El arte es para consolar a aquellos que están rotos por la vida —Vicent Van Gogh
Ha pasado una semana desde aquella noche en la que por primera vez Taehyung se descuidó tan solo un poco, y lo que trajo como consecuencia fue peor. Ya no se sentía seguro en casa, prefería estar en cualquier otro lugar menos allí; la mirada lasciva de Woo bin, los regaños y golpizas de su padre aumentaron. No soportaba llegar a casa, pero si no lo hacía, despertaría la furia del señor Kim Ji hoon
Durante toda la semana el omega estuvo alerta en cada cosa que hacía, no podía estar un segundo fuera de su habitación y ya Woo Bin estaba allí metido, tocándolo y besándolo. El alfa no paraba de decir que sería suyo y tan solo recordarlo le daban ganas de vomitar. Siempre que esos recuerdos llegaba a su mente se lavaba las manos con desesperación, como si de esa forma se le quitaría ese horrible aroma a tabaco y pino que él dejaba en el cuerpo de Taehyung.
Se regañó una y mil veces por no hacer nada, por dejar que lo tocara. Intentó llamar la atención de Sehun en busca de ayuda, pero solo se ganó una mirada de desprecio y nuevamente tuvo que soportar tener cerca a ese alfa, marcándolo con sus feromonas como si fuese suyo. Cada día estrujaba la esponja de baño en su cuerpo hasta el punto de causar alteraciones en su piel, usaba inhibidores para ocultar el olor, pero aun así podía percibir su aroma.
Cuando empezó a usar su voz de mando, Taehyung supo que en cualquier momento esos toques en sus nalgas, los besos en el cuello y las marcas que dejaba, pasaría a mayores, es lo que más le aterraba. Le tenía tanto miedo que apenas y podía articular palabra alguna cuando estaba cerca, quería gritar cada vez que encontraba un momento para estar a solas consigo mismo, pero simplemente la voz no le salía y odiaba aquello. Solo lloraba y añoraba con vehemencia que aquello acabara pronto.
Asistió a la universidad cada día con una sonrisa que fue más difícil de llevar en el transcurso de la semana, estaba desconcertado y muy alterado, algo que Jimin notó, pero como siempre Taehyung utilizó cualquier excusa para evitar la conversación. Quería decirle, es lo que más deseaba, pero algo dentro de él se lo impedía. La pena, la vergüenza de ser visto como un omega usado que nadie querría tener o siquiera estar cerca, temía que en cuanto Jimin lo supiera se alejara de él y tan solo de pensarlo no lo soportaba.
Se supone que debía estar concentrado para la exposición del siguiente día, de eso dependía su calificación final de pintura II.
Tuvo que pedirle prestado a su amiga Kyung los pinceles que ya no usaba, no había manera de que pudiera conseguir en una semana lo necesario para esa exposición.
Taehyung buscó sin cesar un trabajo de medio tiempo al que pudiera ir a escondidas y en ninguno le convino por el horario. No podía saltarse las últimas semanas de clases y tampoco podía darse el lujo de llegar tarde a casa. Estaba entre una encrucijada compleja, de la que no podía salir por más que lo intentara.
El tiempo que tenía para dar lo mejor de si con la exposición era muy poco. Durante las horas de almuerzo, permanecía en el salón de arte, trabajando en su pintura, al menos allí tenía las herramientas para poder pintar; además, no se atrevía a trabajar en casa sabiendo todo lo que pasaba allí. Si Sehun o su padre encontraban algo que tuviese que ver con su carrera universitaria, lo destruirían por completo.
Ese día terminaba su pintura y la verdad es que estaba satisfecho con el resultado. Mientras escribía su nombre en cursiva en la parte inferior derecha, alguien entró al cuarto. El omega inmediatamente guardó su creación en su espacio cerrado, no quería que nadie la viera hasta el día de la exposición y aquel era el único lugar donde estaba segura. Todos los demás cuadros estaban igual de guardadas, nadie sabía nada de la pintura del otro, así se evitaban el plagio.
—¡Taehyung! —escuchó la voz chillona de su amigo acercarse.
—¿Qué? —contestó limpiando los pinceles que acababa de usar.
—Tienes toda la semana sin almorzar con nosotros, tienes que salir de aquí —comentó Jimin fingiendo estar enojado con su amigo.
—Tienes que descansar de esa pintura, Tae —escuchó la voz de su amiga Kyung y se dio la vuelta para darles la cara.
—Ya la terminé, soy todo de ustedes —replicó el omega, con una sonrisa de lado mientras se quitaba el delantal. Taehyung los acompañó hasta la cafetería de la universidad, misma que siempre se llenaba a esa hora del día.
Desde que su padre y Sehun decidieron que ya no irían a casa a almorzar, el castaño sentía que le había quitado un peso de encima, pero en la otra mano tenía la responsabilidad de terminar esa pintura con todas las nuevas técnicas que aprendió en clases.
En cuanto llegaron a la mesa con su comida ya servida, Jimin llamó a un chico, que Taehyung nunca había visto antes, a unirse con ellos. Por su altura y su cuerpo supo inmediatamente que se trataba de un alfa; su amigo se llevaba bastante bien con los alfas, el omega desconfiaba de ellos, les temía porque le recordaba lo débil que era frente a ellos.
—Tierra llamando a Taehyung, holaaa. — La mano de Jimin se movió frente al rostro de Taehyung, quien inmediatamente le puso atención—. El es Namjoon, nos conocimos la semana pasada, pero tú estabas muy ocupado en tus asuntos y no lo habías conocido.
—Hola —susurró Taehyung y el alfa le devolvió el saludo con una sonrisa que hizo notar los hoyuelos en sus mejillas y seguido de eso se sentó en medio de Jimin y él.
No tardaron en tener una conversación en la que el omega no participó. Su mente estaba sumergida en ese alfa que tanto aborrecía, preguntándose si al volver a casa lo encontraría allí.
Taehyung deseaba más que nada tener un día de descanso, poder llegar y encerrarse en su recámara hasta el siguiente día, pero siempre había algo que le impedía hacer lo que quisiera. Mientras terminaba de comer, escuchó lejos el parloteo de Kyung y la risa de Jimin, sus pensamientos oscuros eran mas fuertes que el bullicio de la cafetería hasta que de repente sintió unas manos tocar su hombro, logrando que el omega se sobresaltara.
—¡No me toques! —vociferó alarmado, apartando con brusquedad la mano de Namjoon.
En ese momento sintió la mirada de todos sobre él y su respiración se volvió errática. Sus ojos desorbitados se fijan en la mirada de desconcierto de Namjoon y Jimin.
Con el miedo apoderándose de su cuerpo, corrió fuera de ese lugar antes de escuchar cualquier pregunta por parte de sus amigos. No podía creer que había hecho una escena simplemente porque un alfa tocó su hombro, uno en el que su mejor amigo confiaba.
Con la respiración agitada y al borde del colapso se lavó las manos con furia en el lavabo del baño, cuando escuchó unos pasos acercarse, entró al último cubículo del baño con temor de que fuera Jimin o Kyung. No se encontraba en las mejores condiciones de responder a un interrogatorio. Sabía que Jimin intentó ir detrás de él, también que no podría evadirlo por mucho tiempo.
En el momento que ya no escuchaba voces, me sentó al tapa del inodoro y lloró mientras se abrazaba a si mismo. Todas las imágenes de Woo bin encima de él, besándolo y tocándolo; de su padre pegándole con lo primero que encontrara. Todo eso fue lo que hizo que explotara en medio de una cafetería llena de personas.
No podía evitar los sollozos, intentó ahogarlos. Solo quería que esos recuerdos dejaran de atormentarle y de interferir en su vida diaria.
—Oye, ¿estás bien?
Guardó silencio inmediatamente escuchó una voz ronca del otro lado de la puerta. Taehyung se mantuvo en silencio por un minuto y miró hacía el piso para asegurarse de que seguía esperando una respuesta. Efectivamente sus ojos se encontraron con unas botas negras.
—Si —susurró cuando vio que la persona del otro lado de la puerta no tenía intenciones de irse.
—¿Necesitas algo? —preguntó y notó que su voz ahora tenía tono más cálido, lo cual le pareció extraño, ya que se trataba de un desconocido que de repente estaba mostrando interés en él.
En ese momento percibió un fuerte aroma a chocolate amargo. Era un alfa.
—No, estoy bien —contestó, sorbiéndose la nariz mucho mas ruidoso de lo que pretendía serlo, lo cual le avergonzó en sobremanera.
—Ten, puedes quedártelo.
Taehyung levantó su mirada y vio una mano tatuada tenderle un pañuelo a pesar de que estaban en un baño donde sobraba el papel, aun así, el omega tomó el pañuelo de las esquinas para siquiera tener contacto físico con la persona que por alguna razón le ayudaba.
—Gracias —murmuró, y en ese momento vio como sus pies se alejaron.
Dudoso acercó el pañuelo a su rostro para sacudir su nariz y sintió como todo la desesperación, angustia o cualquier indicio de miedo, simplemente se esfumaba.
El aroma a chocolate puro de alguna manera lo reconfortó y tranquilizó casi de inmediato. Salió del cubículo y se lavó la cara antes de salir. Cuando volvió a la cafetería buscó con la mirada al dueño de ese aroma que se quedó impregnado en su nariz, pero el lugar estaba casi vacío.
Jimin corrió a su lado y lo abrazó con fuerza, le habló, pero el castaño no escuchaba nada de lo que decía, en cambio su mirada barrió el lugar con todos sus sentidos en alerta, sosteniendo ese pañuelo entre sus manos como si de un preciado tesoro se tratara, inhalando el aroma y tratando de encontrar a esa persona que lo ayudó.
El olor se volvió cada vez más adictivo, sintiendo por primera vez en mucho tiempo, algo de paz. Y ese sentimiento en el pecho de Taehyung, era raro, algo nuevo para el.
Le gustaba, no, le encantaba esa esencia a chocolate puro. Era la primera vez que el aroma de un alfa le cautivaba de tal manera, que no le causara nauseas o miedo, sino todo lo contrario, eso fue lo que confundió aún más al omega y lo dejó con unas increíbles ganas de saber de quien provenía ese increíble aroma.
Espero que les haya gustado el capítulo, si fue así díganme que les pareció, que les gustó, que no les gustó, todo☺️.
No se me desesperen que el destino hará lo suyo, las cosas se darán todo a su debido momento❤️.
¿Cómo creen que será el encuentro entre Tae y Kookie? Les he dejado pistas😉.
Hasta el próximo capítulo🥰.
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