Capítulo 47🐺🔥
⚠️ Éste capítulo contiene lemon, lo que puede ser incómodo para algunos lectores. Has sido advertid@, así que lee bajo tu propio criterio.
Canción para el capítulo: Fire on fire de Sam Smith
Tú me llevaste donde los cosmos florecen bajo el hechizo eufórico de un beso de amor —Clairel Estevez .
El primer destino de Taehyung y Jungkook era Florencia, la ciudad Toscana de Italia que acunó en su historia el desarrollo del arte renacentista. El alfa se había encargado de hacer una búsqueda exhaustiva para impresionar a Taehyung sobre todo si se trataba de algo que el tanto amaba, el arte, y los mejores lugares de estaban en Florencia, donde se encontraban los pequeños pueblos pintorescos llenos de arte y rodeados de un paisaje arrebatador con suaves colinas.
El viaje desde Corea a Florencia fue más largo de lo que la pareja esperaba, salir en la noche y llegar temprano en la mañana a Italia fue un cambio de horario drástico, lo que recompensaba todo el cansancio era la belleza de la arquitectura del país, con sus pilastras y columnas abalaustradas. El hotel en la que se quedarían por una semana, quedaba junto a los jardines botánicos del Giardino della Gherardesca.
En cuanto llegaron a la habitación Taehyung se impresionó por lo espaciosa que era, la pared de la pequeña sala era de un color verde intenso, vigas de madera en el techo y grandes ventanales. El omega abrió la puerta doble que daba al dormitorio y fue completamente cautivado. Lo primero que llamó su atención fue pintura al fresco que cubría todo el techo, las paredes estaban pintadas con ramas verdes, una que otra flor roja se desprendían del tallo; jarrones artesanales sobre la chimenea frente a la cama cubierta por sabanas verde limón, butacas de estampado y un diván con el mismo color verde, pero en diferentes tonalidades, al final de la recámara se encontraba un balcón con vista al extenso y lleno de espesura patio del hotel.
Taehyung percibió que todo era tan pintoresco y clásico que sentía que estaba en pintura de la época del cinquecento, tiempo en el que los grandes artistas como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel compusieron sus principales obras. Aún atrapados por la belleza del lugar, el cansancio les ganó y cayeron rendidos en un profundo sueño que se prolongó hasta la tarde, momento que aprovecharon para recorrer los alrededores y visitar el museo Uffizi mismo para el que Jungkook reservó con anticipación, quería que todo saliera perfecto y algo que sabía que le encantaría visitar al omega era aquel museo de arte.
El alfa no podía dejar de ver lo absorto que estaba el omega en aquel lugar, le encantaba escucharlo siempre que explicaban alguna pintura y la fluidez con la que hablaba atrapaba a Jungkook. De vez en cuando el pelinegro captaba con su cámara la imagen de Taehyung junto a algunos cuadros, ese día estaba especialmente hermoso, llevaba una de sus boinas favoritas, gabardina marrón y una bufanda de cuadros alrededor de su cuello.
La noche se hizo presente, ambos disfrutaron de una cena al aire libre, aunque hacía frío, tenían a su alrededor una vista que ninguno se quería perder. Al haber terminado de comer, Taehyung miró a Jungkook mientras limpiaba con una servilleta un pequeño sucio en su abrigo, con su cabello largo cubriendo parte de su rostro. El omega miraba el anillo de bodas y lo miraba a él, aún sin poder creer que realmente tenía a un alfa como Jungkook siendo su esposo. Recordó aquel día después de haberse conocido, cuando aun sabiendo que eran destinados se negaba rotundamente a que Jungkook quisiera estar con él, todavía lo miraba y lo tocaba, le seguía pareciendo como un sueño.
La tensión entre ambos era evidente, por las miradas que se dedicaron durante su camino devuelta al hotel, ambos sabían lo que pasaría al llegar, no habían tenido la oportunidad de tener su primera noche juntos como esposos y era algo que ambos anhelaban.
Taehyung fue el primero en entrar a la habitación, Jungkook se encargó de cerrar la puerta y cuando vio al omega de espaldas a él despojándose de su bufanda, se acercó lentamente a él y lo ayudó a quitarse el abrigo. Por primera vez Taehyung se sintió nervioso por lo que se aproximaba, nunca había tenido vergüenza con Jungkook, pero aquel momento se sentía como la primera vez, no eran las mismas personas que se encontraron en una noche fría y tormentosa; pasaron por tanto, ahora había una marca de por medio y no eran sólo la pareja de destinados, eran esposos y eso lo hacía diferente.
Cerró sus ojos al sentir los labios de Jungkook besar su cuello mientras lo abrazaba por la cintura. Taehyung se dio la vuelta y con la mirada se dijeron todo lo que deseaban. Jungkook se quitó el abrigo para luego sentir los suaves labios de su amado en un beso lento y muy apasionado, que poco a poco fue subiendo de intensidad mientras ambos se desvestían.
El alfa lo levantó en vuelo haciendo que el omega enrollara sus piernas alrededor de su cintura, caminó hasta el dormitorio dejando al castaño completamente desnudo sobre la cama. Jungkook se detuvo en medio del beso para apreciar la belleza de Taehyung bajo la tenue luz que se filtraba por la ventana. Apoyado en sus antebrazos el alfa acarició el rostro de su destinado para luego susurrar:
—Quiero besar tus cicatrices y convertirlas en marcas de mi amor por ti —susurró Jungkook—. Quiero que sepas que dónde dolió, sanó. Quiero te ames y te aceptes tanto como yo lo hago.
—Kookie —musitó Taehyung confuso por las repentinas palabras del alfa, quien tenía los ojos más brillosos de lo normal.
Jungkook sabía que Taehyung aún no había terminado de aceptar su casta lo podía sentir a través de su marca, era la primera vez que realmente sentía lo que él mientras hacían el amor, percibió lo avergonzado y desconfiado que estaba, por eso se aseguró de hacerle saber que no era necesario que se sintiera de esa forma cuando él lo amaba tal y como era. Con su virtudes y defectos.
—Eres un ser radiante, ojalá pudieras verte a través de mis ojos y notar lo hermoso que eres en todo el sentido de la palabra y no solo físicamente —le aseguró Jungkook en un hilo de voz.
—Quiero arropar tus miedos e inseguridades con mi amor, eres brillante como eres por naturaleza, no te avergüences de eso —susurró Jungkook. Taehyung llevó su mano a la mejilla del alfa y lo observó con ojos brillantes sin saber qué decir.
En ese momento a Taehyung le pareció que la mirada de Jungkook era tan transparente y honesta, bañada en un brillo especial.
—Tae, yo amo que seas un omega, por favor déjame demostrarte lo precioso que eres siéndolo —le pidió Jungkook con voz cálida, a lo que Taehyung asintió si saber muy bien a que se refería.
Jungkook volvió a besarlo con pasión siendo correspondido por el omega, desde sus labios inició un recorrido por todo el cuerpo desnudo de Taehyung, haciendo que éste sintiera un cosquilleo en su interior. Se apartó nuevamente y miró al omega a los ojos esperando su aprobación, sin saber el porqué de esa mirada lo único que hizo el omega fue asentir. El alfa hizo que Taehyung se pusiera de espaldas a él; el omega no entendía nada, solo sintió las suaves caricias del pelinegro en su espalda y nostalgia por parte del alfa.
Ahora que Jungkook sabía de dónde provenían aquellas cicatrices, le dolía aún más verlas, antes no les prestaba mucha atención para no incomodar a Taehyung, pero en aquel momento solo quería sanar sus heridas, hacer que estas desaparecieran. El alfa se dedicó a besar cada una de sus cicatrices con pequeños besos y caricias, mientras lo hacía cerró sus ojos dejando rodar una lágrima por su mejilla, no eran sus marcas, pero le dolían como si lo fueran, por eso se tomó la molestia de besar cada una de ellas para luego encarar a su destinado.
Ambos se sumergieron en un beso en medio de lágrimas y suspiros, Taehyung acarició la suavidad de la piel de su esposo, enredó sus dedos en aquel sedoso cabello negro mientras sentía el vaivén de los dedos de Jungkook en su interior, mismo que pronto fueron sustituidos por su virilidad.
Las palabras no hicieron falta, sus miradas gritaban todo el amor que se tenían, sus gemidos por el placer que los invadía. Ambos podían asegurar que aquel había sido el encuentro sexual más sincero y puro que habían tenido. Las miradas llenas de lujuria eran diferentes, incluso los gemidos eran distintos.
En una noche de invierno, en Florencia, en una habitación llena de arte, se entregaron en cuerpo y alma uno al otro, una vez más la Luna fue testigo de aquel momento.
Aunque quiso hacerlo, Jungkook prefirió esperar que Taehyung aceptara su casta por completo para anudarlo, si iba a llevar a sus cachorros en su vientre, necesitaba que el omega se amara por completo para poder anudarlo, era un paso importante en sus vidas.
***
Después de su luna miel recorriendo los museos de arte, teatro y las calles de Florencia, los recién casados volvieron a Seúl, al nuevo hogar que ambos compartirían. A Taehyung le encantaba visitar el bosque de la familia de Jungkook, por alguna razón sentía aquel lugar familiar, por eso decidieron construir su primera casa en lo alto de la colina de Yongsang, teniendo justo detrás la espesura del bosque de los Jeon, estar en contacto directo con la naturaleza era algo que los destinados amaban.
En cuanto llegaron y se instalaron por completo en su nueva casa, la primera visita que recibieron fueron a los padres de Jungkook, quienes ahora vivían a diez minutos de ellos. Sung tenía algo importante que contarles; éste no confiaba en lo que había dicho Ji hoon, pero por las facciones y el aroma de Taehyung, le fue difícil no creerlo, es por eso que le pidió ver su ficha médica de presentación, que por milagro Taehyung aún conservaban.
Cuando éste supo de su verdadera casta, se sorprendió tanto que tuvo que recostarse. Pasó toda su vida siendo un omega puro y simplemente no lo sabia, pensó que quizás por eso siempre fue como un imán de alfas. El día de su presentación siquiera terminó de leer su ficha completa, en cuanto leyó omega dejó de leer y más nunca volvió a verlo. El saber aquello le aclaró muchas cosas a Jungkook, empezando el porque el aroma del castaño se había vuelto mucho más intenso.
Taehyung había reprimido su verdadero aroma por años, por miedo usaba sus feromonas agrias y ácidas para alejar a aquellos que le temia, aún así su aroma seguía siendo atrayente para las alfas que tanto odiaba tener cerca. Reprimir sus feromonas de omega puro era su forma de mantenerse a salvo, de protegerse así mismo, cosa que no funcionó del todo.
El omega sabía que tenía una apariencia mucho más delicada y sutil que la de Jimin o incluso Kyung, que igualmente eran omegas, pero nunca le prestó mucha atención a aquello. Fue entonces cuando entendió el porque su celo era increíblemente intenso sin sus supresores.
Hyun le hizo saber a Taehyung que como el había odiado por tanto tiempo ser omega, tanto que incluso aún no terminaba de aceptarlo, fue lo que influyó en que los demás no se dieran cuenta y que la marca de Jungkook fue lo que le dio seguridad a su lobo de liberar por completo sus feromonas, lo que significaba que había iniciado la etapa de aceptación.
Después de saber aquello Taehyung se sintió diferente en todos los aspectos, en lo físico y emocional como en lo espiritual. Jungkook lo miraba con otros ojos, como si finalmente estuviese viendo al verdadero Taehyung, el que es omega puro y su destinado.
La pareja volvió a sus actividades normales, Taehyung empezó a trabajar en la empresa que ahora le pertenecía por completo a Jungkook, resultados de haber obtenido su título universitario. El omega era el director de arte en el departamento de publicidad y aunque ambos trabajaban en el mismo edificio, pocas veces se veían, estaban muy ocupados en sus trabajos, difícilmente se veían en la hora de almuerzo cuando el alfa no tenía alguna otra reunión. Taehyung debía asistir a clases antes o después del trabajo, lo que lo mantenía bastante ocupado, pero no podía quejarse porque tenía todo lo que siempre quiso y que su padre se empeñó en quitarle.
Por lo general llegaban juntos a casa, aunque en muchas ocasiones el alfa tuvo que ir a buscar a Taehyung a la universidad en esos días que se quedaba hasta tarde trabajando en sus prácticas o estudiando para los exámenes, al omega le gustaba tener su atención en su destinado cuando estaba en casa.
Ambos sentían que seguían de luna de miel y con todo el cansancio de un día laboral, cocinaban juntos, a la hora de ir a la cama se preparaban sorpresas que terminaban en gemidos y sudoración. Aunque en ocasiones esas sorpresas no eran necesarias, ya que Taehyung se volvió mucho más juguetón que antes y en cualquier momento provocaba al alfa, podía ser en su oficina de trabajo, mientras cocinaba, en la ducha, donde sea menos en la cama. Jungkook no era la excepción, cada vez que miraba a Taehyung paseándose por la casa con su camiseta y descalzo, simplemente no podía resistirse a darle alguna nalgada o decirle alguna cosa sucia que hacía sonrojar al omega.
Con el pasar del tiempo Taehyung pudo terminar su carrera universitaria, aunque sus amigos se adelantaron un año fue satisfactorio para el omega haberse graduado en arte y diseño con honores. Ese día recibió una llamada de Bogum, con quien hablaba muy poco después de lo que había pasado.
Jungkook llegó justo en el momento de la ceremonia de envestidura, pensó que por trabajo casi se perdía un día tan importante para su esposo.
Después de recoger su título Jungkook sonrió al ver cómo el omega lo buscó con la mirada, pero el alfa se encontraba en la última fila admirando la belleza de su destinado. El azabache esperó el mejor momento para hacerle saber que estaba allí, cuando llegó el momento de entrega de honores, pasaron imágenes de algunas pinturas y esculturas que el omega había hecho, entre ellas una silueta de una pareja besándose, que claramente eran ellos, manos entrelazadas y un arte moderno en tonalidades azules del perfil de Jungkook con la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados y su cabello negro cayendo con sutileza hacia atrás con ligeras ondas.
El alfa se sorprendió al ver lo detallada que era, supo que aquella pintura fue su examen final y fue nombrado como el mejor de entre todos los trabajos que había hecho, lo que hizo sentir orgulloso a Taehyung. Con aquel arte Jungkook pudo apreciar cómo se veía a través de los ojos de su destinado, le pareció simplemente hermoso y único.
Taehyung subió al escenario para recibir el premio por ser el mejor de su carrera, llegó al podio para dar su discurso de agradecimiento su mirada se encontró con la del alfa, quien articuló con sus labios "lo lograste", seguido de un guiño de ojo, haciendo que el omega sonriera orgulloso.
Cuando Taehyung terminó su discurso, Jungkook se puso de pie y caminó hasta el pie de las escaleras el escenario, donde lo esperó sonriente, al omega levantar la mirada y verlo allí parado, se abalanzó a sus brazos.
—Estoy muy orgulloso de ti —susurró Jungkook acariciando el rostro de su omega.
—Gracias por aparecer en mi vida —musitó Taehyung nostálgico, mordiéndose el labio inferior tratando de no llorar cuando algunas personas tenían su mirada en ellos, pero no lo pudo evitar y escondió su rostro en el pecho de su alfa.
—Hey, hey, no llores —le pidió Jungkook—. Está bien, te esforzaste mucho para esto —alentó.
—Son lágrimas de felicidad —aclaró Taehyung limpiándose las lágrimas con el pañuelo que Jungkook le tendió. El mismo pañuelo que le había dado aquella vez cuando lloraba en el baño.
***
Semanas después de la graduación de Taehyung, la pareja se encontraba en casa durante un fin de semana de verano, el sol radiante iluminaba cada rincón de la casa gracias a los altos ventanales de la planta baja. Jungkook estaba dándole mantenimiento a las plantas del jardín y del interior de la casa, mismas que se encontraban en la sala de estar cerca de los dos sofás de tres plazas color gris y sobre el piso de madera. Lo hacía porque el omega lo había obligado y en cuanto terminó se duchó mientras Taehyung terminaban de equipar su nuevo cuarto de arte que quedaba al fondo del extenso patio.
El omega no dejaba de pensar que todos sus amigos estaban esperando cachorros, incluso Seokjin y Namjoon habían adoptado, Jimin ya tenia meses en cinta y eso tenía a Taehyung algo deprimido. El y Jungkook habían dejado de tomar supresores y de usar preservativo, así que solo estaban a la espera del celo del omega, éste sabía lo ilusionado que se encontraba Jungkook por tener cachorros y se sentía mal porque su celo, otra vez, se había atrasado, así que dejó de darle mente al asunto para evitar que éste se atrasara más.
Mientras desempolvaba algunos de sus utensilios, dejó caer un vaso de pinceles al sentir una punzada en su abdomen, abrió los ojos de golpe al sentir como la primera oleada se apresuraba en llegar. Su celo llegó de repente y sin siquiera avisar, no tuvo los comunes dolores de cabeza previos, solo llegó de golpe y con una fuerte oleada que Taehyung sabía que sería intensa, esas eran consecuencias de no tomar supresores y de tener una marca. Con el calor corporal haciéndose presente entró casi corriendo a la casa, su ciclo se estaba saltando todo el proceso para ir directo con los dolores por la intensa excitación.
—Alfa —llamó Taehyung jadeante, a medida que subía las escaleras en busca de su pareja, la necesidad de estar a su lado era cada vez más grande. Mientras se aproximaba a la recámara vio a Jungkook a punto de abrir la puerta de su habitación, cuando sus miradas se encontraron, notó los ojos rojos del pelinegro y sintió la dulzura en su aroma. Sus celos se habían sincronizado.
Ninguno de los dos pensó en nada más que en sus impulsos de apareamiento, con desesperación Taehyung se lanzó contra el alfa que lo arrastró hasta la cama matrimonial. La gran producción de feromonas entre los dos era abrumadora, lo que intensificaba el calor corporal entre ambos. El alfa besó con necesidad los labios del omega, quién se movía inquieto bajo los toques de su destinado.
Después de haberse desnudado, Jungkook gimió al sentir el roce de su genitales cuando el castaño levantó sus pelvis en busca de más contacto. Cuando Jungkook tocó la entrada del omega se dio cuenta de que no hacía falta que lo preparara éste ya estaba dilatado y lubricado. Solo fue cuestión de que Jungkook lo tocara allí para que Taehyung se removiera inquieto.
Jungkook levantó la mirada para apreciar las expresiones de excitación de su omega y cuando éste abrió los ojos, se quedó paralizado.
—Tus ojos —comentó Jungkook con voz ronca.
—¿Qué tienen? —preguntó preocupado Taehyung y con la respiración agitada.
—Son tus ojos lobunos —informó el alfa hipnotizado.
—¿Son lindos? —cuestionó asustado Taehyung.
—Son hermosos, Tae, tienes que verlos —le pidió el alfa buscando un espejo de mano para que este pudiera verlos. Temeroso de que no le gustaran ladeó la cabeza.
—Son realmente atrapantes y... diferentes, solo los omegas verdaderos tienen sus ojos lobunos de éste color. —Esas palabras causaron curiosidad en el castaño, quien terminó mirándose en el espejo que sostenía su esposo y apreció el color azul aguamarina de sus ojos, le daba una apariencia completamente diferente a su rostro, debía admitir que el color le iba muy bien. Jungkook sonrió de oreja a oreja cuando vio la pequeña sonrisa de su omega.
—Son preciosos ¿no? —preguntó y Taehyung solo asintió. Jungkook no podía dejar de verlos, era realmente atrapantes, sus iris eran muy cautivadoras.
—Alfa, bésame —le pidió Taehyung volviendo a levantar sus pelvis. Se besaron con necesidad, como si fuese el fin del mundo.
Jungkook no tardó en entrar en el omega arrancándole un gemido profundo seguido de suspiros jadeantes cuando empezó un vaivén en la cavidad del omega. Las expresiones de Taehyung provocaron más excitación en el alfa y una oleada de placer lo invadió, lo que hizo que intensificara sus movimientos haciendo gritar en lo alto al omega.
Jungkook apoyó sus manos en los muslos de Taehyung abriéndolo aún más de piernas, haciendo que sus rodillas pegaran a su pecho, hasta ese momento no sabía lo flexible que podía llegar ser su destinado. La vista que tenía Jungkook era simplemente muy obscena, podía ver todo de él y eso lo hacia arder por dentro de excitación.
Taehyung casi delirando por la profunda que eran las estocadas del alfa, gritando sin vergüenza alguna; el movimiento de su cuerpo y como su cabello se despeinaba en cada penetración era algo que Jungkook no podía dejar de admirar, sin mencionar de como el omega parecía disfrutar tanto como él las fuertes embestidas, supuso que estar en celo lo hacía más tolerante al dolor.
—Alfa, no te detengas —gimoteó con las cejas fruncidas—. ¡Joder!
—¿Te gusta? —preguntó Jungkook con la respiración agitada inclinándose hacía adelante con la intención de llegar más profundo, tocando el punto dulce del omega una y otra vez con fuerza.
—Maldición..., m-me encanta —tartamudeó agitado, sintió la presión en su vientre cuando las embestidas de Jungkook se intensificaron, lo que lo hizo arquear su espalda. Dejó salir un gemido gutural cuando ambos estallaron un orgasmo intenso que los hizo estremecer.
Taehyung abrió los ojos de golpe al sentir como el miembro de Jungkook se hacía más grande y seguía estallando en su interior sin parar. El omega se quejó cuando notó que éste seguía haciéndose más grande. Jungkook lo miró y vio que sus ojos volvieron a ser rojos, su pecho subía y bajaba mientras jadeaba. Lo había anudado y aunque era algo que los dos querían y necesitaban, en el momento Taehyung no creyó que lo soportaría.
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