviesa. Taheyung siente un apretón en su trasero y un beso corto por parte de Woo bin quien luego desaparece por el pasillo.

Esas noches en las que tuvo que soportar los besos y las manos traviesas de Woo bin no abandonaban sus pensamientos, cada día se sentía más sucio e inservible. Siempre que esos sentimientos lo invadían, recurría al pañuelo que guardaba en su bolsillo y se olvidaba de todo ese tormento. Cuando logra tranquilizarse, pone su mejor sonrisa y entra a su salón de clases, donde todos hablan con emoción sobre el evento de ese día.

Jungkook no dejaba de pensar en todo lo que su doctora le había dicho sobre su destinado, preguntándose si realmente él sería de los pocos afortunados que encuentran a su alma gemela. Durante el día se mantenía tranquilo pero en las noches, casi siempre a la misma hora, no dejaba de dar vueltas en la cama y no lograba conciliar el sueño hasta muy tarde, a pesar de estar tomando antidepresivos, su lobo interior seguía estando intranquilo. Esta vez no creía que se tratara de su lazo roto, algo más lo estaba molestando y no saber el que, lo frustraba.

El campus de la Universidad Nacional de Seúl parecía estar más concurrido que cada día, como siempre, Jungkook caminaba por los pasillos de la facultad de arte. Le fue imposible no darse cuenta de cómo los estudiantes se preparaban para algo importante, entonces recordó la exposición de arte a la que asistiría con su amigo. Lo había olvidado por completo.

Mientras caminaba a pasos lentos miraba a su alrededor a estudiantes con delantales llenos de pintura, algunos con cámaras colgando de su cuello, no pudo evitar ver la emoción y el nerviosismo en algunos rostros.

—Tenemos una exposición como proyecto final, deberías venir. —Jungkook ladea su cabeza para ver quien ahora camina a su lado, su mirada se encuentra con la de un omega rubio y de baja estatura.

—¿Ok? —contestó Jungkook confundido de que se le haya acercado y le hablara como si se conocieran de toda la vida.

—Entonces te veo en el salón de arte —comentó con su mirada en el frente—. Cuidado —advirtió empujando levemente el hombro de Jungkook para evitar ser estrellado por un grupo de estudiantes que salían de espaldas con cuadros en sus manos.

—¿Nos conocemos de alguna parte? —preguntó Jungkook con una ceja levantada.

—Jajaja, no, no, solo te vi mirar todo el lío que hay aquí y aproveché para invitarte, no te estoy invitando a una cita, con suerte y nos encontraremos allí —explicó con una sonrisa en el rostro.

—No pensé que fuera —hace una pausa—, olvídalo.

—Por cierto, soy Jimin, tú debes ser Jungkook —se presenta el rubio dándole la mano.

—Me empiezas a asustar, ¿Cómo es que me conoces? —preguntó con las cejas juntas en un ceño fruncido.

—Digamos que eres medio popular por aquí —indicó Jimin antes de entrar al salón de clases donde lo esperaban su amigo Taehyung junto a Kyung.

Jungkook siguió su camino a clases sin terminar de analizar lo que acaba de suceder, no pensó mas sobre ello y se apuró por llegar a su aula.

Taehyung y Kyung terminaban de darle los últimos toques a sus pinturas mientras Jimin daba su opinión al respecto. No esperó un minuto mas para hablar de su reciente encuentro con el alfa.

—A que no saben a quien encontré vagando por el pasillo, embelesado con el ajetreo de nuestros compañeros —señaló Jimin sentándose en el muro del ventanal detrás de los cuadros de sus amigos.

—¿A quién? —responden al unísono Taehyung y Kyung.

—A Jungkook, le dije que viniera a la exposición, en realidad lo hice con todos —explicó Jimin—. Su reacción fue algo graciosa, no esperaba que yo le hablara —declaró con la mirada en sus uñas.

—¿Y cómo es? —preguntó Kyung concentrada en las pinceladas que daba en su lienzo. Taehyung solo escuchaba sin prestar mucha atención.

—Debo decir, que no es mentira lo que dicen, aunque la verdad es amable, su figura da un poco de miedo, pero de que está guapo, lo está —afirmó Jimin cruzando sus piernas.

—Me resulta extraño que no le hayas pedido su número de teléfono —masculló Taehyung casi entre dientes.

—No es mi estilo, pero puedo conseguirlo para ti —opinó Jimin al mismo tiempo que le guiñaba un ojo a su amigo, quien solo negó con la cabeza y volvió la mirada a su pintura lista para ser presentada.

—Deja de intentar conseguirme una pareja, no lo quiero —replicó Taehyung limpiando sus brochas.

—No puedes quedarte solo toda la vida, solo has estado con un alfa y ni siquiera te marcó —señaló Jimin al ponerse de pie y observar la terminación de las pinturas de sus amigos.

—¿Todavía sigues con eso? Solo fue porque estaba en celo, después no supe más de él —expresó Taehyung masajeándose la sien con sus dedos, apretando los ojos por el dolor de cabeza que empezó a tener desde el día anterior.

—¿Y qué hay de ti? —cuestiona Su Kyung.

—Bueno, yo no tengo pareja, pero tengo en la mira un alfa que me tiene mal —declaró Jimin sonriente.

—Tu siempre estás mirándolos y hasta les coqueteas —opinó Taehyung en un susurro.

—Alguien está de mal humor hoy —consideró Jimin con la mirada puesta en su amigo, quien seguía masajeado su frente, manchándose de pintura en el proceso.

Para Taehyung era difícil mantener una actitud que no reflejara lo mucho que le incomodaba estar hablando de parejas y alfas cuando lo último que él quería escuchar era precisamente sobre eso. Ya es suficiente teniendo que aguantar vivir con dos alfas que lo maltratan y otro que ni siquiera vive con él lo acosa y lo toca como le viene en gana.

Lo único que lo ha mantenido tranquilo ha sido el aroma a chocolate puro del pañuelo que atesoraba. El castaño no tuvo el atrevimiento de contarle sobre ello a su amigo, porque sabía que haría un drama al respecto. Le fue difícil convencerlo de que el alboroto en la cafetería solo fue por estrés de las clases, se disculpó con Namjoon quien no dejaba de excusarse, como si él tuviese la culpa del temor de Taheyung hacia los alfas.

El grupo de amigos no dejaba de halagarse entre sí por el increíble trabajo que habían hecho para la exposición que ya estaba por iniciar, el bullicio de los estudiantes, el vaivén, gente acercándose incluyendo los maestros encargados de calificar cada proyecto.

A las cuatro de la tarde, bajo un brillante y cálido sol de primavera que se filtraba a través del techo de cristal, Taehyung se encontraba parado junto a su pintura con una boina marrón que cubría parte de su cabello castaño. Se mostraba sonriente a cada persona que pasaba a calificar su pintura, respondiendo breves preguntas por parte de sus maestros.

—Interesante, ¿Cuál es el concepto? —cuestionó el director de su carrera mientras sostenía una libreta en sus manos.

Debajo de la obra que cuelga de la pared, en una pequeña placa llama la atención el título de la misma, "Las puertas del destino". Taehyung empieza a sentir dolores de cabeza y fuertes malestares, traga saliva y se concentra en la exposición que preparó. No podía permitir que un dolor de cabeza arruinará su momento.

—El sentirse protegido, el alma gemela, el destino y lo qué hay detrás de ello —explicó Taehyung, mientras que su maestro lo escuchaba con seriedad completamente en silencio.

Antes de poder seguir Taehyung fijó su mirada en el grupo de personas que ingresan al lugar, pero la silueta de un chicho alto y robusto llamó su atención por algunos segundos, quien mantuvo su mirada en una de las esculturas.

—Siempre se ha hablado de un alma gemela, de que la luna destina a dos personas independientemente de su género o color, de que los planetas se alinean cuando dos destinados se encuentran —explicó Taehyung volviendo a concentrarse en su pintura. Había trabajado duro para conseguir una buena pintura.

—Las personas buscan con necesidad a esa "alma gemela" sin saber a quien encontrarán al final del camino, si será lo que esperaban, solo anhelan encontrarlo, abrazarlo y nuca dejarlo ir —indicó Taehyung.

Quienes estaban presente empezaron a rodear al director encargado de calificarlo, escuchando con atención cada palabra del castaño.

—Se sumergen en un largo viaje deseoso de encontrar a su destinado, pero, ¿que nos asegura que lo encontraremos? O que su concepto de "alma gemela" es el mismo que el nuestro —enfatizó cautivando más miradas del público que empezaba a llegar.

—Los pequeños cuadros alrededor representan las puertas del destino, quizás detrás de ninguna de esas puertas se encuentre la persona que buscamos o quizás si, no lo podemos asegurar con certeza —terminó Taehyung haciendo una reverencia a las personas que asentían con la cabeza mientras él explicaba.

Kyung a su lado observaba con atención y se sorprendió al conocer el significado detrás de los pequeños detalles en la pintura de su amigo. Lo vio darle terminación y nunca se imaginó que había toda una historia detrás.

—La pareja que se abraza en el medio, ¿representan dos destinados que se han encontrado? —cuestionó el director con curiosidad.

—El propósito del arte es que cada quien interprete a su manera —señaló Taehyung antes de darle una respuesta a su pregunta—. La pareja abrazada son solo eso, pareja, puede creer que son destinados o no, todo dependerá en qué cree usted y cualquiera que sea su creencia, verá la pintura de acuerdo a eso. Yo solo he explicado cómo lo veo yo. Que cada quien lo interprete como quiera.

—Excelente exposición señor Kim, siga así —lo felicitó el maestro sonriente. Mientras las personas detrás de él murmuraban entre ellos con la mirada en la obra de Taehyung.

—Gracias señor. —El omega hace una reverencia a su maestro y sonríe de oreja a oreja sintiéndose orgulloso de haber logrado lo que quería, una felicitación era más que gratificante para él, después de todo, sabía que no podía llegar a casa y mostrar con orgullo la pintura que había sido calificada como "excelente".

El sol empezó a bajar y de repente el salón estaba lleno de personas que disfrutaba de la exhibición de arte, fotografías, esculturas y pinturas acomodadas por grupos. Jungkook y Hoseok se paseaban por el salón de arte, absortos en cada obra. En medio del espacio concurrido ambas se separan, Jungkook deja el grupo de las fotografías y se dirige a las pinturas buscando con la mirada a su amigo que ahora perdió de vista.

En medio de un dolor de cabeza, Taehyung le sonríe a cada persona que se detiene a ver a su pintura, entonces una vez mas percibe ese aroma a chocolate amargo que ya es conocido para el; busca con la mirada esperando encontrar al dueño de esa auténtica esencia, se pone de puntillas para poder tener una mejor vista, pero hay demasiadas personas a su alrededor. Cuando el aroma se hace más fuerte y perceptible, comprende que está muy cerca de él, deja salir un suspiro al sentir cerca ese exquisito aroma que ansiaba tener aún más cerca.

Busca con desesperación poder encontrarlo, pero lo único que ve son esas conocidas botas negras y los tatuajes en su mano, cuando levanta su mirada listo para encontrarse con el rostro del alfa, inclina su cuerpo mientras aprieta su mano en su abdomen al sentir un dolor punzante, una oleada con la que está familiarizado, su celo.

—Tae, ¿estás bien? —cuestiona Kyung acercándose a su amigo, quien tenía los ojos abiertos, llenos de sorpresa y a la vez preocupación.

—Me tengo que ir, ahora —replicó al incorporarse—. Lo siento, nos vemos mañana.

A Kyung siquiera le dio tiempo de detenerlo cuando Taehyung salió corriendo del salón, deteniéndose en medio del pasillo verificando su calendario apoyado de la pared soportando las punzadas en su abdomen. Se supone que su celo debia llegar dentro de una semana. Entró en pánico cuando notó que no llevaba supresores con él y que sus feromonas en algún momento se harían insoportables para cualquier alfa, tenía que llegar lo antes posible a casa.

Corrió hasta el autobús con el corazón acelerado y la garganta seca, nunca había estado fuera de casa a las siete de la noche, en celo y sin supresores. Las miradas que recibía le incomodaban aún más, nunca deseó tanto llegar a casa, al menos allí podía encerrarse en su habitación. Se preocupó cuando empezó a sentir el calor aproximarse, sabía que si no llegaba a casa por sus supresores pronto su lobo estaría necesitado de un alfa y eso le aterraba. En su mente solo podía preguntarse por qué se había adelantado su celo, era la primera vez que le sucedía y eso le alarmó.

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